Partida Rol por web

Al cabo de unos instantes aparecéis todos al lado de Ioli, contemplando con curiosidad el lugar.

Ésta es la sala donde las víctimas de la campana del pantano van a parar en su estado de aturdimiento. Los héroes despiertos pueden llegar a ella entrando en el estanque, y después andando o nadando bajo el agua unos pocos metros hasta una abertura en uno de los lados del mismo. La abertura conduce a un estrecho pasadizo, que emerge a la cámara semisumergida. La sala carece de rasgos, y tiene muros de piedra húmeda, y una oscura arcada que lleva al sótano principal.

No necesitáis tiradas para daros cuenta de que hay huellas abundantes de hasta dos pares de botas enanas, amén de cierta cantidad de huellas de pies palmeados. Las huellas de los enanos avanzan hacia el pasadizo.

- Parece que nos dejaron las migas de pan para seguirles, dice divertido Fredegar.

- Parece que, al fin y al cabo, seguimos la pista correcta.

- El problema es que no estamos solos, supongo. - Dijo Mata señalando las huellas que había en el suelo. - Creo que nuestros amigos enanos están siendo perseguidos por esas cosas. Supongo que merodeadores del pantano. -

Por lo menos, el tañido de la campana ha parado.

Merodeadores del pantano...

Ioli no tiene tanta experiencia como Mata en estos entornos, y no se le ocurre nada que pudiera ser un peligro para los enanos dentro de un pantano. Quizá la misma fuerza que tañía la campana será el enemigo.

Los enanos son solo dos y probablemente estén heridos. Tenemos que ir en su ayuda.

Dice mirando el pasadizo.

Fredegar apresta su arco y dice: No perdamos más tiempo

Eurainon asiente a las palabras del resto del grupo mientras observa el lugar con curiosidad. Luego una sonrisa se adivina en su cara habitualmente tensa y mira al enano

- Decidme que estoy viendo a un enano vivo, Akin hijo de Ai, pues si sois un fantasma que va a maldecidme durante la eternidad quiero estar preparado - comenta respondiendo así a la broma que el enano había realizado antes de introducirse en las aguas. Luego asiente, como pensando para si- Rescatemos a tus compañeros

- O estáis viendo un enano vivo... o yo estoy viendo un elfo muerto...  -respondió el aludido con una sonrisa.

Estáis en las escalinatas, que suben desde el agua. El resto de la sala está moderadamente seco.

Vaya.

Exclama Ioli, caminando por la sala y observando las paredes y la otra salida.

No sé qué trajo a los enanos hasta aquí, pero seguro que no el deseo de darse un chapuzón.

- Sólo hay dos caminos para seguir, y os aseguro, amigos míos, que no tengo muchas ganas de volver a mojarme entero. - Dijo Mata mientras señalaba con el dedo índice el agua.

Sonrió, ante el comienzo de otra aventura.

- Vamos a rescatar a esos enanos. -

Eurainon asintió, observando el interior del lugar en donde se encontraban

- Noto algo malo aqui - dijo cedido a las aprensiones que habian ido adueñándose de su corazón desde que atravesaron el pantano-  Extremad las precauciones  

El enano sacó su piqueta, que sopesó en la mano derecha. En la siniestra embrazó su escudo. Fuese lo que fuese que iban a encontrar más adelante estaba listo para afrontarlo al modo enano.

Avanzáis hacia el norte.

La segunda sala que os encontráis es una vasta cámara abovedada, que presenta seis aberturas en forma de arco, tres al lado derecho y otras tres al izquierdo. El arco más alejado a la derecha es mayor, y está decorado con piedras multicolores.
En el muro del lado opuesto a la entrada, hay una estrecha chimenea vertical, que lleva a la superficie (se puede notar una débil brisa si alguien mete la cabeza en la chimenea); en el interior cuelga una cuerda de campana. El suelo en el interior del confinado espacio de la chimenea está repleto de plumas de corneja y de excrementos de pájaro.

Las huellas de los enanos van hacia el arco decorado con piedras multicolores, del que arranca un tramo corto de escaleras que bajan.

- Deberíamos asegurar un poco el resto de salidas no sea que los seres de las huellas palmeadas anden por aquí, dice Fredegar mientras revisa el suelo en busca de dichas huellas.

Hay huellas de pies palmeados por todas partes, más hacia el lado izquierdo (según se mira el mapa) que al derecho.

Demasiadas huellas... ¿por dónde habrán ido los enanos?

Mata se agachó.

El ya conocía las huellas de los enanos, sabía que rastro debía seguir.

- Veamos hacia dónde nos lleva esto. - Dijo entre dientes.

Ioli está poco cómodo bajo tierra, pero al menos la sala actual es amplia. Cambia la lanza por el arco, colocando una flecha en la cuerda y cubre a sus compañeros que analizan las huellas.