Partida Rol por web

Red no acababa de entender que la forjada siguiera resistiéndose al numeroso grupo que enfrentaba. La confusión era general. Demasiados cuerpos en un espacio muy pequeño. A pesar que había recibido varias arengas para rendirse la forjada no parecía tener intención de ello.

Red no se atrevía a lanzar nada al barullo, por si fallaba y acertaba en quien no correspondía, así que dejó espacio y se preparó por si la forjada decidía huir en su dirección. 

Una vez mas la forjada intenta escaparse, sin duda para no enfrentarse a las autoridades, es ahí cuando delata su culpabilidad. Doy un paso al frente y empiezo a combinar movimientos de un baile hasta que tras una acrobacia le doy una patada en el casco, seguido de un codazo

Ferreguld golpea en la cabeza a la forjada con su espada y la deja inconsciente. Por fin tenéis un momento de paz sin que nadie os esté atacando. 

Escucháis pasos acelerados que van en vuestra dirección, seguramente se trate de la guardia que va en camino

El explorador guardo el arma y se acercó rápidamente al cadáver que estaba tirado en medio del puente para poder observar detenidamente que había sucedido, antes de que llegase la guardia y comenzaran a realizar preguntas.

Mientras usaba sus habilidades como explorador aprovechó para hablar con el resto de combatientes del inesperado combate.

-Parece que en breve la guardia comenzará a hacernos preguntas, ¿alguno sabe que ha sucedido aquí?. Demasiadas cosas raras en muy poco tiempo, un cadáver, una forjada loca... .reflexionó en voz alta.

Aghelas guardó su maza y su escudo para poder arrodillarse junto al forjado. Quería ver si estaba estable ya que no quería que sufriese heridas graves -La guarida está al caer y hará preguntas, seguramente alguna será embarazosa y quizás estemos en problemas- Levantó la mirada hacia sus nuevos “compañeros” hasta que finalmente se puso de pie mientras limpiaba sus manos en su ropa y se atusaba lan tupida barba -Yo no se porque han sucedido estos actos, ni las repercusiones que tendrán sobre nosotros- El Enano asió el símbolo de su fe esperando la llegada de la guardia.

La batalla había sido una rápida sucesión de golpes en contra de la gran atacante, la forjada  había dado buena lucha pero los combatientes que había tenido al frente eran excepcionales tal vez contra uno o dos habría tenido oportunidad pero el número siempre fue su desventaja.

El mago se acercó al cuerpo  inerte al mismo tiempo que el enano de la barba blanca, miro su cabeza y toco partes del cuerpo intentando averiguar mas sobre el ataque , seria algo fortuito o este era el mismo atacante del cuerpo que habían encontrado primero?.

Mientras cavilaba sus compañeros de lucha se debatían entre huir del lugar o permanecer y esperar a dar la información a la guardia, el ruido de botas contra el piso indicaba un buen número de personas acercándose, Dalabrac se apuró y poso su manos sobre el cuerpo de la forjada para un  rápido análisis, sus manos que aún tenían destellos naranjas dieron paso a un aura leve plateada mientras lo hacía.

Es la primera vez que ves este tipo de criatura, no sabes nada acerca de ellas. Después de buscar indicios de magia no encuentras nada

No ves nada fuera de lo normal, a excepción de un maletín que tenía el muerto y está a unos pocos metros de él

A pesar del esfuerzo y el gasto mágico al mago no se le ocurrio ninguna idea sobre el origen de la criatura, tras un par de segundos sus manos dejaron de brillar y las retiro rendido.

No encuentro rastro mágico ni poseo conocimiento sobre esta criatura – dijo a los demás mientras se levantaba y sacudía el mugre que se la había pegado en las rodillas.

Podríamos esperara  la guardia para ver si saben algo sobre ese o este –señalo uno y luego el otro cuerpo.   

La forjada por fin estaba fuera de combate. Red no quiso acercarse al cadáver. Pasos apresurados se oían acercarse, debía ser la guardia. Se apartó a un lado y esperó la llegada de la patrulla. Conocía bien el proceder, ya había visto antes peleas en la ciudad y no quería meterse en más problemas. Enfundó espada y daga y se apoyó en una pared.

-¿Habéis visto el maletín que portaba el muerto? -indica Mithas al resto, mientras camina hacia él. Creo que lo mejor que podemos hacer es mirarlo antes de que la guardia llegue y ya no podamos investigar por nuestra cuenta que es lo que ha sucedido.

Llegó al maletín, y lo observó cuidadosamente para a continuación proceder a su apertura. Su caracter no era especialmente ser curioso, pero cuando habían intentado matarlo, quería saber si dentro del objeto se encontraba algún motivo.

