Partida Rol por web

El grupo prosigue la marcha, adentrándose aún mas en la gruta y descendiendo a su vez. El ambiente por suerte ya no podría ser mas sofocante y el variopinto grupo resiste la dureza del lugar bastante bien.

Tras un paseo por el incómodo y estrecho túnel (el mismo por donde el diablo había huido) termina al fín, cambiando el suelo de tierra removida por baldosas de piedra.

El techo era increíblemente alto, y casi tanto como la bóveda la estatua de piedra de un enano de proporciones colosales. Frente a ella estaban los pies de otra estatua que debía alzarse orgullosa delante de su compañera, custodiando así la entrada a la ciudad enana, pero que por alguna catástrofe natural (o por la irrespetuosa idea de sus nuevos ocupantes), había sido derribada y utilizada como puente.

Bajo la estatua hecha puente corría un burbujeante río de lava, a la espera de fundir de un solo chapuzón a cualquiera que diera un traspié, y caminando sobre la titánica escultura tropas enemigas con armas prestas y en perfecta formación militar. La gran mayoría formada por unas armaduras animadas que coincidían con la descripción que la niña llamada Karin os habia dado.

El diablo de la cadenas señala en vuestra dirección a la vez que ordena a las tropas que carguen contra vosotros mientras este les cubría la retaguardia.

La primera pareja de armaduras choca contra el grupo, deteniendo el avance enemigo. Dorn resiste la carga pero Adrash es sorprendido y la punta de una de las espadas encuentra la carne entre la armadura de mallas (-4pg).

Aunque las tropas eran numerosas el mayor problema no era ese, sino aquellos enemigos que seria mas difícil herir y que resultaban molestos. Un murciélago de fuego que estaba aletargado en el hombro de la estatua aún en pie extiende las alas y baja en picado, atacando a Uriel y haciendo que las ropas de este ardan (-4pg).

- ¡Esto es impresionante! - La construcción de los enanos no me había impactado hasta ahora: todo ese salón subterráneo era maravilloso. Lastima que no pude admirarlo por mucho tiempo: en cuanto logramos avanzar unos metros dentro del lugar, dos armaduras encantadas salieron a nuestro encuentro. - ¡Cuidado! - Mi grito no llego a alertar a Adrash, quien fue herido por la espada de una de las protecciones animadas por magia. Prepare uno de mis hechizos más comunes, un Proyectil Mágico, para atacar a dicho enemigo, pero en cuanto lo lancé un murciélago de fuego descendió hasta donde nos hallábamos: sus chillidos y el humo de sus alas me desconcentraron por un momento, haciendo que mi ataque no se dirigiera a mi objetivo principal.

Luego de mi intento de ataque, me moví un par de pies, hasta hallarme paralela a Dorn. Eso sí, dejando un espacio entre nosotros. Así mi compañero enano podría moverse sí lo quiere, cómo también la drow Nhyria. Todavía tenía desenfundada mi espada: no vaya a ser que un enemigo se me acerque y me encuentre desarmada.

El proyectil mágico de la maga eladrín se desvía de su objetivo, por suerte al tratarse del mas simple de sus hechizos no resulta una absoluta perdida. Tras su intento de herir Albafica se mueve, dejando vía libre al resto de sus compañeros.

Desde la lejanía, fuera de vuestro alcance, el duergar avanza un poco, impaciente por entrar en acción.

Uriel observo la situacion, ampliamente superados por todos los enemigos. e incluso el vil traidor que habia escapado anteriormente se volvia para continuar castigandonos, a pesar de ello fueron una vez mas los oponentes mas rapidos que el grupo, y rapidamente fueron alcanzados por diferentes ataques, Uriel sufrio mucho el golpe del murcielago pues le habia prendido. A pesar de ello estaba mas que dispuesto a devolverle el favor.

Tras la fugaz bienvenida que les ofrecen las armaduras al Draconido y su recién llegado grupo. Adrash levanta la mirada y observa con gran asombro la presencia del Diablo de las cadenas que había huido, su irritación se palpaba en la fuerza con la que agarraba su alabarda y fruncía el ceño sin apartar la mirada. Instantes después consigue calmarse levemente, mira a su alrededor y tras cruzar miradas con Uriel, parecía entender su estrategia desplazándose para poder flanquear a su primer objetivo.

Sin perder un instante tras el movimiento de su compañero el Draconido arremete contra la armadura respondiendo a la bienvenida recibida.

La estrategia de Adrash neutraliza la esmerada posición de guardia de las armaduras encantadas y, junto con Uriel como apoyo, le devuelve el flaco favor a la misma armadura que le había herido.

