Partida Rol por web

Wynona estaba de mal humor. No le gustaba nada huir de la guardia como un vulgar robagallinas. Ella era una paladín del peregrino, una de las ESCOGIDAS. No, no estaba NADA contenta. Aun así, se alegró de ver a Shäkaste. El clérigo era su aliado en medio de todas aquellas balas perdidas.

-Yo también me alegro de verte, compañero. Y, tú -dijo refiriéndose a Dran- de momento es mejor que sigas con nosotras. Creo que han pensado que pertenecias a nuestro grupo. Yo soy Wynona, una de las escogidas por el peregrino para defender su credo. Estas son Nana, Dina y Evelyn. El varón de la capucha es Shäkaste, otro servidor de la Fe.

Estoy con Evelyn, lo prioritario debería ser buscar un lugar seguro donde discutir qué hacemos a continuación, aunque lo mejor sería acudir a las autoridades.

Las autoridades están ahora mismo justo detrás de nosotros, Wynonna... Ains, aire.  La mediana intentaba no resollar después de la carrera. No creo que sea muy buena idea volver a toparnos con ellas hasta que no sepamos en que nos a metido el dichoso mida. Y seguramente después de que lo sepamos tampoco convenga.

Ya no tiene remedio, continúo Dina mirando a la hehcicera,  pero si queréis saber mi opinión en cuanto antes nos deshagamos de esa cosa mejor que mejor.

Nunca he estado en esta ciudad así que si a alguien sabe de alguna posada es momento de comentarlo. en caso contrario tendremos que preguntarle a alguien, aunque sin perder de vista que nos están buscando. también podemos pasar de al posada y buscar directamente al tal Olwyliano, Owylin. ¡Owyylian! Si eso creo que era y en lo de la espada enlutada  o  enlodada esa que menciono el mida ni se os ocurra meteros. Que ya tenemos bastante ya...

Agradecida de haber salido del estruendo y de los empujones que recibía en el mercado (una situación que le había hecho sacar su lado más protestón y más prototípicamente enano), la enana estaba con considerablemente mejor humor. Tras la adrenalina de la carrera le brillaban los ojos, toda ella irradiaba felicidad, no recordaba lo ansiosa que se encontraba por volver a vivir nuevas aventuras.

- ¡Había olvidado lo bien sienta esto! -se rió cuando frenó de correr. Pese a sus pequeñas piernas, quizás no fuera la más rápida pero la enana tenía mucha resistencia.- Si no fuera porque eran guardias, y aquí la paladina no me lo habria permitido...-miró a Wynonna a propósito con una mueca de resignación divertida- no habría dicho que no a una buen combate...

Fue entonces cuando escuchó una voz conocida y levantó la cabeza del suelo. Le miró: era Shabaske. Ella tras huir del mercado aún llevaba la guja en la mano preparada para el combate. No obstante, fue verlo y clavar la guja contra el suelo, recomponiendo inmediatamente su postura.

-Dichosos los ojos: bienvenido de nuevo Shabaske, ya te echabamos de menos... - le dijo coqueta, con la cabeza altiva y ladeada, dejando ver una gran sonrisa picarona. Se mantenía erguida y posando, marcando aun más sus curvas, agarrando con su mano derecha el asta de la guja. - me alegra verte...

Fue entonces cuando Wynnona la presentó al semi-orco, interrumpiendo sus flirteos. Ella le miró con curiosidad y algo de desconfianza pero no le dió mucha más importancia, en ese momento otra frase había llamado su atención.  

-¿Que nos deshagamos de qué? - Nana se giró inmediatamente, le volvían a brillar los ojos. Si a Dina algo le daba mala espina era buena señal: significaba una nueva aventura. - Os preguntaría por lo sucedido en el mercado y os echaría en cara que ¡os dije que los midas no eran de fiar! pero puede que no sea el momento...

