Partida Rol por web

Tras despertar en unos camarotes que dan la impresión de pertenecer a un hospital o prisión, con sábanas blancas cubriéndoles, bajo ellas encuentran que sus ropas corrientes han sido cambiadas por un overol naranja, un número ha sido tatuado en su pecho y encuentran difícil recordar cuándo fueron transportados desde el sitio de reclusión o locación en la que estaban hasta aquí, no reconocen tampoco el sitio, aunque vagamente recuerdan haber oído a algún funcionario haber mencionado el tema.

Hay luz pero no es de fuente natural, no hay ventanas, ni mesa de noche, ni inodoro.

En el momento de despertar una pantalla empotrada contra la pared empieza a rodar un video instructivo, lo hace al menos cuatro veces, una por cada una de las cuatro personas en el cuarto.

Mientras mostraban algo de confusión por lo peculiar del escenario, un sonido apertura electrónica vino del exterior, la puerta se abrió y por ella entró un guardia con un rifle y cara de pocos amigos.

-D-41, hora de trabajar, levántese y siga mi camino.

El hombre debía ser uno de los supervisores de los que hablaba el vídeo, su lenguaje era tosco y directo, y se había dirigido a la muchacha no por su nombre personal sino por el que tenía grabado en sus ropas naranjas y tatuado.

No parecía que fuese a ser muy paciente tampoco sobre darle tiempo a entender la situación.

La muchacha de cabellos caoba tras despertarse se regodeó por unos instantes en la cama, las sábanas estaban limpias y eran de un blanco nuclear que invitaban a retozar sobre ellas. ¿Dónde estaba?... En cualquier lugar, seguramente encerrada y, aunque su mente siempre lúcida tenía interrogantes, se exigió no torturarse más por el pasado, simplemente estaba allí y debía ponerse en activo, aunque eso fuera mirar a través de unas rejas.

A D-41 le sorprendió su nuevo atuendo, ¿cuándo se había cambiado de ropa? y tras notar un leve escozor debajo de ésta inspeccionó su pecho, descubriendo un tatuaje, una marca que mucho distaba del que ella misma se hizo en la muñeca derecha, un wireless que especificaba lo mucho que le gustaban las tecnologías.

- ¿Pero ¿qué demonios es esto?... - se preguntó observando un D-41 muy bien grabadito sobre su piel -... joder..., ¿qué significa este número?... - estaba descolocada cuando en aquel cuartucho sin ventilación una pantalla reclamó su atención y mostró un vídeo que se repitió en bucle por cuatro veces

La muchacha llamada Kira en algún momento pasado de su vida quedó estupefacta, y no era para menos, las normas eran sencillas, no abrir puertas, no hacer preguntas, hacer caso al supervisor y sufrir para ganar algo... Ella digería las nuevas informaciones escuchó el inconfundible sonido de una apertura electrónica, la puerta se estaba abriendo y fue entonces cuando observó a un guardia con rifle y el rostro malhumorado.

Por un instante pensó en preguntarle, pero esa norma era la número dos, y si el tipo lucía mosqueado era porque seguramente en aquel primer contacto quería imponerse a ella. La muchacha era inteligente, mejor sería si cumplía de manera educada lo que le pidiesen, ganar la confianza de los guardianes, y quizás así obtener algún tipo de privilegio con el tiempo, si es que éstos existían.

- De inmediato... - dijo la joven poniéndose en pie, mostrando una obediencia extrema, no quería que el guardia se enojara lo más mínimo, así que tampoco le preguntó, aunque se moría por hacerlo, si el tipo relajaba su expresión quizás lo hiciera, así que le observó mientras caminaba, siguiéndole por los caminos que le llevasen, observando los espacios por donde se movían, memorizaría todo, ya fuera una puerta, un extintor o un recodo. No iba a precipitarse pero no estaba dispuesta a estar recluida el resto de su vida. Tiempo al tiempo para obtener la ansiada libertad.

Tras la señal, el guardia empieza a liderar la marcha de D-41 por un largo complejo que parece ser gubernamental, o de alguna organización bastante importante, la joven puede ver que todavía hay bastantes más esperando junto a otras celdas o montando guardia en otras habitaciones.

