Partida Rol por web

-¡Mierda, mierda, mierda! - dije notando cómo dos de las serpientes se enroscaban alrededor de mi cuerpo, dificultándome el nado. Me había dado un tirón en la pierna y me habían dado alcance, y ahora las dos serpientes, o lo que fueran, estaban jugando con mi cuerpo como querían. Una de ellas succionaba mi pezón mientras que la otra empezó a penetrarme con su propio cuerpo. Grité, pero fue un grito mezclado con un gemido. Malditas serpientes, saben lo que hacen, pensé. Si por su culpa no estuviera a punto de hundirme en el agua, hasta me gustaría lo que me estaban haciendo.

Seguí nadando con dificultad para alcanzar mi destino mientras intentaba sacudirme las serpientes de mi cuerpo de alguna forma, dándoles un manotazo o sacudiéndome yo misma repentinamente, a ver si se soltaban.

-Esta habitación… Empezó a balbucear Scarlet mientras pasaba por ella, mirando todos los rincones para intentar averiguar donde estaba. Su idea de la sangre había sido factible, sabia casi perfectamente que era lo que esperaban de ella pero usaría su astucia para que no jugaran con su cuerpo, deberían esforzarse mucho mas ademas de que ella no se dejaría amedrentar tan fácilmente, seguro que todo eso solo era una especie de broma o una invasión que salio mal. -No la reconozco...de hecho nunca he estado en las habitaciones anteriores, por lo general mi trabajo es custodiar el muro o como mucho las salas de baile nada mas. Esto no entra dentro de mis competencias, pero no bajes la guardia, yo no lo haré.

Su cuchillo describió un corte ascendente antes de colocarlo en posición de combate mientras iba caminando a la espera de otra pista o tal vez otra trampa como la anterior.

Busco por las inmediaciones de la sala, debe de haber una continuación o algún tipo de tránsito. Quizá una puerta o bien una ventana. Estoy alerta, pero tenía la sensación de que no había un peligro cercano.

- Yo tampoco la reconozco, Scarlet. Parece el lugar de algún estudiante de herbología o botánica... Venga, busquemos la salida.

Los labios de Cristal se han quedado enrojecidos, como si fuera carmín lo que los recubre. Pero no lo es, una mezcla de sangre de haber succionado de una herida abierta.

Escupe lo que le queda en la boca y se limpia la comisura de la boca con el dorso de la mano hasta que algo le toca el hombro. 

- ¿Te mordieron también en...ahí?. Pobre.- Si, se sonroja, hace ya un tiempo que no ve a un hombre desnudo y aunque el no es un hombre tiene un cuero trabajado y un miembro muy viril.

- Esa inflamación es cosa del veneno. Vas a tener que dejarme que lo succione, como con tu pierna, Pero no pienses que esto va con segundas.- Ha cogido el pene, la punta, con una mano para doblarlo y ver donde tiene la mordida. Su rostro esta muy rojo cuando se decide y acerca sus labios. Lo atrapa por el medio, la parte mas inflamada y aumenta su presión succionando. Al hacerlo su mirada va hacia arriba, buscando los ojos del orco.

¿Era esta alguna otra adivinanza? ¿Un puzzle? Este castillo tenía más secretos de los que yo pensaba, aparentemente. En la sala circular sólo había una salida: Esa puerta enorme con tres leones. Sobre mi cabeza, tres candiles proyectando luz en la habitación...

No parece que la puerta vaya a ceder, y no puedo alcanzar los candiles, excepto... Intento acercarme a la caja y moverla. ¿Quizá, con algo de suerte, podría usarla para alcanzar los candiles?

Mis botas pisaron algo, no se el qué, pero eso crujió  cuando me acercaba a la pareja que se daban cariño en el suelo. 

Tiene un cuerpo muy bello, su amante es realmente afortunado. Tengo que dejar de mirar porque se me esta despertando el soldadito y así, desnudo como voy va a ser evidente la erección. 

- No quiero interrumpir nada, no pretendo molestar, solo cruzar el pasillo. Repito de nuevo, no tengo ganas de que por celos su novio, amante o lo que sea me de una tunda de palos o me pase a cuchillo.

Espera, ¿esa mujer dijo socorro?. ¿Será algún tipo de juego sexual?. Me detengo, doy mediavuelta arrastrando las botas y me rasco el cogote.

- ¿Que pasa aqui?. Oye tu, será mejor que la dejes en paz. Comienzo a sospechar que estos dos no son pareja, tomo la honda y miro de apuntar, pero me distrae la desnudez de la mujer y eso, definitivamente no ayuda a frenar el empalmamiento.

La caja se mueve mas liviana de lo esperado y la puede arrastrar por el suelo hasta llegar bajo uno de los candiles.

Se sube a ella y parece resistir su peso sin problemas. Ahora llega a la fuente de luz y descubre que puede girarla, orientando el haz en la dirección que quiera.

