Partida Rol por web

Después de escuchar las razones de Fausto para ir solo, pienso por unos momentos antes de tomar una decisión.
Me seguía pareciendo que lo mejor era que el no fuera solo, la compañía de otra persona siempre era útil, pero tenía razón y lo odiaba.

Suspiro y frunzo el ceño, luego levanto la mano que tenia libre lentamente. –Solo te digo algo Fausto, si llegas a estar en apuros alguno de nosotros ira a auxiliarte- le digo seriamente mirándolo a los ojos.

-No me lo puedo creer!...Muy bien! Pues si te pasa algo ahi dentro yo no pienso entrar a rescatarte!-

Camino un par de pasos furiosa y les doy la espalda, uno menos que no volveremos a ver....

Sin perder más tiempo, Fausto se coloca el arnes y engancha uno libre a él. Después pasa la cuerda por los mosquetones y confirma que todo esta perféctamente. Luego mira a todos con confianza y les entrega el otro extremo de la cuerda -Es lo mejor, en serio. Agarradla fuerte, pero protegéos las manos con algún pañuelo o tela...las mismas camisetas...podríais quemaros las manos si.... -Se da media vuelta y comienza a caminar apoyando la espalda contra la pared y avanzando con precaución dando zancadas lateralmente, primero el pie derecho y luego juntando el pie izquierdo, tanteando un poco con la puntera el espacio del suelo que va a ocupar antes de apoyar el pie entero. Miraba el derrumbamiento intentando ver si veía aún el cuerpo del hombre tumbado. -Vamos Fausto...tú puedes. Demuéstrale a tu padre de lo que eres capaz.

Fausto recorrió el tramo que le separaba del muro derruido envuelto en un escalofriante silencio. Cada paso que daba, el roce de su chaqueta contra la pared, las pequeñas piedras que se desprendían de la masa de tierra hacia la que se dirigía, resonaban en sus oídos multiplicados por la falta de cualquier otro sonido ambiente. Ni siquiera oía su respiración, lo cual le hizo detener a mitad de camino. Abrió la boca y aspiró una bocanada y la mezcla de aire y partículas en suspensión rodó hasta sus pulmones provocándole un repentino ataque de tos que le hizo convulsionar durante unos segundos.

Enfocó el haz de luz hacia el lugar donde había visto aquel brillo por última vez pero solo había piedras. Piedras y un ligero hilo de agua que comenzaba a filtrarse desde la parte superior del derrumbamiento. Al mirar hacia arriba, pudo comprobar que un hueco de unos 50 cm de alto y poco más de 60 de ancho, se abría paso sobre los escombros.

No se veía rastro alguno de ningún cuerpo.

Me quito la chaqueta y la amarro a la cuerda, para así proteger mis manos y no lastimarlas.
Me pongo de primera y detrás mío están los demás. Estábamos preparados para comenzar con el descenso de Fausto.
Abro un poco las piernas para evitar resbalar. -Ten cuidado y ya sabes, si estas en peligro, alguno ira a ayudarte- le dije mientras comenzaba descender.No era muy pesado y tenia razón,si alguien más hubiese ido en su compañía todo seria mas complicado.

Me sentía tranquila y confiada que todo iba a salir bien. ¿Quién podría estar en apuros? ¿Acaso Eddy o Marcus? Eso les pasaba por ser tan tontos y abandonarnos.
-¿TODO BIEN FAUSTO?- 

Sigo de espaldas pero escucho los jadeos de Alicia haciendo el esfuerzo de sujetar la cuerda lo mejor que puede con Fausto al final y tambien su pregunta que no obtiene respuesta...

