Partida Rol por web

Estas en tu "casa", con algunos miembros de tu banda leyendo el periodico, hablan de las recientes elecciones y de los doscandidatos, luego pasas las hojas rapidamente y en la seccion de contactos, un mensaje te llama mucho la atencion. A simple vista no es mas que un mensaje normal pero .... si cojes algunas palabras y quitas otras siguiendo un orden especifico, ves como puede poner claramente: "Empieza la diversion, y lo primero sera la administracion" .... ¿puede ser coincidencia? ... o ¿tal vez alguien planea algo?

-¡Callad un momento, joder! -grité poniendo el periódico en la mesa y cogiendo un bolígrafo rojo para rodear las palabras que llamaron mi atención. Todos a mi alrededor guardaron un silencio sepulcral-. Pero, ¿qué cojones...? -murmuré, sin dar crédito a lo que leía-. Vaya, vaya -dije, recostándome en mi sillón favorito y sonriendo-. Parece, muchachos, que la fiesta está a punto de comenzar.

Todos sabían a qué me refería pues habíamos hablado de ello durante días.

-¡Eh, tú! -llamé a uno que estaba bebiendo coñac- Ve con él -señalé a otro que estaba contando cartas- a ver si os enteráis de algo en las sedes de los partidos sobre cómo va la campaña. Nos jugamos demasiado según quien salga. Tú -me giré hacia un hombre que estaba detrás de mí, leyendo una revista- llévame a ver a John. Tengo que hacer negocios con él -dije con amargura.

Aunque me pesara, era John y no yo quien tenía el gran control sobre ciertos sectores de la ciudad, por ello, necesitaba verlo con cierta frecuencia para renegociar nuestros tratos y crear más amistad.

Me levanté del sillón y me dirigí a la puerta. Una sonrisa asomaba a mis labios. "Todo marcha" pensaba para mis adentros.

Uno de tus subordinados llega hacia ti algo preocupado por las ordenes que has dado -¿que es lo que pasa jefa, que nos tenemos que mover tan rapido?.- te pregunta muy curioso con una revista de armas en la mano.

-No te preocupes- le dije, sonriendo, mientras me ponía el abrigo y los guantes. Siempre llevaba guantes, era una manía que aprendes que es necesaria por el tipo de trabajo en el que uno está metido-. Simplemente que esto se va a poner dentro de poco muy divertido- le di una palmada en el hombro para que se relajara-. Tú sigue leyendo la revista y si te gusta alguna pistola, dímelo, que se te conseguirá la que quieras.

De vez en cuando, había que premiarlos. Era una forma de tenerlos contentos, motivados y de mi lado...

Me dirigí a la puerta de entrada y salí al espacioso patio. Miré más allá de la verja que separaba mi propiedad de la calle. Salvo por unos cuantos guardias que custodiaban la puerta, la calle estaba desierta. Caminé hacia el coche y esperé a que mi compañero lo arrancara. Yo nunca subía al coche si no llevaba arrancado por lo menos dos minutos. Otra experiencia más que te da la vida.

Saludé a los hombres apostados en la entrada cuando salimos con el coche y nos dirigimos hacia la residencia de John. Deseé con todas mis fuerzas que estuviera de humor.

Entras en el coche y vais directos al burdel: Buena Aventura. El burdel mas famoso de la ciudad, si Marco esta en algun sitio seguro esta hay esta.

Cuando llegas a tu casa, ves a dos de tus "subordinados" viendo los discursos de los candidatos a la alcaldia.

-Muy buenas a todos -saludé, sentándome en el sillón y uniéndome a ellos a ver la televisión. Los candidatos eran muy buenos: sabían cómo encandilar al electorado, dónde debía incidir para conseguir más votos y cómo atacar al otro candidato y tacharlo de fantasma, hipócrita, egoísta, mentiroso y vil -. ¿Cómo van? ¿Han dicho algo de lo que nos debamos preocupar? -pregunté sirviéndome de la mesita una taza de té con limón.

Esperé su respuesta deseando que fuera negativa. Lo que menos me apetecía ahora era que saliera a la luz nuestra gran organización, por decirlo de algún modo, la cual había hecho que esta miserable ciudad recuperara un poco el orgullo.

-Ah, espero una llamada urgente de John. Me tiene que decir unas cosillas - dije-. Si llama, por favor, pasádmelo a mi despacho para atenderlo.

No siempre hablaba con mis compañeros de mis negocios con John u otra gente. Cuanta menos gente supiera de ciertas cosas, mejor. La discreción era nuestra mejor arma y debíamos usarla con consciencia.

- ¿Y, bien? - pregunté-. ¿Quién creéis que va a ganar y quién queréis que gane?

