Partida Rol por web

El asesino mientras reanudaba el paso hacia Octavia iba observando cualquier detalle que le rodeara para poder comenzar o mantener una conversación con la señorita. Mientras andaban Orionus le dijo en voz baja a Taikel "¿Alguna idea o tema del que hablar con Octavia? para mantener una interesante conversación". A los pocos segundos Taikel y Orionus ya tendrían delante a Octavia para charlar con ella.

La conversación realmente estaba atrapando a Urtzi, ayudándole así a olvidar por un momento la tensión de saberse en una misión de incógnito. Sin desatender su función, los nervios habían desaparecido en su mayoría permitiéndole al adepto mantener una actitud más natural. Lanus parecía ser la persona indicada con la que hablar y la mención de los Haarlock era un claro indicativo de ello. -¿La familia Haarlock?- Preguntó con fingida incredulidad y una pizca de genuina curiosidad. -Sin duda es algo interesante estar tan cerca de reliquias de tal calibre. Realmente no sé mucho más de la historia de esta familia que lo se cuenta de voz en voz. Pero puedo decirle que tengo afición por este tipo de historias.- Dijo con una leve y calmada sonrisa. 

Ésta era una buena oportunidad para saber un poco más del legado de este mundo y para tener algo de conocimiento sobre lo que se podrán encontrar en la subasta. -Así que no me molesta en absoluto su verborrea. Es más, le invito a que me cuente más cosas sobre la historia de una familia con tanto renombre.- Lo que aquel hombre les pudiese contar podría marcar una diferencia. Quizás no una relevante, pero nunca se podía subestimar la utilidad de la información.

Bravo. Arcturus no pudo sino admirar la manera en que el arbites había maniobrado para echar un vistazo, de forma hábil en el fondo pero deliberadamente torpe en la forma. Le hubiese gustado echar ese mismo vistazo a él mismo; por un momento fantaseó con las habitaciones del clérigo, imaginándo despropósitos de todo tipo.

Sin embargo, seguía inquieto por la extraña sensación que habían sentido hacía un momento. Se preguntó, entre dientes, si no sería a Taikel al que necesitaban en este momento...

Taikel sonríe divertido a Orionus, mientras recuerda como Octavia había concedido su propio saludo, acompañada en todo momento por dos guardaespaldas, debe sentirse encantada de participar en la subasta.

- Preguntas sobre el dueño de las reliquias extrañas y curiosidades el Comerciante Independiente Erasmus Haarlock. Si conoce su historia o sabe que reliquias podrían encontrarse entre su posesiones. Pero con un tono curioso y distendido, no es un interrogatorio. - Le dije con voz suave mi compañero.

- ¿Qué si tiene conocimiento de algún articulo concreto por el cuál acude a la subasta? - Esta vez el tono de voz era más animado, acompañe mis palabras con un pequeño zarandeo a Orionus en el hombro. No perderíamos nada por hacer un par de preguntas y sentía más confianza cuando sus planes eran sencillos.

Máster. Supongo que me faltaban las tiradas para el post anterior. Hago varias y luego aprovechas las que procedan. Las dejo explicadas (esta vez he comprobado que correspondan habilidad y descripción, para evitar errores como otras veces y no confundirlas).

- Escrutinio. Para sospechar los motivos de la reacción del abad al verles.

- Buscar. Para echar un vistazo a la habitación del abad.

- Perspicacia. Para evaluar de cerca a aquellos dos, monje y abad.

Son muchas cosas pero el arbites no está dispuesto a perder un instante tan valioso como aquel. =)

Orionus expresando una cara de extrañeza mirando a Taikel le contesto "¿Qué preguntas son esas?" "si es y debemos tratarla  como  una coleccionista y competidora no podemos formularle esas preguntas" "va a pensar que queremos indagar las piezas que le interesan para quitárselas en la subasta en el caso de que las nombre" "yo me refería a preguntas para romper el hielo en una conversación cordial, amable con la que puedes tener con un persona la primera vez que hablas con él de temas banales tipo; que buen tiempo hace o esta nave es más lenta que otros vehículos en el que he montado en el planeta tal" "si Octavia más adelante tiene confianza podemos preguntarle temas que nos facilite información sin que nos delate que la estamos interrogando sutilmente".

