Partida Rol por web

Un goblin, ¡y además enorme! Maldición, si tuviera mi espada conmigo... pensé, pero no la tenía. De hecho sólo llevaba unas botas, y por lo demás iba totalmente desnuda. Conforme Lautrec y yo avanzábamos por el castillo, o lo que fuera aquella extraña cueva a la que habíamos descendido, se me olvidaba mi apariencia actual. Pero desde luego no estábamos en condiciones de enfrentarnos a un enemigo de esas características sin arriesgarnos demasiado, por mucho que aquel goblin pareciese bastante mayor.

-Hagamos lo que dice. - susurré a Lautrec, y obedecí al goblin y me senté frente a él.

Habían salido del agua y aquello era un milagro, gracias a dios...Scarlet no podía siquiera pensar en que hubiera pasado si aquella cosa viscosa la hubiera atrapado, solo de imaginarlo se sentía asqueada. Ahora tenia otro problema y mas grave, si en algún momento habían tenido comida ahora ya no la tenían, de hecho tiro el trozo de pan mojada e inútil al agua para que se lo comieran los peces, pero eso no era todo. Sus manos volvieron a colocarse en torso y cintura tapándose, por el frio sus pezones estaban de lo mas duros mientras las gotas de agua caían por todo su cuerpo como si quisiera señalar toda su feminidad. Ademas sus braguitas no estaban preparadas para el baño, ahora mismo se podía ver perfectamente sus nalgas prietas junto con las telas y si apartara la mano los labios de su sexo. Era un momento muy incomodo para Scarlet la cual no quería provocar para nada. -No...no le insultes… Dijo Scarlet rápidamente como si quisiera cerrarle la boca, no era que quisiera de hecho por ella podría saltar a matarlo pero si se marchaba se quedarían a oscuras y no sabia ni donde estaban. Un paso en falso y caerían de nuevo en una trampa tan boca como el de la anguila. -Si..quieres salir de aquí tendrá que ser con sus normas...los goblins son así...juega a su juego pero nunca te fíes de ellos...muerden. Dijo medio tiritando antes de asentir. -Nosotros hemos venido a ver al viejo Nash, un goblin tan sabio como tu debe tener compañía de vez en cuando...nos encantaría jugar contigo a acertijos pero...estamos empapados. Puede ser que tan sabio goblin pueda tener fuego en alguna parte? Un lugar cálido donde sentarnos a jugar con el?

Tras ver como Corianna posaba su cabeza en la pared, y como se relajaba del cansancio o de algo similar, ofrecí acercar su cabeza en mi pecho, para que apoyase en blando y en caliente.

Sentía como de fría esta su piel, me había equivocado, estaba congelada, podría ser que se estaba debilitando, e intente con mi sangre de mediano, envidiable por su alta temperatura, por lo menos para que empezase a calentar. Acto seguido, empece a acercarla mas hacia mi, con el mismo propósito, dejando que su cuerpo se apoye en mis piernas, mis hombros y mi pecho, para que tuviese mas contacto conmigo.

Le bese al frente, acaricie su oreja, y su pelo, para volver a la espalda y acercarla contra mi. Sus senos clavaban en mi abdomen, su respiración bajaba por mi cuerpo, acerque mis labios a su oído, como deseo siempre hacer.

-Sabes… me sentiría vació sin ti, no me importa tus impulsos, te ayudare y te protegeré, me acuerdo de lo que me susurraste allá arriba, que… Me deseabas… Yo ahora siento lo mismo( el pecho del mediano, igual que su respiración empezaron a acelerarse), no es por carnal, es por como eres tu. Me encanta tu forma de ser… quiero protegerte, cuidarte, hacerte feliz… hacerte sentir única. Se que podre hacerlo, y me horrorizo por haber desconfiado de ti-

Aparto un poco la cabeza de donde la tenia, y fue directo a la parte donde apunto con la punta de la daga anteriormente, ofreciéndole un beso lento, con toda la boca, abarcando medio cuello, y retirándose muy despacio, deslizando poquito a poco por la piel los labios, se acerco otra vez a la oreja susurrando…

-La deseo…¡Con locura!-

Sonrío al ver su gesto de súplica y llevo mi boca hasta su clítoris, que ya puedo ver hinchado y grande. Definitivamente está muy excitada, y eso me encanta. Lo introduzco levemente en mi boca y empiezo a succionar y lamerlo como si le estuviera dando un beso con lengua mientras mis manos arañan sus muslos.

