Partida Rol por web

Sellion intentaba contener la emoción a medida que bajaban por el maravilloso elevador. La pintoresca ciudad de las torres era mucho más impresionante de lo que había imaginado alguna vez, y ahora la exploraría hasta sus más profundas entrañas.

Una vez bajaron del elevador, el entorno ante ellos se tornó en algo bastante diferente a lo que era la ciudad de arriba. Sin duda el infame lugar, que tan emocionado tenía al semielfo, debía estar cerca. Sellion se aseguró nuevamente de que sus ropajes lucieran de la forma adecuada para el lugar, y de cubrir la mayor parte de su rostro con su capucha mientras caminaba junto al grupo.

El semielfo tomó nota de las palabras de Threkor. Intentó estar tranquilo con sus compañeros, pero no dejaba de hacer anotaciones mentales sobre los llamativos locales. Seguramente eran lo peor que podría haber en la ciudad de las torres, lo que los convertía en lo mejor el joven escritor se podía haber encontrado. Algún día muchas de estas vistas serían reflejadas por su pluma.

Empezamos a caminar adentrándonos entre la gente. Me giro hacia el grupo y susurro Buscamos un viejo trasgo tuerto y cojo. Estas alerta

Aun con las indicaciones que nos había dado Threkor, no era capaz de distinguir a un trasgo de otro....todos me parecían iguales y empezaba a tener la sensación de antes de acabar tendría que vérmelas con algunos de ellos.

- Pero si todos se parecen.

Adquirir ropas de segunda mano en un estado intolerablemente usado resulta una experiencia casi traumática para mí, pero el descenso a las profundidades de Sharn alcanza inimaginables cotas de sordidez y desgrado. Si no fuera porque la inquebrantable Neliandra vela por mí, como siempre, hace tiempo que hubiera desistido de esta empresa y huido en busca de unos baños termales.

Lo único peor que la apariencia grotesca de las gentes que habitan en el subsuelo de la ciudad es su olor. Aquí lo que no está deteriorado, está en ruinas, pero indefectiblemente todo es sucio y pestilente.

Me calo la capucha sobre el rostro en un vano intento de mantener a raya el olor y avanzo en medio de mis compañeros levemente encogida, no tanto por pasar desapercibida como para tratar de conservar el desayuno en el estómago. Está claro que hoy todos los dioses del panteón conspiran para provocarme la náusea.

Con Threkor guiándonos de manera tan eficiente, Neli caminando a mi lado y el corpulento Raith cubriéndonos las espaldas, no digo que me sienta segura en este lugar de pesadilla, pero al menos sí siento que no estoy completamente desamparada. Los tres parece que saben lo que se hacen y eso es un alivio para mí, porque en este entorno soy una completa foránea y tengo la sensación de estar totalmente fuera de mi zona de confort. Así pues, dejo que sea el ingenioso pícaro quien lleve la voz cantante en todo este asunto y sigo sus indicaciones para tratar de localizar a su contacto, que por su descripción debe ser el más contrahecho y desagradable de los trasgoides.

Veis todo tipo de seres pequeños y de orejas grandes.¿Cómo espera Threkor que encontremos un trasgo en concreto entre toda esta gente? Realmente es como buscar una aguja en un pajar. Es entonces cuando Alhandra y Sellion ven algo extraño. 

En un nivel superior, entre la multitud, ven alguien que les sigue y les observa atentamente. Lleva una capucha que no le cubre completamente la cara.La forma de su cuerpo es como la de un humano pero los rasgos de su cara están animalizados. Unos colmillos demasiado grandes y un exceso de vello dejan claro que debe tratarse de un cambiante. De repente alguien cruza por en medio de vuestra linea de visión ocultandolo y, un segundo después, ya no vuelven a verlo. Es como si se hubiese fundido entre la multitud...  

Alhandra intenta ocultar su bello rostro y su figura femenina lo máximo posible para mantenerse fuera de la atención de todas las criaturas que malviven en este mercado. De vez en cuando alguna de ellas parece fijarse en ella como advirtiendo que hay ,bajo esas ropas, más de lo que esas ropas quieren ocultar. Los no humanoides la miran pensando cuánto oro podrían sacar de aquello que lleve encima o de aquella información que pueda tener. Los humanos , sobretodo los más malvados y sórdidos, tienen en su mirada el reflejo de la lujuria. Pero tanto unos como otros deben  ser conscientes de que si trata de una mujer bella y con dinero tendrá los suficientes redaños como para moverse por allí abajo y, sin duda, sabrá cuidarse ella sola. El grupo que la acompaña termina de disuadir hasta al más necesitado del mercado de las ratas.

Tal vez por ello Alhandra sea la más consciente de cuanto sucede a su alrededor. Y es entonces cuando lo ve...Un pequeño trasgo les observa ,con un solo ojo, y asomado desde una esquina. Y por lo torpe de sus movimiento parece que ande un poco cojo...

No hay nada aquí abajo, en las entrañas de la bella Sharn, que no me resulte desagradable y atemorizador. Si no fuera por que la presencia de mis amigos bien armados me inspira valor, sin duda trataría de avanzar con los ojos cerrados. En cambio ahora los mantengo bien abiertos, alerta de cualquier indicio que pueda resultar amenazador.

No es casualidad que cuanto veo me parezca una amenaza. Los infraseres que moran aquí abajo me observan con malignidad y algunos de ellos hasta tienen la desfachatez de seguirnos. No dudo en informar a mis compañeros de esta eventualidad para que ellos también estén atentos a cualquier posible emboscada.

Es entonces cuando reparo en la repugnante figura de un pequeño trasgo tuerto y patizambo que nos observa medio agazapado detrás de una esquina.

