Partida Rol por web

Soker se mueve cubierto por la esquina e intenta propinar un espadazo a la rata pero golpea a la pared.

Rumuk se acerca a una de las ratas y le produce un considerable tajo con su espada.

Sin ninguna piedad acabáis con las tres ratas

-Bueno, hoy no tendremos raciones secas. Habrá que churruscarlas bien, porque son bichos algo guarros, pero saben más sabroso que el pollo humano.- dice el enano, mientras coge de la cola a los seres apestosos y se los echa a la espalda, sanguinolentos.

Tras anudarlos un par de veces en las asas de la mochila, vuelve a aferrar su arco y se gira hacia el resto preguntando como si fuera lo más natural del mundo:

-¿Continuamos entonces?- pregunta por fin.

- Adelante pues.

Tekdur trata de que no se le note la repulsa a comerse las ratas...

Esperad un segundo. Estos bichos estaban carroñeando y quiero saber el qué...

Soker se acerca con cuidado al lugar donde está la merienda de las ratas y comienza a inspeccionarlo.

Finn deja entrever una pequeña muestra de asco, en su fría cara de elfo, cuando Geon se cuelga las ratas a la espalda. Intercambia una mirada de entendimiento con Tekdur y se adelanta con Soker.

El cadáver no lleva nada encima, os llama la atención el hecho de que esté decapitado.
Al mirar en el pasillo veis al fondo una cama.

Rumuk se arrodilla junto al cadáver y lo estudia. ¿Kóbolds decapitando intrusos? Después, pronuncia una plegaria por el descanso de su alma y se une a sus compañeros en la exploración del templo.

Quietos. Dice Finn, agazapado junto al cadaver. Me juego lo que querais a que por aquí hay alguna trampa, los kobolds no tienen tanta fuerza como para decapitar a alguien tan limpiamente.

-Jjjmmm...- asiente el enano ante las palabras del elfo.

Rumuk se detiene al instante ante el acertado comentario del elfo.

Soker traga saliva, escucha a sus compañeros y se pone a registrar el pasillo con mucha calma...

No os mováis...

A pesar de la búsqueda conciencuda del Varisio, no hay rastro de trampas ni de cosas ocultas en la puerta ni en el recodo.
Al examinar más a fondo el cadáver os dais cuenta que sus botas están en buen estado y que lleva una diario ensangrentado.
Tras un examen, lo único que aun se puede leer en el diario es lo siguiente:

... avisé a Kemmrick: Los secretos de los enanos deberían quedar bajo tierra, pero no le paré. He perdido a Martren y si su guía divina estamos realmente perdidos en la oscuridad. Los monstruos se ocultan en cada sombra, pero hay algo más horrible en lo profundo siento su maldad desde lejos, como un calor agobiante amenazando con derretir mi alma. Puede que el Herrero Oscuro haya sido olvidado, pero me temo que uno de sus viles sirvientes siga arrastrándose en estos salones, manteniendo los fuegos de Droskar ardiendo desde hace cientos de años.

... sus gritos me arrebatan el coraje y enfrian mi corazón. No sé que me hicieron con sus sus labios de sabor rancio aferrados sobre mí, pero mis penamientos son erráticos, y mi pelo se cae en mechones ensangrentados. Si solo Martren estuviera aquí, sabría que enfermedad me afecta y rezaría por mi salvación. La única oración que puede musitar es que esta enfermedad infernal me lleve antes que ese infernal sirviente encadenado de Droskar regrese para arrastrarme encadenado como hizo con Kemmrick. Aun escucho sus gritos en mi mente.
... mi orejas están mojadas ... sed tanta sed .. perdido en la oscuridad... se me ha caído la lengua... la cara se me pudre... la sangre sabe bien... vuelva pronto vuela.

- ¡Por la colección celestial de martillos de forja! Parece que los kobolds son lo que menos nos va a tener que preocupar... ¿Alguien sabe de qué está hablando?

Soker se estremece con la lectura de sus compañeros.

En la puerta no hay nada peligroso. ¿Abro?

Tras conocer el contenido del diario, Rumuk ve reforzada su convicción: Iomedae le ha enviado aquí para enfrentarse a ese ser maligno, sea lo que sea.

-Te cubro, Humano.- dice Geon, asintiendo con un gesto, mientras prepara su arco para abatir a cualquier enemigo detrás de la puerta.