Partida Rol por web

La esposa de Egir

Acto III: La isla de Ran

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31/03/2010, 09:10
Director

Rembrandt y Ayan se dirigieron a la capilla otra vez. Rembrandt presentó a la hechicera a la señora devota y la deslumbró con su labia. A pesar de que la mujer decía que no era lo común, estuvo más que dispuesta a cederles su sitio, pues según dijo, semejante fe en un joven era motivo de regocijo.

Así pues, ya tenían una parte del plan lograda.

La mujer les explicó que tenían que ponerse túnicas blancas (que les facilitaría llegado el momento) y ayunar aquel día. Bajarían a las mazmorras con el resto de iniciados y cogerían a los sacrificios, los llevarían a la playa y los degollarían.

-Y con un poco de suerte -dijo la mujer-, quizás hasta podríais matar a alguna vosotros mismos.

- Tiradas (2)
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31/03/2010, 09:15
Director

En cuanto a Radovick, se acercó a la zona de los cañones, poco vigilada por motivo de la fiesta en la taberna. Tuvo oportunidad de aproximarse a ellos y, tras unos ajustes con sus hábiles manos, desbaratar los mecanismos que los hacían disparar. Repitió la operación en cinco de ellos antes de que una patrulla de guardia se le acercase y tuviese que salir por patas.

- Tiradas (1)
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31/03/2010, 09:19
Director

Terminadas las cuestiones que tenía cada uno, volvieron a juntarse para cenar. Ran presidía el salón desde una de las mesas, bebiendo cerveza de un cuerno y sonriendo a las chanzas de sus allegados. Sin embargo, su mirada se encontraba perdida, como si sus preocupaciones le llenasen la cabeza.

Radovick, Rembrandt y Ayan cenaron guiso de pescado y verduras y respondieron a las preguntas que les hicieron sus ahora compañeros piratas. Muchos se sorprendieron ante la devoción aparente de Rembrandt y Ayan, pero cuando el novel hiló una historia convincente, se lo tragaron hasta el fondo.

La cena quedó interrumpida cuando se anunció que el sacerdote Van Geert había regresado. Ran se levantó para recibirlo. Una figura esbelta y envuelta en una túnica de arpillera entró en el salón. Tenía la cabeza calva, una perilla de chivo y los ojos duros y brillantes. Ran se arrodilló frente a él, con gran reverencia. Van Geert le puso una mano en el hombro y luego la ayudó a levantarse.

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31/03/2010, 09:30
Van Geert

El sacerdote habló con voz ronca.

-Levántate, esposa de Egir, diosa del mar. Un humilde siervo como yo no merece tal reverencia. Dame dos besos, mi querida Ran -Van Geert le dio dos besos minúsculos en ambas mejillas-. Así, así está bien. Buenas noches, mis queridos feligreses -dijo ahora en general-. Egir está complacido, no ha aullado ni alargado su mano fría para tocar esta fortaleza desde hace semanas. Hagamos que siga así. Mañana ofrendémosle sangre virgen, su favorita. Sangre virgen y vino fuerte. Y ahora seguid comiendo, que yo haré lo mismo.

Van Geert se sentó junto a Ran y mordisqueó un panecillo empapado en salsa de pescado. Sus ojos se fijaron en el trío y los observó con el ceño fruncido.

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31/03/2010, 12:40
Rembrandt De Graff

Estaba pletórico por haber conseguido aquello en la ceremonia, por lo que se hartó a comer aquella comida que estaba asquerosa. Se pasó gran parte de la comida contando al resto de piratas las peripecias del trío De Graff en los mares de Dwänholf y todo lo que habían hecho en nombre del dios del mar. Algunos se quedaron estupefactos ante las memeces que Rembrandt les soltaba, pero como se las tragaron Rembrandt continuó con ellas hasta que llegó el sacerdote.

