Partida Rol por web

La calle es larga, pero Cutty está decidido a salir de allí como sea. Volver al campamento es su objetivo. El ruido de los pasos de los zombis queda amortiguado a medida que él se va alejando de la intersección.
Parapetándose de vez en cuando en coches, cubos de basura y árboles avanza.
Una mirada furtiva hacia atrás le deja claro que nadie le sigue.

En cierto modo le molestaba haber dejado atrás a sus compañeros, pero iban a hacer que lo mataran. No podía quedarse atrás por un culo bonito y arriesgarse a ser devorado por los zombis, después de todo lo que había pasado. Pero el problema ahora no era de quien lo siguiese, pues eso no importaba demasiado si no de lo que se fuera a encontrar por delante. Inició su marcha, ahora sin correr pero tratando de asegurarse de que ningún apestoso lo veía o lo escuchaba y manténiendose alejado de cualquier sitio que pudiera suponer una emboscada.

El avance de Cutty era lento, intentando no ser visto u oído por ningún devorador. El ruido de la calle quedo silenciado en cuanto consiguió avanzar un poco. Una calle tras otra parecían salir de esta tanto en dirección al este y como al oeste.

La primera calle que podría cruzar en dirección al oeste parecía despejada, aunque cada vez menos cubierta por cualquier objeto que le pudiera servir de cobertura.

Delante de él había dos individuos al lado de una esquina. Por lo que pudo ver sin acercarse demasiado era que se trataba de dos zombies. Estaban devorando a un perro, o lo que quedaba de él.
Tendría que valorar con cuidado como moverse para aprovechar la situación y que ninguno de aquellos tipos lo viera o escuchara.
La calle tenía menos cobertura que de la que venía, pero por lo menos era ancha. Moverse por el otro extremo le podría dar suficiente ventaja para correr en caso de ser visto, pero la última vez que les seguían, acabó por congregarse una multitud. Algo más cerca de aquellos dos, había una bicicleta tirada en la calle. Un coche un poco más adelante, una vez adelantados los devoradores del perro, estaba aparcado y aparentemente intacto. Cuando alzo la vista para observar más adelante, al final de la calle, podría decirse que acababa el pueblo. Una salida a aquel lugar.

Cutty observó la bici asegurándose que no tenia las ruedas pinchadas, ni se le había salido la cadena. Valoro la situación, aquellos zombis no le prestarían atención pero si se acercaba tanto como para coger la bicicleta de seguro lo oirían. Asi que decidió que lo mejor sería cruzar en silencio la calle, como había echo anteriormente y pasar desapercibido hasta estar cerca de la salida del pueblo junto al coche en buen estado. De esa forma ni los zombis lo verían ni se encontraría en ningun sitio estrecho ni cerca de unos delgados brazos tratando de agarrarlo.

Cutty se movía con sumo cuidado. Los latidos del corazón se le agolpaban en los oídos como si fueran un tambor. Casi le extrañaba que aquellos dos tipos no pudieran escucharlos.
Cuando la distancia entre ellos fue la mínima, por encima del golpe de sus latidos se escuchaba el repugnante sonido que hacían al masticar. ¿Qué movería a aquellas cosas a devorar continuamente? ¿Es que no tenían límite?
La calle cada vez se le hacía más pequeña a medida que se acercaba al final de la misma.
En cuanto diese unos pasos más, quedaría prácticamente sin cobertura. Las últimas casas contaban con jardín y estaban bastante separadas unas de otras. Después solo quedaba una desnuda carretera con no más de unos postes de luz a los lados. La única protección que podría esperar eran los árboles que se extendían fuera de los límites de la ciudad a casi doscientos metros, si no más.

Cutty decidió moverse sigilosamente. al menos hasta que no le quedase otro remedio. Le había ido bastante bien hasta ahora y no pretendía correr a menos que no hubiera otra solución en campo abierto. Por un momento se planteo revisar alguna de aquellas casas por si contenían algo que pudiera ser de utilidad pero decició que el tiempo se le echaba encima y no quería tener que pasar la noche rodeado de caminantes.

Con mucho cuidado Cutty continuó su avance en el mayor silencio posible. Su corazón fue disminuyendo la fuerza con la que los latidos golpeaban los oídos de chico.
Para su fortuna, apenas había residuos por el suelo que pudiera pisar y llamar la atención de aquellos dos devoradores.
Ya casi estaba fuera, unos pasos más y estaría fuera de la ciudad.

Cutty giró la cabeza a tiempo de ver como una mujer se acercaba a él desde uno de los últimos jardines. Debía haberlo visto mientras se movía lentamente para esquivar a los que estaban devorando al perro, pero era ahora cuando parecía aligerar un poco el paso. De todas formas la había visto a tiempo de reaccionar, ya que se encontraba a unos cinco metros de él.

Cutty siguió a paso rápido tratando de no llamar la atención del resto. Aquellas cosas no se movían tan rápido y mientras no le atrapasen en un sitio cerrado o fuesen demasiados como para rodearlo no sería un problema. Así que caminó rápidamente alejándose ya por fin hacia la carretera. Por un momento se preguntó si sus compañeros habrían logrado sobrevivir pero después apartó el pensamiento de ellos. No le importaba un carajo lo que les ocurriese, si habían sido tan estúpidos y se habían vuelto a encerrar en algún sitio probablemente acabarían siendo nuevos caminantes en aquella maldita ciudad.

Cutty corrió en dirección a los árboles dejando atrás a la mujer que lo perseguía sin mayores problemas y aunque lo siguiera, podría perderla entre los árboles. Ahora el problema radicaba en eso mismo, los árboles. Estaba la comienzo del bosque y tenía que orientarse de alguna forma para llegar al campamento.

Cutty se dirigió por el linde del bosque siguiendolo de la manera mas recta en la que podía de manera que no se perdiese en el interior y pudiese ver claramente cualquier amenaza con la que se pudiese topar.  Sabía que una vez fuera de la ciudad el campamento no estaba demasiado lejos y si andaba rápido llegaría antes de que anocheciese. La mujer no era problema tras avanzar un tramo entre los arboles seguramente se despistase pues ya le sacaba bastante distancia.

Cutty continúa en lo que cree es la dirección que le llevará a la carretera por la que llegaron. Desde allí el trayecto hasta el campamento es corto, por lo menos en coche, andando puede llevarle un par de hora.
El problema, que quedan poco tiempo de luz natural y, o se da prisa, o puede que la noche le pille a mitad de camino.
Unos minutos más tarde, manteniéndose alerta de no llamar la atención de ningún devorador, alcanza la carretera del oeste.

Cutty echo a correr tratando de no hacer ruido pero algo mas tranquilo al verse en un espacio abierto donde podía ver llegar a los caminantes con facilidad. Tenía que aprovechar la poca luz que quedaba o tendría que volver a andar con ojo e ir despacio y quizás tardase toda la noche en regresar y correría el riesgo de perderse.