Los vidrios polarizados y por completo de espejo no facilitaban el ver el interior, de lo que pasaba en estos cuartos ¿Era un laboratorio secreto? El video no había aclarado nada de ese estilo y por ello la joven todo lo que podía hacer era seguir al hombre armado, hasta que finalmente llegaron a una habitación, un cuarto de interrogación donde un hombre con un dossier y una tablet se dedicaba a tomar datos mientras le indicaba a la joven que tomara asiento.

El hombre, con una bata de investigador y cara de científico, inició un diálogo bastante despersonalizado, como el que se espera de un psiquiatra o un médico general.

-Buenos días, bienvenida al Proceso de Entrevista de la Fundación SCP, mi nombre es Doctor Lowell, el día de hoy estaremos haciendo un trabajo con diferentes SCP que se encuentran localizados aquí en el Sitio 14, labores de interacción en general.

No se preocupe, tenemos todos los datos recibidos de las bases de datos gubernamentales así que esta entrevista se dedicará a temas específicos que no se encontraban documentados en las previas indagaciones.

Por favor responda a éste cuestionario D-041:

1. ¿Puede resumir en una corta frase qué es la primer memoria que tiene en toda su vida?

2. Haga una descripción corta de el último evento que recuerde en su historia reciente.

3. Tiene que dirigirse a un compañero de trabajo para solicitarle que haga una reparación, haga dos enunciados, el primero debe sonar como si le diera una órden, y el segundo debe sonar como una sugerencia.

Inicie por favor. 

La joven caminaba tras el guardia, intentando cotillear por el rabillo del ojo lo que pudiera haber al otro lado de las tupidas vidrieras que se encontraban a ambos lados del pasillo. Aquello era una guerra perdida de antemano, no había forma de conocer cuántas personas más habían ni la situación en la que se encontraban sin usar en exceso la imaginación, o laboratorio secreto o sanatorio mental, cualquier cosa era viable.

D-41 llegó a una sala donde destacaba el brillo metalizado y el gris como color principal. Era un sitio aséptico, frío, parecido a la cárcel donde había pasado unos pocos meses... ¿Cómo había caído tan bajo?... Si tenía hasta estudios universitarios..., ¿no eran los delincuentes personas sin formación y de estatus sociales marginales?... Malditos fueran sus clichés mentales, su realidad distaba mucho de lo que de ella se estimaba cuando alcanzó el mercado laboral.

Kira miró al tipo de la bata blanca que le indicaba, con cara de bulldog francés, que se sentara, ella obedeció poniendo sus reales posaderas sobre la fría silla y esperó a que le indicasen algo, mientras la joven miraba con anhelo la tablet que el tipo portaba... ¡Lo que podría hacer con aquella maravilla tecnológica!... Con una de esas y tiempo podía reventar parte del sistema de seguridad, una lástima que careciese de los dos factores condicionantes de su "cómoda" estancia en aquel edificio sin alma.

- Buenos días doctor Lowell... - saludo la muchacha con una educación intachable, escuchando la primera parte de información que el científico, médico o lo que fuera aquel tipo, dijese -...¿Qué son los SCP?..., vi el vídeo que estaba en mi... ¿celda?..., pero no mencionaba aquel término en ningún momento... ¿qué es la fundación?.... ¿Por qué....?.... - recordó la norma número 2 y se calló de golpe -... usted no es mi supervisor..., ¿puedo preguntarle?...¿o no debo hacerlo?... - mostraba confusión pero al menos la muchacha parecía querer colaborar, seguir la normativa que le especificaban, y es que si lo hacía bien, quizás pudiera ganar algún tipo de privilegio, era bueno tener enemigos hasta en el infierno.

El hombre de la bata blanca iba a realizarle una entrevista, algo que la joven no se esperaba, pero asintió de buen grado, y es que responder a unas pocas preguntas no debería ser algo realmente malo o condicionante, aunque para qué negarlo, por dentro estaba muerta de miedo, nadie se molestaba tanto en mover una prisionera si no era con un fin muy concreto.

