Partida Rol por web

- Ya está, está fuera, sigue igual. Era demasiado ideal para ser cierto. Átale las manos detrás de la espalda con el mantel y como podamos volvamos a la habitación del tarot, allí hay cuerdas ¿¡Cómo no se me ocurrió agarrarlas antes!?

No sé qué más hacer, pero sé que en ese estado es un peligro para ella y para nosotros, no podemos permitir que esa cosa esté suelta así como así. Quizás la única salida sea empezar el ritual, una parte del ritual incluía la entrada de esa sombra. Si no consigue dominarse es la única que veo. Primero quiero dominarme yo.

- ¿Creéis que deberíamos empezar el ritual?

Debemos atarla y llevarla a la capilla en el piso de abajo. Llévenla a la habitación del tarot, volveré en un momento.
Debía encontrar la sal para poder iniciar el ritual de purificación en la capilla, si la llevábamos en ese estado podríamos volver más fuerte al espíritu que llevaba dentro.
Corrí rápidamente hacia la cocina. Buscando la sal.

- QUerida, ¿por fin te has decidido a hacerlo? ¡Ya era hora! - dijo mirando a Bantha - Vayamos a la capilla es allí donde todo debe empezar.

Veia entre convulsiones como intentaban atarme, esperaba que lo consiguieran, ya había sido testigo visual, de lo que este ser podía hacer y no era nada bueno, no queria ser la causante indirecta de que les pasara nada, además los necesitaba para el ritual

- Hay...hay..que hacerlo...el..ritual

Por fin había recuperado el habla, aunque era lo único que podía hacer, mi cuerpo aun no respondía a mis ordenes

- Antes las cuerdas en la sala del tarot, por la seguridad de todos, luego a la capilla. Ah, y deja de comportarte como una puta vieja loca, Miguel. No eres la madre de Elizabeth- sólo un tarado redescubriendo su sexualidad-, sólo un hombre confundido por una casa encantada.

Me impongo para llevarla antes a la sala del tarot. Con uno menos ayudando nos moveremos más lento, pero peor sería perder otro más por enviarlo corriendo a buscar las cuerdas. Primero, porque no sabemos si va a volver; segundo, porque puede que no seamos suficientes para sujetar.

¿Qué ritual? ¿Queréis matarla? ¡Y una mierda! El ritual de resurrección no se puede hacer, acabará con la vida de Marta

- ¿De verdad crees que quiero hacerle algún daño a Marta? Imbécil. Lo que queremos es sacarle esa cosa de dentro ¿Alguna idea, maestro voodoo? Estate a lo que tienes que estar, que de momento es llegar a la sala del tarot inmovilizarla, luego veremos lo que pasa.

Me acerco al oído de Marta para hablarle lo más tranquila y cariñosamente que puedo. No es ella quien debería estar pasando por ésto, no se lo merece, ojalá le hubiese tocado a Miguel.

- Tranquila, pequeña, vamos a encontrar la manera de solucionar ésto.

Intente mirar a David, pero no podía, escuchaba sus palabras, sentia miedo, no por la situación, sino por la impotencia de no poder moverme

- El ritual...el de reencarnación...es..el momento...de hacerlo...

El Lord, o mejor dicho su reencarnación, consigue la sal. Van caminando hacia la sala de tarot primeramente, luego de pasar por la cocina para coger dicho objeto. Jonathan no está tan seguro en llevar a cabo el ritual pero Liz le dice que es lo correcto, Bantha consuela a la niña con palabras de ánimo. Lady Marleen siente un desgarro en su corazón al saber que esto va a ser muy duro para todos.

Elizabeth siente que es lo correcto, que es la forma. Así lo dice a cada rato: aun no posee el control de su cuerpo pero sí es un alivio poder hablar. 

En la sala de tarot hay suficientes cuerdas (las de las cortinas) para poder amarrar a la chica. Goliat aparece allí también lo mismo que la pequeña Sarah.

-Apresuráos...- dice la niña -Él intentará controlarla totalmente, como ha hecho con todos por tantos años. No perdáis tiempo... 

La chiquilla mira hacia todos lados, aterrada.

-La casa os está ayudando pero Él es muy poderoso, tenemos que ir a la capilla. ¡Llevad los libros!

Dice Sarah y un retumbar se oye en los pasillos... uno tenebroso... malvado... algo que quiere recuperar lo que es suyo: vuestras almas.

Notaba una nueva presencia, la veia entre convulciones, su voz me saco de dudas, era Sarah.

- Daos..prisa...

Sentía las ligaduras de las cuerdas que se amarraban en torno a mi piel, para inmovilizarme, las palabras de Sarah era un alivio, parecia que estabamos haciendo lo correcto, pero tenía razón, no debíamos perder tanto tiempo

Dios, no hacemos más que seguir las rigurosas instrucciones de cada uno de los espíritus que se nos presentan delante ¿Y si todo ésto es parte de las tretas que nos avisaron que ese "Amo" haría? No entiendo nada, pero no dejo de hacer lo que teníamos pensado hacer, porque no veo otra salida. Una vez está bien atada con las cuerdas que cuando todo empezó esta nos ataban a nosotros, la llevamos hasta el altar y la tumbamos ahí.

