Partida Rol por web

Wynonna enarcó una ceja ante la sutil llamada. El grupo no pasaba por turistas con todas las armaduras, armas y equipo que llevaban a sus espaldas, así que la paladín supuso que podía tratarse de algo de trabajo. Wynnie miró al resto y asintió en dirección al simio, como diciendo "démosle una oportunidad".

La actitud de Dina, sim embargo, la hizo dudar. Ella sabía moverse mejor que el resto en aquellos ambientes y parecía dudar. En cualquier caso, había que tomar una decisión ráp¡damente y la guerrera sagrada optó por la opción de Evelynn.

-Vamos, Dina...

Entró en aquel rincón entre casetas y tapó lo que pudo de él con su ancha espalda.

Me encontraba mirando a todos lados, no había una posada cerca o por lo menos lo que mis ojos podían ver. De repente encontre a un joven humano dispuesto a decirme por donde podía ir pero antes de que pudiera decir algo una voz se escucha. Miro al lugar y noto una mano señalandome.

- Primer día y ya parece que soy buscado.- Mi maestro siempre decía toma las oportunidades de la vida aunque no sepas que pueda deparar porque te harás mas fuerte, me dirigí a ese lugar aunque también lo hacía un grupo de lo mas variado que podía ver.

Cuando llegue a la misma altura que el grupo me quede expectante, no era de los que hablaban ni de los que intentaban ser amables.

Me quede tan solo ahí, viendo al grupo que acaba yendo a ese lugar.

Evelynn, que ya lo tenía todo pensado, le contesto a la mediana con un susurro, todo lo amablemente que la situación le permitía.

 - ¡Shh! Sígueme el juego Dina... esos centauros sospechan de todo el que sea forastero y de seguro ya nos consideran peligrosos por el simple hecho de ser viajeros, si nos ven hablar con un ciudadano mida, puede que nos dejen en paz - Dice Evelynn señalando con la cabeza al mida que les había llamado discretamente. Además, estoy empezando a perder la paciencia... ¡Podrían disimular un poco por lo menos! no hay nada que soporte menos que sentirme vigilada!

Mientras esas palabras dirigidas a Dina salían de la boca de Evelynn, ésta miraba de reojo hacia atrás, para ver si los centauros se habían dado por vencidos o su estrategia había fallado y encima de los guardias tendría que lidiar con un misterioso desconocido, lo cuál no siempre era buena idea...

Entiendo que te siente fatal. Pero hay una cura fácil para ello: salir de su vista lo antes posible. Seguro que en cuanto abandonemos este carísimo mercado pierden el interés en nosotras.

_{A este mida no lo conoces  de nada y que se oculte de los guardias no presagia nada bueno.} Le susurró a la hechicera. Aunque tampoco le importaba demasiado si el encapuchado mida la escuchaba. Y como somos forasteras si alguien sale pediendo esta claro que vamos a ser nosotras... Y por que demonios nos está siguiendo este tipo (Dran) ¿No venía en la misma caravana que nosotras? ¿Uhm?. Creo que sí. Lo mismo se ha perdido.

Si distraerse demasiado con el semiorco la mediana pasa a fijarse primero  en el mida y luego en las posibles vías de escape.

Nakuro es la capital del Imperio Mida, la joya de la civilización de Voldor. Su peculiar mezcla de edificios en el suelo y en los árboles ha evolucionado a lo largo de los años para acoger a cualquier persona, sea cual sea su raza: salvo en el casco histórico de la ciudad, es fácil encontrar pavimentos preparados para centauros, sillas adecuadas para razas pequeñas, etcétera. En definitiva, todo tiene una pátina de civilización y cordialidad, perfecto reflejo de lo que los mida prodigan al resto de civilizaciones de Voldor.

El mercado de Nakuro está a la altura de la ciudad: es un enorme conglomerado de tiendas, entre puestos que llevan allí desde que se fundó la ciudad y los siempre cambiantes puestos itinerantes. La guardia de la ciudad, con sus cotas de malla que refulgen cada vez que un rayo de rol atraviesa los frondosos árboles, se asegura de que nadie perturbe la paz del lugar. Los mida pueden ser un pueblo civilizado, pero justamente por ello son duros con aquellos que quebrantan la ley. Pero muchos viajeros visitan Nakuro sin saber que hay un mercado dentro del mercado. En lo más antiguo de la ciudad existe una calle que conduce a una pequeña plaza circular en cuyo centro se erige uno de los árboles más antiguos. Toda esta parte del mercado, desde la calle hasta la plaza e incluso las ramas del árbol, forma el Mercado de las Especias.