- La luz que entraba por la habitación de mi dormitorio cuando era pequeña... - dijo la joven ante la primera pregunta, teniendo muy clara la respuesta. Ella tendría unos dos o tres años, pues su cama aún tenía barrotes de seguridad para evitar  caídas, y recordaba como un haz de luz cruzaba por la ventana y chocaba contra su edredón. Le gustaba ver las partículas de polvo en suspensión y de fondo la pared rosa chicle de su habitación. La luz de la mañana era algo que siempre le había gustado, le transmitía seguridad.

La segunda pregunta también la tenía muy clara, ¿cómo no tenerla si había sucedido hacía tan solo unas horas?... O eso pensaba ella.

- El último evento es cuando los guardias de la prisión vinieron a la celda para sacarme de esa cárcel, para traerme a esta, me dijeron que me levantara y les siguiera, vamos lo mismo que ha sucedido hace unos minutos en mi "nuevo hogar"... Abrieron las rejas, pasé por la puerta, varios arcos de seguridad, me encadenaron de manos y pies y me subí en un vehículo blindado... No había ventanas, no podía ver el exterior, supongo que me dormí... Al despertar estaba... aquí... - finaliza su relato con tranquilidad, mirando al hombre a los ojos, intentando comprobar si conectaba con ella, si había algún atisbo de amabilidad por su parte.

La última petición parecía absurda, por un lado debería mandar y por otra sugerir, ella se encogió de hombros y pensó qué podía decir a un compañero del cual necesitara ayuda.

- Si tuviera que dar una orden diría: "Eh tú, mueve el culo y repara ese ordenador....".... - ella se rió como si hubiera dicho un chiste -... No, no, es broma, jamás podría ser tan desagradable con alguien..., creo... Seguramente le diría.... "Vaya a la zona de seguridad y arregle el ordenador que está sobre la mesa".... - Su forma de dar la orden era educada, usando el término máximo de educación "usted", pero su tono de voz era serio, directo, no admitía réplicas si no que estimaba obediencia -...Si tuviera que dar una sugerencia seguramente dijera "Se ha producido una avería en el ordenador de la sala de seguridad, sería adecuado que alguien con tus capacidades y valía lo reparase"... - dijo sin dudar determinando de que ella no tenía una tendencia agresiva, si no que solía ser amable por naturaleza.

Tras finalizar el test la joven de bonitos ojos verdes quedó mirando al doctor de nuevo.

- ¿Y bien doctor?... ¿cómo lo he hecho?... - bajó un poco más el tono de forma suave -... ¿Podría decirme algo sobre qué hago aquí?..., estoy algo asustada... - su candidez y delicadeza provocaba siempre que sus padres se enterneciesen con ella, ¿tendría Lowell corazón y cedería a sus palabras?

El doctor tomó notas mientras escuchaba las respuestas que le ofrecía la joven, apuntando en detalle.

-Si... bueno, aceptable diría yo.- se puso de pie, cerrando el folio que portaba y llevando el aparato electrónico en una mano.- Supongo que podemos empezar con unas pruebas previas con SCP-2599 y SCP-055.

Le hizo un ademán a la joven para que se pusiese en pie y también al oficial de seguridad para que guiase el camino. 

Como de camino por el pasillo la joven parecía un tanto inconforme por el hecho de que sus cuestionamientos habían sido desdeñados, el veterano investigador decidió tocar el tema. -Verá D-41, si pudo ver el video instructivo espero que le haya quedado claro que somos nosotros los que hacemos las preguntas y dictamos las instrucciones, pero no se desanime, pasados 30 días todas sus preguntas serán contestadas si su desempeño se encuentra en los parámetros de calidad, eficiencia y excelencia que esperamos de nuestros colaboradores de clase D.

Dieron vueltas por uno y otro pasillo, hasta que quedaron en un pasillo con dos puertas contiguas.

Había carteles en ambas puertas, cada una con alguna clase de símbolos, los cuales la muchacha no reconocía, un nombre y una leyenda.

