-Yo diria que incluso podrían ser directamente ellos. El mas grande podría ser Petucho. Aún así, no os fieis. La ñultima vez que estuve en un lugar así vi cosas que aún no me dejan dormir por las noches.
Michael avanzó resuelto hacia el grupo con la escopeta en la mano.
Ace se mantiene cerca de sus compañeros, sin entender como o porque habían sido transportados a aquel lugar. Se suponía que Lonesome iba a abrir un portal, no a mandarlos al otro lado. ¿Habrá sido una trampa? Él no estaba allí...
- ¿Nos la habrá jugado la sombra? -
No sabía que pensar. De todas formas en aquel momento poco importaba, ahora habría que encontrar la forma de volver.
Supongo que tengo el portaantorchas conmigo?
Con paso resuelto y escopeta en mano Michael avanzó hacia el círculo de piedras seguido por sus compañeros. Las figuras del círculo no parecieron darse cuenta de su llegada ni siquiera cuando alcanzaron el borde exterior de la formación megalítica. Tal y como Michael había sospechado aquellas figuras eran precisamente Julen, Ezzio y Petucho. Estaban concentradas, con los ojos en blanco, alrededor de una piedra central que emitía un frío intenso, que se percibía incluso desde donde estaban los recién llegados.
Sí, conserváis todo lo que teníais con vosotros.
Allí estaban ¿y ahora que? Estiro el portaantorchas hacia el más cercano para intentar llamar su atención...
- ¡Eh! -
Aunque me detengo al pensar que quizás necesitaban mantener la concentración en algún ritual extraño, como con el que Lonesome nos había mandado hasta aquel páramo. ¿Y si no eran ellos y eran otras peligrosas criaturas dibujando una trampa para nosotros? Un escalofrío me recorre el cuerpo y miro a mis compañeros indeciso, intentando evitar los peores pensamientos.
- ¿Pasara algo si les interrumpimos?...
Michael contestó a Ace. El chico aun llevaba el portaantorchas, estaba de lo mas simpatico enfrentadose a los obrenatural con, basicamente, un pedazo de hierro...
-Hay que sacarlos de aquí. ¿Como? Ni puñetera idea. A ver si ellos se enteran de algo... Petucho sabe de esatas cosas... PETUCHO! JULEN! COSA FAI?
Renato también se acerca, aunque aun tiene el cuchillo en mano, por si acaso...
¿ Julen, Petucho ?, ya estamos aquí como nos dijo, ¿ qué tenemos que hacer ?, ¿ tenemos que sacaros del trance y buscar una salida de este sitio raro, para que volváis todos al mundo real ? - dice Renato extrañado, la verdad que todo eso era nuevo y eso, que hasta ahora había lidiado con muchas cosas, pero no con los suyos en un estado de trance extraño.
Ace, calienta el cuchillo con lo de la antorcha, voy a quemar un poco a alguno de ellos, para sacarlos del trance y que nos expliquen, que tenemos que hacer para salir de aquí y llevarlos con nosotros - le dice a Ace, mientras se acerca a él.
Ninguna de las tres figuras parecía percatarse de la presencia de sus amigos. Ace hizo un intento de atraer su atención pero se detuvo pronto, dubitativo. Renato parecía tener las cosas más claras y optaba por una solución un tanto más... drástica.
En ese momento Petucho parpadeó como si hubiera escuchado la llamada de Michael. Al perder la concentración el viejo grandullón los otros dos no tardaron en regresar al mundo de la consciencia. De forma instintiva tanto Michael como Ace prepararon sus armas. Incluso Ace aferró con más intensidad el porta-antorchas. Demasiadas cosas raras, demasiados reflejos perversos como para bajar ahora la guardia.
Ezzio y Julen parecían todavía confundidos y mareados, pero Petucho parecía totalmente despierto:
- ¡Por todos los infiernos! ¿Qué hacéis aquí? ¿Cómo habéis llegado? ¡Se supone que estabais arriba para protegernos en el mundo material! - imprecó enfadado a los recién llegados.
- Mierda... nos ha engañado...
Mira a sus compañeros antes de volver su atención sobre Petucho.
- ¿y ahora? -
Igual Lonesome decía la verdad y aquella era la verdadera trampa. No sabía con que fin, quizás solo para atormentarlos. Todo era tan confuso que Ace se sintió mareado, no había ninguna certeza a la que aferrarse y afianzó el porta antorchas con más fuerza en sus manos, al menos era un objeto real.
