Partida Rol por web

Miro en dirección del humano maldiciendo nuestra mala suerte. Vuelvo a mirar a los seres del interior de la carpa intentando estimar los riesgos de la situación.

No perdamos tiempo Erdan, primero el lagarto, luego nos ocuparemos del humano que tenemos competencia.

Erdan escucha a Ologeron, asiente y dispara su primera hondonada de flechas hacia aquel curioso grupo de demonios y tipejos encadenados.

Si acabamos con estos demonios y no se desintegran ni nada, creo que veo una posible solución a nuestros problemas...

En cuando falla mi intento de dormir a Horacio no me resigno y trato de calmarle para que no use la violencia contra nosotros.Pero por unos instantes mi atención se dirige hacia mis compañeros.

¿Están combatiendo?,espero que se las puedan arreglar solos,trataré de calmar a Horacio.

¡Horacio!.Le llamo por su nombre para que se dirija hacia mi.No te preocupes,hemos venido a ayudarte,unos diablillos han entrado en tu circo,y solo tratamos de ahullentarlos.Si quieres puedes ayudarnos.

Aquí van las iniciativas. La cosa queda así:
- Diablillo 2
- Diablillo 1
- Horacio Quigley
- Quarion
- Shupo
- Erdan
- Zorith
- Ologeron
- Raspit

Como Erdan "inició" el combate con su disparo, tienes un turno extra para realizar dicho ataque de sorpresa, luego empezaríamos con la ronda normal y la iniciativa que puse en el post anterior.

Cualquier duda del reglamento que tengáis, lo comentamos en offtopic mejor.

Suerte.

Erdan coloca dos flechas en su arco, que salen disparadas con mortal puntería hacia uno de los diablillos.

El arquero es la primera vez que se enfrenta a criaturas de origen demoníaco, y no está del todo convencido de si sus meras flechas les afectarán.

En cualquier caso, las dos parecen haber dado en el blanco.

Veremos si estos bichos aguantan tanto como asustan, reflexiona el elfo mientras se retira para dejar paso a ologeron y a sus compañeros.

Vale, vuestro turno. ¡A por ellos! ¡En taro Adun!

Los diablillos sorprendidos por el ataque no pueden esquivar las flechas. El mas cercano a vuestra posición, al cual Erdan disparó las dos flechas, queda casi abatido y sangrando, herido de muerte. A causa de los disparos se rasga algo mas la tela de lo que ya estaba, dejando totalmente visible al demonio Zorith (aún empequeñecido) y a sus dos ayudantes diablillos.

El diablillo herido y atravesado por las 2 flechas, reúne las fuerzas que le quedan y exhala un proyectil de fuego en dirección a aquel elfo que le había hecho tanto daño, aunque si proyectil acaba desviado quemando parte de la tienda.

Casi como reacción immediata a su compañero diablillo, el que estaba mas alejado y que no recibió ningún flechazo tambien exhala rapidamente una llamarada de fuego hacía el elfo. Este último apuntó mejor. Un chorretón de fuego mágico impacta en el torso del elfo infligiéndole heridas.

Horacio totalmente alucinando con lo que esta pasando se disponía a acercarse a Quarion para pedirle explicaciones, vio de repente aquel elfo disparando hacía su carpa, luego esta se incendió parcialmente revelando que unas extrañas criaturas estaban dentro.

Iluminado por las llamas de su carpa, Horacio se fijó en como todas sus posesiones mas preciadas estaban rotas o quemadas, cayendo de rodillas al suelo sollozando.

- Oh no.. toda mi vida.. mi trabajo, os maldigo a todos!!

*Saber arcano: éxito*

Zorith, el demonio que buscáis para encarcelar de nuevo es un poderoso diablo de las cadenas. Tal y como relataron los kóbolds, su pueblo lo había encerrado en una especie de caja y por eso ahora es de 1/4 de su tamaño real y muy debilitado. Tal y como explicaba Raspit el kóbold, sólo queda esta noche para encarcelarlo o sino acabará el efecto del hechizo y volverá a su tamaño real, cosa que puede ser muy peligrosa.

