Partida Rol por web

Una vez todos estáis montados empieza el viaje al oeste. Gasiro no posee grandes caminos, en cuanto la distancia con la ciudad se hace evidente el camino se convierte en una senda ancha y clara pero heterogénea y a veces accidentada. Los prados dan paso a las colinas y con ellas a los bosques de sauce que crecen en las vaguadas. Cuando la senda pasa por un collado de acceso a un valle el cielo desaparece bajo un bóveda de hojas alargadas. El aire es más fresco pero también más pegajoso.

-Y yo que pensaba que las montañas del oso eran cálidas, tenía entendido que estas tierras eran mucho más frías. Supongo que aquí el verano se hace notar más.

En la tercera hora de viaje, cuando alcanzáis el collado un par de mujeres que están bajo la sombra de un techado os saludan

-Bienvenidos a la "Pausa Sabia" no solemos tener el honor de recibir a tantos y tan distinguidos viajeros.

Lo cierto es que lleváis un viaje que pese a no haber sido muy largo ha sido constante y sin pausa. Aún quedan cuatro horas de luz, pues las noches son cortas en esta época, pero vuestro estómago os recuerda que no estaría mal la pausa. 

Saludo con una revencia y una sonrisa a las mujeres y acariciando al caballo.

-Creo que a todos nos vendría bien apreciar las bondades del camino. Ademas de un refrigerio.

Doy una pausa para que la compañia haga los comentarios apropiados. Pero si que nos vendría ir bien alimentados y descansados.

Ante el comentario de Gaaru la mujer más joven entra corriendo a la gruta y sale enseguida con una jarra de vidrio rojo exsudante.

La que debe rondar la treintena se dedica a extender la sombra para que os cubráis del sol, aunque a esta hora de la tarde la temperatura es muy agradable bajo la caricia de la luz naranja. Y de todas formas por el ángulo de caída la sombra no está debajo del toldo.

Un alto en el camino es de agradecer, aunque llevamos prisa los esfuerzos se afrontan mejor con el cuerpo descansado.

Si bien es cierto que hay que perseguir la sombra, algo de líquido fresco y un asiento que no te jode el culo son de agradecer.

Así pues descabalgo y me trato de acomodar un poco.

Me mantuve en segundo plano sin decir nada, al fin y al cabo no estaba aquí para dar mi opinión. Bajé del caballo como hicieron los demás, estiré las piernas para acomodarme de la postura del caballo y le acaricié por su buen trabajo.

Me acerqué a Ammatam y a Hokelsa, que habían manifestado anteriormente su falta de práctica.

Si me permiten, puedo ayudarles a bajar. Dije en tono educado.

No quería reconocerlo, pero le dolía el culo de cabalgar tanto tiempo de continuo, al bajar a sus piernas le costaron retomar la forma normal, pudo sentir como se quejaban.

Bajo del caballo, nole quedó otra que aceptar la asistencia de senca(eso minimizó que se notara el efecto de un día de monta como aquel en ella) aunque aun así, al hacerlo tuvo que dedicar unos instantes a colocar sus piernas en su sitio, lo hizo poniéndose unas cuantas veces en cuclillas.

- No soy una ávida exploradora, debo reconocer. - Dijo con un deje de humor y resignación uniéndose a sus camaradas.

Sabia parada Gaaru, no me disgustas como líder. Bajo del caballo y me acerco al techado. -Buenas tardes buen hombre,¿Que se ofrece en esta humilde parada? A mis compañeros y a mi nos gustaría relajarnos un poco antes de seguir nuestra travesía. -Tras decir esto, me doy la vuelta y vuelvo a mi yegua, cogiéndole de las riendas mientras la acaricio y busco algún sitio donde pueda atarla.

Cuando la idea de bajar del caballo paso por la cabeza de Hokelsa, no sapo si el escalofria fue un chillido que venia desde su trasero atravesando su cuerpo hasta su cabeza, o si fue por la idea de que una joven llevase esa botella de agua y la idea de desalterarse un poco. Viendo como Senca me prestaba ayuda respondi - Muchas gracias honorable, pero mi sentido de la cortesia me pide que espere a que baje la magistrada, antes de poder aceptar su ayuda para desencajarme de esta maquina de tortura a 4 patas- Dije, sin mover ni un musculo de mi cuerpo aparte del cuello, por miedo a que estos se pusieran a gritar de dolor. Una vez Senca me ayudo a bajar... no sin morder (como durante la ultima hora de viaje) el tejido de la ropa de viaje que me cubria la parte inferior de la cara, Me estire antes de quitar el polvo que cubria mis ropajes, dandoles un tono palido... que me disgustaba horrores. Una vez presentable, me dirigi a la mujer mas mayor. Con voz tranquila y atercipelada le dije, -Ilustre mensajera del reconfort, tendria la amabilidad de traer un poco de agua perfumada para poder quitarnos el polvo del rostro? Tenemos una Autoridad con nosotros y tengo recelo de que su belleza se pudiese marchitar Dije esto sin girarme, y haciendo un gesto con la mano hacia la magistrada... Sin darme cuenta de que otra melena, en este caso, la de Nakida, se interponia en la linea de vision , antes de dirigirme a Nagaru-Porcierto, honorable Gaaru, quien se ocupa de los costes de hospedaje?, por desgracia con las prisas me deje la bolsa en mi habitacion. Una vez dicho esto, me dirijo hacia la botella de vidrio rojo exsudante, perdon, hacia la joven que nos ofrece el refrigerio, para agradecerle con una amplia sonrisa el gesto de cortesia.

