Partida Rol por web

Mallon entonces extiende rápidamente su bastón y, por un momento, también entra en trance:

¡konstanta flamo!

Pronuncia mientras gesticula apresuradamente.

De repente, su bastón comienza a brillar con gran intensidad, proporcionando la iluminación necesaria a quienes tienen más problemas en la oscuridad.

Ahora podéis distinguir un retorcido sendero, gris oscuro, que debe llevar hacia las puertas secundarias de Garek Enkdal, vuestro destino.

Baern mirá a su alrededor y un escalofrío recorrió su cuerpo - Esto no es nada normal - comentó, más para si mismo que para el resto. Sin embargo, dado que el lider del grupo había tomado la decisión apretó los dientes y preparó su arco, por si algun ser de ese plano decidía acercarse demasiado

- Si tenemos que combatir, hay algo que debamos saber? - terminó preguntando en voz alta a los sabios - No me gustaría enterarme con enemigo sobre nosotros -

Ingrid y Suka avanzaban por el siniestro plano de las sombras a la retaguardia del grupo. Tanto la loba como la bárbara de la escarcha se sentían fuera de lugar. De hecho, ambas tenían el cabello erizado por la malsana influencia del opresivo ambiente. Y las dos se mantenían en estado de máxima alerta, llegando incluso a rayar la paranoia por momentos.

Fenestir se sentia extraña en ese lugar ... la nieve que tan tranquila le hacia sentirse de repente parecia polvo de hoguera lo que hacia que sus primeros pasos fuesen cautelosos como si andase por cenizas que podian ocultar brasas que redujesen a formas calcinaas sus pies .El sol que tanto hacia disfrutar a la joven no se percibia y era muy complicado orientarse .

El maestro toma la voz cantante en detrimento de su discípulo que, siendo muy meticuloso para que todo salga bien, se limita a obedecer las órdenes de Karasten.

Desde aquí podremos recorrer la ciudad de los orcos en pocos minutos, debería bastar para encontrar el obelisco - aclaró ante la pregunta de Baern -. Hay algunos vórtices entre este plano y el plano material que nos podrían absorber a un destino aleatorio. Confiemos en nuestra suerte y en la ayuda de Vatun -. Haciendo una pausa, para echar una mirada al conjunto de vuestro grupo sentencia: Procurad no desviaros del camino y todo irá bien.

Sigamos todos muy unidos. No quiero perder a nadie del equipo. Dice Helden volviendose hacia sus compañeros. 

- Los bardos cantarán esta gesta: de como los bárbaros de la escarcha se infiltraron en una ciudadela orca caminando por las sombras. Bueno, al menos lo harán si sobrevivimos.

Siguiendo las directrices de Krasten, alcanzáis lo que parece ser una entrada a una caverna subterránea. 

Dicha entrada reluce aún más oscuridad si cabe y, justo ante ella, casi podéis distinguir varias sombras humanoides que parecen guardarla.

Karasten entonces os intenta calmar pues al parecer, se trata de las siluetas ensombrecidas de los guardias apostados en la entrada. Pero se hallan en otro plano y no podrían interactuar con vosotros.

Tranquilos - dice el mago -. Desde aquí no pueden hacernos nada. Ni siquiera percibirán nuestra presencia.

Haciendo caso al mago, os adentráis en la negrura, esperando alcanzar vuestro objetivo lo antes posible.

- Espero que tengáis razón - murmura Barn sin querer elevar el tono de voz - Tampoco nos pueden escuchar? - susurra a continuación, tratando de no pensar en que puede ser un vórtice

-Supongo--confirma Ingrid a Baern--Percibir incluye escuchar, entiendo. 

-¡Vamos, vamos! No os demoréis. Hay que encontrar el filo de nuestro pueblo y salir de aquí enseguida--azuza la druida a sus compañeros, refiriéndose tanto a la ciudad orca como al plano de las sombras.

Rápidamente os movéis por el pasadizo hasta llegar a una gran caverna. Desde vuestra visión, ésta parece albergar los barracones de los soldados orcos. 

Cientos de sombras humanoides se entrecruzan en vuestro camino sin tan siquiera inmutarse de vuestra "presencia". Echando un vistazo alrededor, sólo hay otro angosto pasillo que os lleva fuera de esta caverna, por otro lado poco interesante.

No dudáis en acceder por el pasadizo del norte para acceder a otra gran caverna. A la derecha podéis observar las negras aguas de un lago subterráneo. Multitud de estalagtitas y estalagmitas con formas retorcidas desde vuestra posición hacen de esta caverna un laberinto de sombras. Esto retrasa considerablemente vuestro avance.

No sabríais calcular el número pero quizá haya el doble de criaturas aquí que en la caverna anterior. También hay un número indeterminado de otras criaturas no humanoides, quizá animales o bestias de carga.

Finalmente alcanzáis el extremo noreste de la gran cámara y ahora se os plantea un gran enigma. El pasaizo se bifurca en dos y debéis decidir si continuar por el norte o por el este.

Fenestir después de los primeros instantes de desconcierto se acostumbra al nuevo escenario y avanza decidida , no esta feliz pero si decidida .

Cuando ven a los centinelas orcos instintivamente sus manos aprietan mas fuerte la empuñadura de las armas , pero las palabras del mago y de su compañera hacen que sus nudillos recuperen algo de color .

Esperemos no dar muchas vueltas por esta ciudad y que Sabrala o su filo puedan guiarnos sin titubeos hacia el nuevo filo .

Tranquilo guerrero - dice con tono serio el mago - Aquí estamos a salvo.

La última palabra de Karasten resonó entre las sombras como si un puñal se introdujera en vuestra cavidad auditiva. 

A pesar de que por el momento todo marchaba con tranquilidad, estaba claro que este lugar rezumaba hostilidad.

Rápidamente os movéis por el pasadizo hasta llegar a una gran caverna. Desde vuestra visión, ésta parece albergar los barracones de los soldados orcos. 

Cientos de sombras humanoides se entrecruzan en vuestro camino sin tan siquiera inmutarse de vuestra "presencia". Echando un vistazo alrededor, sólo hay otro angosto pasillo que os lleva fuera de esta caverna, por otro lado poco interesante.

No dudáis en acceder por el pasadizo del norte para acceder a otra gran caverna. A la derecha podéis observar las negras aguas de un lago subterráneo. Multitud de estalagtitas y estalagmitas con formas retorcidas desde vuestra posición hacen de esta caverna un laberinto de sombras. Esto retrasa considerablemente vuestro avance.

No sabríais calcular el número pero quizá haya el doble de criaturas aquí que en la caverna anterior. También hay un número indeterminado de otras criaturas no humanoides, quizá animales o bestias de carga.

Finalmente alcanzáis el extremo noreste de la gran cámara y ahora se os plantea un gran enigma. El pasaizo se bifurca en dos y debéis decidir si continuar por el norte o por el este.

- Me temo que la Cantora no funciona como un faro, no tengo ni idea de por donde seguir. Si los exploradores no averiguan algo, supongo que habrá que tomar la decisión por puro azar.