Partida Rol por web

Hieronymus recordó en ese momento al resto del equipo y siguiendo el protocolo de contacto periódico que había establecido con Heinrich se colocó el comunicador y encendió y apagó dos veces la comunicación en el canal de todo el equipo. Tras los dos chasquidos que todos escucharon en sus oidos dijo:

- Hotel, aqui Jerom. Aqui todo está tan silencioso como el pozo de una mina o la tripa de una Gorgona. Las comunicaciones sobre todo. Pero en breve estaremos ahí - el arbites había hecho referencia a la mina Gorgónida, la primera misión en la que el soldado y él habían trabajado juntos, bastante tiempo atrás. Muy pocos más allá de ellos dos sabrían que la mina resultó no ser nada tranquila. Esperaba que así Heinrich supiera que habían encontrado algunas dificultades. Así, el mensaje sería seguro aunque pudiera haber alguien escuchando o sus comunicaciones intervenidas.

- Informe de status. Repito. ¿Informe de status?

- ¿Cómo está el Lord? - añadió pensando en el decidido y tembloroso adepto que había dejado en la otra cubierta.

Heinrich se envara al oir la referencia de Hieronymus, nada bueno podian augurar las indicaciones del viejo arbites y menos habiendo reliquias herejes de por medio...

-Jerome, aqui Hotel. Subimos a la cubierta superior, parece que el Lord quiere relacionarse con un colega. Hay indicios de que algunos pasajeros son mas sociales que otros-Dice haciendo referencia al intento de socializar de Octavia ante la pasividad de los "salvajes"- Sin mas novedad. Cambio.

El guardia sonrie al nervioso Urtzi y le susurra

-Estas bordandolo. Sigamos.

Examinas con ojo experto la esfera metálica que sostiene Isolda. Está maravillosamente construido, de eso no te cabe la menor duda; y es impresionante que lo habite su propio espíritu máquina para tener un tamaño tan pequeño, por no decir que ese espíritu máquina rebosa energía y actividad; ni si quieras aciertas a imaginar cual es exactamente la fuente de energía.

Mientras te deleitas con toda esta información, un recuerdo de tus años de instrucción aparece con claridad en tu mente. Era uno de los más recientes intentos de desarrollar nueva tecnología no herética*. El dispositivo está en constante funcionamiento, esperando una señal a distancia para romper un minúsculo vial de ácido, gas, u otra sustancia igualmente volátil, guardada en su interior.

El dispositivo fue finalmente prohibido, ya que el espíritu máquina se volvía tan furioso encerrado en tan diminuto artefacto, y funcionando sin descanso, que normalmente terminaba por descontrolarse y activarse sin haber recibido la señal.

Orionus realizo un movimiento con la cabeza afirmando que había entendido las instrucciones de Urtzi y se movió a la cubierta superior con el resto del grupo mientras comprobaba detalles en el aspecto, vestimenta de los invitados, empleados del barco y objetos que pudieran ser sospechosos en un barco.

El asesino a medida que iba pasando por cerca de los invitados y empleados del barco. Iba realizando mentalmente un listado de las armas que eran visibles por sus portadores para evaluar el peligro y pistas que pudieran sospechar de un atentado en el barco.

Acompaño a Urtzi y vigilo que no le pase nada.

Creías haber visto uno de aquellos aparatos antes. Pero ¿donde? ¿y para qué servían? Habías pasado por más años de servicio de los que muchos podían recordar, y muchas cosas eran familiares y desconocidas al mismo tiempo. Aquélla esfera metálica era una de ellas.

Antes de subir echas un último vistazo a Vymer y Quill. Ambos llevan armaduras que no se molestan en ocultar, uno de ellos lleva una pistola anormalmente grande, y el otro, algún tipo de escopeta. El grupo de clérigos no te preocupa lo más mínimo; parecen totalmente desarmados, indefensos e inofensivos.

De pasada os cruzáis con algunos miembros de la tripulación y ves varias pistolas enfundadas en sus vainas. Al subir ves a Lanus y su criado, ambos aparentemente desarmados; así como a Octavia y su séquito. De estos últimos Octavia parece desarmada al igual que el indiferente y enfermizo tipo de la máscara, mientras que sus 2 guardaespaldas están armados de forma similar a Vymer y Quill, solo que con armas básicas láser.

No le des importancia. Tu publica tus turnos cuando puedas, prevalece antes los descansos que el ritmo de la partida.

El arbites sabía que había visto aquel dispositivo, quizás hacía años. Maldita sea. Lo había visto, lo sabía. Sin embargo no conseguía recordar donde. Hieronymus miró a Arcturus e hizo un mudo gesto de interrogación. El tecnoadepto debía saber de que se trataba, pero no había abierto la boca.