Puedo sentir sus fluidos empapandome los labios y deslizándose por mi barbilla, lo que me hace chupar con más fuerza. Quiero hacer que siga retorciéndose de placer. No hay imagen más hermosa que una elfa cachonda y disfrutando del sexo. Al cabo de unos minutos libero su clítoris y empiezo a darle pequeños golpecitos con la uña del dedo índice, mirándola a los ojos. -No sabía que los elfos pudierais excitaros tanto...Estás empapada, ¿y sabes qué? Me gusta mucho el sabor de tu coño...¿Quieres que te lo coma? Obviamente ya conocía la respuesta a esa pregunta, pero quería jugar con ella. Ver hasta dónde llegaba verdaderamente su excitación.

El calor del mediano me reconfortaba, era agradable, por no quería ir más allá, pero el rencor era uno de mis defectos, aún no había perdonado, u olvidado, que me negara de esa forma. Así que lo empujé cuidadosamente a un lado, mostrando el máximo respeto y, apoyando mis manos en el suelo, elevé la cadera y me desplacé en sentido opuesto.

-Elanor, lo lamento, pero ahora soy yo la que desconfía de voz. Acepto gustosa vuestra compañía, pero por favor, no intentéis más acercamientos como éste-

-Comprendo tu postura, pero deberías resguardarte del frio, no iba hacerte nada mas, ademas, el beso es para que acelerase tu sangre y aumentases la temperatura de tu cuerpo-

Apenado, sentía como mis esfuerzos en querer sentir a Corianna, fallan, una, y otra vez… una, y otra vez…

-¿Ya descubriste como salir de aquí?, si lo hiciste, no procedas a abrir la puerta, primero… tu salud, si no, te aseguro que no saldrás de aquí ni de broma-

Me acerque nuevamente, esta vez de pie, y puse el laúd entre sus piernas y su pecho -Continua siendo madera, cuando la calientes, no bajara la temperatura y la conservarás-

Acto seguido, me quite mis arrapos, el anterior pantalón, ya rasgado. Lo sacudí al aire, con cuidado para no apagar las velas, me acerque a la elfa, la separe su espalda de la pared, y coloque como una manta el pantalón, para evitar la fría piedra. Parte le cubría la espalda, y otra parte, os hombros.

Al agacharme para cubrirla, no podía evitar acariciar su hombro, y empece a bajar por su brazo, hasta que recordé lo que me dijo antes, y retire rápidamente la mano, como si me hubiese quemado el contacto con su piel. Me aleje de ella, dejándola descansar.

-Utilizas el nombre de este nuevo ser, pero aun recuerdas al anterior, deberías dejar pasar como el agua de un rio... ya no existe aquel juglar, acuérdate...-

Mientras me desplazada hacia el centro, se podría apreciar oscilando mi miembro entre las piernas, casi confundibles entre ellas por su enorme tamaño, en todos las dimensiones. Su movimiento mientras caminaba, hipnótico para cualquier ser, con algunas marcas extrañas y algo húmedo, también acompaña en su cuerpo otro tipo de marcas y cicatrices, nada profundas ni grandes, mas bien casi todas en su espalda, curvas que bajaba desde sus hombros al centro de la espalda, todas siguiendo el mismo patrón, paralelas entre si y simétricas trazando una linea utilizando su columna... por todo lo demás, su cuerpo era sencillo y normal, nada mas que destacar.

Me gire hacia la puerta, quedando de perfil frente de la elfa, las luces y las sombras recalcaban el contorno de mi cuerpo. Estirando un poco la espalda echándome hacia atrás, sin intención alguna, dejando que la luz no dejase sombra de mi, bañándome de luz cada milímetro de mi cuerpo.

-¡Ummmm...!¿Estoy un poco entumecido, empiezas a sentirte mas cálida? No fue inteligente pedirme que me apartara de ti, puedo aguantar cosas, que los elfos no podrían... Creo-

Su boca se sentía tremendamente bien sobre mi sexo. Rodeó con sus cálidos labios mi clítoris y eso me hizo gemir con fuerza, arqueándome en el suelo para él.

