Partida Rol por web

Faris se pasó un buen rato estudiando el mapa que habían encontrado.

- Chicos, esto es preocupante. Por lo visto, nuestro amigo Koth sólo era la punta de lanza de algo mucho más gordo.-dijo, señalando la torre que representaba el punto donde estaban ahora, marcado con el nombre de Koth.

- Tienen una ruta marcada, y han planificado por lo menos hasta los primeros 35 días.- el dedo de Faris reseguía la línea roja.

- Aquí es donde se reunirán todas las tribus y luego pasarán por esta fortaleza. Mmmm... Jorr, ¿sería posible destruir el puente que cruza esta garganta al norte? - preguntó, señalando con el dedo el punto al que se refería.

Jorr, ayudado por alguno más del grupo en paralelo que Fertel y Silmesh investigan en la cámara secreta bajo la fortaleza, revisa y amontona el botín obtenido en el combate en el patio.

Los dos goblins rasos llevaban una pequeñas cimitarra y un pequeño arcos cortos compuestos, todos ellos de gran calidad. Un detectar magia sobre el montón por parte de Celgadis revela que sus armaduras de cuero tachonado tienen una débil aura de magia. Sus pequeñas rodelas no parecen relevantes.

De los worgs, Jorr se queda un colmillo de cada uno, así como un par de patas. Con toda tranquilidad, os explica que sus perros también merecen una parte del botín.

Los hobgoblins más veteranos (4 en total), que salieron del interior del edificio al suroeste, llevaban armadura de bandas, espada larga de gran calidad, escudo pesado de acero, arco largo compuesto (+2 Str), y 2 pociones cada uno, todas parecen contener el mismo tipo de brebaje. De entre todos, conseguís 40 flechas útiles, que no tengan el asta rota, una muesca, etc.

El minotauro iba prácticamente a pelo; su gran hacha, aunque GRAN, no parece tener ninguna propiedad más que la de su peso, volumen y buen filo.

Y finalmente, del cadáver del rebautizado como Koth el hechicero -a juzgar por el mapa-, conseguís una estrella del alba <morningstar> de gran calidad, dos pociones que parecen distintas entre sí, y para alegría de los conjuradores arcanos del grupo, esta vez sí, algunos objetos mágicos que pican la curiosidad... una varita y una bolsa de tela, parecida a una mochila.

Silmesh analiza con ojo experto las puertas, y prepara su colección de utensilios para desarmar mecanismos. Pasa un minuto con cada una de ellas, primero mirando los dinteles, luego el suelo, la hoja de la puerta, los goznes, las cadenas y los candados... después con ganzúas y hierros probando, inclinando, tentando... en el proceso, su ceño se va frunciendo, contrariada.

Su conclusión es que no hay trampas, aunque se ve incapaz de desarmar los mecanismos de los candados que cierran las puertas.

Fertel, mientras tanto, empieza a evaluar echarlas abajo... lo cierto es que las puertas son gruesas y de hierro, pero igual los candados se podrían romper... aún así tampoco parecen fáciles...

- El viejo puente? Mmm no lo sé... no voy mucho por allí, pero conozco algo la zona claro... es de construcción enana, pero tras su recio aspecto supongo que gente como vosotros seguro que hallaríais la manera de echarlo abajo! Lleva siglos allí, seguro que tarde o temprano se derrumbará igualmente!

Mientras habla, veis como Jorr está atándose las sangrientas patas de worg a la espalda.

- Sí, es hora de que me vuelva a casa. Creo que las diez monedas que me dio Celgadis han estado bien ganadas. Pero mis chicos me esperan, y tras todo lo que habéis descubierto aquí, tendré que pertrecharme y preparar mi casa para dar la bienvenida a estos hijos de perra de la Mano Roja si finalmente cruzan el bosque.

Lo entendemos Jorr, además si seguimos el plan de Faris, que es un tanto suicida, necesitamos que alguien avise el Transbordador de lo que pasa, así que haznos el favor de avisarles si no te importa. Que se preparen a evacuar y avisen a todo el valle.

Tras mirar las puertas negó con la cabeza.

Riva, creo que te toca usar tus musculos, coge el hacha del minotauro y dales caña a estas puertas, sería una pena usar tu espadón para esto.

 Ya sín peligro, el felino se acerca al cadáver detectando magia y curioseando el escritorio.

Riva como el hacha, pero titubeo.

- ¿Para que quieres derribar las puertas? Tal vez sería mejor hacer pira y que este lugar fuese purificado por el fuego.

Para coger el tesoro riva, cuando veamos todo lo que hay ya podras prenderle fuego.

- Uo uo gato, espera... yo no salgo del bosque, y no voy a hacerlo ahora con la que viene encima. Quizá consigáis retrasarlos, pero el tiempo es oro, y tengo que minar de trampas mi pantano para que a los goblins se les pasen las ganas de tomar el te conmigo. Lo siento, pero si queréis avisar a los refinados del pueblo es cosa vuestra. Así que... mucha suerte. Me largo.

