Partida Rol por web

- Está rica, muy sabrosa.- contestó chupándose el jugo de los dedos. Cogió otra fruta de la cesta y se fue a la ventana que daba su cara al lago arrebujada en la manta, apoyándose en el alféizar de la ventana observó el paisaje nocturno mientras mordisqueaba la pieza. En verdad que era hermoso ese lugar, le costaba creer que nadie de su aldea hubiera llegado allí antes.

- Sigo pensando que la magia no puede hacerlo todo... al menos hasta que vea lo contrario.- dijo en voz alta, sin saber si el muchacho dormía o todavía no. Terminó de comer y dirigiendo una última mirada a la habitación en búsqueda de algo interesante, decidió irse a dormir. Con cuidado se echó al lado de Tiberio, alcanzándole poco después el sueño.

Despues de comer la fruta os entro bastante sueño y dormisteis placidamente....

Te diste cuenta de que aquel sueño repentino podia ser probocado y pensaste "no tengo sueño" lo cual hizo que aguantaras un rato consciente. A tu mente llegaron frases sueltas

- Es muy joven para saberlo todo, creo que ya esta demasiado impresionado por algo que a visto, no podemos decirle eso.....

- Si, lo se... se lo importante que es pero me preocupa el chico... es demasiada responsabilidad... eso le quitaria la infancia......

- No, seguira entrenando conmigo, no pienso llevarle a la torre, ya sabes lo que pienso de la maldita torre....

El sueño te vencio poco despues.

Soñaste con niños como tu, algunos eran barbaros, uno era un ladron con un monito en el hombro, todos estabais atados por hilos finos, casi invisibles... que el destino habia tejido a vuestro alrededor.

Por la mañana llego Morgul a despetaros.

-Buenos dias muchachos- dijo dejando tazones con leche caliente a vuestro alcance.

Parecia que habia dormido poco y mal, sus ojeras eran profundas.

-¿Que tal habeis dormido.?

- Buenos días maestro - era agradable despertar en un sitio confortable con la voz de un amigo
- Mejor que otros... - mirando con interés a Rast - ...hablo por mi claro - girando hacia Laurielle y ofreciéndole uno de los tazones

Se desperezó al oir la voz del mago. Se incorporó relegando al olvido los últimos retazos de sueño- Buenos días Morgul Rast. Y gracias.- dijo al tiempo que tomaba el tazón que Tiberio, ya levantado, le ofrecía.

- Yo también dormí bien.- en efecto, desde por la mañana ya desprendía buen humor.- Sin embargo usted no parece haber pasado buena noche.

- No, no a sido la mejor noche de mi vida... no obstante presiento que sera mejor que muchas que me esperan. Ahora prepararos, tenemos un largo camino de vuelta.

- Maestro podemos hablar un momento antes del viaje... - dejando el tazón sobre la mesa al tiempo que se levantaba

- Claro. Señorita, esperenos aqui, enseguida volvemos.- dijo el mago y se aparto con el muchacho, saliendo de la cabaña.

- Bien, dime. ¿De que querias hablarme?

- Será un momento... perdónanos - sonriendo a Laurielle mientras salía con Morgul Rast

Miro hacia ambos lados para cerciorarme de que nadie está cerca antes de hablar al maestro:

- Maestro... anoche... bueno... anoche escuché parte de la conversación... - hago una pequeña pausa nervioso

- ... soy demasiado joven para saber... parezco impresionado... - hago otra pequeña pausa para ordenar mi cabeza

- Quizá deberíamos ser claros... - afirmo por fin

¿Esta mal que lea tu mente pero bien que me espies?.- dijo arqueando la ceja. Despues suspiro negando con la cabeza.-Tu abuelo era un gran mago que dejo la magia de lado para casarse con alguien que no contaba con el don. Abandono tanto su oficio que comenzo a envejecer como cualquier hombre y al final murio como cualquier mortal. Su hija no heredo su poder... aveces se salta una generacion o dos...Lord bragost descubrio tu linaje hace tiempo. Tiberio, eres descendiente de uno de los tres grandes magos que derroto al mal en el pasado.

Te miro esperando tu reaccion ante esto.

- ... En primer lugar debo decir que yo no espiaba a nadie... tan solo caí dormido tras comer la fruta, de una manera bastante sospechosa... entre sueños creí escuchar eso. - breve pausa - Esta mañana he pensado que sería mejor tratar el asunto con mi maestro en quien confío - comienzo el alegato algo indignado para en la pausa tranquilizarme un poco y acabar con total sinceridad

- En segundo lugar... creo haber colaborado y confío totalmente en ti maestro pero tengo derecho a saber... ¿quién era mi abuelo? ¿y mi abuela? ¿mi madre no sabe nada? ¡¿y los otros dos magos?! ¡¿por qué mi linaje iba a ser preocupante o quitarme la infancia?! ¡¿qué maldita torre?! - vomitando las palabras algo nervioso, sorprendido, triste, feliz... en definitiva hecho un lío me siento sobre mis rodillas en el suelo

- Lo... lo siento - agrego despacio

- Lo se... se que no me espiaste queriendo.. solo me molesto que me hubieras oido porque no queria... se trago sus palabras y comenzo a darte respuestas.

