Esperé a que ninguno me viera* y me ofusqué antes de salir corriendo tras Sean. No pensaba aparecer como si nada en la escena de un asesinato. Puede que Caín me viera pero el resto de sus subordinados no tenía por qué... y sus enemigos, si los había, puede que tampoco.
*supongo que espero a que avancen todos, si nadie me mira tardo menos de 1 seg en transformarme
Sean salió rápidamente, sin que ninguno pudiera igualar su velocidad, típico de los brujah. Los demás vampiros se quedaron quietos, esperando ver que sucedia.
Ya que nadie da señales de vida y no se mueven (por que Tom espera a los demas) pues seguire con Sean por el momento.
Al llegar a la puerta del castillo puedes observar que está cerrada, aunque no sabes si ha sido cerrada con llave o no, eso no puedes adivinarlo.
Tras el suspiro sigo andando hacia el castillo.
Los vampiros avanzaron por hacia la entrada del castillo, no eran tan rápidos como Sean, pero avanzaban tan deprisa como se lo permitían sus habilidades. Cuando llegaron vieron que Sean se encontraba fuera del castillo, y que la puerta parecía cerrada, aunque no podríais decir si es con llave o simplemente estaba vuelta. Sean está preparado con sus armas, por si tiene se encuentra enemigos inesperados.
Permanecí en silencio e invisible observando alrededor, alerta ante la posible presencia de enemigos...
Me mantengo a la espera, si alguien ha asaltado el castillo y Caín no se ha ocupado de él, me haría gracia que Sean sí pudiese.
Finalmente al llegar el resto del grupo agarro el picaporte de la puerta e intento abrirla.
La puerta se abrió sin problemas, el suelo del castillo tenía sangre fresca, y en el suelo se pudo ver tres cuerpos, los cuales habían sido mutilados y decapitados. Las cabezas y brazos no estaban muy lejos de los cuerpos. Sean no los conocía, pero los otros vampiros si pudieron reconocer las cabezas, se trataba de tres de los primogénitos que trabajaban para el padre de Locke, los cuerpos eran del Brujah, el nosferatu y la joven toreador.
Vuelvo a suspirar... eso es lo que ha conseguido la estúpida niña por la gilipollez del teléfono...
-Espero que estés contenta, Elizabeth, esto ha pasado por tu chiquillada del teléfono.
- Locke parece que los conoces. - le digo. ¿Quienes son?
- No sabemos quién o que ha hecho esto y desde luego ha sido bastante reciente. - añado. La sangre aún está fresca por lo que no ha pasado mucho tiempo desde que les hicieran esto.
-A nosotros nos mandaron aquí por orden de un príncipe, estos son los miembros de la primogeniatura. El príncipe, mi sire, cuando no pudo contactar con nosotros cuando estuvimos haciendo la misión que nos encomendó, y me envió un mensaje al móvil diciendo que si no contestaba en la noche mandaría a la caballería a Madrid, que era donde él creía que estábamos. Elizabeth creyó divertido destruir mi teléfono, por ello no pude decirle que todo iba bien y que no mandase a nadie. Después cuando conseguí teléfono volví a intentar ponerme en contacto con él, pero no lo he conseguido, no se si porque está incomunicado o porque también ha venido aquí.
- Pensaba que los necios que atacabamos alocadamente eramos los Brujah y los Gangrel. - digo. Espero que no te incomode Acheron.
- Nunca pensé que los Ventrue tuvieran menos cerebro que un mosquito. - añado. Mandar a tres vampiros a por el señor del Castillo es un suicidio.
-Mandó a tres miembros de la primogenie, y no precísamente débiles a esta ciudad porque habían perdido el contacto con el príncipe, y posteriormente conmigo, dudo que a alguien se le pudiese pasar por la cabeza quién esta aquí dentro.
- Más necio si con su amplia red de contactos ni siquiera se dignó a averiguar quién vivía aquí. - digo sin mirarle mientras sigo avanzando por el pasillo.
- Ahora cállate. - añado en un susurro. Ya tendremos tiempo de hablar más adelante si salimos de esta.
Los vástagos avanzaron por el pasillo de la izquierda, por donde estaba el rastro de la sangre. Sean iba al primero, preparado para cualquier ser que pudiera atacarlo. Mientras avanzaban podían ver que había menos sangre, que iba desapareciendo, poco a poco. Cuando llegaron al final pudieron ver a Negarl, tan elegante como siempre, seguía llevando traje y no parecía que tuviera ninguna mancha. Allí también se encontraba Harbad, el que parecía ser el hermano gemelo de Seam, cuando Sean lo vio su sangre hirvió por un momento, recordando como el hermano de este le había sacado un ojo.
Cuando estabais más cerca de ellos pudisteis ver que había una puerta abierta, y que dentro de esta estaba muy oscuro, aunque no era una oscuridad normal, parecía algo anormal, era algo poderoso. De la oscuridad salió volando una sombra que se estampo contra la pared. Cuando la oscuridad desapareció se pudo ver que el que había sido expulsado de la sala era Caín, el cual había salido lleno de heridas, aunque estas se curaron en un abrir y cerrar de ojos. Caín iba sin camisa, y parecía que estaba de mal humor. Cuando os vio se quedo sentado mirándoos con cara de pocos amigos.
- Os a costado llegar… espero que al menos haya buenas noticias. Por cierto, ¿Dónde está Eric? Ahora mismo le necesito.
- Cuando llegué el Malkavian y su chiquilla ya no existían. - digo. Apenas he conseguido que no hubiera más bajas en el Grupo. - añado quitándome las gafas de sol. Aunque ello me costó un ojo a manos de un tipo muy parecido a ese gracias a ciertas ayudas no deseadas por parte un par de miembros del Grupo. - finalizo señalando a Harbad.
El Padre de todos siendo expulsado de un sitio... y herido. Eso daba que pensar... Había algo que Caín no podía controlar, por tanto era algo a lo que temer. Decidí no acercarme a esa oscuridad.
Volví a hacerme visible en cuanto divisé a Nergal y Caín... la idea no era faltarles al respeto.
De momento no tenía mucho que decir así que esperé instrucciones o preguntas más específicas por parte de Caín... Sean se bastaba para responder por sí mismo hasta el momento.
- Asique he perdido al vástago que me era de utilidad en este momento… perfecto. Parece que la misión no era tan fácil como había pensado, espero que sea menos complicado la próxima vez. – Caín se dio la vuelta al grupo, en la espalda tenia tatuado un árbol, parecía un tatuaje extraño, parecía que se movía o algo por el estilo, era bastante extraño. – Sean tienes suerte de que el hermano de Harbad no te asesinara, parece que ambos hermanos han aprendido a controlarse con el tiempo y ya no son tan psicópatas como antaño. Son dos matusalenes del clan Grangel.
Caín hizo una pequeña pausa, después se volvió y miro a los cinco vástagos. – Tendremos que hablar de algunas cosas, pero primero necesito a un malkivian, es el único que puede ayudarme con este problemita. – Caín señalo a la puerta oscura, la cual le había expulsado anteriormente.