Partida Rol por web

-Eh, yo más en silencio no puedo hacerlo -se defendió el nombrado- no sabía ni donde ponerme para que no se nos oyera. El próximo día me voy a otra habitación -miró a Eloise- o te unes, como prefieras.

-Tendré que hacer otra apuesta por mis ligueros, entonces -dijo sonriente- pero si soy yo la que pierde no lo voy a hacer en público, tenlo en cuenta -afirmó Mykaela.

-No lo veo muy viable de momento -dijo Leona, entrando en la conversación- después de ver el bar funcionando un fin de semana me dices si sigues queriendo hacerlo o no, ¿de acuerdo?

La comida transcurrió con tranquilidad lo que quedaba y todos recogieron sus cosas al terminar de comer, tras lo que se dispersaron a sus diferentes lugares.

En el taller estaban Caín, Fenrir y Chico, terminando con el coche que les habían llevado el día anterior.

-Y cuando puedas conducir te haré una bestia soooolo para ti -decía Fenrir mientras apretaba una de las piezas con una llave inglesa- es una de las cosas que solemos regalar.

-Ya -contestó el joven, hablando casi por primera vez o al menos que lo escuchara Eloise, tenía una voz tranquila y suave- y de verdad... quiero decir, ¿no tenéis...? Pues eso, ¿no os molestáis si...?

Caín revolvió el pelo al joven.

-Mira, es una forma de desfogarse como cualquier otra, solo que te quitas de otro tipo de necesidades. Si alguna está dispuesta y tú también, ¿por qué no disfrutar?

Chico asentía, algo turbado ante esa conversación.

-Pero, ¿cómo sabes si lo dice en serio? -preguntó, a lo que los dos hombres rieron.

-Nunca sabes si lo dicen en serio o si están vacilando, yo te digo que te arriesgues, si sale bien, genial, si dice No, pues nada, a la camita solo o a beber unas birras -los tres rieron divertidos- pero una cosa que solemos hacer aquí es que nos quedamos a dormir con ellas si es por la noche. Algunas se sienten mejor si no se van o se las echa, porque tienen malos recuerdos, se sienten más arropadas y queridas de cierta forma.

El chico continuaba asintiendo, esta vez como si supiera lo que decían mejor de lo que quisiera, y terminó de ajustar una pieza. Se quitó los guantes y sacudió las manos.

-¿Y si te gusta solo una y quieres algo más? -los dos hombres se miraron y se encogieron de hombros.

-Pues se habla. Algunos de nosotros tienen ciertas preferencias, pero no hemos cerrado nada porque hemos hecho ese tipo de relación. Sé que al venir fuera y ser más jóvenes las cosas cambiarán con Joy, Chiqui y tú; pero ese puente se cruzará cuando llegue. Es decir, lleváis dos días, daros tiempo antes de preocuparos de esas cosas.

-A no ser que te guste alguien -dijo sonriente Caín- ¿Es de tu edad o algo mayor? 

Chico se empezó a poner rojo.

-No es que esté enamorado ni nada de eso, es solo que... -decía el joven rubio.

-Te la pone gor... -Fenrir se giró y vio a Eloise- Buenas, ¿te unes a nosotros? -frotó la cabeza de Chico- creo que él tiene preguntas que solo una mujer podría responder, y nosotros solo podemos dar un punto de vista, ¿qué opinas? -se giró de nuevo hacia el joven- además, lo que te pasa es normal con las chicas que tenemos por aquí, como visten y como se mueven.

-Hm, no público pero como es cuando venga Madre, las chicas sí podrán verlo.-negoció con Mykaela.

Ladeó la cabeza hacia Leona, casi satisfecha de haberla sacado del examen en silencio.

-Como veas, después de la pasta que van a tener que pagar por la entrada si pierdo tendré suficiente como para comprar un karaoke y meterme en el cuarto de al lado del de Caín a hacer noche de chicas-asintió muy convencida- ¿quién duerme al lado de Caín? Al lado de cuarto, digo.

Después de la comida subió a cambiarse y ponerse el mono de faena, preocupada por la movilidad que tendría con aquella ropa puesta y no salió del rodo a disgusto. Si se le rompía culparía a otros, tenía un master en echarle la culpa a los demás.

-Eloise entrandoo-anunció como saludo sin intención de interrumpir al trío que trabajaba en el mismo coche que la tarde anterior.

