Partida Rol por web

Demasiada información para tan poco tiempo. Conforme me va diciendo las cosas voy abriendo más la boca en un gesto entre la estupidez, la sorpresa y la alegría. Al final asiento ruborizado y con las orejas ardiendo. Sin saber muy bien cómo reaccionar ocupo unos segundos en ponerme de pie y sacudirme el polvo, y después me acerco a la ventana.

Miro el cristal y las marcas desde cerca mientras ella empieza a hablar y se me escapa una sonrisa, negando con la cabeza. La misma Chihiro de siempre.

-Antes de parar la hayajiro voy a intentar averiguar qué ha pasado.- Digo con tono neutro.- Sabes tan bien como yo que detenernos el campo abierto es una idea horrible.- Me giro y la miro intentando tranquilizarla.- Voy a ir a buscar a alguien que sepa qué pasa, tú quédate aquí o...-miro el cristal intentando discernir lo a salvo que está en la enfermería.- te acompaño hasta mi cuarto, o junto a Kagura, o a un sitio donde te encuentres protegida. Lo que prefieras será perfecto para mí, y le pediremos a alguien que arregle la ventana.

Espero a que me diga si prefiere quedarse aquí o que la acompañe a algún otro sitio y avanzo hacia la puerta mientras termino de ponerme la chaqueta. Cuando ya tengo la mano en el picaporte me lo pienso un poco mejor y vuelvo a su lado. Procurando que no se note que estoy temblando le pongo la mano en la mejilla y le doy un beso en el pómulo.

-Cuando averigüe lo que ha pasado y tengamos un momento tranquilo nos sentaremos y hablaremos de lo otro.- Le sonrío mientras quito la mano de su cara.- Te lo prometo.

Luego salgo a buscar a alguien que me pueda decir si ha pasado algo y qué ha pasado concretamente.

Nada más ver al hombre la rabia nubló la mente de la joven, así que se quedó parada intentando aplacarla pues no quería liarla. Bastante habían tenido desde que entraron en Okiyama y por eso había evitado cruzarse con él. Solo le traeria dolor y malos recuerdos, incluso algún moretón.

Gracias a eso pudo escuchar algo de aquella extraña conversación, la cual la había dejado fuera de juego, sin saber muy bien de que hablaban. ¿Quién había pegado a Izume? Y ese olor.....¡¿se acostaba con la loca que iba con él?! Sintió un intenso pellizco en el estómago.

Iba a soltar una de sus irónicas borderias para hacerse notar cuando vió aquellas alas. El corazón se le subió a la garganta - SACHIKO - dijo en voz alta y algo alterada, porque por más que intentó que no se transluciera el miedo, no pudo evitarlo. Se acercó hasta alcanzar a la niña y extender su mano esperando recibir la de la pequeña

- Cielo, Mogami-sama te estaba buscando. ¿Vamos? -  miró a Izume de reojo un segundo antes de rebullir incómoda. Sabía que habia parecido débil delante de él y eso no le gustaba un pelo.

Dios,el olor de aquel cuarto era embriagador.La pólvora y todas las armas allí almacenadas le daban otro nivel a la palabra paraíso lo cual hizo que inmediatamente la mujer se sintiera mejor.Sonrió débilmente al hombrecillo allí encerrado con sus libros y sus armas y asintió mientras cogía aire

-"Estoy bien,Keita-san,no es importante.A ver,yo no soy mucho de libros pero si crees que me pueden enseñar algo sobre armas te juro que me lo leo"-se traga su pena y se acerca bromeando al hombre mientras intenta arrebatarle el libro-"Oye,¿qué te parece si dejamos preparadas varias bombas?Me aburro en este viaje y creo que juntos podríamos crear algunas con mayor impacto explosivo ¿tú qué crees?Y por cierto ¿se podría crear alguna bomba o arma que sólo afectase a los kabane?"-

Las palabras de Arisa suavizan la preocupación de Tomohiro e incluso consiguen que esboce una sonrisa cansada. Agradece la opinión de la vidente con un asentimiento de la cabeza.

Mogami-sama... Tengo una pregunta que hacer pero no sé si resultará irrespetuosa, dada la situación... - la psíquica se muerde el labio y finalmente decide hablar - ¿Nos teme? A Sachiko-chan, Lyashi-san y a mí... Sé que Sachiko-chan es su hija y hace todo lo posible por protegerla y cuidarla, pero ya ha visto de lo que es capaz, como nosotras dos... Tenemos un gran poder y es normal que le asuste, igual que asusta a los demás de la Ryugujou. Lo de Tak... Fukui-san fue un accidente, pero desde entonces siento que todo está distinto. Este es mi hogar ahora y no me gustaría irme, pero si nos considera un peligro y cree que puede mejorar la situación de la Ryugujou, entonces...

