Partida Rol por web

Examinas el terminal, cada vez das menos crédito a lo que te está ocurriendo, es la primera vez que ves un móvil funcionando sin su batería, la cual encuentras unos metros más desplazada, al igual que la tapa, parece que se ha llevado un buen trastazo.

Mientras estas observando el móvil, se abre la puerta del vestuario y entran 3 chicos hablando y riendo...

Hans se guardó como acto reflejo el terminal en el bolsillo. Si alguien le estaba gastando una broma no era nada divertida. Sobretodoa asumiendo que debía ser alguien con acceso a su oficina y que le conociera suficientemente bien como para saber cuando iba o dejaba de ir al gimnasio.

Lo primero que necesito es un sitio donde poder pensar...

Hans Jürgen era un hombre de ación, con toda rapidez, sin pensarlo salió del gimnasio sin ni siquiera despedirse de Pilar. El tacto de frío del arma le recordabo quien era y lo que sabía hacer, el bromista se iba a arrepentir. En lugar de cojer su coche que en aquel momento temía tuviese algún localizador empezó a andar y detuvo el primer taxi que encontró.

Miras tu reloj y te das cuenta que son las 14h. Pensabas que sería algo más tarde, pero la reunión con los del Banesto fue bastante rápida. Un pequeño rugido de tu estómago te recuerda que desde el desayuno no has comido nada. Caminas un par de calles, cuando ves un taxi libre. Levantas la mano parándolo, y te subes en el...

Señor, donde desea ir?

Te pregunta el taxista girándose y mirándote.

¿Conoce algun sitio para comer donde no corra el peligro de morir envenenado?

Pues allí.

Cuando el taxi arrancó Hans se dedicó a observar por la ventanilla si alguien salía apresuradamente del gimnasio o si algún coche empezaba a seguirle. Las cervicales empezaban a dolerle de la tensión y cada vez estaba de peor humor. Alguien iba a pagar por aquello.

Perfecto señor, conozco un restaurante argentino donde se come divinamente, preparan unos chuletones que están para relamerse. Aii! como hecho de menos mi tierra. Sabe? Yo soy de Argentina, me tuve que venir porque la cosa andaba un poco mal. Hará seis años cogí a mi familia y nos vinimos aquí. A mi mujer María y mis tres niños. Mi hija Ángela decidió quedarse allí, ya era mayor de edad y tenía a su novio. Es triste estar separado de la familia... Y usted, de donde es?

El hombre por fin detiene su conversación, se ha detenido en un semáforo y se gira para mirarte...

Vale... Ahora sabre si algún cabrón me sigue...
Mientras el samaforo estaba en rojo Hans miró lo que marcaba el taximetro, sacó un par de billetes de 20 de la cartera y los lanzó sobre el asiento del copiloto. Al segundo abrío la puerta y salió mientras la circulación estaba parada.

De un lugar donde los taxistas no hacen tantas preguntas.

Dicho aquello se escurrió entre el tráfico y se escondió en una de las calles transversales.
Sal ahora hijo de puta.

Pero señor...

Atinas a escuchar mientras sales presurosamente del taxi. Te internas en una de las calles y te pones a esperar. Observando a todo el que pasa, atento a cualquier cosa extraña. Pero no ves nada anormal, la gente va con sus quehaceres.

Pasa el rato y por un momento te pasa por la cabeza si no serán paranoias tuyas...

Empezó a sentirse completamente imbecil. ¿Ahora le salía la fatiga postcombate? ¿Demasiadas fiestas y chicas? o es que ¿Se estaba volviendo completamente gilipollas con los años?.

Hans sacó el movil del boslillo y lo miró curioso. Chasqueó la lengua y se dirigió al primer sitió que vió para pegar un bocado.

Miras a tu alrededor, buscando algún sitio donde poder hincar el diente, y lo primero que llama tu atención es un MC Donalds. Enseguida lo descartas, pensando en su comida rápida y grasosa. Aunque no puedes evitar observar como salen corriendo del local 4 individuos. Primero sale un hombre con su hija, se detiene ante un taxi y mira un momento hacia atrás, observando como detrás de él sale una chica oriental. De esta chica sobre todo te llama la atención su expresión de pánico. Ves como se detiene un momento a tomar aire, cuando un chico, que te suena de haber visto alguna vez por el gimnasio. Sabes que es algún campeón de culturismo. Sale detrás de ella, y observas como le coloca una mano en el hombro, cruzan un par de palabras, y cada uno se dirige hacia una dirección diferente.

Hans miró sorprendido al variopinto grupo que salía del establecimiento de comida rápida, aparentemente ninguno de ellos tenía ninguna relación los unos con los otros pero todos habían compartido miradas a la salida y parecían atenazados por el miedo.

Tambien habrán visto a la niña del exorcista...

Sonriendo para si y sin dejar de observar como los cuatro se separaban entró en el local, fantasmas o no tenía hambre.

Llegas al gimnasio, las cosas parecen más o menos igual. Pilar te saluda con la mano cuando entras, la ves indicándole a unos chicos el funcionamiento de una de las máquinas. A esta hora el gimnasio está algo lleno. Te diriges hacia el vestuario. Esta vez no estás solo, hay unos cuantos chicos haciendo algo de alboroto mientras se están duchando. Según vas pasando entre las taquillas las voces de los chicos se van apagando, ya estás acostumbrado a generar esa silenciosa admiración. Te acercas a tu taquilla y te preparas para continuar con tu duro entrenamiento.

Dejas a Keroberos feliz en casa, no está acostumbrado a estas experiencias, y en cuanto pisa el suelo lo ves ir corriendo hacia el sofá, desde allí te mira moviendo la cola. Parece feliz de hallarse en casa. Te diriges hacia tu cuarto cuando escuchas un mensaje en tu móvil. Lo sacas del bolso y ves que es un mensaje de Carles.