Cuando les miró, Rembrandt miró hacia él un segundo para hacer una solemne reverencia con la cabeza y gesticular con la copa de vino hacia él, para luego continuar con su comida. Entre sonrisas, comida y vino le dijo a Ayan. - ¡Jaja! Y entonces me dijo: ¡No mires al recien llegado, piltrafilla! Y yo contesté: ¿Por qué, gran hombre? Y él me lo explicó: Porque nos está mirando mal y no es plan de echar todo al garete. Qué grandes tiempos eran aquellos... -

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31/03/2010, 16:27
Ayan Kroes

Intenté hablar lo menos posible, ya que mi labia no se parecía demasiado a la que tenía Rembrandt cuando se ponía a ello y no quería estropear el maravilloso trabajo que parecía que había hecho, aunque si pudiera poner la mano encima a su hermana, todo sería más fácil, ya que ella estaría a salvo.. aunque no sabía cómo harían sus hermanos tras ello.

Miré de reojo al sacerdote, sin querer posar mi vista en él, aunque suponía que la magia que habría en la ceremonia que se iba a celebrar provendría de él, aunque no tardé en verme abordada por las palabras animadas de mi acompañante, que o es que me había sumido tanto en mis pensamientos que no lo había escuchado nada o es que simplemente estaba haciendo el paripé para que no le mirara fijamente.

De todas formas, si hay algo que toda mujer sabe, es reir las gracias de un hombre así que asentí mientras reía como si de verdad me interesase lo que me estaba contando mi hermano.

- Sí, tú siempre te las ingenias para divertirte.. - Respondí ahora mirando directamente a Rembrandt como diciéndole que había entendido perfectamente lo que estaba diciendo.

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02/04/2010, 10:38
Director

El resto de la velada transcurrió más tranquila. La llegada del sacerdote había hecho que todos los piratas presentes se tranquilizasen, y no faltaron las miradas de admiración hacia Van Geert. Éste, por el contrario, se limitó a comer su comida mientras intercambiaba alguna palabra con Ran. La gente fue levantándose una vez terminaba su cena, y al cabo de un rato el grupo decidió hacer lo mismo, no fuese que a alguien se le ocurriese preguntarles de dónde venían o qué pensaban hacer.

Aquellos que debían montar guardia en la costa se fueron a ella, los que podían dormir se movieron hacia los barracones. Unos pocos fueron a la capilla. Como dormir en un barracón rodeados por el enemigo era una de las cosas más peligrosas que podían hacer, y como nadie se preocupó de lo que fuesen a hacer, pudieron encontrar un pedazo de hierba al raso donde dormir por turnos hasta el amanecer, que falta les hacía.

Cuando el sol se encontraba aún bebiendo del mar, las tubas resonaron haciendo una llamada a los fieles. La ceremonia iba a comenzar. A Ayan y a Rembrandt la mujer les había dicho que debían ponerse las túnicas de iniciados y acudir a la capilla. Radovick, con la armadura y la espada preparadas para la lucha, fue con el resto de piratas, a la playa.

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02/04/2010, 10:45
Director

Le habían dicho que aquellos que no participaban en el ritual debían aguardar en la playa a la llegada de los sacrificios. Allí estaban Ran y Van Geert, además de quince piratas y varios jornaleros. No faltaban los sables y los puñales. Luchar aquí sería una locura. Tendrían que coger a Adelheid antes de llegar a la playa, pero al menos, al hacer acto de presencia, nadie sospechó de sus malas intenciones.

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02/04/2010, 10:48
Director

Rembrandt y Ayan, vestidos con sus túnicas de iniciados, fueron conducidos por el resto hacia las mazmorras, en el subterráneo de la fortaleza. Siguiendo a los otros cuatro beatos a través de unas escaleras de piedra llenas de salitre y lo que parecía sangre vieja, llegaron a un pasillo largo y oscuro, salvo por los ventanucos con barrotes que daban a la superficie. Había tres celdas, y en cada una de ellas había una adolescente de entre trece y dieciocho años. La primera celda era la de Adelheid. La muchacha, dormida hasta que la despertó el murmullo de las llaves en la puerta, se sobresaltó al ver a tanta gente vestida con túnicas. Ni siquiera se fijó en Rembrandt.