Los diablos de las cadenas son torturadores sádicos de los desventurados, y disfrutan de su papel como carceleros y torturadores de los Nueve Infiernos. Tratan de capturar sus víctimas vivas, para que el sufrimiento de un enemigo derrotado pueda ser prolongado durante días. También conocidos como Kyton, estos diablos pueden utilizar sus cadenas armadas que les rodean para azotar y envolver al enemigo.

--------

Estos diablillos parecen la consorte del demonio Zorith. Suelen actuar como espías y emisarios para diablos mas poderosos

Resisten fuego 10
Ataque mordisco (cuerpo a cuerpo)
Ataque escupitajo de fuego (distancia)

Horacio,mantente al margen,la carpa está ardiendo por que dentro de ella hay demonios.Tanto yo como mis compañeros tratamos de ahuyentarlos.

Le digo a Horacio para tratar de calmarlo.

Ologeron,Erdan...hay está Zorich el mismisimo demodnio del que hablaban los Kobolds,tratemos de noquearlo.No podemos permitir quel logre recuperar todo su poder.

Me acerco hasta los demonio,de modo que estén al alcance del más letal de mis conjuros.

Zorich,has venido al lugar equivocado,le digo mientras le apunto con mi dedo índice,del que surge una resplandeciente flecha de un líquido verde brillante,la cual se precipita como un rayo hacia Zorich,impactándole sin piedad.El ácido de la flcha salpica sobre los diablillos.

El poderoso conjuro del mago eladrín impacto de lleno en el torso de aquel demonio encadenado, quemando trozos de carne. Los diablillos cercanos pudieron apartarse a tiempo para que no les salpicase aquel chorro de ácido. Zorith retrocedió unos pasos ante el impacto dejando a la vista algo que tenía bajo sus pies, una forma amorfa y ensangrentada recubierta de muchas cadenas.

Por la exclamación tanto de los kóbolds como de Horacio, pudisteis deducir que aquellos diablillos habían matado a Lumbie, seguramente de alguna manera descubrieron que era una pieza clave para los propósitos de sus adversarios. Quizá los diablillos os habían espiado, o Tormento les había vendido la información, pero de cualquiera de las maneras aquel gordo kóbold estaba muerto.

El fornido kóbold siguió escondido entre la maleza, al parecer no querían descubrir su posición ante Horacio y preferían mantener el anonimato. Una mirada de reojo hacía su posición desvelaba como Shupo tenía agarrada la katana con ambas manos dispuesto a saltar al combate, pero Raspit le increpaba que no lo hiciera o fracasaría el plan.

Erdan se acerca de nuevo a la tienda y trata de eliminar a uno de los dos diablillos, para que al menos no tengan que preocuparse por sus bocanadas de fuego. Coloca de nuevo dos flechas en su arco, dispuesto a terminar con cuantos más enemigos, mejor. Pero el dolor de la llamarada le impide concentrarse adecuadamente, y sus dos flechas salen muy desviadas del blanco.

Zorith alzó unas cadenas que tenían atrapada la cabeza de Lumbie. Aunque aquel demonio era del tamaño de un mediano, parecía tener mucha fuerza aún.
- Jajaja! Idiotas - con un ademán arrojó la cabeza de aquel kóbold en medio del suelo para que la vieseis todos. - Vuestro plan para detenerme no ha funcionado. - dijo y estalló a carcajadas que sonaban algo agudas por su cambio de tamaño.
- En cuando salga el sol, volveré a mi tamaño normal, y acabaré con mi venganza, destruiré este maldito pueblo y luego arrasaré ese poblado kóbold, que tuvieron la osadía de encarcelarme.

Tras estas palabras os dais cuenta como la noche había pasado volando, entre la espera, el plan y el combate ya empezaba a vislumbrarse algo de claridad en el horizonte, en pocos minutos saldría el sol.

Quitándoos de vuestro pensamientos, Zorith alzo una de sus manos y de repente, apretó el puño como si agarrara algo. Al principio no sabíais que pasaba, pero un grito ahogado de Horacio os hizo dar cuenta de lo que había ocurrido. Un trozo de cadena, que había avanzado como una serpiente, estaba trepando por el cuerpo de Horacio Quigley, y ahora le estaba ahorcando.

Ataco gritando con el grito de guerra de mi clan. Por desgracia mi alabarda es esquivada por el diablillo.

Maldito seas, te voy a despellejar.