Partida Rol por web

"Lo mio es negocio, es arqueología, yo encuentro esas viejas piezas de basura histórica, saco un buen dineral por ellas, y todos felices, un cliente satisfecho, y mi bolsillo mucho más pesado"

Ray Thomson, es un hombre que sabe hacer negocios, desafortunadamente esos negocios no son precisamente todo lo limpio que uno podría esperarse... Pero nadie puede negar que es un zorro astuto, capaz de vender una pila de chatarra por varios miles de dólares, dejando sonrisas allá por donde va, y desapareciendo hasta encontrar otro negocio próspero... y otra víctima.

Desde muy joven, nació en pueblo bastante pobre de Inglaterra, cuyo nombre no tiene que venir al caso, de chico solía meterse en problemas por embaucar a sus jóvenes contemporáneos, siempre realizando trueques de dudosa justicia, y ganando enormes botines, que cada cierto tiempo le valían alguna merecida paliza, y otras veces, simplemente en la clave de su éxito. Su educación osciló entre los esfuerzos de sus padres, y su astucia en las calles, fuera de las aulas. No era un estudiante destacado, se le daban bien las matemáticas, pero no los libros, las lecciones ni las tareas, un chico capaz, que empleó sus habilidades en otros campos.

A los 17 años, su reputación oscilaba, era todo un pícaro, y capaz de sortear los problemas con la suerte que se gana a través de la experiencia. Es justo a esa edad, que decide partir para hacer algo más grande, como criado de un pequeño empresario de textiles del pueblo... y llega a Liverpool, en donde empieza a observar y aprender. Pronto su pequeño contrato de colaboración termina, cuando a cambio de información, termina trabajando para la competencia. Siempre pensando en él mismo.

Ya por esa época, empezaba a hacerse una nueva reputación, y a involucrarse en negocios turbios, empieza a gastar paulatinamente su tiempo en compañía de pandillas juveniles, y con su ánimo emprendedor, a vender los resultados de pequeñas fechorías al mejor postor. En menos de un año, ya empezaba a moverse por el mercado negro Inglés, y a ganar una gran cantidad de dinero, de forma paralela a su empleo diurno. Claro está, no siempre todo fue tan alegre, tuvo que pasar un par de noches tras las rejas cuando las cosas no salían bien, pero no era nada que no pudiese manejar.

Con el tiempo, "Ray" Thomson formó un grupo de colaboradores, especializados en diversas áreas de los crímenes de robo, estafas, timos, robos y contrabando, lentamente fueron incursionando, y la fachada de trabajadores formales empezó a caerse de su peso. Para entonces el muchacho se aproximaba a los 25 años, y gozaba de un indescriptible carisma, así como de una inventiva extraordinaria, que lo posicionó como el líder de la banda.

Su nombre empezó a correr entre los barrios bajos, y pronto tenía admiradores, clientes, socios y enemigos. Fue una época dura, por entonces él y sus colaboradores estaban en Londres, que resultó ser más duro de pelar de lo que podrían haberse imaginado. Esa fue la época de las vacas flacas, hasta que las ideas del Rayo, iluminaron un poco las cosas. Empezó con un cargamento que había sido enviado por el támesis, obras de un coleccionista local que iban a ser puestas en exposición. Con un adecuado plan, Ray y los suyos, lograron hacerse con un par de retratos que fueron reportados a la prensa como perdidos por culpa de la tripulación del buque donde venían. Luego la opinión pública se enteraría de que sus precios aumentaron ante la publicidad y las recompensas de su legítimo propietario por recuperarlo. La Scotland Yard no pudo devolver las obras robadas, que según se dice, ahora están colgadas en alguna mansión rusa de un pudiente empresario que por esa época visitaba la ciudad. Los giros de la vida.

El potencial de aquel crimen, estalló a los ojos de Raymond, quien en seguida dedicó las habilidades de su banda, a la falsificación, el robo y el contrabando de estos objetos de valor, le resultó más rentable y menos peligroso que robar bancos, simplemente, con los contactos adecuados, podía hacerse con una pieza de incalculable valor que un caballero inglés expusiera, para revenderla o realizar varias copias temporales, revenderlas y desaparecer, para incursionar bajo otros alias y otros objetivos.

Pero Ray forzó demasiado su suerte, y la Scotland Yard ató cabos, creó su perfil, y se convirtió en el contrabandista (y ladrón) más buscado de todo Londres. Con la policía presionándole, y pisándole los talones, la presión terminó por horadar su confianza, y la de sus compañeros, quienes de buena gana decidieron tomarse unas vacaciones.

Fue por eso, que llegado Septiembre toman el tren para Paris, mientras el agudo Ray, demasiado proactivo como para tomarse en serio lo de descansar, tiene sus ojos en el patrimonio de André Bousquets. Sin más que decir, decide usar una identidad falsa, y hacerse pasar como Benjamin Bennet, un arqueólogo Inglés que supuestamente compartió algunos de los últimos viajes con el fallecido colega. Todo para tener la tranquilidad de avaluar los tesoros que podría saquearle al fallecido anciano (Total, nadie los extrañará), para venderlos a un buen precio. Sus dos asociados, preparan mientras tanto el resto, haciéndose pasar como criados de su casa, y pendientes de los avances del bueno de Ray.

Aspecto Físico

Raymond roza los 30 años de edad, siempre tiene un aspecto jovial y una sonrisa astuta, sus pómulos son elevados y su nariz afilada es un poco chata, sus cejas de arquean hacia los lados, y su mentón tiene un amplio espacio. Le gusta la ropa formal y ligeramente elegante, ahora que ejecuta el papel de Benjamin Bennet, ha tratado de envejecerse dejándose un poco la barba, y tratando de usar un vestuario que sea más apropiado, para aparentar unos 35 años. Lo suficiente como para poder justificar haber compartido algo de interés intelectual con el fallecido. Busca algo de seriedad en su papel y solemnidad, haciéndose el taciturno y evadiendo así las preguntas que puedan surgir de forma malintencionada, incluso fingiendo un ánimo huraño de vez en cuando, Raymond espera que de sus compañeros de trabajo, pocos estén dispuestos a tomarle de amigo ó como una persona amable.

Su contextura es delgada, a pesar de que emplee la ropa para tratar de darse robustez, levantando sus hombros, no obstante la ilusión de su porte se rompe con sus muñecas y brazos, que suele disimular con camisas largas. Camina con calma y piensa demasiado cada movimiento, es un actor de gran calidad y un embaucador de primera. Un observador nato y un tono que emula la propiedad de un experto en el tema. Siempre se dirige a otras personas con seguridad, y con el liderazgo que ha expresado toda su vida.

Tirada: 4d6
Motivo: Ejemplo 3
Resultados: 5, 6, 1, 6

Tirada: 1d6
Motivo: repetir 1
Resultado: 2