Partida Rol por web

Buenos dias honorable.

Saludo muy cortés

Por supuesto soy todo oidos.

No escondo mi curiosidad por lo que habrá escuchado de mi.

-Al reino ninguno, a la Golondrina ninguno, pero la codicia es un mal que aqueja a muchos y rompe la armonía, lo poco que sé ni siquiera lo sé por nuestra gente, han sido muy específicos al remarcar la importancia de actuar como si no se supiese nada, es por eso que yo no puedo participar. Y hasta que llegue el momento no puedo revelar más, confío en ti Nakida.

Luego con un gesto de despedida se marcha a atender sus asuntos, dejándote espacio para acabar tu rutina antes de asearte.

-Han llegado a mi rumores preocupantes, se planea algo contra mi persona, aún desconozco los autores y los intereses, aunque estos últimos me los puedo imaginar. Desgraciadamente no confío en casi nadie de mi entorno, he investigado a los protectores de la ciudad y me voy a arriesgar a confiar en vos.

El hombre habla en voz suave, cantarina y perfectamente inteligible, pero muy suave, tanto que casi se escucha más el rumor de las hierbas contra las sandalias al caminar.

-Voy a pedirte que abandones la ciudad, necesito que investigues el rumor que he oído y de ser cierto lo resuelvas, por supuesto no podrás hacerlo solo, y obtendrás los fondos necesarios para ello. Antes de seguir hablando necesito saber si aceptas. 

El hombre más importante de la ciudad, aquel que herederará un puesto en el consejo del clan te mira con la intensidad de una noche sin luna, donde las estrellas aparecen al fijarse en el cielo, y no hay un punto que tras mirar bien esté negro.

La mujer suaviza el rostro y antes de abrir la puerta y mostrarse casi desnuda te dice -Pasa Deno. -cierra la puerta contigo del mismo lado que ella.

-No tengo temor alguno, pues gozo de la protección del hombre más valiente y bienintencionado de la ciudad. -su mano se apoya en tu hombro, al dejar de sujetar la bata con esa mano, esta se abre y descubre sus pechos, vientre y demás.

-Dime honorable, ¿has venido a hacerme compañía? -la otra mano se posa sobre su cuello, con una caricia etérea como la brisa matinal.

La suerte parece mostrar su cara favorable hoy, pues nada más salir de palacio te cruzas con Fahuri, un mujer bella, cara y exclusiva a la que conoces de haber conseguido encontrar a un hombre que le debía dinero y cobrarlo.

Estás tan cansado que bajas un poco el nivel de protocolo, siendo en ocasiones demasiado directo para ese mundo, pero ella accede, pues entiende la importancia de la situación y la riqueza mutua que se puede obtener si las cosas se hacen con inteligencia.

Ya con todo atado el cansancio recupera tu atención y te resulta un suplicio alcanzar la casa de sueño donde pagas por tener una habitación.

Tras pensar en todo lo ocurrido estos días, te levantas con alegría, tu tesoro supera los tres mil ciclos, y está semana lo has engordado casi trescientos a pesar de haber hecho muchas acciones de caridad. Si, tres mil ciento venticinco ciclos, y el alquiler al día.

Casi no te das cuenta de que has dormido de más y tienes el tiempo justo para cumplir tus obligaciones, al fin y al cabo, el encargo del delegado es una parte importante de los ingresos futuros.

A pesar de que Galoko me ofrece el espectáculo que llevaba tiempo queriendo observar, no puedo dejarme perder con tanta facilidad. Soy consciente de que la carne es mi perdición pero trato de echar mano de mi código de honor.

- Yo... Eh... Emmm. Gaaru os dejó partir ayer pecando de confianza, pero el asunto que ha unido nuestros caminos sigue fresco y temo que alguien pueda echar en falta cierto bulto y pueda sumar dos más dos usando vuestro nombre en esa cuenta.- No puedo apartar mi mirada de sus dones peor al mismo tiempo trato de conservar la compostura, por mucho que mi cabeza esté memorizando cada cambio de tono de piel y cada vello de su cuerpo.

-Lamento haberle incomodado -dice retirando el contacto y tapándose. -Insisto en que no se preocupe por mi seguridad, en nuestro mundo se actúa con gran sutileza, incluso si alguien sospechará no se atrevería a desvelarse actuando contra las flores, nos protege el mismo mundo que nos hace prisioneras.

Eso último no es un eufemismo o una metáfora de que esté siendo explotada o algo así, simplemente se refiere a los secretos que debe guardar.