Yo, particularmente, no lo tenía claro. Había demasiadas cosas en juego y ninguno de los dos candidatos hablaba de los asuntos que me preocupaban. De ellos se encargarían cuando estuvieran en el despacho. No podían hablar abiertamente de que en la ciudad hay una especie de mafia que controla absolutamente todo y que ésta era la que decidía lo que iba a ocurrir mañana porque, sino, la gente se escandalizaría. Y tampoco podían prometer que acabarían con esa "Administración" pues era prácticamente imposible. Ya muchos quisieron hacerlo y no lo consiguieron. Se podría si tuvieran ayuda desde la misma "Administración", pero ¿quién en su sano juicio querría condenarse a muerte de esa manera? Tal vez, si el premio fuera gordo...

Esto divagaba y pasaba por mi cabeza, mientras veía a los candidatos hablar y hablar; y esperaba de mis amigos una opinión suya sobre el futuro alcalde.

Los dos muchachos te miran, -nada fuera de lo comun, tenemos a una mentirosa, y a un loco por la seguridad jefa- te contesta uno de ellos -Tenemos los discursos grabados, ¿quieres verlos?- te dice mientras te muestra un dvd.

-Sí, claro- contesté. 

Me hundí en el sillón poniéndome cómoda y miré a los dos candidatos. Ninguno me convencía y me aburrí más bien pronto ya que no tenían muy buena labia ni oratoria, sin embargo, me lo tragué entero. Cuando terminó, bostecé y me estiré de malas maneras.

-Madre mía qué pedazo de mierda- mentí-. Anda, id alguno a avisar a nuestro queridísimo secretario, que nos diga si tenemos algún compromiso para mañana. ¡Ah! Y que venga rápido que le tengo que decir una cosilla-recordé el encargo de John. Sería mejor que lo llevara a cabo cuanto antes.

Me levanté del sillón y me asomé al ventanal a ver el jardín. No se veía nada, pero se oía que el viento se levantaba.

-Mañana va a hacer un frío de mil demonios- comenté.

Pensé durante bastante tiempo en los discursos. Yo tenía bien claro quién quería que saliese elegido. Tras la entrevista, debería de estar chiflada para no estarlo. Sin embargo, me preocupó ese tipo. El Ciber Revolucionario o como se llamara. Ese tipo nos traería problemas. Lo presentía.

De momento, tenía claro qué iba a hacer. Más de un cargo alto en la política nos debía un favor. Si pudiésemos cobrárnoslo de tal manera que desprestigien la imagen del otro candidato, del pesado y estúpido Alexander Bell, me daría muy satisfecha y la deuda saldada. Debía ganar por todos los medios la mujer, la tal Saeth. 

Me mordí una uña y medité. Había que hacer a esa mujer popular, que el pueblo la quisiera.

Definitivamente, necesitaba la ayuda de mi secretario. 

-Pero, ¿dónde está?- grité, cansada de esperar.

Interesantes? ... pues me temo que ahora viene el plato fuerte XD

El dvd acabo y la television se puso en el canal 10, estaban echando las noticias, estaban a punto de hablar sobre los discursos de ambos candidatos cuando la imagen se fue unos segundos, y de pronto volvio.

En la pantalla se podia ver a un hombre de espaldas, de pronto este se giro y sonrio a la camara.

-Lamentamos informarles que el programa que ustedes estaban viendo a sido .... "cancelado" unos segundos. Veran, me llamo ... ummmmmmm ... dejemoslo en Cuervo. Si aquel que el rival de la señoria Longhorm a mencionado en su discurso. Muchos de ustedes pueden pensar que soy un loco, y si tienen razon, pero soy un loco sincero, y que solo quiere lo mejor para esta ciudad. Veran la señorita Longhorm a mentido como una bellaca al decir que no sabe nada de "La Administracion" (Hace las comillas con los dedos tambien) cuando sabe mejor que nadie que su padre murio por intentar destaparla y el señor Bell os dice que acabara con el miedo, pero simplemente quiere entrar en esa organizacion para chupar del bote y divertirse como dios. Conclusion, nos van a gobernar unos hipocritas, a no ser que un heroe salga a la luz, y ese heroe no puedo ser nadie mas que, yo. Si, si, muchos direis que yo solo soy un loco que amenazo al señor Bell, pero nada mas lejos de la realidad, yo no fui quien lo amenazo, fue La Administracion, querian evitar que yo tubiese creedibilidad, y poco a poco lo han conseguido, pero no me importa, ¿sabeis por que?, por que yo deseo el bien de esta ciudad y para ello me convertire en la oscuridad mas terrible que jamas haya existido.- toma aire unos segundos -E decidido presentarme como candidato a la alcaldia, sabiendo que no sere elegido, o que aunque salga, La Administracion dira lo contrario, por eso, primero hay que destruirla y como mucho sacarla a la luz antes de las elecciones, a las que todavia quedan 2 tristes meses, a si que, tengo mucho trabajo que hacer. De momento ya e secuestrado a un miembro de La Administracion y ya le e sacado toda la informacion que queria de el, a si que, solo me queda, esperar un movimiento mas.- el hombre se dirije lentamente a la camara cuando de pronto se para en seco -OOOOO casi lo olvido, con ayuda de un amigo e creado un chat seguro, para que todo el mundo pueda hablar en el, con desconocidos de forma que nadie sepa nada, ni siquiera yo, vamos, e creado el unico sitio 100% seguro de la ciudad, a si que de momento le e ganado señor Bell, pues eso, por si les interesa www.laciudadsindestino.com. A por cierto, antes de que se me olvide, un candidato a la alcaldia es un asesino en serie, pero tranquilos, ya le enviado a alguien para que lo controle.- La imagen de pronto se para y la television se queda completamente en negro unos segundos.