Estoy segiua que ya le ha pasado algo malo y lo tengo clarisimo si no contesta en 10 minutos entro ahi dentro sin cuerda, sin proteccion y sin nada de nada

Me acerco donde esta Alicia y cogiendo la cuerda tambien con las manos doy un tiron fuerte

-IMBECIL CONTESTA!-

Cita:

El grito le hizo reaccionar. De espaldas al grupo y sin mirarles, Fausto alzó una mano hacia ellos moviéndola de arriba a abajo pidiendo calma. Tosío varias veces y escupió al suelo intentando desquitarse las partículas de polvo que había respirado de las paredes de su garganta. Miraba a un punto en la parte superior -¡Hay un pequeño hueco ahí! ¡Y cae algo de agua! ¡Soltad un poco más de cuerda, voy a intentar asomarme! -Y se dispuso a trepar por las rocas para alcanzar el orificio e intentar apreciar qué había tras éste con ayuda de su la linterna.

Sujetó la cuerda con fuerza, aquello iba a ser más difícil de lo que parecía pero el mexicano parecía resuelto a  hacer lo que les había dicho, así que lentamente, cogió un poco de su camiseta soltándose de una mano para luego coger la cuerda con todo y trapo, igual con la otra mano. Luego escuchó a Natalia gritar, parecía que las cosas se ponían en orden nuevamente.

-Venga, Naty... Está bien-dijo Jimena tratando de convencerse a sí misma pero cuando oyó el grito de él, sonrío con descanso.

Me estaba impacientando ante el silencio de Fausto. No podía creer nuestra mala suerte.
Abrí mi boca para llamarlo una vez más pero Natalia se me adelanto.Vamos contesta… me inclino un poco hacia el borde. Mil imágenes pasaban por mi mente y ninguna de ellas eran agradables.
Allí estaba Fausto mirando hacia arriba y haciendo un gesto con su mano  pidiendo calma. Fruncí el ceño y a la vez esboce una medio sonrisa, que alivio verlo con vida.

-Vamos chicos, soltemos un poco la cuerda como lo esta pidiendo- y diciendo esto comencé a aflojar la cuerda. Un dolor se producía en mis manos, al parecer la sudadera no era suficiente protección.
Hago una mueca de dolor y muerdo mi labio inferior. Este chico podía ser delgado, pero si que pesaba.
-con cuidado…- murmuré

Tras un par de resbalones que terminaron de mancharle la ropa y un ligero rasponazo en una de sus rodillas, Fausto alcanzó lo alto del montón de escombros. Hubo de introducir su torso por el hueco para observar el otro lado del derrumbamiento.

El otro lado aparecía semiderruido en uno de los laterales del pasillo. El hueco había comunicado el tramo escavado con una galería natural desde la que soplaba una ligera corriente de aire frío. Al enfocar la linterna al suelo del pasillo crees ver lo que parece ser un trozo de tela que sobresale de los escombros.

No, estás a unos 2 metros de ella y está semienterrada, de hecho solo ves un fragmento.

-TU SERIA MUCHO PEDIR QUE NOS INFORMES QUE TAL VA LA EXCURSION!-

Tengo claro que algo malo le pasara al tonto de "Dejenme yo me lo hago todo yo mismo" pero es mejor descargar mi miedo insultandole y tratandole mal que dejando que mi voz se quiebre y aumente la inestabilidad

-VUELVE DE UNA PUTA VEZ Y ENTREMOS TODAS!-

Fausto descendió del pequeño hueco entre rocas. Taciturno y con la cabeza agachada regresó hasta sus compañeros de desventuras intentando poner los pies en los mismos sitios seguros que los puso al ir. Cuando llegó, su rostro permanecía serio y lleno de preocupación -No veo nada...no hay cuerpo alguno...sólo...sólo había un trozo de tela semienterrado.

Si no te importa mancharte al arrastrarte se puede pasar al otro lado. Y sin mucho esfurzo también hasta la galería que se ha abierto con el derrumbamiento.

Lo miro confundida –debes estar equivocado Fausto, de pronto los nervios o el polvo no te dejaron ver con claridad. El hombre que grito tiene que estar allí. Sus gritos eran de un dolor muy fuerte, es imposible que huyera con tanta rapidez- dejo caer la cuerda al suelo y froto mis manos para así intentar calmar un poco el ardor. – ¿Un trozo de tela?- le pregunto.