El orco tenía un gesto de asustado-apenado-sufirndo... Sin duda en lo poco 1ue llevaba de libre habia vivido mas cosas que en casi toda su vida. Ahora los cálidos y tienrls labios de Cristal se acercaban a su miembro y al sentir su aliento sobre él su miembro fermina de ponerse erecto pretendiendo ponerse recto y si Cristal no lo sostiene bien abofetearla. uh... Ah... Gracias... Murmura justl cuando ella pone uss labios sobre él, el orco tira la cabeza para atrás de lo bien que se siente y al bajar la cabeza se cruza con la mirada de ella, se veía tan sexy mirándole mientras tenía la boca ocupada, que se le ponía mas dura... Se-señorita...

Anaisse consiguió llegar al otro extremo de la sala inundada, a la parte donde ya casi no cubría. Salió de las aguas y se dejó caer en el firme seco aun con esas serpientes enrolladas en su cuerpo.

Lo primero que hizo fue agarrar con ambas manos la que tenía entre las piernas. Tiro con fuerza y obligó a que saliera del interior de su vagina expulsando un buen número de fluidos viscosos. La levanto en el aire y la lanzo lejos, a las aguas.

La que jugaba en sus pechos siguió el mismo destino, aunque ambas llegaron a morderla. Una mordida por bicho en zonas delicadas. Una en la aureola del pezón derecho y la otra en la parte baja de su nalga izquierda. En esa zona se veían la marca de los dos colmillos y la zona se había hinchado.

El lugar parece un área de estudio. Un acceso anexo antes no visto revela lo que parece una biblioteca circular. En esa misma entrada hay un carrito de metal con ruedas y sobre este unos libros.

Paseando por la estancia estanterias con polvorientos libros, mucho mas sucios de los de el carro. Lo curioso son las Seis estatuas repartidas de forma simétrica entre los pasillos. Todas tienen en común que en un lugar de su estructura da la sensación que les falte algo.

Son:

- Un diorama de un lago en el que hay un islote en su centro

-  Un tocador con espejo y enseres de doncella, como lo son un cepillo.

- Una barca antigua de aspecto indígena.

- Una lámpara de hierro desgastado medio enterrada en una duna de desierto.

- Un pequeño dragón 

- Un estanque en el que hay una hoja de junco flotando.

No, no hay forma alguna de desmontar el cristal sin dañar este. Así que no ve otra que tener que romperlo. Mira de no hacer demasiado ruido, y mucho menos daño. Podría cortarse.

Lo tira al suelo y la dura forma de su interior se libera resbalando por el firme. Lo toma con cuidado, parece cálida al tacto y suave a pesar de ser de un mineral oscuro. La lleva hasta la pared donde intentará introducirlo en el agujero.

Parece que va a entrar pero el objeto se atasca de comienzos. Entra muy forzado, va muy justo y de esa forma no va a avanzar, lo ve claro. Se le ocurre varias cosas: Tal vez probando con el otro, el gemelo, que esta en la otra vitrina. O si dispusiera de alguna forma para engrasar el objeto y que fuera así resbaladizo, lubricado.

- Ahhh, haberte explicado bien hijo!. Rie sobretodo al ver como el juglar no puede resitir las caricias de su mascota y llega al orgasmo. El reptiliano ser engulle, traga la corrida y crece en tamaño, pero no suelto al pene del enano, al contrario, continua con su dura succión.

- Te daré una nueva oportunidad. ¿Preparado?. Ahí va el siguiente acertijo.

 ¿Qué animal tiene en su nombre las cinco vocales?

MURCIELAGOHOHOHOOOOOO, MURCIELAGO, DIOS... MURCIELAGOOOOHOHOOHOHOHO, POR DIOS.... PARAAHHAHAHAHHAHHH.

nunca sentí cosa igual, como si mi alma se fuera por mi miembro, lo que me extraña es como no se había atragantado por tal tamaño. pero si que sabia como hacerlo, el gnomo no debió pasarlo mal. Que profesional. mmmm.

Tras dar un par de vueltas adquiero mayor compresión de esta biblioteca, mi percepción se había cincelado y en ella había reparado en las estatuas que acompañaban la estancia. 

Todas tenían algo extraño, las seis. Faltaba un inserto, como si se tratase de una ranura. No cabía duda, era otro acertijo, otro puzzle que resolver. Era una biblioteca y según me fijé en los huecos, seguramente debían de tratarse de libros o algo por el estilo.

Reflexioné sobre las estatuas y su significado, eran muy representativas. Aunque nunca he sido muy ducho a la lectura; sí, sabía leer y eso era algo que no podían decir muchos. Pero nunca había leído demasiado sobre esta clase de cuentos o historias, mis lecturas eran más bien escuetas.

No obstante, saldría de ahí y no podía probar libro tras libro pues sería una tarea hercúlea como la de encontrar una aguja en un pajar. Así que estudié las estatuas y dedujo que de ellas, debía de deducir las pistas. Quizá tenga que ver con los libros del carro.