- ¿Quién tiene los libros? Rápido, aseguraos de los pasos ¿Lo tenemos todo? Esa cosa se acerca.

Marta en el altar y el círculo de sal rodeándola. Las hierbas y la oración. Dios, finalmente vamos a hacerlo.

- No, tiene que haber otra forma. Marta, no puedo dejar que te arriesgues así. Sarah, ¿Por qué nosotros? ¿Por qué así?- pregunto desesperado a la pequeña-.

Si es lo que queréis... Esta muerte pesará sobre vosotros, no sobre mí. ¿Dónde está el libro?

¡Mierda! Esta decisión... ahora que me doy cuenta, no parece todo AHORA demasiado sencillo. Quizá todas las pistas nos llevaban a tomar esta dura decisión, pero no será que la casa nos está conduciendo hasta este final sin que lo debamos hacer... No sé, algo me huele muy mal en todo este asunto... algo muy raro...

- Alto, chavales, que aun no hemos decidido nada. No os alarméis, pero si al final no queda otra salida habrá que tener las cosas preparadas. Ya sabéis mi opinión al respecto, pero resulta que Marte tiene esa cosa dentro, teníamos que inmovilizarla por su bien y por el nuestro. Sarah ¿Qué es EXACTAMENTE esa cosa que viene? ¿Estás segura que esta es la única opción y que Marte no sufrirá ningún dañor? Ninguno quremos hacer ésto... No podría... Yo... ¿Tomar su lugar?

Finalmente optaron por llevar a Elizabeth a la capilla, el único lugar sagrado que tenía la casa. Sarah no contestó preguntas, asustada por ese sonido que parecía percibir desapareció dejando al grupo con más inquietudes. La joven Liz podía hablar pero su cuerpo seguía siendo poseído por esa presencia espantosa.

Cuanto más se acercaban a esa Iglesia que la casa tenía, más sus brazos peleaban contra las sogas, más se resistía su posesor a abandonar a su presa.

Entraron al sitio. Las velas que estaban al lado del altar se encendieron todas de golpe y, sobre la cruz en donde antes había aparecido, invertido, la sombra estaba Sarah. Sus manos clavadas con clavos invisibles y sangrando. Sus ojos llenos de pena.

No hablaba, solo permanecía allí como una silenciosa testigo de lo que pasaría a continuación.

Fue Jonathan el que abrió el libro blanco para releer sobre el rito. 

"Para reencarnar debéis hallar el lugar sagrado. Selladlo de espíritus perversos. Las yerbas buenas tienen el poder junto con una oración poderosa: Utsunam Debri Ignatum"

"El mal dejará su vehículo y encontrará otro a menos que las cosas sean hechas como corresponde, pues el Demonio es perverso y os buscará engañar. Debéis conservar atado al cuerpo mientras el alma busca retornar a él, el mal sino volverá y lo animará, pero debéis aseguraros de sacarlo de allí. Repetid luego la oración: Lesasmus diore ignitus".

"Clavad el cuchillo tres veces en el pecho cuando el demonio quiera retornar, y lo hará. En la tercera vez, tres veces tres, será cuando el alma llegue y acabe el hálito del mal. No os asusteís por la sangre, la sangre se secará. El cuerpo volverá a la vida ya libre del mal que lo aquejó y ni siquiera habrá marcas de daño. Fuerte es el Espíritu que invocado destruye al Oscuro y a su prole."

Entonces recordad el Ritual: el círculo de sal, la poseída atada de pies y manos, el cuchillo del ritual. Primero la oración primera y luego el alma negra querrá salir pero se hará manifiesta. Luego matad para renaced, y el alma será cambiada por la verdadera, la que ahora no halla consuelo. Luego la segunda oración y las yerbas sobre el cuerpo que está a punto de liberarse del todo. Finalmente el bien sanará las heridas del mal, pero no oigás al Demonio mientras está saliendo, pues sus palabras son mentiras fieles y porque os pondrá uno contra el otro."

Mi cuerpo convulsionaba, luchaba por desatarse, era como si pareciese que supiera lo que iba a pasarle en la capilla, como si lo presintiera, eso era una buena señal, una señal de que ese era el camino correcto.

- Atadme mas fuerte...empezad de una vez...

Sabía que quizas en el proceso moriría, era lo más seguro, pero no había vuelta atrás, era lo que había que hacer y quería que todo terminara por fin

Hay que poner a Elizabeth sobre la mesa. ¿Quién tiene las hierbas?
No podía ocultar mi nerviosismo, me sentía como cuando eres pequeño y sabes que has hecho algo mal y te van a castigar.
Rocié la sal alrededor del altar haciendo un círculo.

¡Mierda! Sigue habiendo algo en todo este asunto que me da mala espina. En serio, qué pinta Sarah aquí, por qué esta ella entre nosotros y por qué ninguno ha tomado su forma. Ella tiene que ser algo, tiene que tener más importancia de la que la estamos dando, no lo entiendo... ¿Soy el único que piensa así?

Atemos a Marta mientras pensamos. Pero no podemos dejarlo durante mucho tiempo. 

Si hacemos el ritual y funciona, tenemos un problema. Hay tres espíritus rondando a este cuerpo. El maligno, el de Liz, y el de Marta. ¿Cuál saldrá y cuál se quedará dentro?