Partida Rol por web

No se a que viene esta reacción: ni conozco a ese mediano ni me parece normal que quieran llevarme de repente a fuera sin que se oiga un ruido en el pueblo.

Angor mira al posadero glacialmente.

- Cálmate antes que te de un sofoco. Me voy a ver que pasa. Pero volveré por mis cosas. Y no se te ocurra tocarlas ni sacarlas o dirigirás ese fisgón desde el templo de Ilmater. ¿Me explico?

Si le convence la expresión del posadero, se va a ver que pasa.

"Así que ha muerto una campesina, ¿eh? Pues lo siento por ella, pero nada más.

Ha visto demasiados muertos para que una más lo inmute.

Se dirige a la mediana con el símbolo.

- Disculpe, ¿había pasado antes algún caso similar?

Corro hasta llegar a donde se encuentra la mujer muerta.

¿Que la ha pasado?, ¿Sabéis quien ha sido el responsable de esta muerte?

Hago una pausa para mirar a todos los presentes a la cara vamos, responded, que esta mujer debe de ser vengada para poder descansar en paz.

¿Venganza?-le respondia a Petro-No deberias ser tan impetuoso. Ni si quiera tenemos pruebas de que la haya asesinado un campesin, cosa que me parece poco probabe.-decia mirando el cadáver-Según dicen se encontraba en el bosque, por lo tanto hay muy pocas posibilidades de que fuera uno de los habitantes... ¿no crees?-miraba a Petro. Se percató de la mirada de la anciana que se encontraron antes y se quedo mirandola un momento. Sus ojos dorados centellearon mientras la miraba y luego volvió a clavar la mirada en Petro.

-¿¡Y me sigues amenazando!?. ¡La mitad de los guardias del pueblo está ahi fuera!. Ni se te ocurra dejar tus cosas aqui, extranjero. ¡O las tiro al fuego!-

El tabernero hablaba en serio.

Jorten, el enano herrero, se fué dando algunas ordenes en su cavernosa voz enana. Freir, el mediano explorador, aguardaba impaciente que se formara el grupo de busqueda. Y Freir, la mediana cleriga, murmuraba una plegaria tocando el sombolo de su coraza. Los hombres de Astren repartieron antorchas. Mientras éste, observaba al grupo recien llegado, firmemente.

-¿Habeis visto algun cementerio al entrar al pueblo?. No, y os explicaré porque.- Hizo una pausa para reafirmar sus palabras. -Porque esta tierra está maldita. Ninguna bendicion deja descansar a los muertos. Estos terminan alzandose, siempre. Tras la batalla de las montañas, este lugar despierta las fuerzas negativas, potenciando a las criaturas muertas.-

Señaló un monticulo alejado del centro del pueblo.

-Alli quemamos a nuestros muertos. Para que puedan descansar en paz... Pero desde hace algún tiempo. Nuevas criaturas no-muertas aparecen cerca del pueblo. Y siempre hay una victima. Con ella, ya son tres, en este año.-

Escuchando al sheriff sin saber como entendía el sufrimiento de esta ciudad, nunca había escuchado tal acontecimiento, y diferentes sensaciones se me remolinaban dentro de mi, por que no dejaban el pueblo y lo dejaban a su suerte antes que vivir un calvario de cuando le tocará a otro caer, no entendía el quedarse en un lugar el cual hay sufrimiento...

Este lugar no será mi destino por lo que puedo oír, pero no obstante algo me dice que e de intentar ayudar a esta gente, además siento curiosidad por ver a esos seres mencionados, con paso firme doy un paso al frente...

- Bien, con que grupo me e de dirigir en busca de algo... Iré gustosamente... Intento hablar mas seguro de lo que me siento...

No puedo permitir que este pueblo este padeciendo el yugo de demonios o de lo que sea doy un paso adelante aquí tenéis otro voluntario para ayudar en lo que pueda o en lo que se me mande, esto no puedo permitir que continúe así, hay que libraros de esos no-muertos y de esa maldición.

