Partida Rol por web

¿El cangrejo estaba en sus cabales de nuevo? ¿Qué demonios le acababa de pasar?

 -Yo estoy perfectamente, ¿estás bien tú Kôkatsu-san? ¿Recuerdas algo de lo que ha pasado estos últimos momentos?

La misteriosa voz que le llamaba podía esperar. Sus compañeros eran más importantes que alguien que no se atrevía a revelar su rostro por puro miedo. No obstante el escorpión se mantuvo alerta. Si Kôkatsu volvía a enloquecer no podía permitir que le pillara con la guardia baja.

- No lo sé. Creo que he inhalado mucho humo de opio ardiendo. He visto cosas... que no tenían sentido pero parecían tan reales. - El cangrejo parecía cansado y confuso. - Aún ahora no sé si lo que veo es cierto. ¿Estábais vos hablando con una pared o es otra alucinación? ¿Dónde se encuentra Murasama?

El escorpión suspiró sintiéndose algo aliviado al ver que Kôkatsu parecía ser el de siempre.

 -Una voz me llamó oculta desde algún lugar. Pero no sé si debo fiarme de ella. Nada es lo que parece en este lugar.

Razón por la cual el escorpión aún seguía con la katana fuera de la saya. A saber desde dónde les llegaba la próxima amenaza.

 -Muramasa fue hacia la casa de la guardia del pueblo. Deberíamos ir a reunirnos con él cuanto antes, pero…

Jotari miró durante un instante en la dirección dese la cual había escuchado aquella voz antes de volver a mirar a su compañero.

 -Creo que antes debería averiguar qué se esconde por aquí. Tú puedes ir yendo hacia la casa de la guardia Kôkatsu-san. Me reuniré con vosotros cuanto antes.

La casa de la guardia del pueblo... Lacasa de la guardia del pueblo. ¡La casa de la guardia del pueblo!

- ¡Ahora lo recuerdo! - exclamó el cangrejo - Había restos de sangre en la puerta de la casa de la guardia y entré a echar un vistazo mandando a Murasama a echarte una mano. Dentro estaban quemando una gran cantidad de opio y... todo se vuelve confuso. - Kôkatsu frunció el entrecejo como si le doliera recordar más allá de ese punto. Sí recordaba que Murasama se había asustado y lo había dejado solo antes de entrar. Pero eso es algo que el cangrejo no admitiría jamás. Murasama había seguido sus órdenes y había vuelto a ayudar a Jotaro. - Creo que aún estoy algo intoxicado. ¡Espero órdenes Bayushi-sama! -

Así que la casa de la guardia estaba llena de opio y eso era lo que había intoxicado al cangrejo. Y lo de esa mancha de sangre… tal vez el bushi grulla enloquecido pudiera explicar qué era eso. Pero lo primero era lo primero.

 -Ve a buscar a Muramasa y tráelo aquí de inmediato. No podemos permitir que acabe intoxicado él también. Yo tengo una cosa que averiguar, pero no me alejaré de este lugar. ¡Ahora ve rápido!

Corriendo cada uno desde entradas opuestas a la plaza, Kiryu y Kôkatsu se encontraron, aunque el cangrejo tuvo que pararse.

No había ni un alma en los alrededores

pero que...

...Algo te está sujetando el pie al suelo! y es inamovible

Jotaro volvió a quedarse solo, pero la voz ya no volvió a hablarle...

Kôkatsu desenvainó su katana dispuesto a cortar aquello que lo sujetaba al suelo, mientras intentaba con todas sus fuerzas liberarse.

Ves como Kôkatsu desenvaina la katana, e intenta levantar el pie, parece como si lo tuviera atrapado, solo que no hay absolutamente nada en el suelo.

  Lo que faltaba, no había ningún alma para sofocar el fuego y Jotaro no daba señas de vida. Siguió a Kiryu con la mirada mientras a cada momento que pasaba era más consciente de que iba a tener que adentrarse en aquel edificio si quería obtener alguna respuesta y fue justo entonces cuando por fin logró ver a Kôkatsu apareciendo por la dirección que había seguido la grulla... aunque seguía habiendo algo raro en él y eso no le gustaba nada. Lanzó una mirada a los cielos de resignación pensando para sus adentros qué demonios sería lo próximo, pero sabiendo que Amateratsu estaría demasiado lejos para ir hasta allí a darle una respuesta en persona se encogió de hombros y fue lanza en mano a encontrarse con el Hiruma, decidió encaminarse a paso ligero pero tratando de no parecer amenazador, después de los delirios que había mostrado antes solo faltaba volver a tener que enfrentarse a un cangrejo loco.