1. SCP 055 -[Desconocido] - Keter-.

2. SCP 2599 - '' No lo bastante buena'' - Euclid-.

Doctor - ¿Por cuál deberíamos empezar?, ambos SCP requieren de instrucciones diferentes.

D-41 no entendía a lo que se refería el doctor cuando dijo "aceptable"...¿había logrado pasar alguna fase? ¿le habían gustado las respuestas? ¿le indicaría algo nuevo?... Nada de eso parecía suceder, puesto que el hombre tras tomar deliberada y concienzudamente anotaciones en la tablet se dispuso a marchar de aquella sala gris metalizada hacia otro lugar... ¿hacia dónde la llevaba?

La joven seguía obediente al doctor y al tipo con cara de estreñimiento que portaba el arma, ya casi no esperaba respuesta alguna cuando el hombre de la bata blanca le sorprendió con algo parecido a una conversación.

- Sí he visto el vídeo y sé que la norma número dos me indica claramente que no puedo hacer preguntas... No las haré más..., o al menos lo intentaré... - dijo ella en actitud sumisa, la que debía mostrar hasta que tuviera claro qué diablos hacía allí y cómo demonios podía salir, si es que le convenía -... ¿En 30 días obtendré respuestas?... - Aquella información era asombrosa para la joven, no esperaba que fueran a darle luz sobre ninguna de sus cuestiones, pero sí trabajaba bien y se esforzaba, podría comprenderlo todo... Era una promesa a la larga, pero le había hecho ilusión conocerla -... Me esforzaré e intentaré estar entre los límites de calidad... - dijo la muchacha atendiendo al varón de nuevo, el cual se situaba cerca de dos puertas.

Kira contuvo la respiración, la regla número uno consistía en no abrirlas y parecía que el doctor tenía ganas precisamente de ello, atravesar alguno de los umbrales, preguntándole a ella por cuál de los dos debían empezar.

- Quizás por este... - dijo señalando el de la derecha, SCP 2599 -... Normalmente cuando me dan a elegir entre dos cosas siempre cojo la de la derecha por costumbre..., supongo que es porque soy diestra... y si fuera zurda lo haría al revés... - comenzó ella a parlotear, y es que solía ser una muchacha muy comunicativa, y ese rasgo natural de carácter habitualmente tendía a sobresalir -...¿Qué hay que hacer en este sitio?... - miraba la puerta con curiosidad sin tener claro cuál sería su destino.

El doctor le pasó un auricular a D-41, se dirigió a la puerta y pasó por ella su tarjeta de identificación. 

-Para el particular necesitamos que se ponga éste intercomunicador, su objetivo es interactuar con SCP-2599 siguiendo unas determinadas instrucciones, le iremos comunicando el progreso de acciones según vaya su interacción con 2599. 

Por ahora tenga los siguientes puntos en cuenta, no de órdenes a SCP-2599, la primer parte del experimento se basará en instrucciones que deben ser ofrecidas en tono de sugerencias, hasta que el parámetro de pruebas cambie.

Por su propia seguridad y la del plano de la realidad es importante que se mantenga bajo estos parámetros, D-41, muy buena suerte.

Una vez atravesó la puerta escuchó de nuevo la voz del doctor por medio del intercomunicador.

-El personal de seguridad y yo estaremos vigilando su progreso por medio de los sistemas de seguridad y le daremos las demás instrucciones.

Una vez pasó la primer puerta, la joven encontró una segunda puerta, la cual era de un modo más corriente, como la habitación de un cuarto, lo cual efectivamente era.

En el interior de la habitación, que era mucho más normal de la que provenía, notó que era la habitación de una adolescente, con las comodidades y el decorado respectivo a ello. En ella había una joven con rasgos de tipo oriental la cual leía un libro en el instante en que la otra joven entró, llevaba un vestido de una pieza de falda corta, con medias blancas.

(Dr. Lowell: SCP-2599 es esa joven en la habitación, tiene 14 años, inicie su aproximación, por favor) -susurró por el intercomunicador.

