Partida Rol por web

La esposa de Egir

Acto I: Los muelles de Tibas

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03/12/2009, 12:03
Ayan Kroes

Ahora confiaba más en el instinto del joven que en el mío en cuanto a estos temas se refería. Normalmente, yo siempre me encargaba de esperar a que no hubiera nadie en los lugares para entrar y no tener que preocuparme de estas cosas, así que supuse que debía fiarme de su sentido común, ya que parecía ser él, el que había heredado esa cualidad..

Desactive el conjuro que nos permitía caminar a nuestro antojo sin notar los efectos de la gravedad, sin querer malgastar Zeon ya que recuperarlo era un proceso bastante más largo que el de gastarlo y debía tener cuidado. En caso de que nos hiciera falta, siempre tendría algún conjuro disponible para la ocasión..

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03/12/2009, 19:39
Rembrandt De Graff

Rembrandt tras escuchar el ruido miró a Ayan, asintiendo con la cabeza: iban a entrar. Como allí no parecía haber nadie (al menos en la cubierta) el novel intentó abrir la puerta por métodos convencionales, pero si la susodicha no se abría así le pegaría una patada para intentar abrirla a la fuerza.

- ¿No tienes algo para abrir la cerradura? - preguntó a la hechicera.

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03/12/2009, 20:03
Ayan Kroes

Esperaba que en realidad la puerta no estuviera cerrada porque no tenía ninguna forma de abrirla al menos en aquellos momentos. Además si me ponía a pegar a una puerta, casi seguro que me iba a hacer yo más daño que ella, así que poniendo cara de pena negué con la cabeza, dándole a entender que no podía hacerlo.

- Espero que al menos podamos encontrar aquí a su hermana y que su hermano, pueda resistir hasta que hayamos salido..

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04/12/2009, 16:53
Bartel

Radovick llegó a través de la pasarela de la cubierta, con la espada impregnada de sangre, y echó la puerta abajo.

El despacho del capitán estaba oscuro, apenas iluminado por una lámpara de aceite. En la cama, Bartel yacía con una mujer, probablemente una zorra cualquiera del puerto, y tal era su concentración que no había escuchado la bulla de fuera. Ahora el marinero la tiraba al suelo y echaba mano a un puñal que tenía junto a la cama.

-¡Hijos de una ramera piojosa! -gritó, rojo de rabia-. ¿Se puede saber qué buscais aquí? ¡Venid a ayudarme, escoria!

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04/12/2009, 17:16
Rembrandt De Graff

- Qué oportuno. - comentó Rembrandt con una sonrisa. Cuando el novel vió a Bartel casi suelta una carcajada, pero su mente volvió a funcionar y le dió una palmadita a Ayan en el hombro - Encargáos. -

Era obvio que era Radovick el que quería ajustar cuentas con Bartel, pero había visto de lo que era capaz aquel dichoso marinero, así que le dejó a Ayan para que le echara una mano. Él tenía que encontrar a Adelheid, ya que pelear los tres contra el marinero en aquel lugar sería sin duda estorbar.

Rembrandt se dirigió a las escaleras y, arco en mano, empezó a bajarlas en dirección a lo que él suponía la bodega.

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04/12/2009, 19:30
Ayan Kroes

Me quedé como se queda alguien al que dejan en mitad de la calle sin saber qué es lo que hace allí. No sabía qué querían que hiciera, pero desde luego, debía tener cara de agresiva o algo para que me dejaran aquí, en mitad de la pelea. Casi lo más normal hubiera sido que Rembrandt que sabía manejar un arma hubiera sido el que se quedara y yo la que bajara a buscar a su hermana.

- ¿ Pero qué se piensan que mi magia en inagotable? ¿ Que no requiere su esfuerzo? Una cosa es ayudar y otra hacer el memo aquí delante de un hombre que no va a dudar en partirme la cara como mínimo en ningún momento.