Me quedé paralizada ante lo que veían mis ojos. Todos en aquella sala enmudecimos. La Administración era un secreto a voces, pero nadie, jamás, osó retarla de tal manera. "¿Desaparecer?" pensé con una sonrisa burlona en el rostro.

-Muchachos, este se cree que es el único pirata informático que hay en la ciudad- reí-. Vamos a ver, seguro que alguno de vosotros conocéis a alguien que se dedique a joder por Internet. Pues bien, quiero que lo traigáis aquí para hacerle una pequeña entrevista. Lo vamos a necesitar- dije, sin mirar a nadie pues mis ojos seguían fijos en la televisión, pero con el tono de voz propio para que se dieran prisa en pensar en todas las personas que conocieran con ese perfil.

Por otro lado, pensé en aquella persona de los nuestros que decía haber secuestrado. ¿Y si era mentira? Tal vez, sólo quería meternos miedo. Un poco de intriga, un poco de información, oscuridad, nombre enigmático y et voilà! Tienes una combinación exquisita para que triunfe.

-Chicos - me dirigí a dos muchachos que estaba de pie en la sala-. Hacedme el favor de averiguar si alguno de los nuestros ha desaparecido o algo parecido. Aunque se haya tomado un descanso o unas putas vacaciones- me empezaba a cabrear-, quiero saber si alguien de nosotros no está localizable.

Salieron cagando leches de allí.

Parecía que algo gordo se avecinaba. Lo podía sentir.

Tus hombres se mueven rapidamente, a los 10 minutos viene otro de tus hombres, te informa que no a desaparecido nadie de los vuestros y que el informatico llegara mañana a primera hora, luego viene tu secretario, y te informa que no tienes ninguna cita para mañana.

-Estupendo- le dije a mi secretario-. En ese caso, me gustaría que me concertaras una cita con un nuevo agente, uno del que me ha hablado John D. Marco. Sé que la referencia es vaga, pero, seguro que puedes hacer algo- le dije, sonriendo-. Ah, sí, en cuanto al informático. Nada más que entre por la puerta, quiero que me visite al despacho. Me gustaría hablar de negocios con él, ¿de acuerdo?

Me arrellané en el sillón y me puse a leer a revista de armas que leía en su momento estuvo leyendo uno de mis hombres. 

-Por cierto- dije a mi secretario antes de que saliera por la puerta-. Lo de John me corre prisa- indiqué.

Volví a la revista, aunque ni me interesaba, tan solo respiraba de tranquilidad al saber que toda mi "familia" estaba bien.

Tu secretario te mira algo sorprendido -señora ¿sabe el nombre del agente?, eso nos facilitaria mucho las cosas ...-

Me froté las sienes con aire cansado y le dije:

-No, no sé cómo se llama- le contesté-. Habla con John y que te lo diga él mismo. Fue el quien debió preocuparse por darme más datos - me quejé, un tanto malhumorada.

Me levanté del sillón y me estiré, agotada.

-Me voy a ir a la cama, paso ya de todo- dije, frotándome los ojos-. Mañana quiero el nombre de ese tipo, ¿entendido?- le indiqué a mi secretario-. Y también quiero al informático, no quiero entrar en esa web sin su presencia... por si acaso-dije, caminando hacia la puerta de la sala-. Buenas noches a todos- reprimí un bostezo y subí las escaleras hasta mi habitación.  Me quité la ropa y me puse mi pijama. No pasaron ni dos minutos cuando me dormí plácidamente.