La piezas de armadura se desploman inertes, sin ningún fuego mágico ardiendo en su interior, el cual se había liberado de su recipiente y, cuando se disponía a consumirse y desaparecer, es absorbida por el diablo de las cadenas, sanando así las peores heridas. Pero lo mas curioso de todo es que durante esos segundos antes de que la esencia fuera "engullida" al grupo le había parecido ver un espectro suplicando ser rescatado.

El grupo parecía estar aterrado ante tanta revelación. Las tropas cargaban contra ellos y un espectro se les había manifestado en un fugaz momento mientras reinaba la confusión.

El diablo de las cadenas grita otra orden de carga y otras dos armaduras llameantes cargan contra Uriel. La armadura frente a Dorn retrocede, buscando formar una nueba formación defensiba con los dos compañeros que recién habían acudido. Una vez juntos, las tres armaduras rodean a Uriel y le atacan, pero el mágico de la espada hace alarde de destreza militar y mágica, deteniendo ataques con su espada y bloqueando con la magia los ataques aquellos que no podía responder a tiempo.

Furioso ante esta defensa perfecta, el diablo de las cadenas se acerca lo suficiente para poder herir al mágico de la espada. Un recordaba el dolor de la espalda y de lo molesto que había resultado aquel humano. Así pues, el diablo lanza dos ataques de cadena por encima de las cabezas de las tropas, pero el mágico de la espada bloque ambos ataques con insultante facilidad. Sin lugar a dudas Uriel estaba en su mejor momento.

Por otro lado los murciélagos de fuego siguen luchando por razones de territorio y sobrevuelan a Nhyria y Albafica, quemando a esta última (-6pg, y daño continuado 5 por fuego*).

La visión de semejante ejercito de armaduras hizo temblar el pulso de la drow y mas el aullido lastimero que proferían al ser eliminadas, algunos cabos se comenzaron a atar en la mente de la joven y su furia no hizo si no que aumentar.

Como tantas otra veces alzo su vara contra el cobarde diablo que había martirizado a los prisioneros y después huyo como alma que lleva el diablo y le lanzo uno de sus proyectiles arcados. Convencida de dar sentencia al diablo.

-Esta vez no tendrás donde huir y pagaras las vidas que has arrebatado con la tuya propia, aunque no valga ni la mitad que la de uno solo de esos hombres.

Los enemigos cada vez estaban más cerca nuestro: Uriel, mostrando sus grandes habilidades en esgrima y magia, había logrado detener cada ataque. Y a mí me viene a golpear éste murciélago. Todavía envuelta por las llamas, arremetí con mi espada contra el ser volador de fuego. No sé si fue por la ayuda de algún dios oculto en la caverna o la fuerza que use para ejecutar el golpe, pero de alguna manera las llamas que cubrían mis vestiduras se apagaron.

La furia de Nhyria guía su hechizo, impactando al diablo de las cadenas a pesar de la cobertura y dejándolo muy mal herido otra vez. La drow no es la única triunfante en su ataque y Albafica, con arma presta, lanza una estocada al murciélago, haciendo saltar chispas al extraer el filo del ardiente ala del animal.

Dorn avanza para golpear a la armadura infernal con el mas rápido de sus ataques, pero el costado al que ataca es el protegido por el escudo y su contrario no dejaba ninguna abertura.

Uriel habia visto como se habia convertido en objetivo de la mayoria de los enemigos, tratando de hacer lo que mejor sabia desde su posicion lanzo un barrido con su espada tratando de golpear a las 3 armaduras que se encontraban tan cerca de el. A pesar de su impulso no creia haber localizado bien las aberturas de estas, pero a pesar de ello confiaba en que sus compañeros lo remediaran. No termino su movimiento cuando sus ojos se encontraron con el Diablo y coloco de nuevo un escudo de escamas magicas a su alrededor sin dejar de sonreir a este.

Una de las armaduras, la que estaba frente a él, no consigue reaccionar a tiempo y cae ante el poder de Uriel. Tras ella estaba el diablo, a la vista del mágico y siendo testigo de como aquel ser devoraba otra alma en pena, recuperándose en parte del daño sufrido por Nhyria.

El Draconido sorprendido tras ver de lo que era capaz de hacer el Diablo de las cadenas rectifica su estrategia, no podía tolerar que el diablo se recuperara a costa de almas inocentes. Furioso por lo que había visto Adrash emite un temible rugido que bien podía causar pánico a sus enemigos.

Ansioso por cargar toda su furia contra el diablo, Adrash se contiene, dejado esa labor a sus compañeros por el momento e intenta deshacerse el de los molestos murciélagos hasta poder crear una mejor estrategia.

Sin quitar su mirada del Diablo, Adrash arremete contra el murciélago mas cercano con su alabarda.