Llegáis pocos minutos antes de que se abran los jardines de palacio, allí os encontráis todos con perplejidad, pues los tres estáis llegando tarde.

Aún os queda un poco de camino por recorrer, siempre hay alguien que llega después, pero la mayoría ya se encuentran en los jardines exteriores

Sofocado por su impuntualidad Hokelsa va a paso ligero, pero sin correr, pues es la primera vez en muchos años que llega tarde a un evento o cita. Ve a los protectores que llegan al mismo tiempo que el, pero no se para demasiado y sigue, estresado como nunca hacia los jardines -Buenos días queridos protectores, les ruego que me disculpen... pero llego tarde- Una vez dicho esto con una ligera reverencia de cabeza, Hokelsa sigue su paso, rumiando palabras para si mismo, culpándose de su retraso

- No me has molestado, dulce Galoko. Simplemente... No quería parecer un acosador, pero, sabes, puede que lo sea, pues tras ver tus encantos matutinos he soñado que ambos habíamos amanecido juntos.- No puedo negar ni un segundo más mis apetitos. Miro al suelo, cierro los ojos y vuelvo a sumergirme en los de mi interlocutora. - Si, he venido a hacerte compañía.- Tomo la mano que había posado en mi nuca y vuelvo a colocarla allí, esperando que no me rechace, mientras con la otra mano hago a un lado su bata para volver a alimentarme con sus formas, el mero espectáculo de sus lunares y el cambio de tono de su piel en los pezones, ombligo y proximidades de su sexo me inflaman hasta unos límites que no había disfrutado en años. - Mi cautiva del reino de las flores, abriendo sus olores a mis sentidos.

Puede que no tenga problema en desahogar mis apetencias en las casas e las flores, con sus artistas, pero esos encuentros no poseen, ni por asomo, la excitación que causa el primer encuentro con la desnudez de alguien a quien se lleva deseando intensamente durante días, fuera del contexto profesional de los especialistas en la carne. Quiero deleitarme con todas las maravillas e incidentes de su piel, así como explorando todos sus olores y sabores, es lo que más me apremia, si ella quiere un contacto más activo y directo, no seré yo quien se resista.

Saludo al acalorado Hokelsa en su carrera hacia las reuniones y eventos del día. En mi fuero interno me pregunto como dio con Galoko y nos la trajo hace un par de días para ocuparnos del tema que aún nos sigue ocupando.

- Propicios días, mercader Kil. Espero podamos entrechocar vidrios si las obligaciones de la jornada le dejan algo de tiempo para un ligero refrigerio al mediodía.

Saludo a Ganikusi y me quedo rezagado a su lado para consultarle por sus obligaciones para la jornada.

- He llegado tan tarde que ni tengo claro cuál es el programa de las actividades para hoy, espero que nuestra demora no haya acarreado problemas  a los presentes. Espero ver a Dagio, a ver si tiene novedades sobre nuestras investigaciones.

Hokelsa se gira, para seguir andando hacia atrás y poder responder a Deno Saru -Nada me gustaría más que poder hablar tranquilamente con ustedes honorables protectores y ponernos al día. A mediodía entonces- Cuando termina de decir esto, se da media vuelta, justo a tiempo de pararse su apresurada marcha y esquivar a un guardia que le mira con cara de pocos amigos. Hokelsa, para si mismo, se dice que podría encontrar el remedio necesario para ese estreñimiento tan marcado entre los guardias últimamente... O quizás una mujer de su gusto. Entre esos dilemas, llega, intentando pasar desaparecíbido al jardín, donde busca al delegado que debe acompañar en la jornada.

Hay algo en los grandes hombres que embelesa espiritus y aviva el fuego del corazon de los hombres.

-Por supuesto que acepto mi señor, servir no es solo mi obligación sino mi deseo.

Tu súbita e incuestionable disposición arranca una sonrisa de orgullo al delegado, pues han sido ciertas las historias que hablaban de tu entrega. A pesar de su entrenamiento en ser una máscara opaco a las emociones detiene su paseo un instante y lo reanuda.

-Han llegado rumores de que han secuestrado a mis sobrinos, al parecer como medida de presión para que no interfiera en ciertos asuntos. Por supuesto no se trata de un secuestro violento, han sido invitados a unas tierras donde se les retiene. Es una información que aún no tengo ¿comprendes? Hoy me lo van a decir, hoy me van a chantajear, y hoy pediré en público que varios vayan a escoltarles de vuelta a aquí. Te digo todo esto para que seas el primero en ofrecerte, habrá presión, muchos querrán que sus aliados estén en la situación, para evitarlo voy a implorar la unión del reino y pediré que cada clan envíe un testigo, el gato no ha venido, pero los demás si.