- ¡AAAAHHHH!

No sabía dónde había aprendido aquel muchacho a hacer aquello, pero en aquel momento estaba segura de que quería que se quedara a vivir con la cabeza entre mis piernas.

Levanté la cabeza cuando se detuvo y lo miré casi preguntándole con la mirada por qué se había detenido.

- Puede que lleve mucho tiempo sin sexo o puede que sea que no sé si volveré a tener a otro hombre entre las piernas o si moriré en la siguiente sala... - Sí, no sabía por qué estaba tan excitada, pero vamos, era algo que no podía ocultar.

Se me escapó una sonrisa cuando empezó a provocarme.

- ¡Oh sí! Quiero que me lo comas... tienes una boca increíble...

Mis manos fueron a mis pechos y yo misma comencé a acariciarlos, a tirar de mis pezones.

Asentí lentamente y me moví frente al goblin, sentandome con las piernas cruzadas. Estaba claramente tenso: Fiarse de una de esas criaturas no era precisamente una de las cosas más sensatas, pero no teníamos otra opción. Quizá era nuestra única carta para salir de ella.

- Estamos preparados, Nash. ¿Cual es el primer acertijo?

Los acertijos estaban lejos de ser mi especialidad, pero con algo de suerte podríamos ganar al goblin en su juego... Aunque... ¿Haría trampas?

Me relamo ante ella mientras sigo dándole golpecitos a su clítoris y finalmente vuelvo a bajar hasta quedar con mi cara entre sus piernas. Saco la lengua y uso toda su longitud para lamer sus labios menores, primero muy despacio pero haciéndolo cada vez más rápido.

Mis manos no se están quietas, pues empiezan a arañar y azotar sus muslos, llenándolos de marcas rojizas. Mientras tanto penetro a la elfa con mi lengua y sigo moviéndola a un ritmo frenético a la par que mis dientes rozan y estimulan su clítoris.

A pesar de que se hizo un poco de rogar, no tardó en posar su boca entre mis piernas y comenzó a lamerme y morderme de una forma en la que tan sólo pude dejarlo hacer y gemir. Definitivamente, aquel muchacho humano tenía una boca que podría volver loca a cualquiera. Era estupendo.

- ¡Ummmm! ¡Jooooderr!

Levanté mis caderas, buscando aún más contacto, como si pusiera tener la boca más pegada a mi cuerpo...

En cuanto sentí que el calor se hacía más intenso comencé a necesitar más que eso, quizás no necesitar porque estaba segura de que así podría llegar al orgasmo, sino que más bien quería más que eso.

- Will... - Lo llamé aunque no pensaba obligarlo a separarse de mi sexo si no quería. - ¡Fóllame! Me muero de ganas por sentirte dentro...

Hace frio en el interior de un castillo, mas si tienes en cuenta que os encontrais desnudos y es de noche. Tambien que son corredores de un subsuelo, por lo tanto mas humedad.

Peligroso para la salud...un resfriado mal curado en la edad media...supongo que si sería peligroso a la larga.

- El viejo Nash siempre ha vivido aqui..oh si, mi hogar...mi casa..y mis amigas. Dijo señalando con su manos alrededor donde cerca se movían esos inquietantes seres reptilianos.

- Ahora tomad asiento y juguemos. Encenderé una fogata si acertais el primer acertijo. Pero tomaros en serio el juego, no os gustará perder jijijiji. Se atusó la barba y espero que estuvierais sentados. Entonces carraspeó ligeramente antes de empezar.

- Un pastor tiene que pasar un lobo, una cabra y una lechuga a la otra orilla de un río, dispone de una barca en la que solo caben el y una de las otras tres cosas. Si el lobo se queda solo con la cabra se la come, si la cabra se queda sola con la lechuga se la come, ¿cómo debe hacerlo?.

El goblin os miró con los ojos bien abiertos, buscando vuestra reacción, deseoso de veros errar en vuestra respuesta.

- Venga deprisa, no tenemos todo dia, decid, decid...