El Mercado de las Especias nació justamente como eso, una pequeña serie de puestos ambulantes que traían pequeñas pero sabrosas mercancías con las que satisfacer el refinado paladar de los hombres mono. Sin embargo, con el paso del tiempo el enfoque se fue difuminando y acabó por convertirse en lo que es hoy: un lugar donde comprar rarezas, esa clase de productos tan valiosos que requieren un gran pago en sal. Dado el valor de las mercancías, el Mercado de las Especias cuenta con su propia guardia al margen de la de la ciudad.

Es la primera vez que estas en Nakuro y has decidido dar un paseo, sin saber muy bien dónde estas. 

-Gracias por atender mi llamado- dice el mida, embozado en una capa que le cubre el rostro. Podéis ver que debajo de la capa oculta unos buenos ropajes- Debéis ayudarme. Soy Keynahari. No tengo mucho tiempo y no puedo hacer esto personalmente. Tomad- dice mientras saca de su túnica una pesada pirámide de metal y se la ofrece a Evelynn- Debéis buscar a Owyylian y darle esto. Él os llevará hasta la Espada Enlutada...- Mira entonces tras vosotros y se alarma- ¡Por el Peregrino! No sé como, pero me han encontrado... Owyylian, por favor, ¡la vida de todo mi pueblo depende de esa espada!

A vuestras espaldas podéis ver a la guardia de la ciudad, ocho soldados mida, y la guardia centaura, Rushka, la jefa de los centauros acompañada del centauro que os ha estado persiguiendo por todo el mercado

-¡Deteneos, ladrones!- os grita la guardia

Perdón tuve un problema con el navegador y se cerró cuando trataba de hacer las tiradas de percepción.

Miras a tu alrededor, hay demasiadas personas como para ver si hay algún punto de escape viable. El mida que tienes delante está cubierto por una capa, pero consigues ver su rostro, es de un joven que apenas ha dejado atrás la adolescencia y tienes unos buenos ropajes bajo la túnica

 El clérigo veía la mano de los dioses en todo,  desde ese pordiosero en las calles aledañas al mercado,  hasta aquel que hablaba con denuedo ofreciendo sus mercaderías. 

Algo lo estaba de alguna manera guiando, y aunque era la primera vez que estaba en esta ciudad,  le pareció curioso ver donde le llevarían sus pasos. 

Así pues,  de repente se encontró en este mercado dentro del mercado,  una suerte de mercado VIP donde se ofrecían una infinidad de productos,  algunos incluso de dudosa procedencia. 

El clérigo buscó un lugar pata sentarse y descansar sus pies,  luego del largo camino qued lo había llevado hasta ahi.

Como siempre, pensó,  dioses indiquenme donde es requerido mi servicio. 

Luego de elevar una rápida plegaria silenciosa,  se puso a mirar como los transeúntes  buscaban los mas diversos objetos

-¿LADRONES? -dijo Wynonna. ¿Nosotras? ¿Cómo se atreven?

La paladín no comenzaba ni a procesar que ellas hubieran podido hacer nada malo, así que se giró hacia la comitiva de guardias que venía hacia ellas con los brazos en jarras, dispuesta a pedir explicaciones.

-Nosotras no hemos hecho nada, ¿Verdad, chicas? -dijo a sus compañeras, que tenía a su espalda.

En cuanto el tal Keynahari le ofrece la priámide a Evelynn, esta mira unos breves instantes, desconcertada y desconfiada dado que el mida no le deja más opción que cogerla al ponérsela casi en la mano. Pero la semielfa no se fía de tocar esa pirámide, e invoca un hechizo. Una mano fantasmal sale de debajo de su capa cogiendo la pirámide delicadamente y guardándola en una discreta bolsa oculta bajo la capa, esperando que los guardas no la hubiéran visto por lo menos guardarse eso. Pordía ser un artefacto de gran poder? o quizá ocultaba una historia interseante sobre la ciudad y los mida. si lo que Keynahari les habia contado era cierto y corrían gran peligro no iva a ser Evelynn quien dejara pasar la oprotunidad de saber más sobre el asunto!

- Owyylian dices? cómo podemos encontrarle, quien es? danos aluna pista mas! - Dijo con la esperanza de tener más información

En cuanto se gira y ve a Wynonna con los brazos en jarra esperando a la guardia que nos acusaban de ladronas por habernos jutando con el mida...casi le da algo!!

Malditos paladines y su sentido de la justicia, es que no vé que los guardias les da igual a quien atrapen mientras tengan una cabeza de turco? y lo peor es que le iba a tener que dar la razón a Dina... Ahora seguramente estaría una semana escuchando '¿Ves como tenia razón Evelynn?', '¿Para qué vamos a hacer caso a Dina? y cosas por el estilo...- pensó Evelynn para sus adentros.