-Sé que no lo haces por ganarte mi favor, ni por fama, o fortuna, pero te exijo que aceptes estos fondos -te hace entrega de un vale monetario de cinco mil ciclos -Para que puedas sufragar los gastos de la empresa. Probablemente se convierta en una carnicería, así que intenta acompañarte de gente hábil y de confianza. Te haré llegar una carta con toda la información que pueda reunir antes de tu partida, que muy posiblemente sea esta noche o mañana al alba.

Con las prisas, y tu empobrecida visión, casi pasas de largo de Taramo, quien con una sonrisa te dice -Tan ocupado como siempre Kil, por favor sígueme, hay asuntos que atender.

En cuanto os habéis apartado lo suficiente de la multitud el hombre empieza a hablar, en realidad a susurrar para sí, consciente de que eres capaz de oírlo, pero que ni el animal más fino podría enterarse a diez pasos de ti.

-¿Cómo va la situación? Tengo entendido que el chico no es quien se esperaba, ya no me interesa, pero sería sospechoso marcharse ahora, continua con él, pero ya no es una prioridad, cualquier rumor, noticia, hazmela saber, he visto que hay mucha tensión ultimamente, ese tal Askuro, creo que hoy le van a acusar.

Llegáis a una especie de desayuno, no se está sirviendo nada sólido, solo lo que parece una infusión fría acitrada. Los presentes se aglutinan en torno a la zona de acceso a uno de los salones de palacio, aquel en el que se presentó Kedal.

Cuando se abren la puertas pasáis junto al resto.

-Esta es una reunión oficial de política, se ruega a los asistentes que hablen siempre en presencia de un testigo, preferiblemente de otro clan o de un protector o magistrado, para dar legitimidad a los acuerdos y condiciones pre acuerdos que se pacten.

La gente empieza a reunirse en grupos de aquellos que se conocen entre sí, presumiblemente para acordar un plan de actuación o para dar constancia de su identidad. Sea como sea, no tardan en acercarse a vosotros a pedir vuestra presencia como garantes. Se os separa pronto.

La mañana se hace pesada, pues a pesar de que se os respeta y halaga, pronto se dedican a atender sus asuntos y el protocolo hace que incluso los temas más triviales sean difíciles de abordar.

Hokelsa sigue a Taramo escuchandole con atencion y callado. Solo cuando Taramo le mira, asiente con la cabeza y de su mano derecha hace un gesto con los dedos indice y corazon, cruzandolos entre si mientras dice, -Doble- Finge una tos para "aclararse la garganta" mientras deja salir entre sus labios la palabra "agente".

Despues de esto y sin mirar alrededor, fingiendo que solo fuese uina conversacion de comercio dice en voz clara -No se preocupe Honorable, sabe que siempre puede contar conmigo y que nunca me retraso en mis entregas. Tendra lo deseado antes del final de la semana Sigue andando a su lado y le dice en voz baja. -Seria conveniente seguir vigilando al delegado- Hokelsa sigue el paso de Taramo, esperando una respuesta para despues hacerle una reverencia y poder seguir con su trabajo

-Confío en tu criterio Kil -te tiende un vale monetario de mil ciclos, sin explicaciones, no es el pago, pues suele ser más generoso y esperar a que esté acabado, no esto son fondos.

Llegas a la reunión que ha comenzado y asistes al delegado, principalmente reuniendo la información necesaria para que al presentarse pueda dirigirse correctamente a cada invitado. Como bien dijo, no participa, solo está de observador al parecer. En determinado momento te dice -No es necesario que permanezcas a mi lado si eso te impide atender asuntos de interés señor Hokelsa, hoy no se van a tratar temas de mi interés.

A pesar de ser mi trabajo y todo un honor, siento un gran aburrimiento. Lo que me gusta es el trabajo real, no esta pantomima. En cualquier caso, puesto que no puedo hacer otra cosa, aguanto estoicamente todo el día rezando por que acabe pronto todo esto.

Hokelsa asiente con la cabeza al delegado y con gesto serio dice-Si esa es su voluntad señor delegado, me ausentare el tiempo del debate. Le esperare a la salida y si me permite, me gustaría poder almorzar con unos amigos protectores que han venido para la ocasión- Hokelsa hace una pequeña reverencia, espera la respuesta del delegado y sale de la sala de forma discreta.

Hokelsa no ha olvidado la familia Ketada y su problema de extorsión... y desea saber mas. Dedica el tiempo que tiene antes del final del debate a recaudar información de la familia.