 Aún estaban bastante cerca del mercado. La calle estaba casi deshabitada y eran un grupo bastante grande, sería fácil dar con ellos. Su rostro se volvió severo

-En mitad de la calle aún no estamos seguros, pueden seguir buscándonos... Opto porque entremos a aquel pub de allí. Allí podréis recuperar el aliento -orgullosa como era la enana ¡ella no lo necesitaba!- contarnos lo ocurrido y preguntar por alguna posada cercana...

Propuso resolutiva. No obstante, la enana de tonta no tenía un pelo: ¡tampoco diría que no a una buena jarra de cerveza!.

Me quedo mirando un poco al grupo un tanto elocuente y notando que nadie que tuviera dos ojos pudiera decir que pertenezco a ese grupo.. Como me había visto encapuchado decidí sacarme todo el conjunto para mostrar a un semiorco grande bastante curtido con varias cicatrices en su cuerpo y una en su pecho. Colgando un tapado de piel de leon genuina.

- Ser Dran. Dije a la humana que intento referirse a mi como una persona mundana. - Vamos, cuanto mas tiempo fuera, mas chances de ser atrapados. Aun colgaba mi hacha grande en mi espalda, mi mirada tan solo iba hacia delante sin mirar al grupo variopinto que ahora tenía.

Mi mentor me había dicho aventuras viviras pero esto era de otro nivel, tener que ir con otras personas para sobrevivir.

Evelynn había propuesto ir a ver que tal estaba Catalyna, una vez vieron que sus pertenencias seguían en el carro, preguntaron en el establo donde estaba la taberna más cercana. Siguiendo las indicaciones que os dan, llegáis a una de las tabernas del lugar, no es muy lujosa, pero por lo menos está limpia y sirven comida y bebida. 

Veis que el lugar está concurrido, hay gente jugando, otros disfrutando de una buena cerveza, otros en cambio, acompañaban la cerveza con algo de comida.

Cuando entráis en la taberna, ves que hay unos hombres hablando, normalmente no les habrías prestado atención, pero pronuncian un nombre que hace que prestes toda la atención.

-¿Owyylian? Sí, siempre está en su trabajo, en las Importaciones Medhawari

 El clérigo mira al grupo,  mientras entran en la taberna. 

-al menos se ve comida abundante en este pequeño antro - piensa Shak.

""Ok creo que es hora de reponerse antes de continuar camaradas.."

"Eyy, camarero cual es el especial del día?"- pregunta seriamente al mesón. 

Dina asintió. Ya tenían bastantes problemas ¿Por qué añadir un estómago vacío? Era de sentido común.

Vamos a buscar un sitio discreto. Dijo la mediana ¿Veis algún reservado?

Dina examinó la posada que parecía bastante agradable. Su mirada se posó en Dran, con el que no había cruzado más que un par de palabras durante el largo viaje hasta al ciudad. Se veía que era un tipo reservado. Más que eso, por lo que la mediana pudo ver estaba muy poco acostumbrado a tratar con la gente. Se veía perdido en el día a día de la caravana tanto que Dina había estado a punto echarle una mano alguna vez, pero como no sabía como se tomaría el hombre la interferencia y no era muy buena tratando con desconocidos al final no lo hizo.

Bueno una cerveza me vendría bien para empezar. Continuó rompiendo el hilo de sus pensamientos. Por ahora tenían  librarse de aquel objeto "presuntamente" robado lo antes posible. Tu eliges Nana.

Wynona entró, nerviosa y no se sentó. La paladín no había hecho más que darle vueltas al asunto desde que huyeron de los guardias y, aunque estaba convencida de que ellas no habían hecho nada de malo, no podía ignorar el hecho de saltarse la ley local a la torera.

-La cerveza para otro momento. Debemos localizar a ese Owyylian y exigirle una explicación. Nuestra reputación está en juego.

La paladín se acercó al posadero y le dijo directamente:

-Hola amigo. ¿Ha oido usted hablar de la "espada enlutada"?