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02/04/2010, 12:44
Rembrandt De Graff

Tres. Tres niñas, tres niñas y de esas tres una había tenido que ser su hermana. Le daban ganas de destripar con sus propias manos a Ran, a Egir, a Abel o a quienfuera responsable de la decisión de ser su hermana una de sus víctimas. Pues no... nada de nada, con los De Graff no jugaba nadie. Ni un dios del mar de pacotilla ni una isla llena de piratas iban a impedir que se llevara a SU hermana. Ni de broma. Se quedó mirando a un punto indeterminado de la sala, pero con un ojo sobre Adelheid por si miraba hacia él. No quería que la chica echara a perder el plan... pero confiaba en ella, sabría callarse y mantener la calma.

Aunque, pensó el novel, con lo que podría pasarle si las cosas salían mal tendría razones de sobra para no estar calmada.

Pensó en cómo podría continuar el plan. Se llevarían a Adelheid hasta la zona del ritual y en el último momento la cogería y saldría corriendo con ella. Pero por favor, ¿se había vuelto tonto de repente o qué? Allí sólo estaban ella y Ayan y un montón de sacerdotuchos que no podían ni con diez kilos de peso.

Se retrasó unos pocos pasos para tener a la vista al mayor numero de sacerdotes posibles (tirando disimuladamente de la túnica de Ayan hacia atrás para que le siguiera) y sacando su puñal de debajo de ésta estiró la mano y concentró su energía alrededor de su brazo, que al instante lanzó algunos rayos de electricidad por sus dedos hacia los de blanco.

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05/04/2010, 21:02
Ayan Kroes

No me hacía falta ninguna palabra más para saber que la idea de todo aquello era empezar a liarnos a manporros, o algo parecido, ya que era más probable que yo hiciera cualquier otra cosa antes que eso. Por unos momentos, pensé en dejar ciegos durante un rato a todos aquellos " monjes " o lo que quiera que fueran, pero eso incluiría a mi compañero y no me parecía demasiado aconsejable hacerlo así que comencé a acumular magia para poder levantar una barrera de luz frente a mí y así evitar el ser golpeada. Debía evitar ser herida si quería poder ayudar al muchacho.

En mi mente ya estaba empezando a hacer cálculos para que pudiéramos dejar atrás aquel lugar llevándonos a las muchachas con nosotros, pero estaba totalmente segura de que no nos lo pondrían tan fácil.

Notas de juego

Perdón por el retraso, ya estoy en mi casa y con mi ritmo normal y eso xD

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05/04/2010, 22:19
Radovick De Graff
Sólo para el director

'Excluído' del grupo de acólitos por su poca apariencia exterior de fiel y devoto seguidor de la endiablada entidad a la que jurase obediencia la loca de Ran, maldigo un instante por lo bajo cuando me veo obligado a abandonar el lugar y dirigirme junto con otros numerosos bucaneros asistentes a la playa de la zona.

Mientras espero a que entren en acción, y deseoso de seguir consiguiendo bazas que nos sean de utilidad para nuestro plan de fuga, examino la zona a fondo buscando posibles elementos del lugar que sean susceptibles para ocasionar caos y confunsión.

Notas de juego

Busco barriles con combustible, los soportes y amarres de las tarimas que puedan cortarse y otras cosas con la que montarla a base de bien. Localizarlas y memorizarlas...

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06/04/2010, 09:33
Director

Los iniciados no eran más que un grupo de palurdos religosos. No representaron ninguna amenaza para los dos amigos. Con una descarga de Rembrandt cayeron tres entre espamos, mientras que otro fue pasado por el cuchillo. Las llaves cayeron al suelo con un sonido metálico.

Tras abrir las celdas y rematar a los sacerdotes, Adelheid voló a los brazos de Rembrandt y le cubrio de besos.

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06/04/2010, 09:36
Adelheid

-¡Rembrandt! Sabía que vendríais a buscarme -dijo ella colgada de su cuello-. ¿Dónde está Radovick? ¡Tenemos que irnos!