Ya nos estábamos acercando a Octavia como mucho Taikel podía contestar a Orionus pero inminentemente estaríamos a un par de metros del trio y podrían escuchar nuestra conversación personal.

No les veo arma alguna y eso no me gusta. O son tan buenos que no las necesitan, o son tan buenos que las esconden muy bien. A lo mejor no tengo tan bueno ojo para esto, lo mio es la guerra no la seguridad. Pero al resto si le he visto las armas que llevaban ¿Porque a estos no? Porque me niego a creer que son tan idiotas como para venir a un sitio asi sin medios para portegerse.

Mas alla de ahi, paso bastante de su conversacion. No me interesa lo que dicen y cuando alguien empieza a hablar de forma recargada mi nivel de interes decrece bastante.

Decido cumplir mi papel y vigilar visualmente la zona. Mi papel de guardaespaldas no es solo decorativo de cara a mantener la tapadera. Aqui el peligro es real.

Más que cómica, la escena podría parecer vergonzosa para alguien más encomendado a la fe del credo imperial, viendo como el disfrazado Arbites avanzaba directamente por el imposiblemente estrecho pasillo casi como desafiando al abad. Fue una suerte Isolda, perteneciendo a las Sororitas, no abriera la boca.

Finalmente, aquél "espectáculo" terminó sin incidentes ni reacciones inesperadas. El abad, ante la cercanía de Hieronymus, intentó apresurar aún más el paso sin conseguirlo; casi arrojando (por su corpulencia) al ignorante clérigo contra Hieronymus en su premura por alcanzar la puerta. Esta se cerró de un portazo tras él; que la impulsó de nuevo unos centimetros hacia afuera, únicamente para que el séquito de clérigos que avanzaban tras el abad pasasen en lenta procesión hacia el interior de la habitación.

Cuando el último de ellos la hubo atravesado, se escuchó el sonido de la llave en la cerradura, dejandola completamente cerrada.

Aunque el clérigo que ayudaba a guiar al abad ante él casi cayó en tus brazos al ser impulsado, te sorprendió la poca fuerza que ofreció contra ti, tanto involuntaria como voluntariamente. El hombre pesaba muy poco; cuando le sostuviste por un momento viste claramente que estaba prácticamente en los huesos, y cuando se agarró a tu brazo buscando un punto de apoyo, fue como si tuviera las fuerzas de un niño.

De la actitud del abad poco podías sacar. Estaba intentando ser cauteloso en extremo, a su manera, quien sabe si por un miedo infundado o por perfecto conocimiento de que podía estar rodeado de enemigos. La pregunta era ¿os evitaba por ser malvado? ¿o por pensar que lo erais vosotros?

Aunque la puerta se cerró inmediatamente tras el abad, el desfile de clérigos permitió que estuviera abierta tiempo un tiempo considerable para echar un vistazo. No pudiste observar las bisagras, lamentablemente aquello requería observar de mucho más cerca, pero el interior de la habitación no tenía secretos para ti.

Únicamente había una cama, por supuesto, de las dimensiones del abad, junto a un ojo de buey al que se había añadido una pequeña cortina de delgada tela negra que en aquellos momentos se encontraba recogida dejando pasar la luz. Repartidos por el suelo había diferentes jergones no muy distintos a sacos de dormir; y frente a una pared obscenamente falta de decoración, un pequeño altar o adoratorio con una vela a cada extremo y un cuenco con ceniza en el centro, de corte parecido al que llevaba la propia Isolda, aunque también diferente.

- Afición, ¿eh? - la voz de Lanus había adquirido un ligero tono suspicaz, pero desapareció con la última declaración de Urtzi. Definitivamente, disfrutaba siendo tenido en consideración.

