Partida Rol por web

El combate estaba siendo duro. Su fiel compañero, Cloud, estaba recibiendo embites a diestro y siniestro, hiriéndole profusamente. El rojo de la sangre aparecía cada vez más brillante sobre el pelo de la bestia.

Por su lado, Porfidius aguantaba estoico los ataques del enemigo sin hacerles caso.

De repente, al percatarse del nuevo ataque del huargo, vió que Evea no estaba, ¿estaría el cuerpo en el suelo? El druida gritó mientras otro de los rayos caía desde el cielo - ¡Henderch, échame una mano! - dijo esperando que su magia acabara con los enemigos de su compañero y él pudiera ir a la zona donde su compañera había desaparecido, esperando no encontrar su cuerpo - ¡Por los hados del bosque! Sólo espero que estés bien.

Cloud continuó a garrazos con el enemigo que estaba cebándose en él.

Sigue la carnicería en medio del claro del bosque. Ya nuestros enemigos empiezan a ceder a causa del numero de cadáveres que se van acumulando a nuestros pies. Cadáveres destrozados, desmembrados, quemados. Si, es una visión que me hace reír en voz alta.

Y esta carcajada, atrae la atención de uno de los grandes trasgos que quedan en pie. Me giro en su dirección y ambos quedamos frente a frente.

Es en ese momento, cuando escucho el aviso de Porfi. No puedo evitar torcer el gesto. Pues se que a mas de uno de los mios, estos perros miserables, han conseguido tocarles. Y eso, tiene un precio que no va a tardar en pagar el perro miserable y sarnoso que tengo delante.

Alzo la visera de mi Yelmo un instante y digo.

¡Voy para allá enseguida Porfidius!. En cuanto destroce a cierto cerdo que tengo delante.

Mientras bajo la cimera con un golpe seco, añado mirando al trasgo.

Así es. Me refería a ti escoria. Vas a morir aquí y ahora. Y voy a disfrutar destripandote.

Y sin mas dilación, nos lanzamos el uno contra el otro.

Resuena en medio del bosque el entre chocar del acero, mis maldiciones, y los gritos de dolor del trasgo. Gritos que se cortan cuando logro hundir la punta de mi espada en medio de su asqueroso hocico. Retuerzo mi arma para causar el máximo de daño posible y ahora, todos pueden escuchar de nuevo mi carcajada mientras me giro buscando nuevos desgraciados a los que destrozar.

 El gran trasgo cae ante las embestidas de Henderch quedando libre, puesto que el rayo de porfidius termina con el huargo así como con uno de los guerreros trasgos que se encontraba en combate contra el minotauro.

El minotauro gira su cornamente y aleja de si a uno de los grandes trasgos que le amenazan.
Al tenerlo más distante, aprovecha para alzar su gran hacha y descargarla con su brutal furia sobre el cuerpo del humanoide

Katan por su parte, viéndose ya libre de trasgoides cercanos, se adelanta unos pasos en dirección a Henderech y sonríe macabramente al ver como su esqueleto viviente le atraviesa el pecho con el hacha a uno de los brutos de la horda.
Hmmmmm..jajajjajaaa...es increíblemente fuerte con esos guanteletes! Jajajaja!

Al ver al barbaro algo herido, se adelanta dispuesto a curarle.
HEY Henderech! Aguanta un poco más que ya casi llego!

En eso, Katan alza la vista y ve a un enorme trasgo elevándose en dirección a Necrull.
¿Que diablos? Por todos los muertos! Un trasgo-volador!

Jaaammmmening! JAAAAAAAAAAMENING!
El ermitaño, cierra la mano libre como si se tratara de una zarpa, y la retuerce en el aire.
Maarrrcheeeto!

Las manos del trasgo, comienzan a dolerle terriblemente, y un olor a putrefacción surge de éstas, como si sufrieran una gangrena!

Una sombra avanza veloz entre los arboles, el trasgo gira su mirada buscando un atacante que no puede ver...

Lo único que siente es una fuerte punzada en su esternón. Un estoque que atraviesa su pecho y un enano con una muestra de desprecio en sus ojos parece materializarse ante él, empuñando el estoque que lo atraviesa- No te preocupes... todo a acabado para ti....-Le susurra el enano al tiempo que retira el estoque.

El orco ha de superar una tirada de fortaleza Cd 16 o morirse....

 El minotauro no muerto ataca al ya de por si malherido gran trasgo, terminando finalmente con su vida. Y es que un gran trasgo no puede continuar el combate sin cabeza.

En ese caso saco la ballesta y la cargo.

Necrull sonrió cuando vio al trasgo conjurar un volar de un pergamino y elevarse a su altura. No dejó de sonreir cuando usó sus poderes para volverse invisible y ver la cara de sorpresa del trasgo. Y seguía sonriendo mientras se movía a su lado a la vez que desenvainaba su maza.

El brujo no estaba seguro de si se enfrentaba a un mago o a un hechicero, pero desde luego se llevaría una gran sorpresa en unos momentos.

 Evea, protegida por el conjuro de invisibilidad decide lanzar un conjuro de curación sobre si misma, muerta no ayudaba a nadie, además Porfidius ya se encargaría de Henderch. Además parecía que la situación estaba medio controlada.

 Sin más pronunció unas quedas palabras a la vez que sus manos invisibles bailaban en el aire. Acto seguido sintió como la magia reparadora envolvía con cierta calidez su esbelto cuerpo, restañando las feas heridas.

 El último de los jinetes huargo, valientemente vuelve a atacar a Porfidius. Su lobo lanza una fuerte dentellada al druida, logrando apresar entre sus fauces uno de los brazos del mismo, más esta se zaja con rapidez del mismo. A pesar de ello, su brazo comienza a sangrar debido al mordisco.

El jinete lanza su ataque pero solo hiende al aire. No es su mejor dia de combate... puede que sea el último.

 El gran trasgo que se encuentra luchando contra el minotauro lanza un nuevo ataque desesperado, pero su nerviosismo ante su situación le hace errar el golpe.

Tiene más suerte su compañero al atacar a Cloud, lograndio herir de nuevo el costado del animal.