  En cuanto comenzó a acortar distancias empezó a rodear a Kôkatsu observando lo que hacía, todavía no quería poner el mai-chong en ristre. -Kôkatsu-san, amigo ¿Me reconocéis? ¿Qué os ocurre?- Esperaba que al menos pudiera reconocer la voz de Murasama, pero por si acaso el jabalí siguió rodeando a Kôkatsu con cuidado, si no respondía iba a tener que pensar en la manera de reducirlo sin hacerle daño.

Con la katana aún en la mano, Jotaro se acercó a la casa desde la que había oído aquella misteriosa voz.

 -¿Oe..? ¡OE! ¿Sigues ahí?

Si no recibía respuesta alguna se iría de allí a buscar a sus dos compañeros. Tenían que acabar cuanto antes con lo que fuera que rondaba por allí amenazando sus vidas.

El cangrejo está peleándose contra el suelo estúpidamente, como si intentara quitarse algo que no tiene, en el pie.

-Si, entra, samurai-sama, si no entras ahora, estareis perdidos!-

La voz parecía muy nerviosa

  Parecía que Kokatsu no estaba por la labor de responder a sus intentos por llamarlo de ninguna manera, así que Murasama optó por la opción drástica, solo esperaba que aquello no terminase peor aún, pero tampoco estaban para perder mucho más tiempo con un incendio entre manos y un líder ausente. En cuanto terminó de situarse a la espalda del Hiruma soltó la lanza y se abalanzó sobre este para tratar de abrazarlo y sacarlo de golpe de donde se encontraba supuestamente aprisionado, quizás aquello lo sacara de su fantasía de algún modo y lo hiciera regresar al mundo real.

Murasama dio un tirón de Kôkatsu, el cual cedio fácilmente, parecía que el cangrejo habia sido 'liberado'.

Con la katana lista para golpear lo primero que le amenazase, Jotaro fue caminando despacio hacia el lugar del que provenía la voz.

 -Como esto sea un truco barato para tenderme una trampa me aseguraré de que lo lamentes.

Agudizó sus sentidos al máximo listo para cualquier cosa.

Murasama amigo... creo que estoy alucinando. No te acerques a mí, podría atacarte por error. Veo cosas que no están ahí. Vi a mi maestro, vi a Jotaro-sama hablando con paredes y... algo que me atrapaba la pierna hasta que has aparecido. el cangrejo parecía muy desorientado.

  -Podéis estar tranquilo, era lo que sospeche que estaba pasando por eso traté de ayudaros a salir de esa trampa. Pero creo que lo último que deberíamos hacer ahora, precisamente, sería separarnos. Todo esto no ha hecho más que complicarse más y más desde que nos dividimos y ahora he perdido el rastro de Jotaro-san, quien se suponía que tendría que estar con vos ahora. De hecho, creo que alguna de las pistas que necesitamos se encuentra en la casa de los guardias, pero alguien le ha prendido fuego y no tenemos a nadie que nos ayude a sofocarlo, por lo que querría entrar antes de que se pueda venir abajo.- El tiempo le apremiaba, pero aún con todo y consciente de que Kôkatsu seguramente se encontraría desorientado aún, el ronin optó por contarle todo antes de volverse a poner en marcha, tenían que dar con Jotaro y no sabía por donde empezar a buscar sin tener que asumir más riesgos y adentrarse en la casa de los guardias. Recogió su lanza del suelo y esperó la respuesta de Kôkatsu, luego trataría de reconstruir rápidamente el camino que podría haber tomado el escorpión desde que se dividieran en la plaza del asesinato para dar con él.

¡No, la casa de los guardias está llena de opio ardiendo! Si vas allí acabarás delirando como yo. Cre... Creo que recuerdo dónde vi a Jotaro-sama hablando con una pared. No estoy seguro de si era real o una alucinación.