Ok, ya hablaremos, hoy estabas muy rara. Nos vemos mañana bsos

Antes de salir, como ves que te sobra el tiempo te comes tu bocadillo tranquilamente, viendo una de tus series de anime favoritas. Kerobero se queda a tu lado, esperando a ver si cae algo de tu comida. ¨Terminas de comer y vas al baño para lavarte los dientes, al entrar, un escalofrío recorre tu espalda, recordando lo que ocurrió hará apenas un par de horas. Te lavas los dientes sin ninguna sorpresa desagradable. Y cogiendo tu bolsa de deporte sales de casa para ir a buscar el metro y dirigirte hacia el gimnasio.

Llevas a tu hija al colegio, y vas a tomarte un café mientras esperas a que salga, después de lo ocurrido en el MC Donald's no te ves con ánimos de hacer más carreras con el taxi. Piensas que mañana será otro día. Ves pasar las dos horas tranquilamente. Te viene la añoranza al recordar a tu primo, con el que tantas veces habías salido de juerga en tu juventud. Todavía no te haces a la idea de que haya muerto. Ultimamente no teníais mucho contacto, pero sabías que estaba allí, para cualquier cosa que necesitaras. Y ahora ya no está... Con un suspiro miras la hora, te das cuenta de que Verónica ya debe estar a punto de salir del colegio, así que te diriges hacia allí.

La ves salir sonriendo, cuando llega a tu altura te da un beso.

Papá, tengo una nueva amiga que se llama Abigail, podría venir a dormir algún día a casa?

Te pregunta anelante,  mientras os dirigis hacia el gimnasio.

Roberto asiente con la cabeza a Pilar a modo de respuesta a su saludo, entra en los vestuarios masculinos y dirigiéndose a su taquilla, saluda igualmente de escueto a cualquiera que pudiera reconocer y le saludara primero a él.

Abre su taquilla y recoge del mismo su vestuario para entrenarse. Unos guantes de cuero con el que levantar las pesas y utilizar la maquinaria, una faja ancha de cuero que ciñe a su cintura para que sus lumbares no sufran tanto a la hora de levantar peso, una toalla para secarse el sudor y una botella con un líquido especialmente preparado para una buena hidratación y alto contenido proteínico. Al menos sabía a fresa.

Sale del vestuario sin dirigir su mirada a nadie sumido en sus pensamientos y comienza a ejercitar la musculatura de su tronco superior. Hoy iba a ser un día largo, entrenaría hasta el anochecer durante varias semanas ya que necesitaba recuperar esta última semana que había dejado de ejercitarse como su plan de entrenamiento exigía. No podía permitirse no ganar el siguiente concurso, ahora mas que nunca, por su hermano.

Takako llega al gimnasio y va al vestuario de chicas directamente... es un poco pronto, pero ponerse el kimono de kendo es un rato, y así practica un poco las posiciones del día...

Se desnuda y se pone el kimono y los protectores. Luego se dirige, calzada con los calcetines y con la máscara a la mano, junto al libro y a la hoja de entreno, a la sala reservada para el entrenamiento. Una vez allí se sienta en el banco y se mira la hoja y el libro, para memorizar la clase qué tiene que dar y esperar a los alumnos que vayan llegando.

Terminas tu grasienta hamburguesa, preguntandote una vez mas, como es posible que sea una de las comidas favoritas de los americanos, y te diriges al gimnasio, hay un paseito desde aquí, pero lo haces tranquilamente. Ya has dejado atrás los temores de esta mañana. Por fin el sol ha salido, aunque débilmente, y te parece como si lo ocurrido por la mañana fuera fruto de alguna pesadilla...

En la puerta ya del gimnasio, te suena el teléfono. Al escuchar el timbre un escalofrío recorre tu espalda, recordando las llamadas de esta mañana, lo coges y antes de contestar te fijas en la llamada entrante. Ves que es Alexander.

Buenas tardes, qué tal te ha ido con los del Banesto? Y donde te has metido, tio?

Te pregunta, en tono de voz hay un deje de ironía. Alexander es la persona con la que mejor te has llevado en los últimos años, y hay un buen vínculo de amistad.

Llevas ya varias series, cuando ves pasar por un lado de la sala de máquinas, dirigiéndose a los vestuarios, a una chica. No la ves bien desde donde te encuentras, pero tú dirías que es la chica oriental del MC Donalds.

Para acceder al vestuario, pasas por un lado de la sala de máquinas, donde siempre se haya gente sudando y potenciando su musculación. Normalmente pasas rápido, sin prestar mayor atención. Pero esta vez algo te llama tu atención, miras de reojo, y si, ves al chico que te asustó en el MC Donalds ejercitando su poderosa musculatura.

La veo salir y como se dirije hacia mi,entonces le doy un abrazo y un beso.

Que bien. Asi una nueva amiga has conocido,claro que podra venir a dormir mas adelante cuando se pueda.

La coje de la mano se dirije al taxi y lleva a Veronica al gimnasio.

Mientras la lleva,¿Como te a ido el resto de cosas del colegio?

Después de haberse cambiado de ropa, pasa por la sala de máquinas y ve la mole entrenándose... no puede evitar quedándoselo mirando.

En este momento, le parece atractivo. Su cara de concentración, sus músculos ejercitándose, la sudor recorriendo su frente y su cuerpo... un poco asqueroso si era, ver cómo su camiseta estaba empapada de esta sudor...

Pero Takako no era tan insensata... y quería evitar que él la viera. Así que a paso rápido se dirigió a su sala.