Kira cogió el auricular mientras observaba cómo el doctor abría la puerta de seguridad con su tarjeta identificativa. Esa era la primera información que necesitaba, no podía acceder a lo que ellos llamaban SCP sin una tarjeta de ese tipo y que seguramente fueran tan exclusivas como una entrada a un baile privado dentro de la nobleza.

D-41 se puso el auricular cuando se lo requirió el varón, asíntiendo ante la sencilla orden, debía interactuar con SCP-2599, pero...¿qué era un SCP?... Pronto lo sabría, solo tenía que cruzar aquel umbral para averiguarlo.

- De acuerdo, seguiré las instrucciones, no debo darle órdenes y haré fielmente los que me digan... - no parecía ser algo particularmente difícil, así que la joven atravesó la puerta sintiendo nerviosismo en la boca del estómago, ¿qué vería cuando se alejara de ese pasillo que parecía, a pesar del guardia armado, seguro?

La puerta de seguridad le llevaba a otra puerta mucho más común, la típica de la habitación de una casa. Kira la atravesó y miró el interior del lugar al cual iba a acceder, y se sorprendió cuando observó que había una joven adolescente en el habitáculo, aunque ese espacio era encantador, con peluches, libros, una alfombra donde poder tumbarse... la imagen de la muchacha se le quedaba clavada, era bonita, oriental, y vestía de una manera muy llamativa, puesto que ella había sido criada de una manera más clásica y las faldas cortas no le gustaban demasiado a sus padres.

D-41 recibió la orden de realizar la aproximación y Kira pensó cómo se sentiría ella misma si estuviera en la intimidad de un sitio y alguien apareciera de repente, una extraña que se le acercase, así que intentó cumplir lo que el doctor le decía con la máxima empatía posible.

- Hola..., me llamo Kira... - dijo aún desde la puerta para no asustar a la joven, haciendo movimientos muy despacio -...he venido aquí con el único propósito de hablar contigo... No sé exactamente qué hago aquí, ni como volver a mi casa..., pero sí sé que para que a mi me vaya todo bien, tengo que hablar contigo... - mostró sus manos vacías mientras daba algún paso fortuito hacia ella, nunca nada brusco -...¿qué lees?... ¿puedo sentarme a tu lado?... - preguntó Kira sonriendo levemente con simpatía, como si ella fuera una adolescente más que se hubieran encontrado en una cafetería -...¿cómo te llamas?....

D-41 esperaba estar haciéndolo bien, puesto que las órdenes del doctor era hacer una aproximación y ésta podía ser física o psicológica, optando la muchacha recluida por ambas, ya que mientras hablaba a la oriental, podía ganar parte de su confianza.

Hola -dijo la muchacha- entonces no eres una doctora -suspiró un momento con pesar- estás igual que yo, esperaba poder preguntar cuando podía volver con mi mamá.

La joven le hizo un espacio para que su interlocutora se sentase antes de contestar. - Yo soy Zena Cho,  estoy desde hace unas semanas aquí, ésta es una revista de variedades coreanas, me dejan ver televisión también, pero no contiene comerciales de ningún tipo, incluso le han hecho recortes a algunas de las pautas, mira.

La joven muestra la revista, donde en la parte de abajo de algunos artículos hay una clara muestra de un espacio vacío en el sitio donde debía haber alguna clase de publicidad, incluso se podía ver que faltaban una o dos páginas en la numeración.

La actitud de la joven era calmada, incluso se podía decir que apocada, no había en sus ademanes ningún gesto amenazante. -¿Quieres algo de té? -le preguntó a la muchacha.

Por el auricular le instruyeron que continuase interactuando con -2599.

Tenía vía libre para seguir interactuando con SCP-2599, lo cual ya era bueno, quería decir que no lo hacía mal del todo o al menos le daba curiosidad al doctor el cómo procedía en aquella conversación que de manera natural comenzaba a fluir. Kira tenía claro que deseaba ser lo más nítida posible con la joven, a pesar de que siguiera instrucciones, más que nada porque la nobleza con la que se trataba a la gente provocaba un feedback positivo que de alguna manera, siempre repercutía de manera recíproca.

