Partida Rol por web

No me pareció mal plan el ir a la tienda de Jake, o al menos no más descabellado que cualquier otro plan. A fin de cuentas Jake.habia encontrado a esa cosa, a saber si tenía algo que pudiera sernos de ayuda sobre que hacer con esa piedra.

-De acuerdo, vamos a la tienda -

Aparcáis delante de la tienda y entráis sin problema en su interior. La puerta no está cerrada con llave.

El lugar sigue como la primera vez que lo visteis, artículos de artesanía y artículos para fumar tras el mostrador. También tras el mismo hay una puerta entreabierta (hacia dentro), que si estuviese cerrada sería difícil de apreciar por la estantería tras la que se esconde.

No me entretuve en mirar la tienda. En cuanto vi aquella puerta escondida me lancé hacia allí sin pensarlo con la sensación que el tiempo iba en nuestra contra.

-Vamos a echar un vistazo, a ver qué escondía Jake- 

Al entrar, Patrick se aseguró de cerrar la puerta tras el. Hasta que cayó en la cuenta de la inutilidad de su esfuerzo: una puerta no iba a detener a aquel ser.

Rápidamente se lanzó a buscar, junto a Monica, cualquier cosa que les pudiese ayudar: libros, herramientas, pistas acerca del extraño corazón...

La trastienda no es la vivienda habitual de Jake pero si que tiene un viejo colchón, para los días en los que consumía demasiada cantidad de su mercancía. Además de cajas de embalajes se puede ver papel de fumar, colillas añejas y alguna botella de bebidas superazucaradas, junto con restos varios de dudosa procedencia.

Revolviendo por el lugar, apenas asomando bajo el colchón se pueden ver algunas hojas manuscritas con una letra horrible. En ellas hay garabatos y divagaciones de alguien que ha fumado demasiado. Rimas y chistes malos, canciones que nunca llegaron a escribirse del todo y una extraña nota:

"Es curioso que una criatura tan poderosa sea vulnerable a algo tan sencillo como el corazón que se desprendió de su cuerpo cuando creció por completo y formó un órgano nuevo.
Lo acerqué al fuego y parece resistirlo, aunque sus lamentos se escucharon en el bosque durante varios minutos ¿soportará un agente químico?"

-Acido- murmuré tras leer los papeles de Jake. -Necesitamos ácido- mirando a Patrick.

Pero de donde sacarlo era un asunto más complicado. -¿Las baterías de coche llevan ácido?- no tenia la más remota idea.

Patrick alternativamente las notas y a Patrick, sintiendo la esperanza nacer dentro de el, ¿Sería posible que aquel hippie hubiese dado con la clave de su salvación?

-Si...si, eso creo- respondió Patrick, pensativo. -¿Recuerdas cuanto fumaba? Quizá tenga alguna sustancia o droga que nos sirva, ¿No hay una droga que llaman ácido, de hecho?- preguntó, inseguro, buscando por el lugar.

Jake no tiene nada que puede ser usado por si sólo como ácido o producto corrosivo. La única droga que tiene es para fumar.

Tragando saliva, recordando la amenaza exterior (cosa difícil de olvidar), Patrick buscó entre productos de limpieza, ingredientes de cocina, útiles de jardinería...

-Diablos, aunque sea una Coca-Cola y unos mentos- maldijo por lo bajo.​​​​​

No tenía ni idea de química, pero aún así di un rápido vistazo por si encontraba alguna botella o garrafa de algo que pareciera lo bastante corrosivo. 

-Sin aquí no hay nada tendremos que ir a otro sitio y deprisa. Solo conozco el Motel. Allí han de tener productos de limpieza  

​​​

Abandonáis la tienda de Jake a la carrera, con los escasos productos de limpieza que habéis encontrado. Movidos por un fuerte instinto de supervivencia corréis hasta el motel. La puerta está abierta y la cerráis al entrar con el pasador interior.

No tardáis en encontrar el cuarto destinado a los útiles de limpieza. Fregonas, cubos, productos que pueden volverse tóxicos si se combinan...

Patrick se quedó unos segundos contemplando los productos que habían conseguido reunir.

Lo primero que hizo fue taponar el lavabo para poder usarlo como recipiente, tras lo cual trató de hacer memoria: sus clases de química en el instituto quedaban lejos, pero le sonaba haber visto al conserje trastear con las cosas de limpieza, creía recordar que mezclando una parte de salfuman por tres de agua conseguía hacer un ácido bastante fuerte, que no dejaba mancha viva, ¿Sería suficiente para afectar a la...cosa que tenían?

