Partida Rol por web

Tarde o temprano, todo el mundo acaba pasando por aquí.

Buena bebida, musiquita agradable, sombra y cuerpos esbeltos que ver (y lucir).

Estaba en mi habitación,un poco aburrida por lo que habia hecho.Alejé los pensamientos de mi cabeza y decidí bajar al bar.
una buena bebida para olvidar tanto problema de mi miserable vida

Llegué y me acerqué a la barra -una margarita,por favor..

Maaarchando un Margarita
para la dama más bonitaa.

Como siempre desde que llegasteis al hotel, Marcus mantiene un humor envidiable, capaz de hacer sonreir a un cadaver.

Esbocé una media sonrisa -gracias dije levantando mi trago,luego bebi un poco de el.
Era un lugar agradable,muchas personas en el.Todas se veian tan felices...acaso no podia sentirme igual que ellas?,no.

No hacía mucho que había llegado pero lejos de tirarse a descansar en su cuarto de hotel, entretanto encontaba algo mejor, Jimena decidió que necesitaba tomar, siempre lo necesitaba en realidad, así que se vistió lo mejor que pudo -ni una sola de sus ropas no era de diseñador- según ella y bajó al bar. Se sentó cerca de una chica, bastante agraciada, a la que el barman le sirvió una margarita. Ella sonrió, al fin estaba lejos de casa y si ahora sus padres no le hacían mucho caso, al menos ella no tendría que verlo.

-Dame un tequila, chico-se dirigió al barman con una sonrisa.

Luego cruzó la pierna y esperó, dedicando una breve y aparentemente amistosa sonrisa a la joven que estaba a su lado.

Llevaba un rato en el bar de hotel haciendo tiempo, y admirando "las vistas". En México parece que era natural ver chicas bonitas mirara donde mirara. Además, al llevar unos días ya, conocía a Marcus lo suficiente como para charlar un poco.

Me fijé en una chica que tenía una media sonrisa un poco triste. Pensé que podía acercarme y hacerla reír (eso siempre se me dio bien), pero cerca se situó otra chica interesante, muy bien vestida (quizá demasiado).

Llamé a Marcus y le dije en voz baja:

Oye, ¿ves a la chica del margarita? Dile que la invito yo. Y no te preocupes; ponlo en mi cuenta.

Podía haberme lanzado a por las dos a la vez, pero preferí centrarme sólo en una. Aunque ligar era una manera inofensiva de pasar el tiempo, mejor hacerlo bien. Me ajusté la ligera chaqueta negra para asegurarme de estar lo más presentable posible, aunque con los pantalones vaqueros poco podía hacer.

Me doy cuenta que alguien me esta observando,estaba sonriendo.Por no ser descortes,le devuelvo la sonrisa.
Me bebo de un segundo trago mi bebida.-otra margarita,por favor
Me giro un poco y veo a un hombre,bien vestido,y guapo.Tipico hombre rompe corazones,me resultaba tan familiar...obviamente no lo conocía,pero me recordaba mucho a alguien.

Un buen rato al lado de unos de los arbustos esperando semiescondida y observando ya era suficiente o ¿no?

Haciendo que el valor se presentara y mordiendome las uñas comienzo a caminar hacia la barra y mis padres no tienen ni idea de donde estoy.... pero eso tambien es parte de mi nuevo plan y haber elegido lo mejor que tenia en el armario tambien.

Como siempre Marcus esta de demasiado buen humor y me incomoda pero el chico que se esta ahi sentado se parece mas o menos a lo que busco, asi que me acerco a ellos.