Tras un estudio minucioso y coloco los libros de la siguiente forma.

-Un diorama de un lago en el que hay un islote en su centro-> La pequeña sirenita.

-  Un tocador con espejo y enseres de doncella, como lo son un cepillo. -> Rapunzel.

- Una barca antigua de aspecto indígena. ->  La historia de Pocahontas.

- Una lámpara de hierro desgastado medio enterrada en una duna de desierto. -> Aladdin

- Un pequeño dragón -> Mulan

- Un estanque en el que hay una hoja de junco flotando. -> La princesa y la rana.

- Espero que así resulte...- Mascullo a media voz al colocar la última pieza del puzzle. De vez en cuando miro a Scarlet. -Prepara la daga, quizá nos salga alguna sorpresa...

La caja me ayuda a alcanzar los candiles. Está claro que esto no es casualidad, y si no es casualidad...

... Tres candiles, tres leones en la puerta. Lentamente y con cuidado, redirecciono cada fuente de luz de modo que ilumine, cada una, un león.

-¡Au, au, au! - dice procurando no alzar demasiado la voz. Aquellas malditas serpientes se habían vengado de mí por apartarlas de mi cuerpo, dejando un par de mordiscos en mi pezón y en mi trasero. La zona mordida se estaba hinchando, así que chasquee la lengua mientras me las frotaba con las manos. Al menos espero que no sean venenosas ni nada, pensé para mis adentros. Pero tenía que seguir adelante, así que procuré no hacer ruido mientras avanzaba. Lamentablemente los mordiscos de las serpientes me dolían un poco al caminar y no pude ser todo lo silenciosa que debería...

El atacante había ganado la posición a la elfa en la refriega del suelo, y ya su pierna buscaba separar las de la mujer, empujando con su rodilla hacia arriba para que separase los muslos y así colarse entre sus piernas, algo que consiguió. 

El tipo llevaba los pantalones puestos por lo que Nimthiriel tan solo notó la hinchazón de su abultada entrepierna rozando su zona íntima. Tan solo unos segundos pues el borracho tuvo que detener su afán por violarla ante la llegada del joven.

- Imbécil me estas jodiendo la fiesta. Ti voy a partirte los dientes.Balbuceó al ponerse en pie y se lanzó sobre William.

No fue un gran movimiento, pero el joven parecía demasiado distraído admirando la desnudez de la elfa que apenas pudo cargar su arma a distancia. Recibió un torpe golpe en la cara y resbaló al suelo a la vez que su atacante caía con torpeza a un lado de el quedando boca arriba.

Nimthiriel aprovechó y se puso en pie recuperando su bastón y a merced le sacudió a placer al asqueroso que había intentado mancillaría. Le golpeó en los huevos primero y cuando el tipo gritó y le llamó puta le rompió los dientes de otro bastonazo.

Agradecería eternamente que aquel joven hubiera distraído a aquel hombre lo suficiente como para poder ponerme en pie. No me sabía bien que lo hubiera golpeado, pero cuando escuché el sonido de sus dientes al romperse del bastonazo que le di, bueno, fue como si todo hubiera vuelto al fin a su lugar.

Antes de moverme eché un vistazo a mi alrededor, como si esperara que hubiera alguien más, pero al no hallarlo al fin suspiré.

- Malditos cabrones de mierda...

Me acerqué al muchacho que me había socorrido, pues había caído al suelo y pasé la mano por su rostro suavemente.

- ¿Te encuentras bien? Muchas gracias por ayudarme, no hubiera tardado mucho más en metérseme entre las piernas.

Estaba preocupada por el muchacho y bueno, con la emoción del momento de estamparle el bastón en la cara al borracho, no me había dado cuenta de que mi vestido no había vuelto a su posición normal, al menos, no la parte del pecho e iba enseñando la mayor parte de mis atributos.

Decido sentarme en una esquina de la pared, abriendo las piernas, con el objeto en mi mano. Lo pongo bajo la barbilla y dejo caer toda la saliva de que disponía y la extiendo bien con mi mano libre. Lo acerco a mi entrepierna, roza mi parte superior, está realmente fría pero la sensación me gusta. Voy estimulando mi zona con suaves movimientos circulares... pronto desaparece el frío del objeto... y no mucho después mi cueva comienza a emanar el fruto de mi excitación, no fue necesaria la inversión de una gran cantidad de tiempo pues aún gozaba de la excitación que produjo mi interacción con la estatua. Mis piernas se abrieron de par en par mientras por mi boca se comenzaran a suceder gemidos... la lubricación era más que suficiente... pero el recuerdo de la interacción con la estatua me impedía detenerme...

Tras unos minutos, pude tener la fortaleza suficiente para detenerme. Me levanté con el objeto en mano, goteando mi esencia, y lo introduje