Mithas coge el diario, es de apenas 6''x3'' y 1'' de grosor, posee una cubierta de oscuro cuero negro con hilos de mithril cosidos para formar un esquema extraño. No lleva ningún título, sólo el símbolo tejido en mithril en su portada. Dentro, todas las páginas están en blanco, pero las hojas tienen un tacto extraño; no parecen ser de papel ni cuero, sino algo que no identificáis a bote pronto.

Dos varones y una mujer, luciendo la armadura de cuero tachonado verdinegra de la Guardia de la ciudad de Sharn, emergen de la noche empapada por la lluvia. El líder, un enano calvo de complexión recia y barba rala, se adelanta mientras alza su ballesta hacia vuestra posición. Una pequeña bola de luz arcana, flotando justo por encima y detrás de su hombro izquierdo, ilumina la escena. A cada uno de sus lados, un humano y una humana se alzan con sus alabardas preparadas.

-¡Por la sangrienta nariz de Olladra!- maldice el enano- ¡Soltad vuestras armas y explicaos en nombre de la Guardia!

- Sargento - digo al reconocer su rango por su vestidura - Yo he venido cuando he visto que habia una pelea y he detenido a la forjada, para poder arreglar esto pacíficamente, sin embargo esta forjada me ha llamado amante de la carne, lo cual no entiendo bien, cuando he llegado ese hombre ya estaba muerto, pero estaba atacando a otros que estaban aqui, asi que he venido a ayudarles - mientras que hablo, me pongo recto y le saludo como los monjes, pongo mi puño cubierto por mi mano y hago una leve reverencia.

Red levantó las manos vacías mirando al enano. Señaló a la forjada y dijo:

- Esa es la que ha montado el follón. Los demás solo pasábamos por aquí y la detuvimos hasta que llegasteis.

Como conocía la manera de trabajar de la guardia. Red soltó el cinto y dejó caer la daga y la espada a sus pies.

-¿Y cómo sé que no habéis matado a este pobre hombre y después intentado matar a esta forjada?- pregunta el Sargento Dolom, sopla en un silbato que suponéis que es para atraer a más guardias de la ciudad- Nos acompañaréis hasta el puesto de la guardia hasta que esto se aclare

Mithas miró al resto de sus compañeros, apenas habían tenido tiempo para investigar o tratar de descubrir quien había matado al cadáver que estaba tirado en medio del puente. Discretamente se guardó el diario entre sus ropajes para que pudieran examinarlo con más calma cuando las cosas se tranquilizaran.

-Nosotros no tenemos nada que ver con el muerto, y tal y como ha dicho mi compañero solamente intentamos detener a una forjada trastornada. Por mi parte no tengo problema en ir al puesto de guardia a responder las preguntas oportunas y tratar de aclarar lo sucedido. -dijo el explorador.

Ferreguld miró al sargento con mirada tranquila, mientras enfundaba sus armas.

"Capit..digo Sargento.." - replica Ferreguld un poco raro por el trato militar.

"Como ve, vimos un asesinato, de esa persona que se encuentra allá..." -apunta hacia el cádaver mas a su derecha.

"..y esta criatura salió de la nada intentando golpear a este otro individuo  a quien lastimó mucho..." apunta a Mithas.

"En vista de su violencia y sed de sangre, hemos intentando detenerle sin lastimarlo, y finalmente pude noquearlo para que recobrara sus cabales... mientras llegaban ustedes. Nunca fue mi intención lastimarle de gravedad" - dice con tranquilidad.

Claro sargento .... Ire sin problema a testificar toda la verdad ....

Finalmente llegaron los guardias, y no les podía culpar de que sospecharan de nosotros, así que relajé mis puños, y me acerqué al sargento.

De acuero, Sargento, no tengo problema en ir con usted, pero recomendaría poner unos grilletes a la forjada; puede ver las consecuencias de no hacerlo dije, señalando el cadáver y a la persona herida

A pesar de vuestros argumentos, el sargento Dolom os lleva a la casa del guardia, allí encierra a la forjada en una celda y a vosotros en otra distinta, durante una hora estáis encerrados bajo llave, cuando el sargento Dolom regresa os abre

-Debéis tener amigos importantes- os dice mientras os dirige hacia la puerta y os deja marchar

No os habéis alejado cuando un hombre con una capucha os intercepta

-La señorita Elaydren d'Vown os pide que os reunais con ella, teniendo en cuenta que es la que os ha sacado yo no la haría esperar- el hombre comienza a alejarse, pero cuando aún está lo suficientemente cerca para que lo escuchéis dice:- Os espera en el Yunque Roto