-Vamos...es ahora o nunca-

-Ponme una margarita tambien, por favor-

Mientras me la sirven dudo un instante pero finalmente me coloco al lado de los tres que me interesan, trago saliva

-Hola..me llamo Natalia-

Le parece que medio España está allí cuando logra escuchar los acentos de los otros, aunque el tipo le parece atractivo piensa que no está allí para ello, así que apura el tequila que le ha servido Marcus en uno de los famosos caballitos y pide otro, es lo más fuerte que encontrará por allí, de eso está casi segura. Es muy probable que termine coqueteando con el barman pero mientras piensa en ello, una chica se acerca y saluda. Jimena se gira un poco y luego responde:

-Hola Natalia, mi nombre es Jimena-le sonríe y ni siquiera le busca desperfectos en la ropa, ni nada...

En realidad no los ha buscado en las ropas de nadie que para ella siempre dicen mucho, ahora piensa en otras cosas, quizás es hora de cambiar. Ansía que el alcohol le adormezca un poco. Jimena empieza a relajarse y el ambiente es propicio.

AL entrar al local, la enorme pantalla desplegable emitía uno de los últimos éxitos del 2000 del señor Robbie Williams con su Rock DJ

Fausto miró la pechera de su americana; las luces de fuorescentes y de neon solían iluminar de tal manera, que cualquier mota de polvo o caspa quedaba señalada como pequeños puntitos blancos. No podía soportar estar tomándose una copa y estar mirandose los dichosos puntitos blancos contínuamente, no le permitirían estar cómodo y eso que él sabía que no eran de caspa, su champú era de lo más agresivo, pero para evitar problemas, se quitó la prenda; la camisa blanca que llevaba no dejaría ver esos minúsculos y molestos puntitos. Se acercó al ropero y le dejó la americana a la chica encargada de colocar las prendas de los clientes en perchas numeradas. -Con cuidado...dejeme a mí...noo, cuidado ¿Me permite? Gracias.-Puso la prenda en la percha de manera meticulosa como sólo él sabía que no produciría arrugas. Míró la ficha -El 13...¡Joderrr! Perdone señorita... -Pero la chica ya estaba atendiendo a otros y no le oyó o no quiso oirle, así que guardó la ficha en su bolsillo y se acercó a la barra. Un grupo de chicas y un chico pedían margaritas cerca de donde se colocó. Esperó pacientemente a que el camarero se acercara.

Ahí, ahí..... Capitán Gigoló al ataquerrrrrrl

Marcus sonrió pícaramente a las nuevas clientas que iban llegando.

Su tequila Milady... Acaba la frase con un ligero y malicioso guiño a la recién llegada.

Ante el comentario de Charles, le hace un gesto cómplice y, sin mediar palabra, se dispone a preparar otro Margarita.

Cita:

Hoy es el día del Margarita princesa. Has elegido mi cóctel favorito

Es el 4º años que Marcus trabaja como camarero en el hotel y en este tiempo a adquirido cierta.... soltura con las damas.

A veces creo que cobrar por estar aqui debería ser ilegal. Piensa mientras sonríe al observar como otra chica más se acerca a la barra.

Sonrio a Jimena mientras le doy un sorbo al margarita, el gesto de mi cara habla de lo poco acostumbrada que estoy, pero trato de disimularlo todo lo que puedo.

-Encantada- Tragando a la fuerza un nuevo sorbo de tequila los ojos se me van hacia donde esta Marcus sirviendo, cada vez me pone mas nerviosa, pero eso suele pasarme cuando la gente es poco inteligente o al menos me lo parece a mi...

Vuelvo a la conversacion y la mesa.

-Um..¿Sabes de algun sitio mas donde ir por aqui ? No creo que solo exista este bar ....-

Mientras Jimena observa a Marcus, se acuerda de aquel último novio con el que estuvo y de pronto se da cuenta por qué no llegaron a más, ella era demasiado para él pero Marcus es más lindo. Sonríe cuando hace la comparación y vuelve un poco la vista atrás, una camisa pulcramente blanca y excelentemente planchada camina por entre la gente, bueno, no es meramente una camisa pero eso es lo que ella vio en principio; lo mira a los ojos y luego escucha entre la música de Robbie Williams a Natalia que le pregunta si hay otro lugar.

