Partida Rol por web

El murciélago de fuego hace una caída en picado como respuesta al ataque del enano, cambiando así al menos de sitio.

La drow observó como el corrupto enano huia, no solo era vil ademas era cobarde. Tenia al murcielago a tiro, pero el animal solo había sido entrenado para proteger el territorio, no era realmente consciente. La parte pensante era la que le preocupaba.

Por lo que echo a correr, si esperaba demasiado el enano volveria a salir de su rango, mientras corria cargaba el proyectil en su vara la cual brillaba y vibraba a medida que la hechicera concentraba la energia a su alrededor, cuando por fin lo tuvo a tiro y sin detenerse disparó...

Pero en lugar de ello toda la energía que había acumulado se disperso en una onda de choque violacea, que empujo a amigos y enemigos por igual.

Tras causar literalmente un caos, tanto enemigos como aliados sienten como son empujados. Por suerte los pies de los enanos eran famosos por ser capaces de caminar sobre suelo helado sin sufrir un resbalón. De no haber sido así probablemente Dorn estaría precipitándose ahora mismo hacia un río de lava.

Por otro lado el duergar pone pies el polvorosa y se centra en seguir corriendo, aun a costa de ser atravesado por la espalda otra vez. Por suerte para este el dracónido estaba demasiado fatigado para alcanzarle.

Uriel observo como su enemigo mas peligroso había optado por una retirada rápida y expeditiva. Por lo que se había alejado de su alcance, aun a pesar de ello se dispuso para lanzar un contraataque contra el murciélago que aun mantenía su posición y atacaba a sus compañeros.

El ultimo ataque de Uriel echa el telón de cierra, dejando fuera de combate al molesto animal compuesto de fuego.

El Dracónido maltrecho y jadeante, hacía caso omiso a su dolor corriendo tras el Duergar con todas las fuerzas que le quedaban intentando impedir otra futura huida.

Sin mirar hacia atrás, Adrash sale corriendo furioso sin pensar en las consecuencias de sus actos pero sus fuerzas le fallan y no consigue su propósito. Ese parecía su limite y se sentía frustrado por ello.

El dracónido da con sus huesos contra el suelo de piedra. Sus piernas estaban cansadas, demasiado doloridas como para seguir caminando mientras oía los pasos del duergar alejarse por el túnel.

Dorn, sale corriendo tras el enemigo, consciente de que si alerta a sus compañeros sus posibilidades serían menos de conseguir salvar a los inocentes.

Pero cuando tropezó Adrash, el enano también calló tras el.