- No, no soy una doctora..., me dedico a la tecnología, bueno, me dedicaba..., hace ya algún tiempo que no tengo ni un móvil entre las manos... - comenta con cierto pesar -...y ahora hago lo que me dicen..., supongo que así podré volver a casa..., tenemos al menos eso en común, ninguna de las dos quiere estar aquí... - se sienta al lado de la muchacha -....¿Zena?..., es un bonito nombre... ¿cómo acabaste aquí?... ¿de dónde vienes?... ¿sabes quizás el motivo por el que nos han encerrado en este lugar?... - no podía preguntar a los supervisores aunque nada decían las normas sobre cuestionar a los SCP, aunque tenía claro que ellos eran tratados de forma distinta a ella e incluso las siglas debían tener diferente significado, ella era una D, y Zena una SCP, fuera lo que fuese.

Kira observó la revista coreana fijándose en aquel detalle, ¿qué sentido tenía que le quitaran la publicidad a la muchacha?... ¿no querían que tuviese deseos ocultos por un perfume o un reloj? ¿o acaso ocultaba un motivo más poderoso como evitar que ella recordase algo o asociara la publicidad a una fecha o época?... No entendía nada...

- ¿Por qué piensas que han hecho eso?..., a veces faltan algunos recortes, y otras veces algunas páginas, como aquí..., y aquí... - le muestra D-41 con interés -... ¿de qué va la página?..., quizás tenga algo que ver con lo recortado... ¿té?... Sí gracias..., me gusta más tu estilo de vida, a mi no me han dado ni de desayunar... - dijo Kira como crítica para quien escuchaba por detrás del auricular, aunque estaba convencida de que le importaba más bien poco -...Si hablamos sobre tus deducciones y las mías quizás podamos llegar a conocer un poco más las intenciones de este sitio... - le mira a los ojos con franqueza -... tú me ayudas, yo te ayudo..., no sé cuánto tiempo pasará pero créeme, ambas estamos en esto, lo mejor que podemos hacer es apoyarnos.

Zena pareció un tanto abrumada con tantas preguntas, pero intentó contestarlas más o menos en el orden que venían mientras le ofrecía una taza de té a la joven que vino de afuera. -Vengo de Seul, y todo empezó a pasar hace unas semanas.

*Mamá me dijo que limpiara mi cuarto. Ella—SCP-2599 se pone nerviosa-... Lo siento. La echo de menos. No he hablado con nadie más desde que llegué aquí y me siento muy sola todo el tiempo y...— lo siento. Probablemente no te importe. Como sea, mamá me dijo que limpiara mi cuarto. Y yo estaba de acuerdo, pero no pude hacerlo.

Yo...- vaciló un momento tratando de encontrar las palabras- ... Papá me llevó a un médico, y supongo que por eso me enviaron a este hospital.

En ese momento vino el tema de la revista, fue cosa de un parpadeo, pero en cuanto la joven preguntó de qué iba la página, en el momento de un parpadeo, la porción recortada de la revista había aparecido de repente, como si no la hubieran recortado.

Era un aviso de venta de ramen cuyo letrero decía ''Los fideos más sabrosos de Arirang! comida picante coreana ¡COMPRE YA!''.

Todavía más curioso es que de entre la revista había caído una factura que hacía referencia a una compra que acababa de suceder hacía exactamente dos segundos antes, en el instante que cayó la factura de la revista, a nombre de Zena Cho, del mismo modo, había sido tachada en el centro con la frase ''FONDOS INSUFICIENTES''.

-Es verdad, no he recibido dinero desde que estoy aquí, así que no puedo comprar ramen. - dijo con un tono de pesadumbre, casi como si le diera más pesar el ser incapaz de hacerlo que el hecho de la aparición del recibo de una publicidad que ni siquiera tenía la dirección o seña del restaurante en cuestión, o todo lo demás del asunto.

