Partida Rol por web

Roberto se acerca a la barra del MacDonalds, pide el menu mas grande del lugar al igual que la bebida y ademas una segunda hamburguesa, era cierto que las hamburguesas estaban buenas, pero su tamño era irrisorio, aún más si se comparaba con el propio tamaño de Roberto. Con la bandeja en la mano, se sienta y comienza a degustar el pedido en silencio sumido en sus propios pensamientos. Esta tarde volvería su monitor y podría aclarar varias cosas. No sabía como iba a terminar la conversación, pero si sabía muy bien como iba a comenzarla. Le iba a poner las cosas serias y como notase el mas minimo atisvo de mentira o engaño, le iban a tener que barrer los dientes tras echarselos abajo de un puñetazo, pues no necesitaría dos para conseguirlo.

Con esos pensamientos y aun con la ira bullendole en su interior Roberto finalmente se incorpora, olvidándose de recoger la bandeja y llevarla al sitio que era correspondiente al haber terminado y se dirige de nuevo al gimnasio utilizando el metro de bacelona.

Sí, hoy conseguiria algunas respuestas.

Te llevare al centro comercial y si te gusta algo quizás te lo compre.

Todo eso se lo dice sonriendo y con alegria.

Esboza una sonrisa y se aparta, para dejar paso a Verónica y su padre.

Hoy haremos un juego muy divertido... - responde Takako, guiñando un ojo. Mira al padre y le sonríe también, luego levanta la mano - Nos vemos esta tarde, Verónica. Buenas tardes - esto último dirigido al adulto.

Estas comiendo tranquilamente tu hamburguesa, y observas como en la mesa donde se encuentra el hombre con su hija, ahora hay otra niña. Gira la cabeza y te mira fijamente, silenciosa...

Observas como entra una chica oriental junto a otro chico, se acercan a la mesa y hablan algo. La niña continúa mirandóte.

Te sorprende ver como lágrimas ruedan por sus mejillas. No puedes evitar el mirarla fijamente, ves como empiezan a aparecerle heridas sangrantes por el rostro...

Roberto se alza bruscamente de su asiento. Hamburguesa, bandeja e incluso mesa vuelcan por el impulso yendo a caer en el suelo con un gran y ensordecedor estrépito. La mesa con las patas hacia arriba cruje por el impacto y el tablero de la misma se resquebraja al soportar el peso de Roberto al pasar por encima.

Roberto no percibe nada de la realidad que le envuelve, pasa por encima de la mesa volcada y una vez que llega a la mesa donde se encontraba el hombre con las infantes, agarra la misma donde estaban comiendo y con igual brusquedad la aparta hacia un lado congiendola por el tablero en un extremo. Ésta igualmente se vuelca con lo que estuviese sosteniendo y va a parar a la barra donde atienden a los clientes donde deja de rodar debido al impacto contra la misma.

Es entonces cuando está libre de toda barrera cuando alza la voz con rabia y observa con los ojos inyectados en sangre al hombre que al lado de la pequeña se encontraba sentado.

- ¡TU! ¡Hijo de la gran puta! ¡Bastardo! ¡Que le has hecho a esta niña! -En los ojos de Roberto podía vislumbrarse como por la rabia contenida estaba dispuesto a matar al hombre que según él, habia herido a la pequeña, totalmente ido por la rabia y frenético, intenta coger en brazos a la pequeña que de improviso comenzó a sangrar por el rostro mientras lloraba desconsolada.

Primero, Takako se queda mirando como "la mole" tira la mesa al suelo de golpe y arqueando una ceja... hasta que hace volar la segunda mesa, y se dirige al padre de Verónica chillando e insultando... la chica suelta un leve chillido y da un paso hacia atrás.

¿¡Pero qué está haciendo!? ¡Este hombre no ha hecho nada! - consigue decir, con un tono de voz que suena más o menos convincente... mira ahora a la niña que intenta coger "el gigante"... y abre la boca sorprendida, al igual que los ojos - ¿Qué le ha pasado? - pregunta, sin saber si dirigirse a ella o quedarse a dónde está...

Mirando asombrado lo que sucede y sin comprender nada.

¡Oye! ¿que haces?

Cariño.¿Te encuentras bien?

Todo eso mirando a Veronica a ver que sucede.

La niña que el chico musculoso coge en brazos empieza a deshacerse, como si fuera cera derretida. Poco a poco veis como la piel se va derritiendo, dejando paso a los músculos, que también lo hacen. Roberto la suelta sin poder dar crédito a lo que ven sus ojos, y allí en el suelo continúa su proceso de derretimiento.

