Partida Rol por web

Tras un intercambio cortés pero escueto os quedáis totalmente solos. Se espera de vosotros que sigáis a los invitados para dar seguridad y tranquilidad.

Para cubrir un mayor área os separáis entre los invitados

Estando cerca de un grupo de seis hombres y dos mujeres que discuten acerca de las tasas impositivas se te acerca una de las mujeres.

-Honorable, nos honra con su presencia, soy Adelme Gadoi, será para nosotros un placer conocer su opinión, por favor, cuéntenos de su persona. 

Los demás te miran con gestos de asentimiento mientras uno llama a un sirviente para que te traiga una infusión de flores.

-Es un placer conocer a un protector de esta ciudad, veo que portáis las armas tradicionales, es un alivio, últimamente se ven cosas extrañas. Bueno, entonces, ¿qué opináis de elevar el impuesto sobre la tierra?

-Es él, es el protector que ejecutó hace tres días al conspirador.

-Nagata creo que se llama.

Esos murmullos se despiertan en algunos de los grupos por los que pasas.

-Honorable Gaaru, por favor acompáñenos, hace mucho calor, tenga un poco de agua de cítricos -te dice un hombre de cerca de cuarenta años con rostro jovial mientras te ofrece una taza de cerámica. -Soy Fanae, me dedico al transporte de cereales, le debo mucho a su institución. Viva el Rey! -dice con voz alta mientras te da la taza.

-Nakida -reconoces al delegado de la Golondrina Moidoi -Me han comentado que te has visto envuelto en una situación complicada, espero que no te impida garantizar nuestra protección.

- Encantado, Adelme, señores.- Saludo con una leve reverencia, tomando el sable por el mango como parte de la maniobra, indicando que pongo este al servicio de su protección. - Pues lo cierto es que mis padres son trabajadores de la ciudad, bueno, ambos ya están retirados, pero mis abuelos si que eran trabajadores del campo, por lo que procuro estar bien informado y preocuparme por el asunto, y lo cierto es que espero que en caso de que se suban nos de una buena razón, porque los pobres jornaleros y agricultores ya suelen estar más que presionados. Personalmente no estaría a favor a no ser que fuese absolutamente imprescindible, peor acataré lo que el clan decida, mientras la justicia esté ejemplificada en su decisión.- Comento, tomando la taza entre mis manos, dejando que su calor recorra mis brazos.

Con una ligera reverencia, Hokelsa quita su sombrero y le saluda cortes y formalmente. -Asi es delegado, Hokelsa Kil para servirle y sera un placer para mi acompanarle y ayudarle en todo lo necesario durante su estancia en la corte. No he recibido instrucciones concretas, asi que, me gustaria que pudiesemos hablar un tranquilamente antes de que empiece el reparto y las negociaciones- Le dice Hokelsa, indicando con su brazo la direccion del miembro de la familia Ketada y alejandose del grupo de gente- Ha venido acompanado Delegado? -Dice Hokelsa, mas concentrado en recuperar la conversacion del Ketada, que en escuchar una respuesta a esa pregunta tan simple.

-Oh, buenos días delegado Modoi. No os preocupéis, solo enviaron a tres contra mi y el culpable fue ajusticiado. Así que no debería haber motivo para preocuparse.

-Es una suerte que nuestro pueblo obre de forma justa entonces. Siempre resulta agradable ver jóvenes idealistas, me siento tranquilo de saber que nuestra seguridad está en manos tan integras, seguro que igual de hábiles.

-No señor, lo cierto es que se me ha asignado la tarea para evitar que se tomen decisiones sin testigos ni oposición -dice mientras te sigue en esa dirección. Luego habla de otra cosa pero apenas escuchas palabras claves como hijo o esposa, consigues escuchar otro retazo “Kedal no es idiota, deja de insultarme pensando que me expondré así” intuyes que lo ha dicho Ketada, lo cierto es que a pesar de la concentración están muy lejos y hay otros sonidos 

-Vaya, es cierto lo que dicen de ti entonces. Espero verte por aquí, esta noche representan la obra “dolor dorado” un poco pretensioso, pero he de reconocer que me gusta.

Dicho eso se marcha con otros y empieza a hablar con un hombre con la cara destrozada en cicatrices 

En mi ingenuidad acepto el alago pero no me encuentro demasiado cómodo hablando de estos temas con desconocidos, he contestado por cortesía y con sinceridad pero creo que no puedo aportar más al debate que esta gente parece querer entablar, así que contesto con un simple. - A su servicio.-

Volviendo a la conversación y centrándose un poco mas en su acompañante. -Y dígame delegado, conoce a alguien de la corte? -Dice Hokelsa de un tono sincero y franco, pero sin querer ofenderle- Me refiero, si he entendido bien, su intención es poder contrarrestar ciertas decisiones que serian poco recomendables para su región y si me permite y con todo su respeto, sería conveniente saber un poco de que pie cojea cada delegado. Eso podría darnos una ventaja en alguna de las negociaciones, o decantar una votación a nuestro favor. -Termina de decir con una media sonrisa divertida en su perfectamente esculpida barba.

-Cuando me dijeron que contaría con ayuda no imaginé que sería tan implicada, en cuanto pueda le daré las gracias a tu señor. -notas un ligero rechazo en su gesto al decir esto. -Por desgracia no conozco mucho, creo que podré asistir a la primera reunión por mí mismo, por si tiene asuntos que atender, pero si me gustaría contar con su presencia en el campo de ideas de esta tarde.

Luego mira a su alrededor y se dirige a una parte tranquila del jardín donde se sienta a meditar

La primera reunión empieza con puntualidad, en ella podéis asistir o no, eso depende de vuestro criterio, al fin y al cabo allí en principio están a salvo.

Sintiéndome responsable y queriendo formar parte de los encuentros del evento, pero sólo en mi papel como oyente y protector, decido asistir a la primera charla. La pregunta de los visitantes me ha hecho tener curiosidad sobre si ese es ele tema que se tratará y cual es el prisma que se le da desde el clan, o cómo es visto por nuestros visitantes.

Antes de unirme a ello, camino hasta una fuente pública cercana para refrescarme. Aún estando relajado no puedo dejar pasar el estrés que estos eventos me causan de manera indirecta, más que nada por tener que interactuar con extraños ajenos a nuestro día a día sin saber cómo comportarme ante ellos.

Tras esto me dirijo con paso quedo al foro dispuesto para la conversación.

Hokelsa hace una reverencia al delegado y con tono sincero -Le ruego me disculpe delegado si en olvide mis modales, pero, entiendo que se juega mucho en esto. Mi señor, como usted le nombro, me recomendó, pues cree, con su sabiduría de estas circunstancias, que podría ser provechoso para ambos. Solo quiero que usted vuelva feliz al norte mi señor contento y yo con el. -Termina de decir Hokelsa, poniendo su mano derecha en el pecho-

-Si me permite, me gustaría hacerle una pregunta y haré como le parezca necesario. -Dice Hokelsa al delegado, mirando hacia el, pero con la mirada baja- Tengo una pista de algo que podría sernos provechoso, una información que explotar, pero quizás no corra tanta prisa. Y de otro lado, me gustaría acompañarle a la primera reunión y ver que puedo sacar de ella. Lo que usted decida se hara señor Delegado-

Cita:

Acepto la bebida con amabilidad

-Viva el Rey.

Digo suavemente mientras elevo el recipiente.

Un placer. Igual le debemos a los comerciantes como usted, que ponen comida en nuestros platos y mueven la economia. Corren buenos tiempos eso sin duda.

Sonrio ampliamente, quiero ser adecuado a su amabilidad.