Estaba empezando a cansarme de que estos dos hicieran lo que les saliera en el momento sin planear nada y mucho más sin preguntar nada, pero parecía que al final ambos se iban a parecer más de lo que suponía. Con cara de pocos amigos, más que por encontrarnos con ese hombre, por tener que quedarme a pelear como si fuera un animal, comencé a preparar un conjuro de defensa, que sabía que o me lanzaba el escudo o no iba a durar un asalto.

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09/12/2009, 01:18
Radovick De Graff

Ahí estaba ese hijo de la gran puta, justo donde le quería. Ni siquiera miré a la mujer, no importaba.

-¡Devuélvenosla, bastardo! -grito, lanzándome a por él, espada en ristre.

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09/12/2009, 18:04
Director

Mientras Rembrandt bajaba por las escaleras se topó con un par de marineros con sables que subían hacia el camarote del capitán a toda prisa tras la llamada de este. Al ver al novel bufaron, sorprendidos, y echaron mano de sus armas.

-¿Quién coño eres tú? -dijo uno poniéndose en guardia.

El otro atacó directamente. El sable hizo un arco bastante desigual que, por los reflejos rápidos de Rembrandt, no dio a ninguna parte de su cuerpo satisfactoriamente.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Te toca a ti.

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09/12/2009, 18:11
Bartel

Bartel salió de la cama desnudo como estaba y se encontró con Radovick una vez más. Enarbolando la daga, fue a clavársela en un costado después de dar un paso hacia la derecha, aunque con tan mala pata que se resbaló con el pie descalzo, dejando abierta su defensa de modo ostensible.

- Tiradas (6)
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09/12/2009, 18:15
Radovick De Graff

Radovick levantó la espada y la descargó sobre el cuerpo del marinero con un grito de ira. El golpe fue terrible. La enorme espada del guerrero acróbata se hundió en el costado de Bartel, obligándolo a caer de lado ya sin la daga en la mano. Todo se llenó de sangre. El marinero se quedó hecho un ovillo en el suelo, sin fuerzas para hacer apenas nada. La ramera en la cama empezó a gritar como una salvaje.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Mensaje de master. Fin de batalla.

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09/12/2009, 18:36
Rembrandt De Graff

El novel paró en seco, preparado para llevarse la mano al carcaj y lanzar una flecha. Pero eran dos, y él solo era uno... y no era Radovick. Así que tensó los músculos de las piernas, aunque no para correr.

- ¿Yo? ¡Soy Guybrush Threepwood, y quiero ser... - Rembrandt alzó su pierna derecha, intentando estamparla contra el pecho del marinero más cercano a él.- ...pirata! -

- Tiradas (1)
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09/12/2009, 18:48
Director

El marinero recibió el pie en el pecho, pero lo apartó de un golpe seco.

-¡Por mí como si quieres ser una ramera del muelle! -respondió.

El otro cargó contra Rembrandt y envió un tajo a su brazo. Por suerte, el novel volvió a esquivarlo con bastante gracia, aunque se tropezó un poco con los escalones.

- Tiradas (3)
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09/12/2009, 18:58
Rembrandt De Graff

- ¡Dioses, qué pesados sois! ¿Es que ya ni le dejan hacer a uno lo que debe tranquilo? - Rembrandt De Graff entrecerró los ojos extendiendo los dedos hacia el mismo marinero que había esquivado su ataque. - ¡Una de marinerito frito, especialidad del chef Rembrandt! -

En ese momento su brazo pareció cargarse de pequeños rayitos que fueron saltando por su extremidad hasta llegar a la mano, entonces saltaron formando un rayo cargado eléctricamente hacia el marinero, golpeándole en el pecho.

Lanzado el ataque preparó su mano para coger un par de flechas e intentar clavárselas al otro.

Notas de juego

En el próximo asalto, -10 al turno y +10 al daño.

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09/12/2009, 20:15
Ayan Kroes

No me había dado ni siquiera tiempo a almacenar la magia suficiente ni para lanzarme un escudo cuando el hombre ya yacía en el suelo desangrándose, y yo, miraba con la boca abierta.

- Sí, este joven sin duda sabe lo que se hace cuando pelea. - Pensé antes de comenzar a caminar apresuradamente hacia la puerta por la que acababa de desaparecer su hermano.