Takako al ir a acercarse a Carles se da cuenta de que este no se halla a su lado, en algún momento se largó, desesperada lo busca con la mirada, y lo ve tranquilamente haciendo cola para pedir, ajeno a todo lo que ha ocurrido.

Manuel, extrañado con todos los acontecimientos, asustado con la presencia del chico, ve como en sus brazos aparece la niña que buscaba con la mirada y empieza a deshacerse...

¿Que esta pasando? ¿Quien es esa niña? ¿Porque la podeis ver y el resto no?

Desesperadamente busco a Veronica para salir de alli,con cara asustado miro al resto de gente que hay.

Abre la boca... la cierra, la vuelve a abrir y la vuelve a cerrar... todo, mientras da pasos hacia atrás, asustada por la "desintegración" de la niña. Carles no parece darse cuenta de nada, la demás gente... tampoco. Mira su alrededor... todo sigue normal, como si nada, y la niña deshaciéndose en los brazos del hombre... y Verónica, su alumna...

Cuando su pierna tocó la silla que tenía detrás por ir retrocediendo, le vino en la cabeza lo que debía hacer: largarse de allí cuanto antes.

Asustada, se echó a correr hacia la salida del McDonalds, sin pararse y sin importarle si llovía o no... salió a la calle corriendo como una desesperada, sin rumbo.

¡La niña se estaba descomponiendo en sus manos! Roberto no daba crédito a lo que sucedía, pero ahí estaba la niña, volviendose arena quese le iba escurriendo de entre los dedos y esa sensación, al igual que lo que veía, era bien real. Es cierto que el nivel de estrés que tenía era muy elevado, que a veces algunas personas habían sufrido alucinaciones debido a suelevado estres emocional, pero una alucinacion en la que viera y tambien sintiera el cuerpo de la niña caer y deshacerse por entre sus dedos. No, eso era real, pero, ¿donde estaba el truco?

Roberto miro al hombre que alarmado estaba mirando hacia el lugar, pero parecía que no era capaz de ver nada y entonces se percató de la joven que había tras el. Creia recordar que había dicho algo en voz alta cuando estuvo a punto de avalanzarse sobre el hombre, aunque no la habia escuchado bien. Pero ahora la veía correr a toda prisa para salir del Mc Donald. Quizás ella tenía algo de culpa de lo sucedido. Así que mirando a todos los que habia en el restaurante de manera fugaz, decide salir en pos de la asiática.

La lluvia impacta con fuerza sobre el rostro y el pecho de Roberto cuando al abrir las puertas del Mc Donald mira a ambos lados de la calle en busca de la niña para salir en su busca y alzanzarla si conseguía divisarla.

Fue en la puerta, mientras buscabaa la asiatica, cuando se dió cuenta lo poco que le habia afectado ver a una niña "morir" en sus manos. Bien era cierto que necesitaba saber la verdad de lo sucedido y por eso habia ido a buscar a la chica esta ya que creia que ella quizas era la responsable, pero el hecho en sí, la hipotética tragedia que estaba sucediendo a sus manos, le impresionó de sobremanera, pero no sintió lástima ni pesar por ella.

Coges a Verónica de la mano y sales corriendo del restaurante, te diriges rápidamente hacia el coche. Ves como Takako, la sensei de tu hija, también sale corriendo, ves impreso en su rostro la marca del terror... Se detiene un momento, mirando hacia donde se puede dirigir, y continúa corriendo, sin un rumbo especifico...

Papá que ocurre?

Te pregunta Verónica, extrañada, ves como te mira con los ojos bien abiertos.

Sales corriendo del MC Donald's, sientes tu corazón latiendo fuertemente, y te cuesta un poco respirar, te detienes unos segundos para poder tomar aliento, y tranquilizar a tu frenético corazón. Miras a tu alrededor, ves a Verónica junto a su padre, que se dirigen a paso rápido hacia un taxi que está aparcado allí cerca...

Miras a tu alrededor, viendo como los comensales de la mesa a la que te habías acercado salen corriendo por la puerta, en este momento observas como la gente de las mesas cercanas, miran la escena con los ojos abiertos. No ves pánico en su mirada, únicamente extrañeza. Te das cuenta del espectáculo que habeis montado en un momento, ves como un vigilante se está acercando a tu posición, cuando sales corriendo detras de la chica oriental.

La ves unos cuantos metros más adelante. Se ha detenido unos instantes, parece ser que para coger algo de aire. Una cosa que te ha llamado mucho la atención es la cara de pánico que le has visto a la chica.

Roberto cruza la calle dejando atras el restaurante y se dirige a la adolescente que parecía exhausta, llegando a ella tras una acelerada y explosiva carrera para no darla tiempo a recuperarse y marchar.

