Partida Rol por web

Os encontrais ante el Night Owl, el ultimo local  de moda en la ciudad. Pero claro, ya sabeis como funciona en Night City el rollo de los locales de moda. Solo lo sera durante una semana aproximadamente, o hasta que aparezca otro local que le quite el liderazgo. Sin embargo, eso ahora no importa. Estais aqui porque vuestro arreglador os ha conseguido un trabajillo. Rapido, facil, y mucha pasta. O al menos, eso os han prometido. El local esta en unos subterraneos, por lo que para llegar es necesario bajar unas escaleras. Un gran buho de neon señala la entrada al local.

Nada mas entrar, el sonido de la musica os retumba. Musica punk a todo volumen os hiere los timpanos. Lo primero que se os ofrece a la vista es una barra que esta frente a la puerta, que esta vacia excepto por una preciosa chica rubia, y el barman, un hombre joven con una larga cresta, pantalones militares y una camiseta varias tallas mas grande con el simbolo de la anarquia.. Una puerta a vuestra izquierda conduce a una enorme y abarrotada sala de baile, de donde sale la musica y destellos de luces multicolor. A la derecha de la barra se encuentra el reservado, medio oculto por las sombras, lo que lo hace ideal para las reuniones clandestinas. Habeis quedado con vuestro contacto a las 12:30, y ahora mismo son las 12:15, por lo que aun no ha llegado. Pero hay otro problema: el reservado se encuantra ocupado por una panda de macarrillas, y no parece que tengan intencion de irse.

Solo sabes que un tal "Sr. Ecko" te encargo reclutar una panda de mercenarios para una mision de recuperacion. Ni siquiera sabes su aspecto, ya que te contrato a traves de un tercero. Despues de agrupar a un puñado de bribones, recibiste un mensaje citandote en ese lugar a esa hora. Aun no sabes en que consiste la mision, ya que sera el quien te de los detalles, pero te ha prometido un buen pellizco tanto a ti como a tus compañeros.

Miro a los que se encuentran en el reservado y trato de ingresar al mismo buscando un lugar para sentarme asegurándome de tener mis armas a mano.

Miro al grandote seriamente y le digo

Oye, tu decides; o te quedas o te vas pero este lugar va a explotar enseguida; tu sabes como es el tema con los bares de moda y parece que a este lo quieren "bajar" rápido... 

Dicho esto, miro a los alrededores a ver si no lo veo en ningún lado a mi arreglador. Y camino hacia la puerta del bar como si hubiera estad hablando en serio, mirando mi reloj y con una mano en mi saco tomando el mango de mi 9mm por las dudas

A ver si funciona, nunca se sabe con estos pandilleros estúpidos...

[Mi personaje es una mujer con rasgos asiáticos, mide sobre 1,75, de complexión atlética, pelo negro y largo recogido en una coleta y algunas cicatrices en el cuello de lo que parecen viejas quemaduras. Ahora viste un poncho de lluvia de color verde oliva, de los que usa el ejército chino, chaqueta ajustada gris de deportes, pantalón negro de chandal amplio con botas militares. Lleva guantes de piel y un pendiente con una Hello Kitty de plástico barato en la oreja izquierda.En el hombro bajo el poncho parece llevar una bolsa de deportes negra no muy abultada.]

Llevo dando vueltas por el exterior del local como 50 minutos. Familiarizándome con los alrededores, recorriendo callejuelas, observando posibles entradas y salidas del lugar y disimulando mientras me quedo con esta parte del barrio. Nunca había venido por aquí y la ciudad todavía tiene muchas zonas que no conozco. Finalmente me decido a entrar en el local, no tiene buena pinta, sin porteros en la puerta, aquí los zumbados pueden montarla sin freno... no durará mucho.... si no lo destroza alguna banda lo hará la policía la primera que algún tarado la organice en plan serio.

Con cuidado desciendo las escaleras, me aseguro de que la bolsa de nylon no se vea demasiado bajo el poncho militar y tras un vistazo rápido me acerco a la barra. Observo con disimulo a la rubia y al camarero y me voy a la zona de la barra más alejada del reservado. Ese tipo se la está buscando con esos chavales. Me siento en el taburete, pido una cerveza , coloco la bolsa de nailon sobre mis rodillas bajo el poncho y aguardo mientras observo como va la escena mientras me fumo un cigarrillo...

"Vaya...el Night Owl, he oido hablar de él. Parece que se ha hecho famoso muy rápido. No será por su música"- Sonrío mientras mi propio chiste dibuja una mueca en mi rostro a medida que bajo por las escaleras. Llego justo unos minutos antes de la cita. Seran y 20 pasadas por mi reloj, aunque tampoco es que vaya muy en hora. La próxima vez tengo que intentar ser más profesional o no conseguiré una buena reputación. Miro alrededor mientras me dirijo hacía la barra. -"A lo mejor la bebida está mucho más acorde a la fama"- Que noche de humor llevo. Mientras espero que el camarero se acerque observo a la chica rubia y le envío una sonrisa. Esas cosas nunca están de más. Pero la verdad es que la chica llama la atención, algo tan bonito como fuera de lugar en un antro así. No se puede decir lo mismo de la asiática del final de la barra. Miro de nuevo a mi reloj y respiro aliviado al ver que aun no es la hora. Sin embargo, advierto la situación en el reservado y por el momento espero mi cerveza y observo lo que acontece en él.