Ahora es cuando Tomohiro le devuelve a Arisa el apretón de manos - ¿Sabes, Furuhashi-san? Si quisiera, Shimazu-Tai-Sa podría estrangularme sin esfuerzo. Y si Koizumi-san decidiera levantar su espada contra mí dudo mucho que pudiera defenderme. Pero no les temo por ello. Les respeto porque confío en su honor, su lealtad y su sentido del deber. Contigo y con Untenshu-san pasa lo mismo: podéis hacer cosas que no entiendo, pero las dos me habéis mostrado una inquebrantable lealtad. Sería estúpido si permitiera que mi falta de comprensión me llevara a renunciar esos dones que habéis puesto a mi servicio.

Acaricia suavemente la venda de Arisa en un gesto de cercanía muy extraño en él - Lamento muchísimo que Sachiko-chan te hiciera esto y de verdad espero que puedas perdonármelo. También quiero a esa niña, pero debo admitir que en su caso sí que siento algo de miedo al mirarla. Hay algo roto dentro de ella y eso distorsiona su forma de ver el mundo. Pero tampoco considero justo apartarla para quitarme una molestia de encima. Por eso también te necesito. Quiero a Sachiko-chan, pero tú puedes llegar hasta ella de una forma que yo jamás podré y necesito que la ayudes a descubrir cómo controlar sus poderes en vez de ser controlada por ellos. Sé que no es eso para lo que te contraté inicialmente pero ¿Me ayudarás, Furuhashi-san?...

Taguchi-san - responde Kagura entre sollozos - Ya sabes, ese estúpido ayudante de cocina que estaba extendiendo todos esos rumores maliciosos contra Mogami-sama. Y acabo de ver cómo... - hunde la cabeza en el pecho de Hideo, temblando con más fuerza - ¡Lo ha arrojado de la Ryugujou! En la pasarela de su vagón, Mogami-sama apuntaba a Taguchi-san con su katana hasta que su cuerpo ha chocado con una rama y... Ni siquiera ha hecho el ademán de socorrerlo. Se ha deshecho de él como si fuera basura. Sé que Taguchi-san estaba diciendo cosas terribles y que merecía un castigo, pero eso...

La maquinista no sabe qué más decir. Que Hideo sepa Taguchi no se estaba limitando a esparcir rumores, sino que estaba alentando una rebelión contra Tomohiro. Sin embargo para el kabaneri también resulta chocante que alguien tan pacífico e inteligente haya tomado una decisión tan drástica. Realmente ha cambiado mucho desde los sucesos de Mibu.

De pronto Hideo empieza a encontrarse mareado. Su vista se enturbia y de sus ojos surgen espesas lágrimas que caen sobre la cabeza y las manos de Kagura.

¿Eh? - se sorprende al notar el tacto pegajoso y su olor: Hideo está sangrando por los ojos y la boca - ¿A... Asano-san? ¿Te encuentras bien?

Él quiere responderle pero nota la garganta ardiendo como si le hubieran metido un trozo de carbón al rojo. De su boca surge una tenue voluta de humo

¡HIDEO! - lo llama ella mientras él se derrumba en el suelo - ¡HIDEO! ¿Qué te sucede? ¿Qué hago? ¡Dime algo, por favor!

Desesperada, Kagura echa mano del interfono y llama a la enfermería...

Eso me hará muy feliz - responde Chihiro sonriendo - Voy a revisar mi maletín de emergencias y estaré preparada para cuando me digas dónde tengo que ir.

En ese momento alguien llama con repetidos timbrazos a través del interfono. Chihiro retiene a Takeshi mientras descuelga el aparato...

¡Chihiro-chan! - la voz de Kagura suena al borde del pánico - ¡A Hideo... a Asano-san le pasa... algo! ¡Ven lo más deprisa que puedas, te lo suplico!

Vamos para allá - dice Chihiro manteniendo la calma - Aguantad, que ya llegamos...

Chihiro y Takeshi no tardan en aparecer en la cabina de la Ryugujou. Al ver el estado de Hideo la doctora aparta a Kagura con amabilidad pero con firmeza y le pide a Takeshi que la mantenga apartada. Tras tumbar a Hideo boca arriba le abre la ropa de trabajo, dando un respingo al tocar su piel.

Tiene fiebre - dice Chihiro - Mucha más de la que un humano podría soportar.