Todo parecía indicar que Wynonna estaba decidida a dar explicaciones, pero Evelynn no confiaba en las autoridades, se les subia el poder a la cabeza y no razonaban en ningún caso... Le tocaba hacer de diplomática con la paladín si querían salir de ahí. Con determinación se puso a la altura de la su compañera y agarrandole la armadura por el hombro con determinación pero sin violencia, para llamarle la atención más que otra cosa, la gira suavemente hacia ella y con cara de suma preocupación le dice:

- Dudo mucho que te escuchen Wynonna, por muy paladín que seas! Sólo quieren un cabeza de turco y encima somos nuevas en la ciudad, ¿que no lo vés? No nos conviene luchar en medio del mercado maldita sea! Además tengo algo que podría ser interesante, y si lo que nos ha contado es cierto, el pueblo mida necesita ser salvado, y en unas mazmorras mugrientas esperando a ser ejecutados no vamos a poder! Tengo entendido que los paladines están para ayudar el pueblo de las fuerzas oscuras, es así? y es precisamente lo que puede que tengamos que hacer, ¡Sin tí no podremos! ¡aún estamos a tiempo de que no nos atrapen y poder salvar este pueblo!

Mientras esperaba una respuesta de Wynonna, se dirigió a sus otros compañeras.

- Nana, Dina, vamos a salir de aquí todas juntas! - Mientras decía eso, se acordó del semiorco que les seguía y decidió que les podría ser de utilidad también, y muy probablemente le haría un favor si le sacaba de ahí pues seguramente a ojos de los demás formaba parte del grupo.

- Eh, semiorco, mucho me temo que te han metido a tí también en el ajo... acompañanos, cuantos más seamos más posibilidades tenemos de salir de aquí de una pieza!

Estaba mirando todo lo que ocurría en poco tiempo, porque era una persona de interés cuando tan solo estoy aquí menos de un día. De repente varias personas aparecieron y nos llaman ladrones a lo que me quede mirando a todos del grupo. - Ladrones?, estar equivocados.. Se mostraba mi cuerpo ponerse tenso ante tales acusaciones cuando voy a mi espalda por mi hacha pero una chica ahí mostraba otro interés. Sus palabras me hicieron dudar durante unos segundos pero tenía razón, no me quedaría para que me encerraran por algo que no hice y menos contra estos tipos. - Ire con ustedes aunque una buena pelea no hace mal. Me propuse salir con ellos sabiendo que eran mas y mejores.

¡Noo! si ya sabía yo que la cosa iba a acabar así.  ¿Y como ranas vamos a escapar y escondernos en un lugar que no conocemos de nada. Seguro que nos perdemos si los tipos mitad caballo no nos pillan antes. ¡Pero que mal!

Dina miró con indecisión a los guardia de la ciudad. Si la hechicera no hubiera tomado aquella dichosa pirámide aun sería posible dar alguna explicación como quería Wynonna. Eso suponiendo que los guardias fueran decentes y supieran hacer su trabajos. Pero ellos este instante ellos eran para al mediana tan desconocidos como el mida que las había metido en este lío.

Concuerdo con Evelyn,  vámonos por patas. Ni se os ocurra pelear con tanta gente que encima son la p&%$ guardia de la ciudad.

¿Veis alguna salida? Yo desde aquí no encuentro ninguna ruta de escape.

Wynonna no tenía ninguna intención de luchar contra la guardia. ¿En qué estaban pensando esas irresponsables? Pensaba dar las explicaciones consecuentes para que se dieran cuenta de que ellas no habían hecho nada malo.

No, no veía que tuvieran razón por ningún lado. Sin embargo, el pavor en la voz del mida... algo le decía que aquél objeto era de vital importancia y que no debía caer en manos de la guardia, que el destino de muchos dependía de que permaneciera en la clandestinidad.

Ahí, la semielfa dudó y las palabras de Evelynn sonaban tan convincentes...

-Ah... está bien! Por el peregrino, espero que estemos haciendo lo correcto!

Nana, despreocupada y poco atenta como siempre, miraba el precio de los abalorios de una de las casetas. Sólo se dió cuenta de la situación cuando era ya demasiado tarde, cuando escuchó los gritos de los guardias y miró a su grupo. Estaban a apenas un metro y medio de ella en el callejón que hacía esa caseta con la anterior. Y con un mida en frente.