Os sentáis en una mesa y el tabernero va a vuestra mesa, ante la pregunta de Shäkaste responde:

- Estofado y cerveza- dijo poniendo mala cara al oir como Wynnona decía que nada de cerveza- ¿Para que vienen si no van a tomar nada?- responde molesto el tabernero marchándose sin responder a la pregunta que la joven paladina le había formulado

Pero Nana no estaba con Dina cuando llegaron a la mesa. Al entrar al local Nana se sorprendió escuchando la conversación de unos hombres en la barra. Iba a responderle a Dina pero estaba dándole vueltas para ver si recordaba dónde había escuchado aquel nombre, se quedó quieta mientras sus amigos le adelantaban y se acercaban a la mesa. ¿Ese nombre no era el que había dicho Dina tras huir de la guardia?. Al fin y al cabo ella no estaba cuando ellas conversaron con el mida. Por si las moscas decidió entonces ir a la barra poniéndose cerca de aquellos hombres, con la excusa de poder pedir una cerveza. Así podría escucharles mejor.

Te pones cerca de los hombres intentando escuchar mejor, pero han pasado a hablar de otro tema y no vuelves a escuchar ese nombre que tanto te ha llamado la atención

Maldita sea. Cambiaron de tema.

-¡Bojd Bonataj Tabernero! - saludo gritando la enana al tabernero desde la barra para llamar la atención de los dos hombres. Se estiraba desde el asiento sobre la barra agitando coqueta la mano en el aire. No sabía si les había llamado suficientemente la atención, asi que les hablaría también:

-¡Saludos a vosotros también compañeros! ¿Qué cerveza le recomendarías a una guapa viajera sedienta? Necesito un descanso, tanto trabajar esta haciendo que me encoja... -les dijo intentando captar su curiosidad y ganarse su amistad con sus risas.
 

Después de comprobar que Catalyna estaba bien y estar unos minutos comprobando el estado del animal y del equipaje. Sus compañeros se adelantaron y Evelynn se dirigió hacia la posada apresuradamente, no quería hacer esperar a nadie. Evelynn entró en la posada justo en el momento que el tabernero respondía a Shäkaste el plato del dia y se giraba sin responder la pregunta de la paladín sobre "espada enlutada".

Cuando la semielfa se acerca a la mesa les dice al grupo. - Ahora vengo, voy a ver si me sabe decir algo sobre el tal Owyylian! Y se fué sin esperar realmente una respuesta por parte del grupo.

Buscando al posadero con la mirada, Evelynn se dirige hasta él y se desabrocha un botón de la camisa y pone una cara de lo más coqueta que sabia poner. Y en cuanto le encuentra, se apoya sobre la barra dejando entrever un poco su escote.

- Buenos días maese! Acabo de llegar a la ciudad y estoy buscando a un tal Owyylian, me podría contar algo sobre él mientras me tomo una cerveza y un estofado de ese que huele tan bien? - Dijo Evelynn con una gran sonrisa mirando expectante al posadero a los ojos.

Chicos, en serio, a pesar de lo que pueda parecer apresurarnos no es lo mejor que podemos hacer ahora. Así que no entréis tan a saco.  Dijo la mediana refiriéndose a las prisas que mostraban sus compañeras. Tampoco es bueno soltar información tontas y a locas. Imagínate que la espada enlutada fuera un artefacto vicioso y maldito de un culto demoníaco, Wynonna... por decir algo. Estamos en una situación delicada y debemos ser cautos al dar nuestro próximo paso. Como no tenemos ni idea de en donde nos hemos metido empecemos por lo que tenemos a mano. Que es el cacharro ese y el nombre del tal Owyylan, por supuesto que como son lo único que tenemos para salir del entuerto vamos a tratar ambas cosas con mucho cariño. Dijo Dina mirando a la hechicera que estaba con el tabernero y algo alejada del alcance de sus palabras. No tengo ni idea de quien es Olwyylan pero al ciudad es lo bastante grande como para que todo el mundo se conozca. Pude echarle un vistazo al mida que nos metió en este lío: Era bastante joven y no pobre precisamente. Esperoque no tengamos que buscar en los barrios elegantes o lo llevamos claro. Por su puesto el jovencito mida puede haber andando en compañías poco recomendables y lo mismo Owylann es un jefe mafioso ¿Qué se yo? ¿Qué sabéis vosotros? Por eso pensaba que la apuesta más segura es examinar primero el objeto si averiguamos lo que es sabremos algo más que al empezar. ¿Alguien puede detectar magia? ¿o detectar si es malvado o esta maldito?