- Tu abuelo fue uno de los tres grandes magos, vivio mas de 300 años antes de renunciar a la magia por amor. Tu abuela no supo quien era el, se mantenia con una apariencia muy joven apesar de su edad... En ese era ser un mago era brujeria, herejia y eso solo significaba muerte. Tu madre nunca supo nada, fue un secreto que tu difunto abuelo se guardo... Los otros magos solo supimos que desaparecio, pensamos que habia muerto durante mucho tiempo y muchos aun lo creen asi... aunque no somos muchos. De esos tres grandes magos solo queda uno con vida ahora...El guardian de la torre.... Ella piensa que deberia llevarte ante el para que aprendieras lo necesario pero es duro, vivirias exclusivamente para la magia, no volverias a ver a tu madre ni a ningun otro ser que no fuera tu maestro.

Sonrió tranquila a Tiberio como restándole importancia, tenía un rastro de leche sobre el labio superior. Se quedó sentada entre los cojines a la espera mientras salían del cuarto dando sorbitos a su taza.

No bien hubieron salido por la puerta, Luarielle dejó su taza ahora vacía sobre la mesa. Miró de soslayo su mochila, ya estaba echa... en realidad nunca la deshizo al llegar, así que no tenía nada mejor que hacer. Movida por la curiosidad, se acercó a la ventana a hurtadillas relamiéndose el bigote de leche con la lengua con la esperanza de ver hacia donde se iban o si se habían alejado de la cabaña, o de su puerta. De ser el primer caso no le quedaría otra que salir detrás de ellos, si se trataba del último... tal vez con escuchar desde el interior de la puerta sería suficiente. En cualquier caso, todo pasaba por la puerta. Se acercó a ella silenciosamente.

El niño Miro hacia ambos lados para cerciorarme de que nadie está cerca antes de hablar al maestro:

- Maestro... anoche... bueno... anoche escuché parte de la conversación... -
- ... soy demasiado joven para saber... parezco impresionado... - dijo recordando lo oido la noche anterior, con una  pequeña pausa para ordenar su cabeza

Morgul Rast-

¿Esta mal que lea tu mente pero bien que me espies?.- dijo arqueando la ceja. Despues suspiro negando con la cabeza.-Tu abuelo era un gran mago que dejo la magia de lado para casarse con alguien que no contaba con el don. Abandono tanto su oficio que comenzo a envejecer como cualquier hombre y al final murio como cualquier mortal. Su hija no heredo su poder... aveces se salta una generacion o dos...Lord bragost descubrio tu linaje hace tiempo. Tiberio, eres descendiente de uno de los tres grandes magos que derroto al mal en el pasado.

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Tiberio

- ... En primer lugar debo decir que yo no espiaba a nadie... tan solo caí dormido tras comer la fruta, de una manera bastante sospechosa... entre sueños creí escuchar eso. - breve pausa - Esta mañana he pensado que sería mejor tratar el asunto con mi maestro en quien confío - comienzo el alegato algo indignado para en la pausa tranquilizarme un poco y acabar con total sinceridad

- En segundo lugar... creo haber colaborado y confío totalmente en ti maestro pero tengo derecho a saber... ¿quién era mi abuelo? ¿y mi abuela? ¿mi madre no sabe nada? ¡¿y los otros dos magos?! ¡¿por qué mi linaje iba a ser preocupante o quitarme la infancia?! ¡¿qué maldita torre?! - vomitando las palabras algo nervioso, sorprendido, triste, feliz... en definitiva hecho un lío me siento sobre mis rodillas en el suelo

- Lo... lo siento - agrego despacio

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Morgul Ras

- Lo se... se que no me espiaste queriendo.. solo me molesto que me hubieras oido porque no queria... se trago sus palabras y comenzo a darte respuestas.

- Tu abuelo fue uno de los tres grandes magos, vivio mas de 300 años antes de renunciar a la magia por amor. Tu abuela no supo quien era el, se mantenia con una apariencia muy joven apesar de su edad... En ese era ser un mago era brujeria, herejia y eso solo significaba muerte. Tu madre nunca supo nada, fue un secreto que tu difunto abuelo se guardo... Los otros magos solo supimos que desaparecio, pensamos que habia muerto durante mucho tiempo y muchos aun lo creen asi... aunque no somos muchos. De esos tres grandes magos solo queda uno con vida ahora...El guardian de la torre.... Ella piensa que deberia llevarte ante el para que aprendieras lo necesario pero es duro, vivirias exclusivamente para la magia, no volverias a ver a tu madre ni a ningun otro ser que no fuera tu maestro.