Partida Rol por web

-Uhm... -gruñó conforme se levantaba llevándose la mano al costado. Su rostro se combó cuando se puso totalmente de pie y emitió una leve queja de dolor -Aun duele. Arma fuerte.

Se apoyó sobre la pared. Aun sudaba, la situación había sido tensa. 

-Gracias -agradeció nuevamente apartando el rostro. Parecía querer evitar mirar a la cara a la mujer.

La chica apartó el rostro y se apretó contra la pared cuando vio acercarse al japonés, pero al oir su pregunta se relajó, abriendo las manos e irguiéndose un poco.

-Sí, eh... estoy bien, sí -dijo de manera tajante- Es solo... lo que soy, uhm...

No miraba directamente. Su rostro aun parecía enfurecido, pero su color de piel comenzó a volverse algo normal. Desde sus manos goteó algo menos de magma y, tras una patada a la pared, el reguero dejado por ella se solidificó.

-Es solo que estoy harta de estar aquí, quiero salir y respirar aire de verdad, no la mierda artificial que almacenan en estos depósitos.

"¿La chica no dijo que tú sabías cómo salir de las celdas? Mencionó algo de la mujer que escapó, cuando se desactivaron todas las celdas" 

El hombre levitó por la habitación hasta donde se encontraba Darkness, pero su mensaje global se refería específicamente a lo que podía saber QR. 

"Acompáñame mujer, quizás entre los tres podamos ayudar a esas pobres almas infelices"

-Yo al menos no puedo atravesar las paredes de energía, correría el riesgo de descomponerme. Y no pienso correr el riesgo por unos cuantos seres tan débiles como los que veo aquí -dijo sin más.

-Parece que tu cuerpo no es lo único que no es para nada humano, compartes más con esos alienígenas que con nosotros, por lo que veo -dijo con cierto tono de odio conforme caminaba cerca del tipo verde. Se quedó cerca de Darkness y lo miró de arriba a abajo, luego escupió al suelo -Esto es una guerra, ellos contra nosotros. No vamos a dejar caer a los nuestros.

-Si tu lo dices... allá vosotros -dijo mientras volvía a la habitación principal, aquella que los había hospedado a ellos -Suerte con la liberación de esos insectos.

"Revisaré a los centinelas, quizás alguno..."

Dijo mientras levantaba telequinéticamente los cuerpos de los centinelas en busca de algún artefacto que pudiera abrir las celdas. Pero no hubo suerte.

"La cosa es que solo ciertas frecuencias de onda pueden traspasar un muro energético como este. Y creo que ninguno posee esa habilidad, ¿no? Vibrar, o cambiar la densidad... algo así sería ideal en este caso"

El tiempo avanzaba con prisa conforme las nuevas tropas llegaban al punto de destino y una orden de acoplamiento se procesaba a través del terminal. Pero, habiendo dominado aquella base de datos, llegas al punto en el que te mueves por ella como por tu propio ordenador. Analizas rápidamente la información de los "Profetas de la Verdad"

Los "Profetas de la Verdad" son los nombres dados a los gobernantes principales del Imperio Shimenari. La fuerza Clerical del Imperio domina con mano de hierro a sus hombres a través de la fe, la lealtad y a aquellos aptos, la mente colmena generada por su dominio mental y sus habilidades telepáticas. Existen siempre tres en cada planeta a ocupar y esos tres son los que gobiernan el designio y desarrollo seleccionado en nombre de la Reina. Aunque físicamente no son los más fuertes, se les teme por su poder. Pero, para defenderlos siempre se encuentra con el triplete su guardaespalda personal, un Tartarus. Originarios del planeta Doisac, son los mayores creyentes de la promesa de "el Gran Viaje" de los Profetas y darían su vida por su defensa. Más de 5 metros de estatura, dos grandes brazos capaces de superar cualquier defensa y un cerebro minúsculo totalmente sensibles al control mental que, a todas luces, consideran la voz de Dios"

Tras esto, haces una lectura rápida del resto de tropas y sus armas más básicas -dentro del nivel de baja seguridad donde te mueves- con lo que crees ayudará bastante en el futuro. 