Como el posadero se ha puesto así, Angor no se va a la plaza de momento.

- Contrólate. Sólo te pregunté quien era ese tipo. Pero si quieres ponerte así, no tengo problema. Yo ya he dicho lo que debía. Ahora me iré a ver lo que pasa y quizá a echar una mano. Aquí queda mi mochila. Como se pierda ni que sea un pañuelo, el que acabará ante la guardia eres tú. Luego vendré a buscarlo y me iré.

Antes ya le hubiera ensartado. ME debo estar ablandando con los años.

Con eso se va a la plaza. Si el hombre le quema las cosas, allá él con las consecuencias.

Ve lo que pasa en la plaza. ¿Muertos vivientes, eh? Los demás parecen muy ansiosos de jaleo. Mira a la gente de la plaza: algunos resignados, tristes. Otros enfurecidos. Miedo y rabia, piensa, de pobres. De gente que no controla su destino. Ya lo ha visto antes y no le despierta ningún sentimiento especial. Ni compasión ni desprecio. Él tiene sus propios asuntos.

- Ya veo. ¿Nadie ha visto a esos espectros o lo que sean? ¿No se sabe cuantos son, ni dode se reunen?

El viejo Astren asintió complacido los ofrecimientos de los compañeros. Con una sonrisa.

Pero al escuchar a Argos, le contestó.

-No es tan facil. Si supieramos eso, ya habríamos intentado acabar con ellos.- Despues se dirigió al resto:

-Vamos a matar a la criatura que ha asesinado a nuestra compañera. Despues... intentaremos mantenernos alerta por si hay mas.-

Mientras Argor mantenia la conversacion con Astren, aprovechó para sacar los bartulos del guerrero fuera de la posada. Los dejó en el suelo frente a la puerta, y cerró de un portazo murmurando...

-...estranjeros...-

Bueno, yo también me ofrezco voluntario. A fin de cuentas, no tengo nada que perder.-decia mirando la colina que señalaba el sheriff.

Parecía que todos los hombres de armas de la caravana quería saber mas de todo el asunto. E inmediatamente que estuvieron preparados se adentraron en el bosque. Los siete de la caravana, los cinco de Astren mas él mismo, mas Erla y Freir. Se divirían en parejas con una antorcha, no demasiado separados hasta llegar a donde encontraron el cuerpo.

 Jadewo una vez puesto de manifiesto su parecer respecto al participar en la búsqueda de lo ocurrido y el posible causante, sigue las indicaciones de Astren. Su casa sus reglas...

Tras dividirnos en parejas vamos poco apoco dirigiéndonos hacia el lugar en el que fue encontrado el cadáver, atentos a cualquier ruido extraño y buscando alguna pista.

Separadas entre 6 y 10 metros entre las parejas, hasta que solo se podían ver las llameantes antorchas en el cerrado bosque oscuro. Los compañeros iban peinando la zona, con el mediano explorador, en solitario marcando el camino.

Al poco empezó a chispear, y las pequeñas gotas se deshacian al entrar en contacto con las antorchas. El follaje de los arboles permitía que no se apagaran. Al rato el mediano elevó la voz, señalando el lugar donde había encontrado el cuerpo.

El grupo se reunió alrededor de la hojarasca marrón removida. Donde el mediano con mucho esfuerzo montó las parigüelas que le sirvieron de camilla. Con las que pudo transportar el cadaver.

-Ya pude ver los rastros la última vez que estuve aqui. Pero no quería dejar el cadaver de la pobre Emma para que se lo comieran las bestias.- De dos zancadas se puso al otro lado del claro. -Dos grupos de huellas. Las primeras, un par de huellas de botas suaves que parten al Este. Por otro lado cuatro pares de pesadas huellas de pies desnudos y descalzos. Incluso en algunos lugares, raras pisadas, como de pies arrastrados.-

 El veterano soldado se acerca con precaución a los rastros que menciona el mediano, iluminandolos con el resplendor de la antorcha.