- Dime. Pequeña. Quien eres tu y que hiciste en el Mc Donald. Las palabras se pronunciaron con frialdad. Tras la joven, Roberto se erguía amenazante tras haber puesto su mano sobre el hombro derecho de la nipona y haberla echo girar bruscamente sin apenas esfuerzo. Los dedos aprisionaban con fuerza el hombro de la joven, imposibilitando la escapatoria y debido a su tamaño observaba a Takako con unos ojos azules fríos y fieros desde una altura muy superior a la de ella. - Responde.

Respiraba con dificultad, cansada... la lluvia le impactaba en la cabeza y en la cara, en la ropa... que ya estaba completamente empapada... algo se movió en su bolso, lo abrió y observó la cara de felicidad de Kero, Takako se relajó un poco... solo un poco, porque luego sintió una mano que la agarraba con fuerza y la giraba sin dificultad alguna. La chica tuvo que levantar la cabeza para ver quién era su interlocutor... y al verlo, un nudo se le formó en la garganta... cuando lo escuchó abrió la boca, con el claro terror en sus ojos.

¿Qué...? Yo no he echo nada... estaba allí con usted... - tragó saliva, estaba nerviosísima, y apretaba con fuerza la correa de su bolso, casi clavándose las uñas en las propias manos - To-todo el día que están pasando cosas extrañas... y... y no quería quedarme a casa po-porque tenía miedo... y he ido a comer allí, pe-pero... ¡pero la niña me sigue por todas partes! ¡Me sigue! - ni siquiera sabía porque le estaba dando explicaciones... quizás para que no le partiera la cara a la primera de cambio; pero aquellas últimas palabras las dice gritando, a pesar de que casi no se oiga por culpa de la lluvia que sigue cayendo... al igual que sus lágrimas, que se mezclan con el agua que cae por su rostro.

Roberto estudia la expresion de autentico pavor de la chiquilla con una expresión fruncida de rabia contenida. Liberándo el agarre con el que atenazaba el hombro de la chica, la coge ahora por el mentón. Alzándoselo sin compasión alguna ni delicadeza y obligándola a mantener la mirada alta, hacia los ojos de Roberto, mientras el la escudriñaba intensamente.

Las marcas de los dedos de Roberto se habían quedado grabadas profundamente en la piel de alrededor del hombro de Takako y tras unos segundos interminables, en los que Roberto se mantenía enmudecido e imperturbable, finalmente se decide por soltarla y comienza a caminar lentamente. Girándose hacia la derecha y dejando atrás a la adolescente nipona con sus temores.

Estaba claro que ella no era responsable de lo sucedido y fuera quien fuera ya no merecía la pena volver a entrar en el Mc Donald despues de haber dañado el mobiliario del restaurante. Ya fuera algún truco, alguna droga en la comida o lo que fuese, ya habría otro momento para averiguarlo, ahora no era momento de encontrarse con la policía que probablemente se acercase al lugar. Volvería al gimnasio y esperaría el regreso del monitor. No podía quitarse de la cabeza la escena de película de terror que había sucedido entre sus manos, pero ahora quería respuestas en cuanto a su hermano. Que Hithcock y su pelicula de terror esperase a otro día.

Takako se queda plantada allí, con dolor en el hombro y en la cara... sigue llorando, asustada, hasta que una vez más nota el lametón de Keros... se sorbe los mocos (xD) y camina hacia el primer bar que encuentra para que le hagan algun bocata o algun algo para comer...

Mientras espera que le sirvan la comida, saca el movil del bolso y escribe un mensaje aun con las manos temblorosas, para Carles:

Siento habrme ido d rpnte... habras visto kan psado cosas. Mñna t cuento. 1 bso.

Con el mensaje enviado y el bocata en la mano... Takako pone rumbo hacia su casa, a dejar a Keros y a buscar la bolsa del gimnasio... a pesar de que no le apetece en absoluto, es su trabajo, y así consigue entretenerse un poco y dejar de pensar en todo... aun sigue asustada.

Entras en el restaurante y ves un buen revuelo, la gente va comentando mirando hacia la salida. Observas como un pobre chico que todavía tiene el rostro lleno de acné se encuentra recogiendo unas mesas del suelo. Te da la impresión que los chicos que viste en el exterior la han armando bien dentro del restaurante. Te diriges hacia la barra para hacer tu pedido. Después de los nervios pasados tu estómago te exige que lo alimentes bien. Así que por una vez no pasará nada que te alimentes de esa comida basura que tanto desprecias. Te atiende una chica sudamericana. Su rostro agotado te dedica una sonrisa forzada mientras te pregunta que es lo que deseas.

Una vez servida tu bandeja te encaminas hacia una de las mesas y te dedicas a dar buena cuenta de tu pedido.