―No miréis todos a la vez o lo asustaréis ―prevengo a mis compañeros―. Threkor, mira allí, a tu derecha, detrás de ese puesto de... lo que sea. ¿Lo ves? ¿Es ese el trasgo que estamos buscando?

Por mas que miraba no conseguía encontrar al trasgo que Threkor nos había señalado como nuestro objetivo. El lugar era deprimente, suponía que sería un buen escondite en el caso de que te buscara la ley o quisieras hacer negocios poco legales, eso podría poner a nuestro grupo en peligro. Mas de una vez me encontraba echando miradas por encima del hombro para comprobar que no tuviéramos sombras.

- Mal sitio para quedarse solo.

Alhandra es quien cree reconocer a nuestro pequeño amigo, con su advertencia paso de mirar y sigo con la vigilancia a los alrededores. 

Bien Alhandra - susurro - Ya lo veo.

El trasgo se había percatado de nuestra presencia y nuestro interés en él, y parecía que no le gustara demasiado esa atención. Se había quedado mirando a Alhandra, que era la que lo había localizado y parecía con intención de huir.

Mejor que vaya yo solo. Si nos acercamos todos juntos es posible que huya. Estad alerta.

Me acerco al trasgo con paso lento mostrándole que no intento hacerle daño. Sha'rg, ¿me recuerdas? Soy Threkor el chico elfo que iba siempre con Jeram. Necesito de tu ayuda.

Al acercarse al trasgo Threkor ve que se encuentra en un estado lamentable. Tiene magulladuras por la cara, cabeza, brazos y piernas. Parece como si se hubieran entretenido dándole patadas durante un buen rato. Al darse cuenta que Threkor se dirige hacia él, el temblor de su única pierna buena se hace evidente.

-Ay, no...Ay,no...-gime entre sollozos y con voz temblorosa. Mira hacia atrás como calculando sus opciones de huir. Pero tras él hay un pasillo demasiado oscuro como para ser una buena opción para un trasgo viejo, medio ciego y cojo del todo.

Sha'rg, ¿me recuerdas? Soy Threkor el chico elfo que iba siempre con Jeram. Necesito de tu ayuda.

 - Noayudatí...noayudatí...- El trasgo habla con voz trémula y atropellada-. Nohablacontigo...¡Vete!-susurra tan alto que se asusta él mismo al ver que algunas personas que pasaban cerca se giran.

Sha'rg al darse cuenta que ha alzado demasiado la voz  se esconde dentro del callejón entre unas bolsas de basura.  Aunque queda enterrado entre la escoria se le escucha sorberse la nariz y sollozar.

Yohabloélgolpea...golpeypregunta...golpeypregunta...sobretí...golpeaypreguntasobretí...Jaremgolpeapregunta...sobretí...

¿Jarem , aquí? - le pregunto con intereés, mientras miro tras él y rápidamente a mi alrededor - Estoy aquí para encargarme de él. Él me traiciónó hace años y tengo cuentas pendientes. - me muestro amable - Dime donde encontrarlo. yo te protejo, no dejaré que te pegue más

Mientras hablo intento adoptar una postura relajada e inofensiva, necesito que Sha'rg confíe en mí. El conoce el subsuelo como nadie. si hay alguien que sepa como llegar a la sala de válvulas E-213 ése es Sha'rg.

Él se dirije a la sala de válvulas E-213, sabes donde está, ¿verdad? Dímelo - señalo a mis compañeros - Dímelo y nosotros daremos con él y yo me vengaré y también te vengaré a ti. No volverá a darte palizas nunca más. Ayúdame Sha'rg, dime dónde está la sala y dónde está él.
 

El semielfo trataba de ser imparcial al juzgar la situación. Parecía que aquel Jarem había hecho de las suyas con el viejo trasgo que todo indicaba ya se encontraba bastante mal incluso antes de la paliza, pero por otro lado es seguro que aquel trasgo no era un angelito ni mucho menos tampoco. -Maldito..- Musitó. El patético estado del trasgo le logró conmover un poco al final, dejando así escapar el repudio que sentía ante el despreciable abuso que había sufrido. Sellion solo esperaba que su compañero pudiera convencer al viejo de ofrecerles la información que tanto necesitaban para poder continuar, y de encontrarse con el tal Jarem tal vez podría darle una de su parte.

-Él se dirije a la sala de válvulas E-213, sabes donde está, ¿verdad? Dímelo...-intenta explicarse Threkor pero el trasgo se echa las manos a las orejas mientras chilla para no oír al pícaro.

-¡Nananananana!-grita repetitivamente en un  intento de no escuchar lo que sea que Threkor haya venido a decirle-. ...noscuchadonada...noscuchadonada...sisaberlasválvulasE213...peronoquerer...sihablar...golpeypregunta...golpeypregunta...

Parece que si es cierto que el tal Jarem ha "visitado" al trasgo ha hecho un buen "trabajo" con él.

Vamos Sha'rg, nosotros no somos como Jeram, no te vamos a golpear para sacarte información. - le digo suavemente - Solo queremos ayudarte. Ayúdanos tú a nosotros.

Me giro hacia el grupo y susurro - Neliandra, Alhandra, ayudadme. Quizás la presencia de clérigos y que no sean hombres lo ablande un poco y le ayude a confiar en nosotros.

Al feo trasgo le habían dado la del pulpo, no parecía que nuestras acciones fueran suficientes como para hacerle entender que nuestra intención no era hacerle daño. Igual le podríamos convencer con plata o alguna otra cosa...como vengarnos del que le daño anterior mente.

Threkor solo había solicitado la ayuda de Alhandra y Neliandra, siendo así me mantengo a lo mio. Puede que fueran pobres almas en este estercolero pero incluso una daga oxidada puede matarte.