-Interesante, entonces esa es una forma indirecta de activar los efectos anómalos de 2599, hay que dejar una anotación para la división de riesgos cognitivos. -Terció el Doctor Lowell, ésta primera parte hablando para sí, pero lo demás sí para la sujeto clase D con la que se comunicaba.

-D41, siga la interacción con SCP-2599.- parecía que iba a añadir algo más, pero el guardia de seguridad le hizo un comentario antes de seguir, así que dio pie a que D41 siguiera con su situación mientras resolvía algún asunto.

Kira aceptó la taza de té con una sonrisa, dando un sorbo a la cálida infusión, agradeciendo internamente aquel gesto, era agradable tomar algo de manera tan relajada, al final aquello iba a ser mejor que la cárcel, aunque no entendiese gran cosa de lo que sucedía. Se sentía como Alicia en el mundo de las Maravillas donde nada tenía un particular sentido pero acababa tomando el té con un insólito compañero.

Zena comezó su historia y D-41 la escuchó con atención, interesada y sintiendo empatía con la joven que estaba separada de su madre y no era para menos, ¿qué tipo de salvajes aislaban a una adolescente?

- Estás nerviosa y no tienes porqué estarlo, todo saldrá bien Zena... - le sonrió de forma amigable, con tranquilidad, queriendo transmitirle confianza -... es agradable hablar con alguien y más si estás sola todo el tiempo..., te comprendo perfectamente, a mi me pasa igual, no suelen responder a mis preguntas...y no tengo claro el porqué estoy aquí... Pero bueno..., sigamos charlando, quizás de toda esta información que me das saquemos algo en claro y podamos volver a casa cuanto antes... - le animó-....dices que no pudiste limpiar tu habitación, a pesar de que querías hacerlo... y que tu padre te trajo aquí...¿qué pasó para que no pudieras cumplir tu propósito?... ¿sucedió algo malo?.... Puedes contármelo, todo el mundo hace cosas malas en algún momento de su vida, aunque no tenga intención de hacerlo..., lo importante es analizar los porqués...

Lo que Kira no esperaba bajo ningún concepto era que la porción recortada de la revista apareciese como por arte de magia de nuevo en su sitio original. La joven parpadeó un par de veces intentando comprender qué demonios estaba pasando, tardando unos segundo más de los necesarios en recomponerse... ¿Qué se suponía estaba sucediendo?...

- Ehmmm.... Zena, corrígeme si me equivoco... ¿no estaba recortado este anuncio de ramen?.... - fue entones cuando cayó la factura de compra, aunque esta no pudo ser efectuada por falta de dinero -....¿Acabas de intentar comprarlos?.... - respiró despacio para ubicarse y saber qué decir sin meter la pata, y es que aquella novedad era extraordinaria -...Zena...¿cómo puedes hacer eso?... ¿miras un anuncio y puedes comprar lo que ves? ¿Así de fácil?... Es impresionante... - y es que no había otra palabra para definirlo, aunque D-41 estaba segura que alguna parte mala tendría y por eso no le explicó lo que sucedió en la habitación con su madre

Kira se llevó el té a los labios, sorbió otro poco y pensó que quizás la joven tenía todas esas comodidades porque ella misma era capaz de materializar sus deseos. Intentó hablar con ella de nuevo.

- ¿Puedes hacer aparecer cosas? ¿Moverlas de un sitio a otro?.... - le pregunta curiosa -... es increíble lo que haces, un don si lo usas bien, Zena...., eres especial..., aunque supongo que no estás nada cómoda por la situación..., por eso estás aquí, para que podamos ayudarte..., si colaboras con lo que se te pide, podrás volver antes a casa y seguir tu vida normal... Entiendo que necesitarás dinero para poder hacer las compras que necesites..., intentaré de que te lo consigan, aunque no prometo nada, hubo un momento en que intenté sugerir un viaje de placer a las islas Maldivas y aún ando esperando... - bromeó ella para quitar carga emocional al asunto mientras escuchaba por el auricular al doctor.