-Elanor, agradezco tu preocupación por mi bienestar, pero de momento puedo aguantar un poco más, ya me calenté de forma considerable en las dos estancias previas a la biblioteca, mi cuerpo generó bastante calor, no estoy tan fría como dices, pues apenas han pasado minutos. Intentemos salir de aquí. Mencionaste seres en este castillo, no podemos gastar energías entre nosotros con semejante peligro en los alrededores, ya nos calentaremos luchando contra ellos.-

Terminé apoyando mi mano en su mejilla contraria y dándole un beso en su mejilla más cercana a mi.

Me levanté y observé el lugar con detenimiento, caminando de un lado a otro, mirando los detalles...

Con la madera de la caja rota hago un montón, lo más estable posible, para intentar alcanzar los espejos. En caso de poder alcanzarlos subiéndome a la madera, giro los espejos de modo que la luz reflejaba ilumine los leones de hierro. Antes me dirijo a Elanor:

-Elanor, si no alcanzo los espejos, por favor sube a mis hombros y gira los espejos de los candiles para que la luz ilumine los leones-

Suspiré de nueo cuando me dejé caer en el suelo, luego miré tanto al goblin como a mi compañera Scarlet; la pobre, estaba completamente helada y su cuerpo cada vez se esforzaba más por verlo. Resoplé de nuevo cuando recordé que ella no esperaba ningún calor de hombre y volví mi atención al goblin para su juego.

Escuché el acertijo y lo analicé, me ayudé con el dedo índice de hacer algunos trazos para maquinar cómo resolver el acertijo. Al cabo de unos minutos le miré a la altura de los ojos para contestar a su desafío.

-Lo explicaré con una secuencia para que sea más fácil de explicar, si acierto. Prenderás la hoguera para que entremos en calor. -Hice una ligera pausa con una voz pesada y marqué incisivamente mis ojos en los de aquel repugnante ser-

- En primer lugar cogeré la cabra y la dejaré en el otro lado del río.

- Después regresaría sin nada y cogería al lobo.

- Una vez tenga al lobo me lo llevo al otro lado del río y lo cambio por la cabra, eso significa que cuando regreso me llevo la cabra conmigo.

- Una vez haya regresado cambio la cabra por la lechuga y hago lo mismo, dejando la cabra allí y llevándome la lechuga para dejarla junto al lobo que está al otro extremo.

-Finalmente regreso sin nada y recojo la cabra, así habré dejado todo al otro lado del río y nada habrá devorado a nada.

Tras argumentarme sostuve su mirada en él, yo también estaba helado de frío pero mis ojos no mostraron ni un solo reflejo de flaqueza.

Éste es sencillo, pensé sonriendo para mí cuando escuché el enigma del goblin. Lo había oído antes. Cuando era niña solía jugar con otras como yo, y había una ancianita que siempre nos contaba cuentos y nos planteaba adivinanzas. Tal vez eso era jugar con ventaja, pero el goblin no podía saberlo. De hecho hice como si me lo pensase durante unos segundos antes de responder.

-En primer lugar, el pastor sube a la cabra a la barca y pasa a la otra orilla. Deja a la cabra allí y luego vuelve y sube al lobo a la barca. Va a la otra orilla, deja al lobo y sube a la cabra a la barca y la lleva de vuelta a la primera orilla. Después agarra la lechuga y la lleva a la otra orilla, donde la deja con el lobo. Finalmente regresa él solo a la primera orilla, sube a la cabra a la barca y va a la otra orilla... ¿es así? - pregunté, haciendo como que dudaba de mis propias palabras.

-Umm... podría hacerlo... pero no respondo a mis actos-

El mediano cojió impulso para alcanzar los hombos de la Elfa, pero en el intento, le da en la nuca con el miembro con marcas de mordedura, que en ese momento, que la elfa pudo apreciar con gran detalle.

-Ups! lo advertí.-

Empezó a ajustar los espejos para reflejar los negros Leones, cada vez que debía cambiar de posición, bajaba rápido y volvía a subir, volviendo golpear la nuca de la elfa, aunque doloroso, al mediano le empezada a dar un gusto raro, que provoco que al final, este pedazo, empezase a ponerse rígido, pero no mucho, solo notable a lo cual, el mediano con vergüenza, se dio la vuelta, provocando curiosidad a la elfa, porque el, recodaba la escena de su segunda prueba, y empezaba este a excitarse y a ponerse rojo y sudoroso.