Un segundo, un segundo - digo al ver como Riva va hacia el hacha del minotauro como le han pedido. Me paso una mano por la frente para limpiarme el sudor y saco otra ganzúa. Maldita cerradura comento picada en mi orgullo. Dadme un rato y si no puedo abrirla con gusto veré como la destrozáis a golpes

Me afano probando cada ganzua que me parece pudiera servir con la esperanza de oir el ansiado *click*

A regañadientes, dejáis a Silmesh volver a intentarlo. La elfa parece herida en su orgullo; pero está segura de que le había faltado poco para encontrar la clave del mecanismo de los candados. Se pone a trabajar de nuevo... y al cabo de un par de largos minutos,

*click*

Sucedidos por otros dos *click* espaciados en otros tantos minutos en cada candado.

Sonriente, Silmesh os enseña las cadenas sueltas y posteriormente guarda sus utensilios con mimo.
 

El esqueleto de Amery todavía viste sus guanteletes, y su espada bastada yace a su lado. Ambos objetos destilan magia; de hecho, la espada brilla con motas blancas de luz en todo momento.

Accediendo a la primera alcoba, los diez cofres de hierro que se veían desde fuera tienen grabado el escudo de armas de la Fortaleza de Vraath (una V estilizada). Conociendo cómo las gastaban con las cerraduras en la época, Silmesh decide aplicar todos sus esfuerzos en abrir sus cerraduras metódicamente, pero primero exploráis el resto de alcobas. Al ver que no hay otras cerraduras allí, la exploradora abre los contenedores. Seis de los cofrecillos contienen monedas. En total, 2500 piezas de plata, 2100 de oro y 120 de platino. De los cuatro restantes, tres contienen notas de crédito (expiradas largo tiempo atrás), y el último, nada más y nada menos que el título de propiedad de la Fortaleza de Vraath. Al parecer, el poseedor de esta acta es el propietario legal de la fortaleza en ruinas.

La segunda alcoba fue usada por Amery como lugar privado para relajarse, leer, y guardar sus libros. Fertel dedica un rato a hojear varios volúmenes, viendo que seguramente podría juntar las piezas de la historia de la fortaleza, exceptuando el trágico final que parece que sufrió (irónicamente, la entrada final de un diario contiene una nota del propio Amery regodeándose de haber solucionado permanentemente el problema con los gigantes).

La tercera alcoba contiene un único arcón. En su interior, la calavera de un joven dragón negro, dos docenas de dientes de gigante en una gruesa cadena, una camisa de mallas de mithral que bien pudo pertenecer a un jefe osgo, una vara hecha de madera gruesa y pulida de roble decorada con oro y plata, y un enorme guantelete con púas. La camisa, la vara y el guantelete gigante desprenden magia.

Sonrio, si, tanto tiempo practicando con su hijo adoptivo para ese puesto de cerrajero que le dijo al final han servido de algo. Guarda su estuche de ganzuas, pequeñas sierras y otros utensilios en su cinturón. - Parece muchachos, que ahora somos los dueños de esta "magnífica" fortaleza... si es que antes no se nos cae encima de nuestras cabezas. En cualquier caso el anterior propietario tuvo a bien dejar algo de dinero para los arreglos o lo que pudieramos necesitar.

Sus compañeros ya están discutiendo sobre el mapa, la amenaza inminente de los goblins. - ¿Sabéis ya que magia impregna esos objetos? - Pregunto curiosa.

Con aprobación miró como silmesh guardaba sus herramientas. Buen trabajo, cualquiera diría que lo haces cada día.

Vale, anulad lo del fuego, somos los flamantes dueños de esta torre. Creo que deberíamos adelantarnos a ver que clase de ejercito hay allí, para actuar en consecuencia, pero esos "cienes y cienes" que dijo el hobgoblin me ha asustado un poco no lo voy a negar....

Jorr, según sabemos hay cientos de enemigos, por muchas trampas que pongas... deberías retirarte, si es necesario te pagaré para que "malgastes" tu tiempo en evitar cientos de muertes.

- Vaya, parece que nos ha tocado la lotería.- dijo Faris, quien miraba por encima del hombro de Fertel como se apilaban los tesoros.

- Sigo pensando que nuestra única esperanza es cortarles el paso aquí.- dijo, señalando el punto que estaba marcado como “Puente de la Gargante de la Calavera”.- Eso les retrasaría mucho mientras buscan otro paso practicable para su ejército. Tiempo que podemos usar para prevenir a toda la comarca y preparar las defensas.

- Jorr, antes de irte, ¿qué tipo de puente es? Has dicho que era de construcción enana, así que debo suponer que será de piedra. ¿Cuáles son sus dimensiones?- le preguntó al cazador antes de que se marchara.