- ¿Qué otros anuncios has intentado comprar?... ¿qué tipo de cosas te gustan o llaman la atención?.... - preguntó Kira algo más cómoda y confiada -... en esta parte de la revista faltan un par de páginas, eres peor que yo en Navidad... - comentó con una sonrisa -... por cierto, el té está buenísimo, ¿te enseñó tu madre a hacerlo?....

No le hacía falta la indicación del doctor para seguir interaccionando, y es que Kira se moría de curiosidad en ese instante por saber más de Zena Cho.

-¿Ehh? No, no intentaba comprarlos, bueno, si, pero no pude, no... no se- 2599 se pone nerviosa nuevamente, se puede ver que le sudan las manos mientras conversa con la joven-. En casa , yo empecé. Lo hice casi todo, pero luego no pude hacer el resto. Ni siquiera estaba siendo perezosa ni nada, de lo que mi madre me acusó. Simplemente no pude hacerlo. Se enfadó mucho y luego me gritó que me fuera a mi habitación. Llegué a la mitad y no pude hacerlo.

-¿De verdad crees que me recupere? Echo mucho de menos a mis padres. ¿El té? no, uno de los que tenía un uniforme naranja como el tuyo me lo trajo. - la joven lucía bastante pensativa y la atención que había atraído sobre el tema del recibo le causaba más inquietud, aunque ella misma se había tratado de justificar.

-...no, todavía  no parece haber necesidad de un experimento con -3326, por ahora las cosas van progresando sin escalar- el doctor pareció dejar de hablar con quien lo hacía y puso atención a la interacción entre el SCP y D-41-. Ehhh... D-41, como le dije, por favor intente que sus diálogos con -2599 no impliquen alguna instrucción que pueda considerar una órden.

SCP-2599 sufre una compulsión mental que hace que sea incapaz de desobedecer cualquier orden directa. Este efecto depende de la percepción de SCP-2599 de que ha recibido una orden; si no cree que está recibiendo una orden, no se verá obligado a seguirla.

Eso además desata el segundo efecto anómalo de SCP-2599.

Sarah observó la pantalla con ojos entrecerrados y expresión incrédula. Las preguntas son malas no iba a colar para que no se preguntara donde estaba. Alguien vino y se llevó a una de las chicas, antes de que pudiera abrir la boca siquiera, y realmente creía que no iba a hacerlo contando que lo de "sujetos con las armas" no era broma. Lo más cercano que había visto era la gente armada cerca de las casas de cobro al hacer retiros y ya en ese entonces se sentía intimidada.

Y...sentía que estaba perdiendo algunos días. Eran las vacaciones, había ido a acampar con algunos amigos...y ahora estaba en una especie de prisión. Porque, esos atuendos naranjas cantaban prisión más que cualquier otra cosa. Y...tuvo unos cuantos momentos de incredulidad al revisar que efectivamente estaba tatuada. Imaginaba que esto sería demandable, pero a la vez sintió esta siniestra sensación de que a gente que operaba así, las demandas no les preocupaban en absoluto. Solo, luego de vestirse, se quedó sentada el borde de la no muy cómoda cama. No parecía que pudiera tirar esa puerta abajo, y con esa gente del otro lado no quería intentarlo. Ser sintió algo claustrofóbica y en general angustiada de su situación. Lo único que entendió del video es que limpiaría cadáveres o algo así, lo que reafirmó su idea anterior. 

De momento no tenía mayor opción que tratar de mantenerse en calma y tratar de esperar a que se presentara la oportunidad de tantear algo sobre que hacía ahí.

Un guardia uniformado se presentó e hizo señales a D-40.

OFS 1101 - Hora de trabajar, D-40, póngase de pie, siga mi camino, y después las instrucciones del Doctor Lowell. 

El guardia abrió la marcha por un camino complejo lleno de habitaciones a mitad de camino entre una cárcel y un centro de investigación.

No era fácil de distinguir lo que había en el interior de los cuartos con ventanas por los vidrios polarizados, pero poco a poco entre los entresijos terminaron llegando a una serie de laboratorios y zonas que tenían señales de ser recintos de investigación.

De uno de los cuartos un hombre con bata de científico salió, llevaba una tablet en la mano y el militar le saludó con una señal.