Se puso los guantes para protegerse de las posibles quemaduras al tocar hierro (que seguía dudando que tuviesen algo de hierro puro pero no se iba a arriesgar) mientras escuchaba la conversación sobre las dudas de Chico. Estaba revisando cuando Fenrir se enteró de que estaba ahí.

-Habéis estado resolviéndole muy bien las dudas hasta el tema de la erección-ignoró la turbación de Chico al decir la palabra- qué elegancia en el hablar, Fenrir. Voy a lavarte esa boca con lejía cuando vuelva mañana con las piezas que le encargué a Tony.

Tirando de la goma de los guantes se acercó al trío y sonrió al chico,antes de asomarse al coche para ver cómo iban los avances. Después devolvió su atención al adolescente.
-¿Quieres hablar con ellos delante? Seguro que hay preguntas que tienes y ellos aún no saben la respuesta. Si no quieres que te oigan salimos a la entrada a limpiar el óxido de las piezas que ya he sacado.

El coche estaba montado casi por completo, ya reparado y listo para funcionar salvo por las ruedas que le habían quitado para poder desmontar toda la parte de la mecánica trasera.

Miró a los hombres y luego a la mujer. Dudaba de forma absoluta en qué decidir, hasta que respiró con profundidad y esbozó una sonrisa.

-Si no lo saben es que no lo han averiguado, así que... que lo pregunten ellos -se encogió de hombros y salió para ayudar a Eloise con las piezas para limpiarlas de óxido. Cogió una carretilla y fue cargándola con las piezas que le indicaba la súcubo, bastante turbado y concentrado, como si estuviera pensando en como plantear las preguntas.

Fenrir, aún sonriente tras las palabras de Eloise, le tendió la máquina para que la sacaran fuera del recinto y, así, no llenar de tierra todo ese lugar. Era un compresor con un dispersador, como si fuera un sopla hojas; pero con la boca más estrecha y concentrada, como las mangueras para limpiar los coches de las gasolineras.

El joven extendió una lona en el suelo y las piezas las fue poniendo encima con cuidado, como si fuera una exposición de trozos de chatarra.

Se quedó de pie, clavado y mirando a Eloise, como si intentara hacer una pregunta pero sin llegar a hacerla. Dudaba de como hacerla o las palabras no le salían, puede que fuera la presencia sobrenatural de la súcubo o puede que simplemente fuera que era un adolescente.

-Si me gusta una chica, físicamente quiero decir, ¿qué hago? -y ahí estaba. La pregunta que había dejado sin sueño a todos los hombres de la humanidad hasta que se arriesgaban a hacer algo que normalmente era equivocado, aunque, incluso así, a veces tenían éxito- ¿Si me dice que sí? ¿si me dice que no? -se le veía muy confuso- creo que estoy en un lugar en que se toman de una forma muy liberal algo que ni conozco -soltó una risa y comenzó a arrastrar los pies por la tierra- soy un crío haciendo preguntas de mayores, ¿verdad?

Mientras dejaban las cosas colocadas Eloise escuchaba a Chico.

-Empecemos por la primera lección que vas a aprender de mí-dijo tranquilamente- no eres un crío. Legalmente eres un niño en esta cultura y respetamos físicamente que se te proteja como tal en todos los aspectos. Sexo incluido. Pero tu mente hace mucho que dejó de ser un niño así que te trataré como a un adulto al menos verbalmente.-se ajustó de nuevo los guantes y hacía un gesto a Chico para que se acercase y le enseñó cómo funcionaba el compresor. Después de dejarle hacer la primera prueba siguió hablando.

-Depende del tipo de chica-empezó a explicar mientras con gestos dirigía a Chico, que a lo tonto a lo tonto le estaba pagando la sesión de sabiduría limpiando él el óxido de la moto-Primero tienes que pensar en qué tipo de chica es para saber cómo tratarla. Aquí todas actuamos muy libremente porque no pasará nada que nosotras no queramos, pero la forma de hablarnos y de acercarse a nosotras es muy distinta dependiendo de con quién estés tratando. A pieza limpia, avance que hago-sonrió- un dos, yo ya sé hacer eso, tú eres el aprendiz de mecánico, cariño, Fenrir no me tomará en serio si sólo te enseño la filosofía de la mujer.