Hieronymus se mordió el labio inferior con impaciencia. No quería decir en voz que esperaba una respuesta y que esperaba que esta fuera adecuadamente discreta. Quizás aquel dispositivo comprometía sus comunicaciones y era mejor que quien les espiara desconociera que lo habían descubierto.

- Deberíamos terminar aqui, salir y echar un vistazo fuera - se permitió decir el arbites en voz alta. Pretendía abrir alguno de los compartimentos adyacentes y evaluar a alguno de los grupos que les acompañaban. A fin de cuentas aquella era la misión que les habían encomendado en los Salones de la Cancillería. Para ello debían ser discretos y rápidos. Si les cogían en ello, las cosas se pondrían prematuramente calientes.

El tecnosacerdote se inclino para observar la diminuta esfera en detenimiento. Durante unos segundos solo se escuchó una respiración mecánica bajo el respirador integrado entre los muchos implantes de los de su clase. Finalmente, se pronunció.

- Impresionante; no creía que aún existieran de tal calidad... Es un detonador a distancia, pero no es explosivo. Contiene, o fue diseñado para contener, ácido. - Se giró hacia Gianna - Precaución, el espíritu máquina es inestable e iracundo. Se prohibió estos dispositivos por activarse sin el consentimiento del usuario. -

Subiendo por las escaleras a la cubierta principal os cruzáis con algunos tripulanes ocupados en sus quehaceres. En la cubierta superior hay menos actividad, y parece más preparada para que los pasajeros ocupen su tiempo de ocio. En el centro hay dispuestos una serie de hornillos, refrigeradores, y otros dispositivos domésticos rodeados por mesas y asientos, que hace las veces de cocina y bar para la nave.

Precisamente en los asientos de ese bar están sentados Lanus, con su omnipresente criado-adepto inclinado sobre la pila de papeles que llevaba a cuestas y que ahora ha desplegado en gran parte sobre la mesa; y Octavia, que hablaba animadamente con Lanus mientras agitaba una bebida en su mano izquierda. Sus guardaespaldas se mantenían a unos metros de distancia, pero el tipo de la máscara estaba sentado a su lado con otra bebida enfrente suyo, tan inmóvil como si fuera una estatua.

Comenzasteis a dirigiros hacia ellos cuando Octavia terminó su copa apresuradamente y se despidió de Lanus acariciándole el mentón con aire juguetón. Se levantó y salió hacia uno de los balcones anexos, seguida por sus guardaespaldas y el otro tipo, que había dejado la bebida intacta sobre la mesa.

El ceño que se ve de Heinrich esta fruncido. Dejar una bebida sin tocar, era de lo mas sospechoso. Y mas aun si estabas compartiendo el tiempo y la bebida con una apuesta mujer. Ya que estaba claro que el individuo de la mascara plateada no era un

Un escalofrio recorrio la columna de Heirnrich, la mascara plateada ocultaba por entero el rostro del endeble acompañante de la joven, lo que ocultaba su verdadero rostro, Heinrich se ajusto su opaco visor, incomodo. 

Por otra parte, la actitud extrovertida de la joven dama Octavia era de lo mas intrigante, el ambiente que les rodeaba era cordial, pero, como alguno del grupo decia, no dejaban de ser competidores en la puja. Quiza los intereses de cada uno de los participantes no se vieran en conflicto por alguna reliquia en concreto y la fiesta continuara en paz. Pero sin duda si alguien ganaba una puja que otro participante queria, podia encontrarse con un enemigo.

-Mi lord, parece que su colega de profesion y acompañante estan disponibles.

Le dice a Urtzi.

En cualquier caso, buen trabajo, hermana -añadió el tecnosacerdote; al fin y al cabo, el arbites y él se habían dejado los sentidos en analizar la sala, sin éxito alguno.

-Una verdadera maravilla...-continuó Arcturus, que no solía mostrarse tan locuaz. -No es una tecnología herética, pero su espíritu máquina es.. demasiado irascible, inestable. Por eso se consideró inadecuado, y está prohibido. Se invoca a distancia. Sugiero -se dirigía ahora a Homron- que nos deshagamos de él, es sumamente peligroso; o al menos que lo saquemos de aquí. Sería muy interesante encontrar al poseedor del mando que lo activa. También sería útil buscar el mismo artefacto en otras habitaciones; sabríamos si nuestro "Lord" es alguien especial o si es un mecanismo preparado para cualquier viajero del Cygnan...