La tranquilidad generada por el silencio dejado tras el destrozo de la alarma y los altavoces por la enorme explosión de plasma producía cierta inestabilidad e inseguridad. Por algún motivo parecía que todo estaba yendo bien, pero no podían quedarse tranquilos mucho más tiempo. Los prisioneros de la otra habitación parecían más tranquilos, pero aun estaban nerviosos al ver que no se encontraba ninguna solución a su cautiverio. Pero las piezas de tecnología recogidas por Hi no Kami quizás sirvieran más adelante.

El tiempo apremia, debemos sacar a esos prisioneros rápido. La última vez pude guiar a la arlequin para oscilar energéticamente de tal manera de emular la frecuecia del teletransportador. Sin ella, veré si puedo encontrar en el ordenador una forma de evitarlos... Mujer! - Dijo dirigiéndose a Silvia - Tu puedes moverte a supervelocidad verdad? Es posible que puedas conseguir lo mismo si puedes vibrar a esa frecuencia. No será fácil pero debemos tratar las diferentes alternativas. Piensa en cómo se sintió tu cuerpo cuando fuiste teletransportada aquí, trata de emular esa sensación con tu cuerpo...

Alguno fíjese si descubre cómo utilizar esa granda, hay 6 de los pequeños viniendo hacia nosotros, si nos alcanza, deberemos utilizarla...

Asentí finalmente al africano y dejé de prestarle atención para centrarme en el problema que teníamos ahora entre manos: Aquellos seres humanos aprisionados en las celdas.

Observé la granada a la que algunos hacían referencia, pero no sabía cómo podía activarse aquello.

Al principio parecía todo bastante desesperante, pero entonces aquel hombre dijo algo que tenía sentido. Intenté recordar la sensación a la que hacía referencia.

- Cuando me teletransportaron aquí... - Dije, dejando las palabras en el aire. Entonces comencé a hacer oscilar mi cuerpo, intentando reproducir aquella misma sensación. Debía ser posible hacer algo así y eso sería lo que permitiría salvar a aquella gente.

Arqueé una ceja cuando la chica empezó a responder. Parecía que estuviera a punto de decir algo importante, pero cambió de tema para clpar a la diferencia del aire, quizá porque se había equivocado de palabras al principio. La verdad es que no había notado aquello. Sin embargo, me preguntaba a que había venido aquella reacción de miedo al principio. Decidí que aquello no era asunto mío, así que no pregunté. Si era algo que debieramos saber, ya nos lo contaría.

- Si solo es eso, lo único que necesitas es un poco de paciencia.

En la nueva sala se estaba formando un ligero ruido por la conversación de los que se habían trasladado ahí. Lo único que logré entender fue algo de vibraciones, y tampoco estaba seguro del todo. Estaban ahí para liberar a los otros prisioneros. ¿Por qué entonces no intentaban buscar aquello que rompió la mujer del haz de luz para que las celdas desaparecieran? No vi un motivo real para desplazarme, pues ellos eran los expertos, así que me quedé en el sitio.

- ¿Tienes otras habilidades especiales a parte de tu poder volcánico?

Sigo vivo, pero cómo y por qué?... la oscuridad me envolvió y me invadió, estaba muerto, se que lo estuve. No fue como esperaba, pero ella me trajo de vuelta. Esa cara, esa luz que la bañaba... me ofreció su mano y me trajo de regreso. Pero, por qué? no me arrepiento de lo que he hecho en mi pasado, pero sabe Dios que no he sido una buena persona, hice cosas que la gente ni siquiera soñaría en sus peores pesadillas...entonces, por qué yo? por qué salvarme a mi? tendré una misión que realizar? a caso mi vida es relevante en todo este conflicto o simplemente, se me ha dado una nueva oportunidad para enmendar mis errores del pasado? No se que se espera de mi, pero se lo efímera que puede llegar a ser la vida, y no desaprovecharé esta segunda oportunidad.

Me incorporo, y con una mano en el pecho me acerco tambaleante, hacia el científico de la bata.- Tu seguiré con computadora, dejarme a mi los cachiveches. Quizar podía saber como usandos.

Plataforma de control de huéspedes. Número de visitantes: 102.  Encerrados en 14 módulos.