-¿Por qué te iba a decir que no?-preguntó- ¿qué crees que no tienes que necesite una mujer para sentirse atraída?-ladeó la cabeza- tienes una voz agradable que transmite confianza, tienes los rasgos marcados y la estructura típica de un hombre grande... no veo qué hay de desagradable en eso.

-Pero bueno, partamos de la base de que el no ya lo llevas. A partir de ahí no pierdes nada. Pero digamos que quieres intentarlo. Cuando alguien te gusta físicamente no hacen falta palabras, tú notas que le gustas y ella también nota que le gustas tú. Las palabras están sobrevaloradas y los actos son los que importan. Relájate, confía en ti, coge de los que te rodean lo que te sirva para sentirte cómodo y empieza a hablar más con nosotras, suéltate-sonrió- entonces, cuando te acerques a ella y hagas un avance sutil como puede ser tocarla un segundo más de lo que normalmente lo haces o incluso gruñir... cualquier reacción ella lo notará y tú sabrás que quiere porque en vez de reír o de apartarse con más bromas seguirá cerca de ti o se te acercará un poco más. Suena muy raro dicho así pero es como estar en una corriente... aunque puedes ir dejándola pistas con bromas o comentarios al azar o aprovechar para estar junto a ella hasta que eso ocurra. 

Chico siguió y ella se quedó mirándole orgullosa.

-Hay una cosa que aquí ni en ninguna parte te voy a tolerar, que nos veas como a un objeto. Un polvo por polvo no sirve de nada y a la larga enfría la relación entre dos personas que se aprecian. No digo que "hagas el amor" digo que encuentres qué es lo que necesita de ti como hombre ella. Y si un día te enamoras y no soportas la idea del "amor libre" de la familia, háblalo en vez de callartelo y envenenarte... pero si el sentimiento es mutuo. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?-le miró a los ojos.

-Has hecho un buen trabajo con estas piezas-le felicitó examinando las piezas.

Cuando empezó a hablar, el joven sonrió, parecía que le gustaba que le trataran como a un adulto por mi por encima que fuera.

-Entonces primero tengo que saber cómo es para ver como acercarme -suspiró y comenzó a limpiar las piezas con tranquilidad, sin ninguna prisa- puede decirme que no por que me ve como a un chico al que salvaron y no como a un hombre.

Sonrió cuando habló de sus puntos fuertes y de que fuera cogiendo lo que creyera conveniente de cada uno de los presentes, solo para crearse a si mismo, algo que parecía más sencillo decir que hacer.

-Creo que esto es más intentarlo varias veces hasta vea como lanzarme, ¿no? Es muy complicado -esbozó una sonrisa nerviosa y siguió con su trabajo mientras Eloise hablaba.

Entonces, cuando soltó la última lección, el chico dejó caer el pulverizador y se encaró con Eloise.

-¡YO NUNCA USARÍA A ALGUIEN COMO UN OBJETO! -gritó con una expresión de rabia interna que le cambió el rostro por completo mientras apretaba los puños a los lados. Un segundo después pareció darse cuenta de lo que había pasado y empezó a ponerse rojo- yo... perdóname, lo siento -agachó la cabeza y terminó el trabajo. 

Mientras la sucubo le felicitaba, el chico se quitó la camiseta y dio la espalda a la chica. Toda la parte de los hombros lo tenía marcado con lo que parecían varios códigos de barras tatuados y tachados. Eran cortos, como los del supermercado, y tenía cerca de doce o trece, y el último, en la parte central del omoplato derecho, estaba sin tachar aún.

-Lo siento, es que cuando mencionan el tratar a alguien como un objeto o que alguien pertenece a otra persona... -suspiró ligeramente- me enerva. Si no hubiera sido por Soph... Chiqui, no habría encontrado el valor para fugarme e ir al concierto -se puso la camiseta y miró a Eloise- espero que me perdones en algún momento y muchas gracias por las clases.

-No te apures-se acercó a él y le envolvió con los brazos, apoyando la cabeza en el hombro del adolescente-ha sido culpa mía, quería decir que a veces se confunde un deseo intenso con sentir interés físoco y cuando se satisface ese deseo no queda nada que te una a la persona con la que te has acostado... ¿Mejor así?-apoyó las manos en su espalda estrechándolo contra ella pero sin tocar la zona de los tatuajes-Todos los que estamos aquí hemos sido rescatados. Incluso Jotun... incluso Leona. Nadie te va a ver como crees que te ven. No tienes nada de lo que avergonzarte. Tomaste una decisión, no importa por qué-aseguró soltándole con suavidad. Ella no era muy alta y el chico ya apuntaba maneras así que eran más o menos de la misma estatura.