*Entro en el pub, y escucho buena musica, sonrio cuando entro y me quito mis gafas de sol, acontinuacion voy buscando la barra hasta que la encuentro para esperar a los demas...

Vaya vaya esto musica, disfrutare de ella mientras espero, a este tipo michael, espero que traiga algo buena para pillar pasata

Si me es posible intento percatarme del armamento de las personas de la sala, así como de los puntos más resguardados. Para estar preparado para la ocasión.

- Claro tío, punk joder, me gusta este garito - Me gusta el punk, coño -. Así si entra uno rápido en calor - decía mientras me echaba un pitillo a la boca.

El Night Owl era un sitio más de Night City: te podían apuñalar o, en su defecto, volarte la cabeza en cualquier momento; te podían invitar a unos tragos si eras un tipo guay, o podías acabar arrastrándote por el suelo lleno de sintecoca hasta las cejas, en fin, lo que todas las noches. Teníamos un trabajito entre manos, no tenía ni puta idea de quien era, seguramente un chico de los Donuts* que busca venganza o sangre. Pero bueno, con esos nos divertimos y nos sacamos unos pavos para una fiesta.

Oía aquel sonido metálico y estridente flotando alrededor del local, mientras las puertas retumbaban por el ruido. Allí dentro la cosa tenía que ser bestial; lo mismo íbamos a pasarlas putas para mantener una conversación en condiciones, pero así eran los tratos. Pocas veces había entrado en el sitio ese, y si lo había hecho en más ocasiones me iba lo suficientemente borracho como para no recordar nada. A ver, si no las cosas no tiene gracia.

Al entrar en el garito una bocanada de humo por poco me tira al suelo.

- ¡Joder, sí que se "fuma" aquí de todo, jodidos torcidos*! - pensé.

El panorama era el de costumbre: luces psicodélicas, ruido que te cagas y alguna chica guapa a la que tirarle los tejos. Pero en fin, eso podía esperar; o hacerse a la vez... joder, iba a lo que iba. Eché un vistazo rápido intentando reconocer entre ese infierno de humo, crestas y cadenas a los ronin* con los que había quedado en aquel lugar. Al principio fue complicado pero poco a poco pude divisarlos. La mayoría de ellos estaban en la barra.

- Joder, chicos - y dirigiéndome a la chica de rasgos asiáticos educamente - y señorita, - volví al grupo - me podíais haber esperado ¿no?¡son las 00: 30! - sonreí - ¡Ja, es coña, soy Michael, vuestro hombre bolsa*.¿Estamos todos? Me falta uno, ¡míralo! ¿ya está buscando bronca? Bien bien, me gusta ese tío! Acerquénemos, quizás necesite una mano

Palpeé mi chaqueta por encima, esperaba que no se me olvidara el arma. No no, menos mal.

Saludo con una leve inclinación de cabeza al tal Michael, apuro mi cerveza mientras apago el pitillo y me incorporo sujetando la bolsa negra en mi hombro izquierdo bajo el poncho. Miro en dirección al tipo que parece haber hablado con los pandilleros y sigo tras Michel a unos 6 metros, por detrás y a su derecha dejando la mano derecha libre por si las cosas se complican. Me voy quedando con posibles coberturas en caso de que se monte un tiroteo mientras avanzo discretamente.... espero que el tal michael sepa controlar la situación sin tener que llegar a las manos... veamos que tal profesional de las calles es... pienso mientras no les quito ojo de encima a los pandilleros...

El jefe de los pandilleros, despues de intercambiar algunas bromas con sus compiches (por lo que podeis oir, parece que estan cuestionando la sexualidad de Ben), se acerca a Ben Etom. El tipo tenia un aire singularmente extraño, peinado con un mohicano teñido de rojo, y vistiendo lo que parece ser una armadura. Cuando te habla con su cara a pocos centimetros de la tuya, casi te tumba debido al olor. Oye, chulito, ¿eso de antes no seria una amenaza, verdad? Por que si lo era, tal vez mis amigos y yo debamos mandarte a reflexionar a un Trauma Center. Puede que el pasarte el resto de tu miserable vida sin huesos te haga aprender a no meterte con los que son superiores a ti.

 Miro al grandote y esbozo una sonrisa despacio

Quedate tranquilo, si yo fuera a reventar esto; ya hubiera explotado. Y no, no fue una amenaza, pocas veces amenazo...

le digo tranquilamente sin dejar de verlo a los ojos

Bien, media hostia, en ese caso sera mejor que te esfumes de aqui antes de que diga ya.

Despues de unos segundo sosteniendoos la mirada, ambos girais la cabeza a la vez. Bah, ni siquiera merece la pena el esfuerzo. El tio se da la vuelta y vuelve al reservado con sus amigotes.

 Me dirijo hacia la barra tranquilo y miro un poco hacia el grupo de gente que se encuentra alli mientras me siento en algun banco un poco apartado del grupo y miro la hora.