- Renombre es poco. Los hay que realizaron hazañas realmente extraordinarias; más allá de la simple osadía o habilidad. Los Comerciantes Independientes siempre buscan sus propias rutas aún no trazadas en los mapas para realizar viajes disformes, y desde que se asentaron en el sector, los Haarlock tienen un largo historial de viajes a lo largo del desconocido y, según dicen, maldito Halo de Estrellas.

Relatos de antiguos miembros de su tripulación sostienen que Albrach Haarlock fue capaz de encerrar solo y sin ayuda a un demonio que atravesó el casco de la nave durante uno de esos viajes ¿se lo imagina? ¡Y ese hombre vivía hace solo 300 años! Qué orgullo hubiera sido conocerlo, tan solo para poder preguntarle si es cierto. -

Cuanto más hablaba, más entusiasmado parecía Lanus. Por unos breves instantes parecía incluso rejuvenecer unos cuantos años.

- Eso no es todo, en ocasiones también encontraban reliquias, tesoros perdidos de la épocas perdidas; a veces, incluso alienígenas. Me apuesto el pellejo a que si el imperio no se esforzó de verdad por arrebatárselas fue por sus contribuciones pasadas más allá de todo agradecimiento. Por ejemplo, hay documentos de testigos, y me refiero a testigos de hace menos de 15 décadas, que juran haber presenciado el funcionamiento de lo que llamaban "estatua que predice el futuro", y para colmo son tan detallados y precisos que soy capaz de creer que esa cosa exista y funcione de verdad. La Viuda Dorada... -

- *jm* *jm* - una tosecilla tras Lanus os interrumpió. Su asistente os miraba, o mejor dicho, miraba a Lanus casi como si se avergonzase de haberle interrumpido. - Señor, he terminado las cuentas ¿prefiere que se las dicte ahora o...? - dejó la pregunta en el aire

Lanus le miró brevemente aturdido; se inclinó un segundo sobre el papel superior, en el que su acompañante estaba escribiendo momentos antes y volvió a enderezarse en su asiento al instante.

- No, no es necesario. Recógelo todo y lo examinaré yo mismo por la noche. Más importante aún, bebe algo; un clima tan seco es horrible para trabajar tanto tiempo seguido. Si enfermas, seré yo el perjudicado. - Lanus se olvidó por un momento de vosotros mientras pedía una bebida para su asistente y al final se dirigió de nuevo a Urtzi.

- Bueno, ¿donde me había quedado? Ah, si. Le gustan este tipo de historias. Dígame, ¿ha estudiado en alguna de las grandes escuelas educativas o es una simple afición? ¿Por cierto, es del planeta? Reconozco el estilo de vestir, pero los modales son muy distintos. Sin ofender, hablo en el buen sentido. -

Una vez atravesada la puerta de la balconada, Octavia dio los últimos pasos en vuestra dirección con un aire divertido.

- Hola, señores. Mi nombre es Octavia Nile. ¿Puedo conocer el suyo? - La falta aparente de precaución de la dama os pilló por sorpresa y no contestásteis de inmediato. Vista de cerca, era una mujer muy atractiva. Era fácil olvidar aquella primera impresión que os había dado como si tuviera la inocencia de una niña.

- Por favor, no sean tímidos. Están de descanso, ¿verdad? - dijo señalando la bebida de Orionus - Entonces no tienen que preocuparse de lo que digan sus jefes. Solo quiero matar el tiempo hasta llegar a la casa de subastas. Los viajes largos son tan aburridos sin nada que hacer... -

- ¿Son comerciantes? ¿o coleccionistas? ¿vienen de muy lejos? También puedo hablar un poco sobre mi, si quieren. -

Mientras observas alrededor ves a un grupo de 4 tripulantes en la balconada izquierda de la nave con cuerdas y telas. Con sorpresa ves a uno de ellos descolgarse por el balcón, sostenido por sus compañeros. En el balcón opuesto, Taikel y Orionus hablan con una entusiasmada Octavia Nile.

El techo está cubierto, por lo que no puedes ver el cielo, pero a ambos lados, las partes que quedan a la vista desde los balcones comienzan a tomar tonos anaranjados.