Indicándole a Monica lo que se disponía a hacer comenzó a llenar la pila, asegurándose de no respirar los vapores y, por último, arrojando el corazón en su interior.

Mientras Patrick tomaba la iniciativa y empezaba a vertir salfumán, busque un par de trapos para empaparlos con agua y usarlos como máscaras para poder respirar. Le tendí uno a Patrick.

-Eso quita las manchas..hay que deshacer la piedra-

Una calma antinatural rodea el pueblo y no se escucha ningún sonido. No hay nada que indique ningún tipo de actividad humana, animal o sobrenatural.

Patrick negó con la cabeza -Es un ácido...solo que no lo bastante fuerte, parece -

Reparó en la cuenta de que tenía los elementos para hacer un ácido más potente, probó a mezclar lejía y salfumán, tapándose previamente las vías respiratorias con el trapo de Monica y alejándose a respirar tras verter cada producto, por último, buscó una bandeja de horno con la que tapar la salida de los gases y esperó a ver el resultado.

El silencio era casi peor. Esperaba que en cualquier momento volvieran a escucharse los sonidos producidos por aquella criatura.

-¿Será lo bastante potente? Solo tenemos una oportunidad -

Una vez sumergido, seguramente atraería de vuelta al ser, además que sería imposible volver a coger la piedra.

Bajo un silencio sepulcral, con los rostros cubiertos y las manos protegidas sumergís el corazón en el ácido. Por un instante el tiempo parece detenerse. Se os antoja que ante vuestros ojos se desarrolla una escena propia de una película antigua, en blanco y negro.

Un hedor insoportable surge del pétreo órgano cuando comienza a disolverse con lentitud. Un golpe brutal hace temblar el edificio y las luces parpadean cuando el siseo de una garganta no humana flota en el ambiente. Es una clara amenaza de dolor y muerte.

La puerta principal es arrancada con furia y unos pasos de un ser monstruoso se detienen en seco. Unos murmullos llenan el lugar...

Aguanté la respiración, tanto por los vapores como por la presencia que acababa de entrar. ¿Como algo tan grande como un árbol podía entrar? ¿Quizá era una nueva criatura?..miré el cubo de ácido con impaciencia. Se nos acababa el tiempo 

Los vapores que surgen del cubo giran y se retuercen como lo que son: las almas en pena de las personas que asesinó el monstruo. Bocas etéreas que se abren incapaces de gritar. Ojos vacíos que miran el más allá del tiempo.

Los primeros fantasmas se cuelan por debajo de la puerta. El torrente de espíritus se vuelve tan caudaloso como un rio en época de deshielo y embisten la puerta con furia, derribándola.

El ser, que redujo su tamaño para entrar en el edificio, gruñe y mueve sus zarpas a una velocidad vertiginosa. Pretende rasgar la esencia de sus víctimas que le rodean y atacan, como moscas hambrientas a un ser moribundo. Perciben que su poder disminuye y tratar de evitar que se acerque a vosotros a toda costa.

El corazón responde a la llamada iracunda de su amo y guiado por una fuerza imposible trata de escapar del ácido y de vuestras manos. Emite un calor cada vez más molesto y el momento en el que os es imposible sujetarlo más, la mano incorpórea de Jake lo agarra y ayuda a sumergirlo de nuevo.

Un chillido desgarrado surge de la criatura cuando los espíritus atraviesan su cuerpo como agujas candentes. A medida que su vida antinatural se escapa, las almas se disuelven encontrando el camino al más allá donde deben estar.

En apenas unos segundos, que parecen durar eones, el corazón se quiebra derramando una pestilente sangre oscura y el ser se desploma humeando.

Patrick contempló la escena petrificado, pese a todo lo que había visto no estaba preparado para este nuevo horror que, estaba seguro, volvería a atormentarlo en sus sueños.

Poco a poco el silencio volvió al lugar, no un silencio siniestro, antinatural como otros que habían experimentado, sino uno que esta vez le hacía esperar que todo hubiese terminado.

Con paso lento se asomó para observar los restos del corazón y, entonces, se acercó por el costado al ser inerte, temeroso de acercarse más de la cuenta.

Cogiendo uno de los envases de los productos que habían utilizado, tocó al ser con este.