Y mientras tanto debemos recuperar las fuerzas. Y yo se de pocas cosas que recuperen también la fuerza como un buen estofado y una buena cerveza así que: EH! POSADERO NOSOTROS SI QUEREMOS CERVEZA Y ESTOFADO

Wynona se enojó ostensiblemente ante la respuesta del posadero y estaba a punto de cantarle las cuarenta cuando las otras hablaron. Evelynn actuó como Wynona, en el sentido de que era de las que se ponía manos a la obra y no dejaba para mañana lo que pudiera hacer hoy. Pero Dina no. Oh, no... Dina, no.

-Si la espada fuera un artefacto vicioso y maldito de un culto demoníaco, me gustaría saberlo CUANTO ANTES para entregarlo a quien pueda mantenerlo a salvo o destruirlo si así fuera necesario, Dina!! Es precisamente ese desconocimiento lo que me impulsa a levantar el culo de esa silla y HACER ALGO! Se llama RESPONSABILIDAD!

Pero tienes razón en una cosa! Si es algo sacrílego o desacrado, lo sabré en unos segundos -dijo.

Luego se sentó y puso una mano a unos 10 cm sobre el artefacto y se concentró.

Una vez sentados en la mesa,  Shak atendió a las palabras de Dina.

espada enlutada?? De que diantres está hablando? pensó el clérigo. 

"espera... espera..." - dijo,  mientras carraspeaba para ordenar sus ideas. 

"artefacto maldito de un culto demoníaco?? No se de que diant.... ahhhh" - exclamó con genuino asombro cuando la paladin extrae un artefacto en la mesa y lo acerca peligrosamente a sus manos. 

"Estoy un poco perdido.." - susurró  por lo bajo mientras continuaba hablando en un tono de voz reservado.

"okok, déjenme ver si entiendo,  alguien les entregó este aparato?? Con que finalidad?  Y el tal wyyliam o como se llame , que narices pinta en este tema?"

Las preguntas se agolpaban en la mente del clérigo,  de forma sucesiva. 

Una risa cruza por el rostro del semiorco al ver semejante actos de las mujeres al llegar tan solo, tome asiento mientras me quedaba observando el lugar atentamente. Luego me gire a la pequeña que traemos. - Ser pequeña pero inteligente, elegirla como lider.

Mientras mi mano acaricia su cabeza como si fuera un animal aunque en el mundo salvaje eso significa que tiene mi voto y protección porque es tan pequeña que hasta me hace querer cuidarla como lider de manada .

- Esto sera dia largo si seguir así.- Comento a la mediana y luego espero a que llegue la comida, tenía bastante hambre y era la primera vez que la comida humana llegaba a mi. Nunca había probado un plato de la ciudad sino que todo fue cazado.

Nana se había acercado a los dos hombres que había escuchado hablar, había soltado un chiste que era bastante bueno, o lo habría sido si los hombres le hubieran estado haciendo caso. Evelynn se había acercado a hablar con el tabernero con un botón de su camisa abierto, haciendo que el escote sobresaliese, inclinándose para mostrarlo mejor, y los hombres con los que Nana quería hablar, estaban más atentos al escote de su compañera que a sus propias palabras. En cambio, el tabernero ni siquiera había reparado en la joven, sino que se disponía a llevar estofado a la mesa de sus compañeros, ya que Dina no dejaba de gritar que le sirvieran cerveza y estofado