-Si aun así quieres compensarme por gritarme haz más veces la comida. Lo que hicisteis ayer estaba muy rico.

Empezó a recoger ella misma tarareando para sí como si el adolescente ya no estuviese allí. Le ponía nerviosa que la gritasen pero era culpa suya por no haberse explicado bien. Exactamente lo que había hecho ella con Bror , como hizo él, aguantaría las consecuencias de no saber escoger las palabras y reflexionaría sobre medir lo que decía y a quién se lo decía.

Y en algún momento tendría que disculparse con la mascota inconsciente por haberse alterado cuando le hizo saltar el interruptor de la sobreprotección.

Cuando Eloise abrazó al joven, éste soltó un sollozo y se quedó completamente quieto durante un instante, tras lo que apoyó las manos en la cintura de la chica y agachó la cabeza para apoyarla en el hombro. Asentía mostrando que entendía lo que decía y sollozó un par de veces más, y cuando Eloise lo soltó, Chico se hirguió y se pasó las manos por la cara para quitarse los posibles rastros tras su momento de debilidad.

Asintió de nuevo ante el comentario de hacer la comida más veces y luego se puso a ayudar a recoger las cosas.

Tenían ya casi todo cargado en la carreta cuando Mykaela salió agarrándo la visera de su gorra.

-Hoola, parejita, ¿buscábais un momento de intimidad?¿me puedo unir? -soltó una risa divertida ante su propia gracia- ya va siendo la hora, así que ir a cambiaros, poneros algo más deportivo o que no temáis que se estropee, y luego nos vemos en el local vacío que hay junto a la peluquería de Ish.

Extrañamente ella seguía vistiendo como siempre.

-No puedo resistirme a un poco de cariño suave de vez en cuando, a ver si te piensas que me gusta revolotear todo el tiempo.-replicó Eloise tapando como quien no quiere la cosa a Chico hasta que se hubiese recompuesto-pero si te unes por nosotros no hay problema.

Devolvieron las cosas al taller y, después de dejar los guantes, Eloise se llevó a Chico a las habitaciones y le enseñó cuál era la suya por si la necesitaba o no quería estar solo.

-No la cierro con llave-añadió antes de separarse de él y ponerse la ropa del gimnasio, recogiendose el pelo en una cola de caballo. Al salir esperó un instante a que Chico saliese de su habitación y bajó con él.

Primero se cortó bastante; pero luego sonrió ante la broma de Eloise y la acompañó, asintiendo a las palabras de la chica.

-Gracias -dijo antes de irse a su habitación.

Cuando salió vestía de forma sencilla. Una camiseta de cuello redondo y unos pantalones de chandal largos y unas deportivas.

Bajaron hasta el local indicado, en cuyo interior ya estaban Morduk, Mykaela y Chiqui, ésta con una camiseta de algodón de tirantes oscura, unas mallas de yoga y zapatillas. El pelo seguía sujeto en las dos coletas bajas.

El interior del local era sencillo y poco cuidado en comparación con los demás; pero habían llenado más de la mitad del suelo con colchonetas de puzzle y habían puesto un saco de arena bastante maltrecho con parches de cinta americana tapando rajas y costuras que parecían ceder en cualquier momento.

-Puntualidad, me gusta -dijo Morduk sonriente- bien, ésto es lo que vamos a hacer. Después de calentar un poco para evitar lesiones, vamos a hacer unas nociones básicas de cómo golpear y donde golpear. Cosas sencillas y efectivas, las piruetas y patadas voladoras se quedan para las películas, aquí vamos a ir a lo que más fácil suele salir y más fácil nos libra, ¿entendido? Empecemos.

Mykaela se quitó el cinto con la pistola, la gorra y la gabardina, quedándose en el corset, medias, botas, ligueros y esas especies de bragas de cuero que le gustaba tanto llevar. Se recogió el pelo en un apretado moño salvo por los dos mechones que siempre flanqueaban su rostros y empezó a realizar los mismos movimientos que indicaba Morduk, como si fuera una más.

