Partida Rol por web

_¡Onésimo, vamos, que nos hemos quedado dormidos!

Beltrán sacudió a su amigo ni bien pudo entender dónde estaba y qué era lo que había pasado. Se sentía a la miseria, había dormido bastante mal.

_Debemos irnos de aquí, seguir camino a Teulada, y jamás volver a hablar de esto. ¡Prométemelo, Onésimo! Al menos estamos a salvo, nadie nos buscaría aquí, pero ni por mi vida me querría quedar más tiempo. No me arrepiento de haber ayudado a esa cría, pero no quiero saber más nada de esto. No sé qué era finalmente, ni quiero saberlo tampoco. Vamos, toma tus cosas y salgamos de aquí.

Ehh que dices? Como que nos hemos dormido!!! Es imposible, nos han hechizado!!! Válgame el cielo!!! he de ir a una Ermita a rezar. No quiero estar en pecado si la parca viene a por mi...

Obviamente que ni una palabra a nadie.

Después de un fundido en negro, nuestros jóvenes aventureros se despertaron de un mal sueño, pero algo no estaba según lo previsto. Era una tarde apacible, casi veraniega... pero unos instantes antes era de noche. Sus ropas estaban tal y como habían empezado el día anterior, sin rastro de quemaduras ni raspones. Incluso se hallaban repuestos y habían desaparecido los dolores de la noche anterior, pero mirando en el zurrón pudieron comprobar que la comida que habían dejado en la fuente volvía a estar de adónde la sacaron.

No había ni rastro de la fuente, ni de la niña ni del camino. Cuando hubieron mirado a un lado y al otro, hubieran podido jurar que se encontraban en aquel recodo del camino que unas cuantas horas antes habían andado oyendo risas y músicas de fiesta. Ahora el ambiente era quedo y tranquilo como un valle deshabitado.

Como quiera que tanto Onésimo y Beltrán habían advertido que algún demonio, bruja o hechizo había mediado en lo sucedido la noche anterior, así que como alma que lleva el diablo, recogieron sus pertrechos y reemprendieron el camino lo más aprisa que sus pies les permitieron