- Vamos, antes de que lo encuentren, quizás tu hermano necesite ayuda!.

No me volví para mirar a Radovick, simplemente eché a correr por el lugar por el que hacía unos instantes acababa de irse Rembrandt, esperando que hubiera encontrado a su hermana o que al menos, la muchacha estuviera en el barco y sin sufrir daños.

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09/12/2009, 22:53
Director

Rembrandt golpeó al marinero con el ataque de energía. El hombre cayó de espaldas con un grito de horror, soltando el arma y dándose un coscorrón contra la pared. Mientras, Ayan corría escaleras abajo para ayudar al novel. Se encontró delante de ella a éste sacando flechas del carcaj y apuntando con ellas al otro marinero que quedaba en pie con un sable en la mano.

-¡Eres un brujo! -gritó él con voz asustada. Fue a atacarlo, pero su miedo hizo que el sable resbalase de las manos y se encontrase indefenso ante sus flechas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Quitad a Radovick de destinatarios.

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10/12/2009, 00:03
Rembrandt De Graff

- Hola querida, ¿te has cansado después del cuarto: '¡Te voy a reventar los cojones a patadas, hijo de la gran puta!' y has venido a la parte ilustrada del barco? Bueno, claro, en ella estamos tú, yo... y nadie más. Estos bellacos... ¡já, yo, un brujo! ¡Más quisiera! - dijo el novel, mirando de reojo a la hechicera que acababa de llegar e intentando dar un pasito a un lado para dejarle a ella algo de margen, mientras aún continuaba recargando su arco.

Notas de juego

Post interpretativo, no pretendo saltarme turno ni nada xD

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10/12/2009, 13:28
Ayan Kroes

Bajé las escaleras a todo correr. Ya me había quedado claro que Radovick no necesitaba ninguna ayuda para pelear, pero lo de su hermano, aún estaba por ver, así que me apresuré a bajar lo más rápido que pude, hasta quedarme tras él.

al parecer, también se estaba desenvolviendo bastante bien en sus " quehaceres " así que me quedé tras él, escuchando como habla conmigo a la ver que amenazaba, o algo parecido, al hombre que tenía delante. No conjuré nada, ni pensé en hacerlo, crecía que no necesitaría mucho más que una flecha para acabar con él, así que simplemente, cubriéndome tras el respondí a sus palabras.

- Sí, es que te echaba de menos. Además me parecía que quizás la parte ilustrada del barco podría necesitar a la parte inteligente para alguna cosa..

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10/12/2009, 22:38
Rembrandt De Graff

- ¡Dioses, me acaba de llamar tonto! - exclamó el novel, frunciendo el ceño y visiblemente ofendido. Soltó la cuerda y dejó escapar las dos flechas contra el pecho del marinero. - ¡Pues que sepas que ahora no quiero el beso de ánimo... al menos no todavía! -

Por favor, ¿¡POR QUÉ NINGUNO DE SUS CONTRINCANTES LLEVABA UNA MALDITA DAGA!? Se le iba a poner una sonrisa de idiota cuando no tuviera espacio para usar su arco... Si el marinero caía pretendía comprobar si ambos estaban incapacitados para continuar la búsqueda de su hermana.

- Tiradas (1)
Cargando editor
10/12/2009, 22:44
Director

-¡Basta! -gritó el otro, el que había recibido la descarga. Levantó las manos-. ¡Me rindo!

Rembrandt miró hacia delante y vio que había varias habitaciones que llevaban a la bodega, a los camarotes, la cocina y una sala común. En los camarotes estaban algunos de sus antiguos amigos, los marineros a los que habían pateado el culo en el Gancho. Quedaba tan lejos aquel momento a estas alturas...

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10/12/2009, 22:52
Rembrandt De Graff

- ¡Pues suelta de una jodida vez dónde tenéis a la chica, cabronazo! - dijo volviendo a tensar el arco en su dirección, manteniéndolo extendido en amenaza. Nada de tonterías, ni jueguecitos... era imposible calcular cuántos podía haber en aquel lugar.