Tras unos ejercicios de calentamiento de articulaciones, saltar un poco en el sitio y hacer abdominales y flexiones, se pudo notar que Chico estaba más que acostumbrado al ejercicio, pues lo hacía a un ritmo alto, cercano al de Morduk y Mykaela, y a penas estaba llegando a sudar. Resistencia física tenía.

Durante la siguiente hora, Morduk enseñaba usando a Mykaela de sparring como golpear, como pivotaba los pies para que la cadera pudiera girar y golpear con más fuerza. Como colocarse, como moverse, donde golpear para hacer más daño con menos fuerza o para dejar al otro un segundo distraído para poder largarse de allí. Luego se ponían por parejas para practicar una serie de movimientos y técnicas de bloqueos y esquiva.

-Bien y ahora viene la que todos hemos esperado -esbozó una gran sonrisa- veamos, Eloise. Vas a hacer a Mykaela una de las técnicas que he enseñado, la que sea. Si te sale bien y sin que parezca demasiado forzada, te daremos la victoria en la apuesta, si no es así, bueno, digamos que habrás perdido.

-Cielos, ¿por qué tenéis tantas ganas de que pierda? No me gustan nada las confrontaciones físicas-Suspiró secándose el sudor de la frente y ajustándose la coleta mientras se colocaba frente a Mykaela.

No fue fácil, Mykaela era fuerte y se deshacía con dureza de cualquier intento de aproximación pero Eloise contaba con ello y, cuando hubo tanteado a Mykaela aprovechó un ataque de ella para esquivarlo y deslizarse hasta cubrir la distancia de alcance de sus brazos pero la mujer lo vio venir e intentó un agarre que Eloise esquivó echándose a un lado y atacando la corva de Mykaela, haciéndola apoyar una rodilla en el suelo y separándose como si hubiese escapado. Tal y como Morduk había enseñado. Nada de presas ni de derribos. Sólo toques precisos y a salir por piernas.

-¿Entonces?

Cuando Eloise se separó de Mykaela con la "pseudovictoria" en el bolsillo, Morduk soltó un "uuuuuuhhhhhhhhh" que Mykaela calló con una dura mirada.

Se puso en pie y se ajustó bien el corset antes de mirar a Eloise.

-Pues ya me dirás cuando quieres el numerito -dijo esbozando una sonrisa divertida- no me importa ese "uuuhhh" porque él no lo va a ver -se giró hacia Morduk- deberías de haber deseado que ella perdiera y así ver un numerito, previo pago; pero ahora ni numerito ni nada.

En ese momento, Morduk se quedó con cara de gilipollas, porque el argumento que le había dado la ex-militar era mucho más válido que lo que había ocurrido.

-Me apuesto con con todos a que Chico es capaz de aguantar a Morduk un asalto -dijo Chiqui divertida.

El joven la lanzó una mirada y esta sonreía.

-Es lo que hacéis, ¿no? Meteros unos con otros y hacer apuestas metiendo a terceros en líos, pues yo apuesto por que Chico aguanta tres minutos con Morduk en un combate.

Chico se removió inquieto, como si estuviera algo nervioso; pero no era por que no quisiera hacerlo o algo así, Eloise lo sabía, era porque Morduk lo intimidaba muchísimo, ¿y a quien no en realidad? 

Eloise se encogió de hombros y sonrió.
-Escaquearme es uno de mis puntos fuertes, ¿quién lo iba a decir?-esbozó una sonrisa felina correspondiendo a Mykaela- la pena de esto es que me quedo sin karaoke.

-¿hm?, ¿Chico?-miró a Chico y miró a Morduk.

-Oh, Chiqui, me dan hasta ganas de estrujarte-rió volviéndose hacia la muchacha- Trato. Confío en ti, caramelo-le dijo a Chico pasando tras él, tocando su nuca-tienes que hacerme perder,piensa en eso más que en Morduk, da menos miedo si no le tienes a él en mente-el contacto se rompió en cuanto siguió caminando.

-¿Entonces qué hay sobre la mesa? ¿Qué pasa si Morduk gana y qué pasa si Chico le da un repaso a Morduk?-se sentó a un lado, con las piernas flexionadas en la posición de loto y palmeó la colchoneta, convocando a las chicas a sentarse.

-¿Sabéis? Deberíamos hacer yoga-dijo felizmente-paz interior, ver a Mykaela retorcerse sin corset... sí, deberíamos-se echó a reír y dio un par de palmadas-¡bueno, bueno! Cuando queráis, ya me estáis regalando la vista.