¡Confiar en un mida... y en mitad de un callejón! Nana se echaba las manos a la cabeza mientras veía toda la situación pasar ante ella, no le había dado tiempo ni a protestar. Corrió hacia su grupo y agarró la guja que tenía a su espaldas. Vió a Winnona cerrarse en jarra, les iban a acorralar si se quedaban quietas, Dina y Evellyn trataban de convencerla. Puede que ya la hubieran convencido cuando Nina llegó, pero aún así ella le gritó severa:

-Querida amiga... ¡MUEVE TU ESPLÉNDIDO CULO!

Shäkaste llegó a divisar a sus compañeros, pero no estaban solos, hablaban con un hombre encapuchado, a su lado también se encontraba un semi orco, comenzó a avanzar hacia ellos, cuando vio que la guardia de la ciudad, compuesta por ocho miembros midas, y dos centauros comenzaron a llamar ladrones a sus compañeros.

En ese momento Evelynn consigue convencer a Wynnona que no parecía querer irse y estaba a punto de decirle algunas cosas a la guardia, finalmente todos consiguen salir corriendo de aquel mercado y esquivan a sus perseguidores.

Estaba visto que su estancia allí no sería tan placentera como habían creído. Una vez sin el peligro de la guardia, veis que el encapuchado Mida no esta allí, no sabéis si lo han capturado o ha conseguido huir

Aún debajo de su capucha,  se podían ver las gotitas de sudor en la frente. 

"ufff compañeros,  me ha costado pillarlos, que ha sucedido?  Me demore un poco  en el templo,  pero ya estoy aquí..."

El clérigo se arregla los ropajes y vuelve a lucir serio,  como de costumbre. 

"...esto debe ser una señal de los dioses"- dijo mientras miraba la cantidad enorme de gente que se abría por todas direcciones. 

"... ahora,  si puedo preguntar... por que os llamaban ladrones  ahí atrás? No estarais buscando problemas más de la cuenta,  no? "

​Su ceja derecha se levantó en una mueca extraña de asombro y represión divertida,  mientras miraba a la paladin.

"... a ver,  no es no me guste el hecho mismo de que anden como quieran..."- dijo mientras su ceja se cuadraba con una media sonrisa. 

Dejó la frase a medio camino,  mientras los miraba de uno por uno. 

La respiración de Evelynn aún estaba algo acelerada cuando por fin consiguieron despistar a los guardias. Con un poco de suerte el incidente pasaría desapercibido, y no recordarían sus caras... Eso es lo que quería pensar, aunque era improbable debido a lo variopinto del grupo, tocaría no acercarse a ese exótico mercado una temporada como mínimo.

* Tsk... Malditos guardias... Y encima he perdido al mida antes de que pudiera sacarle algo sobre la pirámide... Ya intentaremos encontrarle más tarde, no es buena idea acercarse al mercado ahora que acabamos de salir de ahí. * Pensó Evelynn resolutiva.

Con un rápido vistazo a su alrededor comprobó que todo el grupo estuviera reunido todavía y nadie se hubiera desviado en el camino de huida. Mientras tanto, intentaba notar el peso de la pirámide en su compartimento bajo la capa de viaje. No quería perder el objeto de vista tan pronto, de hecho se moría de curiosidad para inspeccionar ese artefacto. Pero no era el sitio ni el momento para hacerlo. Se decía que los mida tenían en su poder los más poderosos artefactos de los Peregrinos... Y que les acusen de ladrones... Algo tenia que haber de especial en esa pirámide, pensó.

De repente una voz vagamente familiar le sacó de sus pensamientos para devolverla a la realidad. Era el clérigo que les había acompañado durante el viaje y se desvió al entrar en la ciudad para ir al templo. Ya casi lo había olvidado.

Maldita sea, por un momento he pensado que los guardias nos habían seguido... Eres tú Shäkaste! Evelynn miró contrariada al clérigo ante la duda de si habían hecho algo... *De veras nos cree tan estúpidas como para llamar la atención nada mas llegar?* 
¡No hemos hecho nada, claro que no! Pero esos guardias no son de los que razonan, y no tengo ganas que me corten una mano por algo que no hemos hecho. Te lo contaremos con más calma cuando hayamos encontrado un lugar dónde quitarnos el polvo del camino y estemos a salvo de oídos indeseados. Dijo mirando de reojo a su alrededor.

Deberíamos ponernos a buscar alguna posada o alguna pensión donde ir. Si os parece bien y no vemos nada mejor por el camino, podríamos preguntar en los establos donde he dejado a Catalyna con el carro y el grueso del equipaje.  - Dijo Evelynn hacia el grupo -  Debería haber preguntado antes... maldijo para si misma.