Se encoge de hombros.

-En realidad soy muy nueva aquí pero quizás él sepa-dice señalando a Marcus.-¡Hey! ¿Sabéis de algún otro lugar por aquí para divertirse?

Lo dice con toda la doble intención del mundo, Jimena parece por fuera una chica sin tormentos, relajada, se diría que hasta feliz; sólo ella sabe lo que le sucede.

Claro que si Milady, pero tengo que trabajar hasta tarde. dice a la vez que guiña un ojo a Jimena mientras lanza al aire un cubito de hielo para, instantes después, recogerlo tras su espalda con la cubitera en la que prepara un nuevo Margarita.

Es evidente el escaso pudor que Marcus demuestra en su quehacer diario tras la barra al tratar a las mujeres que se le ponen a tiro.

Buenas tardes señor,¿que le sirvo? comenta al ver como Fausto se aproxima a la barra.

Fausto miraba disimuládamente los culos de las chicas que tomaban margaritas cuando el barman le atendió. Se puso rojo como un tomate ya que sabía que el camarero se había dado perfecta cuenta de la dirección de sus ojos. -Ah, sí ejem ejem, siii ehhhhh...mmmmm...quisiera un chupito...un 7 poderes ¿sabe prepararlo? A ver, a ver si este camarero es tan competente como ligón o si su cerebro lo tiene tan desarrollado como sus biceps.

-Una pena, ¿no, Natalia? Tendremos que esperarlo...-dijo Jimena con una sonrisa desafiante.

Se volvió a su caballito y a duras penas logró escuchar lo que el recién llegado quería. Le parecía que se sentía un poco liberada de las cadenas de su casa pues aunque no las había fisicamente, mentalmente era así; sobre todo cuando su madre tenía suficiente resaca para no salir del palacete. Cualquiera habría sido afortunado de vivir su vida, ella no. Pidió una cerveza pero antes que se la sirvieran se levantó y allí muy pegada de la barra se puso a bailar lentamente, necesitaba algo de acción.

-¡No se está tan mal aquí!-dijo a Natalia casi gritando.-¿De dónde eres?

Se acercó un poco al recién llegado sin una pizca de disimulo, si se quería divertir, por algún lado debería empezar.

Una sonrisa algo tensa se me cruza por la comisura de los labios y mirando fijamente al camarero le respondo.

-Claro..tendremos que esperarle....tiene pinta de..... simpatico...-

Veo como Jimena va bailar y empiezo a sentirme un tanto nerviosa -Bailar....-si hay que hacerlo se hara, pero en realidad me ha llamado mas la atencion el otro chico que acaba de pedir a Marcus, no parece que le caiga muy bien tampoco y eso es de agradecer.

Sin querer le lanzo una sonrisa timida. -Podria venir a bailar con nosotras...-

-De Madrid!!-

El bar estaba bastante animado, por lo que veía. Bastante gente, y bastantes chicas. Hora de entrar en acción.

Me levanté y me acerqué, sin apresurarme demasiado, a la chica a la que había invitado [FDI: Alicia]. Me apoyé en la barra a su lado, y le dije, con una sonrisa en la cara que señalaba que quería empezar una conversación:

-¿Y por qué estás triste en un bar movido como éste?

Quizás había sido demasiado directo, pero me daba igual. Siempre era divertido provocar reacciones. Oí de fondo que alguien mencionaba a Madrid en un volumen alto, y me llamó la atención, pero ahora estaba ocupado.

Madrid. Eso alcanzó a escuchar, bueno, quizás tendrías cosas de qué hablar. Ella había estado al menos en un par de ocasiones por allí, enredada con un fotógrafo madrileña que más le valía no recordar. Sonrió mientras daba un paso más, al final todos eran indignos de recordarse, sus ex, sus padres, sus familiares más cercanos.

-¡Yo de Barcelona!-respondió acercándose a la barra y bebiendo un trago de cerveza.