Partida Rol por web

Adrash impone su presencia a la débil voluntad de las tropas infernales y del diablo. El temor les paraliza al rememorar quizás la mítica lucha que una vez hubo entre el imperio de los dragones y los diablos, una guerra de tal magnitud que hizo temblar la propia tierra.

Una vez paralizados los enemigos mas peligrosos el dracónido asesta un corte con su alabarda, rajando al ígneo animal por segunda vez.

Ahora que una de las armaduras había caído, el diablo no tenia tanta protección, y ademas se veía abrumado por la presencia del dracónido, que una vez mas había demostrado que podía causar tanto pavor como sus primos de mayor tamaño.

La hechicera se movió, buscando un punto en el que la visión fuera libre, tenia que dar los pasos con cuidado pues estaban completamente rodeados de enemigos, ella también se sentía aprisionada, asfixiada por la cantidad. Cuando apunto a su enemigo, como venia siendo habitual un proyectil de energía lilácea se condenso en el extremo de la vara y salio despedido hacia el diablo.
La magia del caos era inestable y caprichosa, y respondió al miedo de su dueña de estar rodeada, pues cuando llego a la altura del diablo, explosiono dividiéndose en diversos proyectiles que fueron hacia todos los enemigos cercanos.

Nhyria causa estragos con su manifestación del caos. El hechizo impacta a todos los objetivos, empezando con el diablo de las cadenas, quién por poco no muere, una fallo que marcaría la diferencia.

Las dos armaduras restantes caen irremediablemente bajo el poder de la drow y alimentan una vez mas al diabólico ser, quién recupera mucha salud. A demás de las armaduras uno de los murciélagos es herido y el otro al fin muere. El último murciélago se pone nervioso tras la muerte de su pareja y hecha a volar lo mas lejos posible.

Tras derribar el muro de armaduras Dorn se lanza sobre el diablo, quien al instante de recibir la carga retrocede con agilidad. Tras la rápida retirada del diablo las tropas avanzan, creando otro muro infranqueable de escudos.

El diablo de las cadenas lanza dos ataque, y aunque solo uno impacta a Dorn, es con mucha mas fuerza de lo normal, debido quizás a la presencia de las armaduras.

-Debisteis marchados junto con los gusanos que rescatasteis. -Amenaza tras el ataque, sin embargo retrocede, pasando entre la abertura que las armaduras habrían para él.

Nhyria había acabado con varios enemigos al mismo tiempo. Sus poderes mágicos si que son impresionantes. Ahora teníamos frente a nosotros un muro de armaduras encantadas bloqueandonos el paso.

- Concentremos nuestros ataques en el Diablo con cadenas. Si seguimos destruyendo a las armaduras, seguirá recuperándose. - Le dije a mis compañeros, mientras de lanzar uno de mis proyectiles mágicos al ser endiablado, antes de ponerme adelante de Ardash.

El proyectil de Albafica acierta de pleno en el yelmo de la armadura, haciendo que la cabeza de metal saliera dispara a barios metros de donde estaba el desplomado cuerpo, provocando una abertura que dejaba a la vista al diablo de las cadenas.

Uriel habia visto por nueva ocasion como las almas que habitaban dentro de esas armaduras al ser eliminadas restañaban las heridas del Diablo, por lo que sabia que debian acabar con el cuanto antes. Esperando sorprender a este avanzo unos pasos y cuando lo tuvo a distancia canalizo la energia en su espada y arrojandola contra este para asestarle un golpe y traerlo para que se encontrara mas cerca de ellos y no a resguardo de sus compañeros.

Uriel reacciona a tiempo tras la abertura concedida por su compañera entre la formación. El mágico de la espada lanza su hechizo a través del hueco y tira del diablo hacia él.

La drow sonreía satisfecha después de despejar el campo de batalla un poco, le apenaban las almas encerradas en las armaduras pues sospechaba que no actuaban con voluntad propia pero se tranquilizaba pensando que en realidad las estaban liberando de una esclavitud perpetua.

-Maldito seas, no te ocultes tras ellos y planta cara monstruo.

Grito Nhyria al diablo, al tiempo que le arrojaba uno de sus proyectiles, sabia que su ira no quedaría aplacada hasta ver a ese cobarde ser muerto.

El grupo resulta persistente y uno tras otro atacan al diablo, decididos a darle muerte ahí mismo.

El Draconido no se para a pensarlo dos veces al ver la oportunidad de asestar un golpe al Diablo y se va directo hacia el sin desviar la mirada a otro sitio.

-¡No creas que esta vez te librarás, no hay perdón para alguien como tu! Gritaba mientras se colocaba al lado de su compañero y le asestaba con su alabarda.

El dracónido, sin ningún tipo de miramiento, ensarta al diablo con su alabarda, dejándolo un paso mas cerca de la muerte.

Dorn, vio como sus compañeros se comenzaban a adelantar con valentía, y sonriendo grito...

Que grandes sois, al ataque!!!

Dijo esto y decidió hacer una carga frontal para ponerse en primera línea de ataque, aún a riesgo de recibir un impacto del inmundo demonio.

El ataque fue con un gran mazazo contra el demonio de las cadenas, impactando con menor fuerza despues sobre la armadura infernal 1

La estrategia de Dorn resulta un éxito absoluto. El diablo, incapaz de reaccionar a tiempo, sucumbe bajo el poderoso ataque del enano. Tras su muerte otra armadura comparte sus misma suerte, pero esta vez el alma no es absorbida y vuela libre hacia el mundo de los muertos.

Tras la perfecta coordinación del grupo el duergar queda por un segundo anonadado, sin creer o comprender lo que había pasado. Cuando al fin es consciente de la realidad de las cosas lanza una orden de reagrupamiento. Las dos armaduras restantes retroceden y el resto se reúne con ellas para formar otro muro de escudos y espadas.

Uriel no contaba con el apoyo de sus compañeros de tan buena forma. Gracias a todos ellos, el Diablo había caído y ahora quedaban los demás. Enfrascado en el deber, se abalanza sobre los oponentes más cercanos para reducir su número.

Las armaduras mantienen su perfecta guardia en todo momento, formando un muro de escudo no cede ni un ápice ante el ataque de Uriel. 

Nhyria sonrió satisfecha a ver como la vida abandonaba el alma de aquel vil ser, merecía la muerte por todo lo que había echo, ahora solo quedaba uno que parecía ser el que controlaba el resto de armaduras.

Busco una posición correcta y apunto como solía hacer con su vara pero en lugar de aparecer su habitual proyectil violáceo, la vara parecía que estaba absorbiendo el calor del ambiente, incluso se podría decir que alrededor de la drow comenzaba a hacer fresco a medida que el utensilio canalizaba y condensaba la sofocante temperatura.

La propia drow se extraño, pues parecía un hechizo de fuego y sospechaba que esas criaturas estuviesen acostumbradas, pero la magia de caos era así y sin previo aviso la vara libero la energía que buscaba chocar contra el muro de armaduras y alli donde choco creo una pira ardiente que parecía arder sin combustible.

-Vaya... No sabia que podía hacer eso...

La explosión de Nhyria no causa las bajas que había esperaba. La formación de armaduras aguardaba todo ataque y carga que el grupo fuera a hacer, ya fuera este de origen físico o mágico.