Satisfecho de haber acertado con las necesidades de la compañia presente, también desentumezco mi cuerpo y aprovecho el momento para deleitarme con lo apacible del ambiente.

Thegren, a su manera, me muestra cierto halago y yo se apreciarlo.

-Y agradezco que sea asi honorable.

-Además hubiera sido un desperdicio dejar pasar esta hospitalidad Digo mientras la muchacha trae la jarra con el refrigerio que acepto con amable gesto.

Cita:

-Hokelsa amigo, no te preocupes por eso ahora. Guarda energias, pues bien creo que necesitaremos de tu ingenio mas adelante.

Con una agradable y amplia sonrisa, despues de haberme refrescado el gaznate, repondo a Gaaru con una ligera reverencia antes de decir: -Sus palabras reconfortan mi espiritu y todos los de mis ancestros. Mi padre, alli donde este, estaria orgulloso del hombre que soy hoy- Termino diciendo, con un tono melancolico acentuado por una brizna de tristeza en mi voz.

Recomponiendome, con la mano en el pecho y este inchado desmesuradamente digo -No le defraudaré honorable.

Dicho esto, me ocupo de que todo alrededor nuestra este debidamente ordenado y no me corto a ordenar tambien las pertenencias del resto sin faltar al respeto a nadie.... pero es que estos honorables el unico orden que entienden es el de la justicia y no el del karma y las buenas ondas que produce una mochila bien organizada.

Tras unos minutos agradables de descanso la mujer de tez ligeramente morena y envarada en una pose de orgullosa autoaceptación habla

-Creo que es hora de volver al camino. aún nos quedan algunas horas de luz y estaría bien aprovecharlas

Alius Daske se levanta y recorre las proximidades del puesto

Cita:

Con toda la pesadumbre de dejar de descansar propia de mi, incorporo.

Es muy cierto honorable, muy cierto.

Resuelvo el tema del pago, sin aspavientos. Y comento lo excepcional del alto en el camino y la buena hospitalidad.

Ya de vuelta al caballo me aseguro de que este en buenas condiciones y mejor trato que haya bebido y se encuentre en condiciones.

Ammat miró como Hokelsa la usaba de excusa para pedir lo que él quería y no pudo sino sonreír divertida.

- Con agua fresca y poder recobrar mi postura natural bastará - Rió Ammat sin dar importancia al asunto. Disfrutó de la pausa antes de que reaundaran la marcha, ya quedaba poco de la jornada. Hoy dormiría como una piedra.

Nadie puede ser todo, Respondí a Ammat en tono respetuoso.

Tras la pequeña conversación entre todos, en la cual me mantuve en un segundo plano, simplemente observando los alrededores, intentando ver que tipo de terreno nos esperaba, y sin separarme demasiado del grupo volví con todos ante las palabras de los magistrados y protectores de volver al caballo y continuar la ruta. Era pronto y además lo más inteligente en mi opinión.

Me acerqué a los caballos de Hokelsa y Ammat, y corroboré que todo estaba atado como debía. Para después hacer lo propio con el mío. Todo listo. Dije en tono neutro al grupo, para montarme en el caballo y esperar que el resto hiciera lo mismo y así continuar al siguiente destino.

Mientras inspecciono que todo este bien en m caballo y lleno mis dos botas de agua fresca, veo que Temno se hacerca para verificar que todo este bien -Muchas gracias Honorable Teemo de tomarse tanta molestia- Digo, haciendo una pequena reverencia y me dispongo a subir a mi caballo.

El rato de esparcimiento es agradable. Mis compañeros se apresuran a sentarse y disfrutar y yo no tardo en unirme a ellos. Disfruto de las chanzas que se lanzan con respeto y me uno añadiendo alguna de cosecha propia.

Al ver que el ánimo decae un poco y todos están callado, decido intervenir con una pequeña historia cuando Ammatam hace su comentario.

-Mi padre, Ganizur,  hace muchos años fue un aventurero famoso en el Imperio, andanzas que le trajeron a nuestro hermoso reino. Muchas noches, cuando la noche oscurecía la tierra y se acercaba la hora de ir acudir encuentro del lecho, nos contaba historias sobre sus viajes.

Durante su última etapa en tierras imperiales se unió a dos compañeros. Uno de ellos es un famoso príncipe de Xaz, Yunalí,  y otro de ellos un noble imperial, Zemosiar. Mi padre era el viajero experimentado y el único capaz de empuñar una espada. Yunalí poseía un basto conocimiento sobre las bestias, en particular sobre los dragones. Y el místico elementalista más poderoso que pisa la tierra. Zemosiar por otro lado solo poseía dos grandes virtudes, su ingenio y su pico de oro - digo mirando a Ammatam y a Hokelsa- Y cada uno supo sacar provecho de sus virtudes y lograban suplir, mediante el trabajo en equipo, los defectos de los otros. Y llegaron lejos. Mi padre, antes de llegar aquí fue nombrado caballero, un puesto intermedio, para después lograr ser noble. Zemosiar logro la mano de una guerrera de fama legendaria en esa tierra y se volvió tremendamente rico, aunque falleció hace más de veinte años. Y por su parte Yunalí hasta donde yo se recuperó las tierras que le habían sido usurpadas domando dragones. Si, domando dragones, tal y como suena.

Con esto quiero decir que, ellos eran tres, nosotros somos muchos más. Tenemos un deber y un proposito que guían nuestros pasos, no la mera riqueza y la gloria que persiguen en el Imperio Dríamo. Hablo de honor y deber. Y, mientras ellos guíen nuestros pasos, si trabajamos en equipo y nos apoyamos los unos en los otros,  es seguro que lograremos cumplir con nuestro propósito de forma inmaculada.