Pero que cojones...- No puedo evitar que se me escape una maldicion, no se que hacen esos payasos ahi pero sin duda es algo de lo qeu informar. Con un gesto rapido presiono el hombro de Heinrich para llamar su atencion y señalo con la cabeza la escena que me acabo de encontrar en el balcon izquierdo. No se porque hay tres tripulantes con cuerdas y tela ayudando a un cuarto a descolgarse, pero me huele mal. Me dirijo a Urtzi - Si me disculpa un segundo...- Sin esperar respuesta me alejo unos pocos metros, lo suficiente como para que no me oiga nadie, y uso el comunicador por radio.

Activo el comunicador por radio. Aun no se si hay alguien interfiriendo las comunicaciones, pero no tengo tiempo de ir hasta donde esta el resto. Oye viejo -maldigo para mis adentros, con la urgencia se me ha escapado.- Hay tres tripulantes ayudando a un cuarto con sogas y tela a descolgarse en el balcon izquierdo. Voy a echar una ojeada a ver que coño hacen ahi.

Con paso firme, preparo el lanzallamas y me dirijo rapidamente al balcon izquierdo. Si va a haber accion, quiero algo que me permita enchufarle a todos a la vez. No tengo ni puta idea de lo que estan haciendo, pero no creo que sea nada bueno. Aun asi, por si acaso, prefiero actuar con cautela. Me pongo al lado del marco de la puerta que lleva a la balconada, si veo que alguno desenfunda espero que me de tiempo a ponerme a cubierto y darles prometeo desde aqui.

Lo que tengo claro, es que si es una especie de sabotaje, seguramente sea en contra de la propia nave. -¿Que es lo que esta haciendo ese ahi colgado? ¿Mmm?- No disimulo en absoluto mi tono y gesto de sospecha. 

Un pequeño altar o adoratorio de corte parecido al que llevaba la propia Isolda, aunque también diferente.

Describe "diferente". Profundicemos en esa idea...

La comunicación de la soldado Gianna sobresaltó al tecnosacerdote, atento como estaba a los progresos de Hieronymus; la advertencia cortó bruscamente el silencio que siguió al último portazo del abad.

El balcón de la izquierda... Arcturus maldijo en binario por no haber prestado atención al bajar, ¿a qué lado daba el balcón de la izquierda?

Se dio la vuelta, con un giro mecánico y rápido, entró en la habitación que les habían asignado y se dirigió al ojo de buey, intentando ver en todas direcciones cualquier anomalía en el exterior.

El ojo de buey es demasiado pequeño y no se puede abrir. No ves a nadie, pero no descartas que sea el lado correcto de la nave.

Orionus con una expresión facial y corporal descansado aunque le costara interpretarla en una situación un poco tensa contesto "Me llamo Orionus señorita Nile" realizo una pequeña inclinación con la espalda hacia delante presentando sus respetos. Luego comento "este es mi compañero ..." el asesino esperaba que se presentara Taikel por si quería decir su nombre verdadero o uno falso pero Orionus dedujo que al entrar en aquella nave les habrían pedido los datos mínimos para el registro de invitados, acceso y seguridad. Esta claro que Silas no habría proporcionado todos o habría falsificado todos nuestros datos ya que estabamos en una misión secreta de la Inquisición.

Luego Orionus dijo "sí estamos en nuestro turno de descanso" "nosotros somos mercenarios que nos han contratado para escoltar al Lord, un coleccionista para esta aburrida subasta" "¿ha usted le interesa esos objetos valiosos?" "yo no entiendo de antigüedades a menos que sean algunas armas que les tendría respeto por su primitivo o histórico valor" el asesino sonrió en señal que disfrutaba hablando de armas. Echo un sorbo a la bebida y luego pregunto a Octavia "¿usted viene por iniciativa propia o representa algún coleccionista acaudalado o un ricachón comerciante?" Orionus mostro una picaresca sonrisa como si los tratara de excéntricos que ya no saben que hacer con el dinero o ansían más riqueza desmesurada.