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06/04/2010, 09:46
Director

Radovick no tuvo problemas a la hora de "desaparecer" de manera discreta, pues Ran sólo había controlado quién iba, no quién se quedaba, y la impaciencia ante la promesa de la sangre había avivado a los piratas, que habían comenzado a gritarse los unos a los otros y a beber como salvajes. Incluso Van Geert animaba a esta actitud, ya que la animosidad y la violencia eran cualidades que Egir apreciaba.

Radovick pudo dar una vuelta por la playa, descubriendo algunos puntos débiles de los muelles y la estructura de las defensas. Había barriles de aceite distribuidos por los alrededores que, si se derramaban y prendían, montarían un buen espectáculo. Podía prender uno de los almacenes de pólvora en las cercanías a los cañones, lo que generaría una distracción muy eficaz. Una cosa sí: Rembrandt y Ayan debían de estar ya con Adelheid, y para conseguirla se habrían librado de los acólitos. Tenía que volver para decidir si se escapaban con magia o se arriesgaban a hacerlo a la antigua usanza.

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06/04/2010, 11:39
Ayan Kroes

Contemplé con una sonrisa como la muchacha corría a brazos de su hermano y luego, me alejé un poco de ellos, dejándoles unos instantes de intimidad que me parecía justo que tuvieran, aunque no debíamos pararnos mucho si queríamos salir de ahí con vida.

- Y lo peor está por venir..

A pesar de que sabía que a partir de ese momento todo se volvería caótico, tenía una sonrisa en mis labios tras ver el encuentro de los dos hermanos.

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06/04/2010, 15:35
Rembrandt De Graff

El novel correspondió al abrazo de su hermana, asintiendo. - Pues claro, ¿acaso llegaste a dudarlo? Radovick está fuera, esperándonos. Pero ahora tenemos que salir de este antro de isla, que es lo peor de todo. Ella es Ayan, de no ser por ella ahora estaría en el fondo del mar con un sable atravesándome de lado a lado... pero ya le darás las gracias cuando salgamos de aquí. - dijo Rembrandt, sonriendo. - Me dan ganas de destrozarles el cuello a cada uno de estos piratas, te tienen hecha un adefesio... pero bueno, ya lo arreglaremos, ahora tenemos que ver cómo salir de aquí. -

Rembrandt miró entonces a Ayan. - Bueno preciosa, ¿se te ha ocurrido alguna genial manera de salir de los calabozos sin ser vistos o tenemos que hacerlo sutilmente? -

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06/04/2010, 15:52
Ayan Kroes

Sonreí ante aquella pregunta pues ya había pensado en la respuesta y en cómo hacerlo, aunque tan sólo esperaba que fuera no nos encontráramos con nada que no nos gustase ver.

- Por supuesto, y además de forma rápida y sultil..

Antes de que pudieran decir nada, concentré mi magia y ya de paso, yo también, pensando en el exterior de aquel lugar, el cual ya había visto. Cuando tuve el poder suficiente para lanzar el conjuto toqué a ambos hermanos, para desaparecer rápidamente del lugar en el que estábamos.

Notas de juego

Que me revise la master a ver si puedo hacer eso. Transporte automático.

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07/04/2010, 16:43
Director

El hechizo de Ayan hizo efecto en cuestión de segundos. Cuando abrieron los ojos, ella, Rembrandt, Adelheid y las chicas rescatadas se encontraron fuera del edificio, en los alrededores del patio de armas de la fortaleza.

Cargando editor
07/04/2010, 23:15
Radovick De Graff

Una vez con los 'focos de caos' localizados y memorizados, decido de que es hora de pasar a las bravas. Tras calcular mentalmente, opto por marchar a buscar a Rembrandt y Ayan en el sitio donde se suponía que estarían con los acólitos. Si el plan de mi hermano ha dado resultado, y la suerte nos ha sonreído un poco, ya se habrían desembarazados de los acólitos y habrían liberado a nuestra hermana menor.

Con este pensamiento alentador en mente me marcho de la playa, intentando pasar desapercibido aprovechando la embriagez de los presentes y las ganas de pelea, buscando al resto.