No sé qué le pasa - lloriquea Kagura - Estábamos hablando y de repente empezó a sangrar y a marearse y... ¿Qué le pasa? ¿Puedes salvarlo?

No lo sé - responde Chihiro, a lo que añade rápidamente - Todavía ¿A qué huele?

El olor al que se refiere Chihiro es picante y hace cosquillas en el fondo de la nariz, sin ser agradable pero sin llegar a ser molesto. A Takeshi le recuerda el olor de la pólvora.

Asano-san - dice Chihiro mientras abre su maletín - ¿Puedes hablar? ¿Qué es lo que sientes?...

El repentino grito de Yûki rompe la concentración de Sachiko y hace que Izume se ponga en pie de un salto, listo para pelear.

¿Otou-san? - pregunta Sachiko.

Maldición, Yûki - protesta Izume, ignorante de la atroz muerte que ha estado a punto de sufrir - No puedes entrar dando esas voces.

Sachiko baja de la barra y coge la mano de Yûki, dispuesta a acompañarla. Le saca la lengua a Izume para burlarse de él.

Tengo que hablar contigo - dice Izume ignorando a la niña - ¿Cuándo tendrás un momento libre?

No le escuches - dice Sachiko enfadada...

¡Oe! - protesta el armero intentando quitarle a Sakura el libro de las manos - ¡Devuélveme eso! ¿O es que sabes leer germano? - Efectivamente, la escritura del libro resulta completamente indescifrable para Sakura - Además, eso de lanzar bombas pronto pasará de moda ¡Mira esto!

Tras abrir un pequeño torno sobre su mesa Naoki le muestra una pieza alargada que parece el cañón de un rifle de vapor a medio terminar. Sin embargo el interior del cañón es mucho más amplio que el de un rifle y no se ve gatillo por ninguna parte.

¿Qué te parece? - pregunta Naoki muy orgulloso. Luego suspira al ver la cara de extrañeza de Sakura - ¿Tú tampoco lo entiendes? ¡Pero si está muy claro! Esta parte va atornillada a la parte inferior del rifle de vapor, cargas esto por aquí - le muestra un extraño artefacto cilíndrico con un extremo redondeado y el otro plano. Lo introduce en el cañón por un hueco lateral - Luego lo cargas con vapor, aprietas este botón y ¡BUM! Haz pedazos a tus enemigos desde una distancia segura. Se lo presenté a Mogami-sama y a Shimazu-Tai-sa hace tiempo pero me dijeron que las explosiones no son prácticas para luchar con los kabane - se encoge de hombros - Ellos son los jefes, pero creo que tú sí tienes la visión suficiente para apreciar esto. Venga, piénsatelo bien, borra ese gesto de paleta de tu cara y dime ahora ¿Qué te parece?...

Isae asintió ante la afirmación tan categórica de su compañera y amiga Suzume. Se sentía mal porque ella era una buena persona y no le gustaba que sucedieran cosas malas a los demás, pero no debía sentirse culpable por ello, ya que la culpa no era suya. - Tienes razón, perdona, Suzume, no quería preocuparte. - le susurró, dándole un suave beso en los labios.

La muchacha enrojeció y Lyashi sonrió suavemente. En otro momento, en otro lugar, quizá podrían ser más felices aún. - Bueno...¿por qué no aquí? - pensó Lyashi, ante lo que Isae enrojeció. Takeshi-san se cruzó en su mente. Aquel chico tenía algo...era diferente a los demás que había conocido. - Bueno, realmente todos aquí son diferentes a lo que yo solía conocer. - se dijo mentalmente.

Un sonido metálico y un olor nauseabundo, que conocen bien, las saca de aquel momento de intimidad.

Al girarse, ven una escena tan bella como dramática.

Al salir del bello bosque que estaban atravesando una extraña e hipnotizante niebla de color azul les estaba rodeando. La imagen hubiera sido de las más bellas que Isae hubiera visto en su vida si no fuera por los gemidos de fondo de los Kabane intentando llegar a la Hayajiro, y la presencia de los suficientes cuerpos de aquellos malditos rodeados de un extraño fuego azul con un humo que salía de sus cuerpos y se confundía con la niebla como para conseguir lo que no había conseguido el puente levadizo...sacarlos de las vías.

- ¡OH NO! - dijo, entrando de golpe en la cabina de mando - ¡FRENO DE EMERGENCIA KAGURA! ¡FRENA! ¡FRENAAAAA! - gritó

La estrecho entre mis brazos de manera instintiva cuando Kagura se acerca a mí. Lo que estaba escuchando era sorprendente pero no exactamente por lo que decía la mecánica. Ese pinche de cocina era un idiota enorme con ansias de poder y sinceramente con cualquier otro noble hacía tiempo que habría sido decapitado o al menos expulsado de la Ryugujou. Lo que era sorprendente en sí era precisamente la frialdad y acciones llevadas a cabo por Tomohiro-dono.

