Mientras el canoso caballero se dirige a una mesa, saca un pequeño saquito de entre sus ropas, en ella hay algunos frutos secos. Se quita la empapada capa y la deja cerca del hogar. Hace una leve salutación a los dos peculiares huéspedes.
- La verdad, es que tiene una posada acojedora maestro posadero. Imagino que más por disfrute que por negocio.- Sonríe un momento, alzando su mostaño canoso.- No parece que la villa reciaba muchas visitas, a caso me confundo?
Dice mientras deposita unas pocas monedas d eplata en la mesa.
-¿Quiere agua caliente?... ¿solo?... ¡bien!, ¡bien!. ¡Lo que usted diga!. El cliente manda...-
El tabernero se acercó con premura jovial a la puerta que tenía justo detrás para calentar agua. Al poco volvió a la entrada de nuevo. Con rapidez fruto de la experiencia recogió dos jarras del colgadero que tenía justo detras y con un trapo limpio le quitó el polvo. Se acercó a una barrica apoyada en la pared y espendió una generosa cantidad de cerveza en los dos recipientes de barro.
-Una cerveza para el señor, y otra para el señor gnomo-
Con una sonrisa los dejó a los tres hombres de la barra y se dirigió a la puerta. Recogiendo un trozo de leña envuelto en un trapo golpeó una pequeña pieza de metal que colgaba en la puerta.
-¡Nille!, ¡aqui!. ¡Hay que preparar tres habitaciones individuales!.- Este vió al muchacho con cierta tristeza, pero intentó recuperarse para los clientes. Y se volvió tras la barra escuchando con una sonrisa al caballero Jadewo. Pero esta se transformo en una faz de resignación. -Lo cierto, mi señor. Es que solo llevo seis años aqui. No estuve durante la gran calamidad que fué la gran batalla. Asi que no puedo decirle como era antes. Lo cierto es que en primavera y verano los viajeros frecuentan estos pasos. Es la ruta mas rapida. Pero en invierno, esto queda vacio. Pero lo que preocupa realmente a estas gentes, son las sombras del pasado...- Agitó una mano como quitandole importancia. -Astren siempre parece estar preocupado, y dicen que ha desaparecido gente. Pero yo creo que son habladurias. La gente se marcha por la noche de esta triste ciudad. Pero dudo que sean raptos...- Y se volvió a la barra, ignorando las monedas.
Angor, no quiero ser un master plasta. Pero necesito algo de interpretación. Un generico, pago por una habitación y comida no me sirve.
Estoy contentisimo con el alto nivel de interpretación de los jugadores. Y disfruto enormemente con ello. Asi que, por favor, cooperación. Al fin y al cabo, ¡es la parte mas divertida!.
El enano de barba rubia, observaba con detenimiento la guarnición y la empuñadura de la espada de Jadewo. Sin ningun tapujo, y con mirada evaluadora.
-Sin duda alguna que portais un hermoso mayal, caballero.- Y se señaló a si mismo. -Jorten, trabajador del metal y artesano de la forja. Y tan verdad como que tengo las barbas rubias, que ese yelmo no os hace justicia. Venid a verme por la mañana y hablaremos de coste.-
-Hanove, ¡siempre te quejas de la falta de público!. ¿Porque no agradas a estos señores con una bonita oda?.- Dijo hablando al semielfo que compartía mesa con el enano.
El semielfo mostró una sonrisa perfecta, que mas de una mujer encontraría irresistible. Se levantó con parsimonia. Y con esquisita soltura, recogió el Lute que descansaba en la pared.
-Sin caer en error, mi buen Todbar, que lo que intentabas pronunciar tras esa barba enmarañada era Hanneove.- Pronunció con un marcado acento elfo. -Bardo de los bosques y montañas de Ferún. Y sin duda que estos agradables señores me podrán indicar que clase de balada les gustaría escuchar. ¿Elfina y Bardok?. La elfa que se enamoró del valiente humano. Tragica historia de dramatico fin. ¿Crisol el dragón rojo?. El valiente heroe Beldor que venció al terrible dragón malvado...-
Personalmente, disfruto de las historias contadas por los bardos gnomos, esas con bromas pesadas y un cierto toque picante. No obstante, estoy abierto a nuevas posibilidades. ¿Sabéis alguna balada que hable sobre esta región maese Hanneove? -pregunto al bardo. Tras preguntarle, pego un gran trago a mi cerveza. La imagen es algo cómica, ya que la jarra es más grande que mi cabeza, y al levantarla parece que el peso de la cerveza va a vencerme, y tirarme hacia atrás.
EDITO: Acabo de caer en que no hay bardos gnomos en AD&D, pero no creo que afecte mucho al roleo. Lo digo por cambiarlo...
No te preocupes, en 3.5 se convertirá en su clase especialista XD
Prepareme una habitación si no le importa...-le decia al posadero.
Master un detalle, Jadewo no esgrime espada (los sacerdotes no pueden usar armas no romas). Tiene un Mayal.
Nunca recuerdo que esto es advanced. Don´t worry, como si no hubiera dicho espada, mayal entonces.
El veterano guerrero sonrie ante el comentario del artesano rubicundo. Haciendo un gesto de asentamiento.
- Gustoso acudire a vuestra invitación maese forjador.
Continua atento a las palabras del posadero, un poco ajeno a la conversación sobre la elección de la canción.
Me siento en una silla junto a una mesa, para descansar del fatigoso viaje.
Posadero, para mi, si es posible, quisiera un cuenco de leche de cabra templada.
Miro a todos los presentes como alguien se ria, se va a enterar.
-Cierto es sin duda que conozco historias de estas tierras. De bellos tiempos en que Harrot era una gran ciudad. Llena de niños y risas. Y también conozco la historia de la gran batalla...- El enano lo miró directamente, como indicandole que se llo pensara. -Pero no quiero enturviaros la bebida, mejor os cantaré una buena historia de mujeres y gloria...-
Y entonó con voz melodiosa una hermosa historia, decorada con el tacto del lute.
Se acercó a la puerta para decir a voz en grito a su ayudante, que preparase otra habitación para el mago. Al volver escuchó la petición del humano, que asombrado, pedía bebida de campesino.
Y como la atención de la sala se había vuelto hacia el bardo semielfo, continuó limpiando algunos basos y jarras mas.
Tras la historia divertida sobre mujeres y la gloria de los buenos guerreros, Jadewo parece animado. Saca de entre sus ropajes un poco de hierba y la coloca en su pipa, encendiendola con una ramita en llamas del hogar.
-Que buenos recuerdos me traen estas canciones, cuando guerreaba con mis antiguos compañeros de armas, allá en la lejana Cormyr...- Tras un momento, en el que se queda pensativo con media sonrisa en los labios.- Te has merecido una copa buen bardo. Conoces más?
Un brindis por el bardo, y su magnífica canción... -digo alzando mi copa. Tras esto, le hago un gesto con la mano, indicandole que venga- Sentaos a beber con nosotros amigo, y quizás podáis contarnos más historias sobre batallas y lugares perdidos...
Miro al bardo de arriba a abajo con curiosidad pero con desconfianza.
A ver que nos cuenta este mayas verdes.
Señor bardo, una canción muy bonita, pero ahora creo que nos debería de cantar una de batallas y de aventuras sonrío cínicamente.
Angor escucha las canciones y la conversación en silencio mientras se calienta las manos en la hoguera.
Él no tiene buenos recuerdos de ninguna guerra en la que ha estado. Se ha alegrado de sobrevivir y ha experimentado un feroz alivio al ver morir a sus enemigos. Pero no siente ninguna nostalgia.