Michael enrojeció cuando se dió cuenta de que Lonesome no era Lonesome y que la Sombra, finalmente, los habia engañado.
-Loneosme nos dijo que algo, una Sombra, había cruzado por el sello cuando os enviamos aqui. Nos dijpo que teniamos que abrir nuestro sello para absorber la energia del otro sello abierto y usarla para traeros de vuelta y expulsarla a ella.
-Yo... lo siento, Petucho. Ahora esta claro que todo era una trampa de la propia Sombra. Me temo que tendremos que salir de aqui desde dentro.
Petucho asintió. Julen y Ezzio parecían todavía más confundidos que los propios recién llegados.
- No ganamos nada lamentándolo o con recriminaciones. - sentenció Petucho - Si ha abierto el Sello tenemos algo de tiempo mientras intenta controlar su energía. Debemos intentar regresar a la Realidad antes de que lo haga, de lo contrario quedaremos encerrados.
Señaló con el dedo un camino que había tras las rocas.
- El ritual se ha detenido pero con el Sello abierto no tiene sentido que continuemos intentándolo. Perdido nuestro enlace al otro lado sólo tenemos la opción de atravesar el Bosque de los Suicidas* y encontrar el Espejo de la Verdad.
Aquello parecía un maldito cuento de hadas... o una mala película de terror.
- Escuchadme bien porque sólo os lo podré explicar una vez: nadie atraviesa el Bosque de los Suicidas en grupo. Es un camino solitario. En el mundo real todo el mundo lo atraviesa al menos una vez en sus sueños... y todos sabemos que pasa con los que no logran cruzarlo. Ahora lo atravesaremos despiertos pero no por ello los peligros serán menores. Las reglas de la vigilia ya no se aplican aquí. Confiad en vuestros instintos e intentar recordar que una vez fuimos dioses.
* Si alguno es lector de Sandman puede que recuerde que había un bosque así en el Infierno. Me fascinó lo de los árboles pero sólo tomo el nombre y el tema de los árboles. Luego tiene condimentos propios. Los que no lo hayáis leído Sandam diréis ¿que puñetas pasa con los árboles? Ya lo sabréis...
- ¿Qué puñetas quiere decir todo ese galimatías? ¿cómo vamos a atravesar el bosque y qué nos espera? ¡Dinos algo realmente útil, maldito nigromante! ¡Tú nos has metido en esto!
Petucho se encaminó hacia el camino, entrando en el bosquecillo negro. Sus últimas palabras fueron:
- No hay tiempo. O lo hacemos rápido o quedaremos encerrados.. no lograréis permanecer juntos así que no lo intentéis... recordad: las reglas de la vigilia no tienen sentido en este lugar.
Y después se esfumó.
En este lugar no hay tiradas de Cordura.
Como coja a ese bastardo de Lonesome, lo coso a balazos, engañarnos así de esta manera.. - Renato estaba rojo de rabia, por haber sido tan vilmente engañado.
Sea lo que sea.. - dice después de la explicación de pasar el bosque de los suicidas... -..mejor que lo hagamos rápido, ese mal nacido me las va a pagar con todas las letras, a Renato no le toma el pelo nadie.
Si mas dilación se mete de manera solitaria al bosque, tras desaparecer Petucho
Se lo del bosque de los suicidas , gracias a La Divina Comedia XD
-Va bene, Petucho. Nos veremos al otro lado, chicos. Cuando agarre a Lonesome o la Sombra, o lo que sea, voy a tener que cogerme una semana libre para hacerle todo lo que tengo pensado...
Pal bosque, como caperucita roja!
Ace intenta asimilar toda la información y, no sin gran temor, avanzó hacia el bosque. ¿Cuál era la otra opción? ¿quedarse allí solo? Quizás aquello era verdad y solo tenían que conseguir volver para arreglar lo que habían permitido que pasara. ¿Y si no? ¿si no lograban que pasaría? Un escalofrío recorrió su cuerpo y decidió no pensar en ello. Empezó a rememorar partidas exitosas a las cartas donde si sabía quien iba de farol y se aprovechaba de aquellas tretas en beneficio de sus intereses. Pensar en aquel mundo que conocía y donde sabía desenvolverse consiguió que se relajara, aun así no aflojó la fuerza sobre la barra de metal.
Aunque los tres se internaron por el mismo punto del bosque de pronto la niebla los rodeó... y cada uno se encontró entonces sólo en la oscuridad.
Abriendo escenas...