Orionus se mantenia en el grupo y continuaba mirando por todos lados por la seguridad del grupo pero aparentando que protegia solo a Urtzi.

Antes de interrumpir una posible conversación de Urtzi con Lanus le susurro Orionus a Urtzi "Lord tenemos bajo nivel de peligrosidad en armamento en el entorno".

El arbites retrocedió un poco de forma inmediata al oir las palabras del tecnoadepto. A pesar de que este valoraba la pequeña esfera sin miedo, volteándola en su mano hacia uno y otro lado una y otra vez. Irascible, había denominado el espíritu del dispositvo. En palabras de Hieronymus eso significaba que podía romperse en cualquier momento empapando en ácido todo a su alrededor. Alejándose de forma perceptible un poco más dijo, esta vez sin susurrar.

- La potencia de este disposito ¿la conoceís? ¿Es capaz de dañar a todos los ocupantes de la estancia o tan sólo es capaz de dañar la puerta o la bisagra para permitir la apertura de la misma?

Mientras el tecnoadepto emitía un sonido semejante a un ronroneo, que siempre era audible antes de una de sus respuestas técnicas, el arbites, al alcance de dicha respuesta, se dirigió a las demás puertas de la estancia doble y del baño en busca de otros dispositivos similares que pudiera haber ocultos en otras bisagras. Sabiendo qué andaban buscando y dónde sería mucho más fácil encontrarlo que la primera vez que lo hicieron*. Ahora quedaban dos preguntas.

¿Para qué? podía tratarse de una forma de acceder a la sala aún estando ésta defendida o bien una trampa para todos los ocupantes, según la potencia del dispositivo.

Y ¿quién? algo que sin duda sería bastante más difícil. Más adelante revisarían, como había recomendado Arcturus otro de los compartimentos para ver si habían sido "equipados" de la misma forma. Si los demás compartimentos disponían de algo así, probablemente sólo el dueño de la nave o uno de sus tripulantes dispondría del tiempo y la capacidad de acceso suficientes para colocarlos. Si sólo su equipo había sido víctima de tal intromisión el asunto sería mucho más serio. O bien alguien había descubierto su papel, lo que sin duda implicaba un topo en la organización del Inquisidor Marr o bien, tenían un enemigo jurado de Ezequiel Sunder, la tapadera de Marr, lo que era casi tan peligroso. Quizás su nuevo patrón se había guardado en la manga información importante... Divino Emperador, como odiaba las sorpresas.

El arbites encendió el comunicador con un toque dispuesto a explicar la situación a la otra mitad del equipo. Ellos casi habían terminado aqui abajo, pero aún quedaba algo importante y peligroso que hacer. Esta vez fue más claro en sus mensajes, no parecía haber dispositivos de escucha como había temido y además el tiempo corría en su contra.

- Hotel, aqui Jerom. Las comunicaciones no parecen comprometidas. Inés tiene algo. Hemos encontrado un dispositivo en nuestra puerta, algo con la capacidad de volarla. Ácido - el arbites pudo imaginar y casi creyó escuchar como Gianna y Urtzi tragaban saliva al nombrar este último.

- Voy a abrir otro de los compartimentos y comprobar nuestros vecinos han recibido el mismo paquete de bienvenida. Necesito que nos cubraís desde ahi. Intentad mantener a todo el mundo en la sala de arriba. Si alguien pretender bajar a nuestro nivel y no podeís impedirlo - se permitió añadir - por las buenas y discretamente. Informa inmeditamente.

-Entendido. Por si acaso, que Ines vigile los pasillos de acceso a los camarotes.

A continuacion, Heinrich mira a Urtzi.

-Quiza deberiamos empezar a socializar ya mismo. Tener entretenidos aqui al resto de invitados.  Una especie de fiesta pre-subasta. 

Heinrich no sabia cuantos de los invitados participarian del convite o siquiera si era buena idea, pero desde luego el descubrimiento de Hieronymus le habia dejado inquieto.

La sororitas sostuvo el pequeño dispositivo entre sus dedos, impertérrita, mientras Hyeronimus retrocedía y comunicaba apresuradamente con el resto del equipo. Arcturus pensó un poco antes de hablar, seguramente intentando recordar.

-Como he dicho, es un artículo raro y prohibido, nada fácil de ver, y menos de conocer a fondo. Sin embargo, no es realmente explosivo. Creo que tienes razón, podría servir para abrir la puerta. En cualquier caso, sugiero su destrucción inmediata.

No dijo nada más, a la espera de nuevas instrucciones. Parecía que sería necesaria cierta vigilancia, y se limitó a añadir escuetamente:

-Puedo enviar al servocráneo a vigilar...