- Estoy seguro de que todo paso muy rápido como para que Tomohiro-dono pudiese reaccionar a tiempo. Es inteligente pero no precisamente un atleta.- intento calmarla sin terminar de creerme mis propias palabras.- Lo conoces desde antes que yo y sab...- no puedo continuar ante una terrible mareo a la vez que noto algo cayendo por mi cara. Ni siquiera se lo que era hasta que veo como mancha a Kagura, al instante intento separarlo horrorizado. Mi sangre era contagiosa y la estaba alcanzando. Lamentablemente notaba mi cuerpo débil y pesado justo cuando caigo al suelo a su lado y la veo correr al interfono.

Mi cuerpo me ardía y notaba como apenas podía moverme. Estaba completamente impotente y lo único que podía hacer era escuchar los sollozos de Kagura hasta que llega Ueno-san acompañada de Takeshi. Me cuesta pero consigo seguir la conversación y con esfuerzo me señalo en el pecho justo donde el doctor me había tocado, entre todo ese dolor una cierta idea no muy agradable se estaba formando y necesitaba confirmación.

- Me... arde... todo. Mareos...¿Algo...en...pecho?- consigo susurrar guturalmente mientras humo sale por mi boca a pesar del dolor.

Sin apenas esfuerzo cojo a Kagura con amabilidad pero firmemente. Ahora mismo lo que menos necesita Hideo es que ella esté preocupada y pegada a él. Tanto él como Chihiro necesitan espacio.

Cuando ella comenta lo del olor raro sin disimulo olisqueo a mi alrededor, intentando captar algo. Aceite de motor, probablemente de Asano, metal recalentado, olores propios de la cabina mezclados con el leve perfume de la pelirroja a la que estoy sujetando. Y otra cosa. Vuelvo a oler intentando coger todo el aire que puedo e identificar lo que es.

-¿Por qué huele como a...?.- Murmuro entre dientes. En cuanto oigo a Hideo me giro hacia Chihiro, moviendo a Kagura por si acaso pasa algo malo. Tampoco quiero que se traumatice o algo, por ahora vamos sobrados de eso.- Oe Chihiro, me huele como a pólvora, no es el mismo olor pero me lo recuerda mucho...-Miro a Hideo un segundo y entrecierro los ojos. En un impulso observo los alrededores, temiéndome lo peor. En un rapto de locura me recuerdo el golpetazo que hemos oído en la ventana, la sangre y todo eso.- No te habrán pegado un tiro...¿verdad?.- Pregunto en voz lo suficientemente neutra como para que a Kagura no le dé un ataque. Yo mismo creo que es una locura, pero el olor a pólvora y lo que acaba de decir mi amigo provocan que empiece a sudar en frío. Sin querer aprieto el hombro de Kagura, procurando darle ánimos e intentando a la vez ver si Chihiro necesita que la ayude.

¡Espera, Lyashi-san! - Intenta detenerla Suzume - ¿No es suficiente con aminorar la marcha? ¡No podemos pararnos aquí!...

Cuando Isae entra en la cabina se encuentra a Kagura en brazos de Takeshi mientras Chihiro examina a Hideo que está en el suelo sangrando por todos sus orificios intentando hablar a duras penas...

Se está muriendo - comenta Korusu divertida - Lo mismo que está matando a esos engendros ahí fuera lo está matando también a él, sólo que mucho más lenta y dolorosamente. No creo que esa zorrita cuatro-ojos vaya a poder hacer nada ¡Qué divertido!...

Mientras Chihiro trabaja con Hideo se escuchan varios golpes contra la locomotora. Liberándose del abrazo de Takeshi, Kagura echa una mirada hacia fuera. Sea lo que sea lo que ve la deja pálida de miedo y paralizada mientras Lyashi se dirige hacia los controles...

En cuanto Kagura se va a cualquier sitio donde no interrumpa a Chihiro me dejo caer al lado del mecánico y miro a la médico, esperando intrucciones y observando el cuerpo de mi amigo para sabe qué puñetas le está pasando

Los síntomas de Hideo señalan claramente un envenenamiento, lo más probable que relacionado con ese extraño olor que flota en el ambiente. Takeshi podría pasarse horas teorizando cómo y por qué sólo afecta al kabaneri, cuya condición es sin duda la clave para su estado. Pero ahora lo prioritario es separar a Hideo del veneno...