Aparecía un listado breve con nombres e identidades de todos los huéspedes y las coordenadas de sus módulos. La mayoría parecían ser metahumanos, aunque muchos de ellos lo desconocían según los datos y simplemente habían localizado variaciones genéticas dormidas o activas demasiado recientemente. Los controles eran fáciles de encontrar, pues así habías llegado. Pero entre las distintas funciones se encontraban la de liberación en celda, liberación al lugar de origen y la de sacrificio y ejecución. Todas estaban encriptadas con una doble clave, lo que significaba un nivel de seguridad grave. 

"Interesante. Nada más recupero el control de las funciones, atiendo a este picor que sentía y descubro los últimos movimientos. Eres un espécimen curioso, así pues me quedaré observando lo que haces. Pero te advierto, sujeto humano, el fallo en alguno de los pasos manda directamente la orden de ejecución. Si consigues liberarlos... no creo que vayan a sobrevivir mucho, pues los Campeones los localizarán. Así pues, veamos qué decides"

La granada parecía indescifrable, al menos con el poco tiempo que le habías dedicado a ella. Pero, haciendo caso a lo que el tipo del ordenador te dijo, comienzas a recordar la sensación. Intentas emularlarla y, por un momento, tu cuerpo comienza a temblar con tal velocidad que te cuesta controlarte. Durante algunas fracciones de segundos sientes que todo el escenario se funde y vuelve borroso, volviendo a estar en el mismo lugar fracciones de segundos después. Crees haberlo logrado, o al menos lo suficiente. 

—Mi poder... ¿volcánico? -dijo quedándose confusa durante unos segundos. Dudó de si seguir hablando, pero aquel hombre la había ayudado a calmarse y decidió que, al fin y al cabo, estaban todos en la misma situación —No es... un poder, es lo que soy. Estoy hecho de esto. Esto es... un disfraz, por así decirlo. Una apariencia para... no ser un monstruo. 

En un segundo la mano se convirtió en un corriente de magma que caía al suelo suavemente, pero parecía tener la forma de una mano igualmente. Luego volvió a ser quien era. 

—A veces me descontrolo, intento evitarlo, pero puedo estallar si me descuido. 

Tras un rato analizando los instrumentos llegas a la conclusión de cómo funcionan tanto la granada como el casco. El rifle sigue siendo una incógnita completa para ti, a pesar de funcionar de modo muy parecido a la granada, o al menos parecerlo debido a la estética y tecnología similares. La granada debe de apretarse en cuatro puntos -coincidentes con los dedos de la mano del alienígena- y una vibración indica que se está activando. Quitaste la mano a tiempo para deducir que, una vez la vibración terminara (va acelerándose cada vez más), la bomba está lista y ha de ser lanzada. El rifle, sin saber como, se te disparó. Pero con suerte fue a parar a una pared.

El casco, por otro lado, no tiene mucha ciencia. El cristal blindado protector desde dentro es un panel informático lleno de información contextual y guías visuales que pueden ayudar al que lo lleva a realizar distintas operaciones con armas y físicas. Parece, además, un potenciador del pensamiento y un comunicador, pues tiene un micrófono incorporado y un cambiador de frecuencia en un lateral.

"Tras un rato analizando he descubierto que este ser sigue vivo".

Se elevó desde donde se encontraba y levitó hasta el extraterrestre al que se le había quitado el casco, el ser blindado. Llegó hasta donde se encontraba y se quedó flotando frente a él.

"Usted, miss Cassidy" A pesar de no haberse presentado a todos, aquel hombre transmitió ese nombre a la mente de todos los demás "Deja de discutir y ayúdame. Si posees funciones cognitivas superiores puede que entre los dos comprendamos lo que está pasando. Está inconsciente, pero su mente está boyante de conocimientos y sinapsis activas"

—¿Cómo? -se quedó confusa por un momento. Olvidó la discusión que estaba llevando a cabo con Darkness sobre la liberación de los prisioneros y agitó la cabeza. Pero luego asintió y se acercó corriendo hasta donde había ido el telépata.

—Está bien, te echaré una mano, quizás así podamos saber más de todo lo que está pasando...