- Diría que hemos cumplido nuestro primer objetivo, explorar las ruinas y saquear sus tesoros. - El elfo se mostraba feliz mientras trasteaba con todos los objetos mágicos que había por allí, armas, pociones y demás.

- Nuestro nuevo objetivo parece ser detener a la horda goblin, al menos evitar que arrasen este valle - Celgadis hablaba mientras examinaba los objetos, junto a Fertel. En realidad el elfo estaba hablando solo, aclarándose las ideas, pero "permitiendo" que sus compañeros le oyesen. - Entiendo que los objetivos menores que forman parte de eso podrían ser, avisar a los habitantes del valle del peligro, dificultar el avance de la horda y hacernos fuertes para... - en ese momento se interrumpió, levantó la vista y el brazo...

- ¡Adiós, Jorr, gracias por tu ayuda, te has ganado tu paga con creces! Buena suerte.

Cuando terminó de examinar los tesoros, se dirigió a sus compañeros, antes de listar todo lo que tenían allí.

- Creo que deberíamos volver a Transbordador de Drellin para informar de lo ocurrido y los peligros venideros, además de descansar cómodamente y vender parte del tesoro, luego intentamos destruir el puente para ralentizar a la horda y, si no surge nada más, podemos intentar hacernos fuertes aquí. - En el rostro del elfo se veía que la última parte no le agradaba lo mismo que las otras dos, pero estaba dispuesto a hacerlo

Riva frunció el ceño, preocupada.

- No diría que no a una buena pelea Celgadis, pero si la fuerza de pieles verdes es suficiente y nos encerramos aquí, poco podremos hacer. Creo que debemos conseguir ganar tiempo y que desde Dreblin consigan refuerzos o se retiren. Pero una fuerza que plantea asediar una ciudad amurallada ... es algo más poderoso que unos cuantos hobgoblins, un minotauro y una manicora. Esto es una avanzadilla, lo que venga detras puede pasarmos por encima sin dudar. Tenemos que conseguir marcar la diferencia y evitar que mueran inoncentes en lo que parece una invasión en toda regla.

Mientras hablaba miraba con curiosidad los guanteleques y la espada de Amery.

- Fertel, no recuerdo quien era este Amery Vraath ... ¿Un guerrero consagrado a causas justas? ¿Que le trajo aquí? ¿Cual era su historia? 

Estos eran claramente hostigadores, no podemos montar un plan sin saber cuantos enemigos hay, pero con que haya solo 100 ya tendrían que retirarse.

Creo que debemos ir a este lugar de reunión a ver que hay, pero ese puente seguro que tiene guardias.

A regañadientes, Jorr encaja la recriminación de Fertel.

- Uhm... no es una cuestión de dinero... si, quizá tengáis razón y no deba quedarme en el pantano. Pasaré por allí, cogeré mis cuatro cosas personales y a mis chicos, y bajaremos al pueblo. Supongo que se impresionarán de verme, no acostumbro a ir a hablar con esa jodida panda de patanes. Me encargo de avisarles.

Ahora sí, sin mucho más que hablar, Jorr abandona la fortaleza bajando por el camino. Habéis conseguido un mensajero que explique vuestro descubrimiento a la gente de Transbordador de Drellin.

Fertel coge varios tomos. Abriendo uno, busca algo de inspiración o información, no lo tenéis claro. Poco a poco, pasando páginas, recompone el puzle de la historia de la Fortaleza y Amery Vraath.

La fortaleza de Vraath tiene una historia trágica, como atestiguan las ruinas y los restos esqueléticos del patio. Durante siglos, el comercio a través del Bosque Embrujado se realizaba a través del Carretera del Amanecer, y los soldados estacionados en la Fortaleza de Vraath eran los principales defensores de la región. Su presencia mantenía la carretera segura para que los mercaderes transitaran.

Unos años antes de la caída de Rhest (un imperio que al parecer floreció en el Valle), un ambicioso y joven humano llamado Amery Vraath heredó el control de la fortaleza. Después de que el reino de Rhestilor se disolviera, Amery reclamó el el Bosque Embrujado entero como suyo, y buscó liberar su nuevo dominio de su malvada reputación. En lo alto de su lista de objetivos estaba una tribu de gigantes de los bosques que habitaban en lo más profundo de la espesura. Conocidos como los Colmilloretorcido, estos gitantes de los bosques generalmente se ocupan solamente ed sus asuntos pero puntualmente pillajeaban a mercaderes en la Carretera del Alba.

El atrevido joven señor reunió un grupo impresionante de mercenarios y aventureros, y a primera hora de un día veraniego dirigió sus fuerzas contra los Colmilloretorcido. La batalla fue furiosa, pero al final los hombres ed amery ganaron y forzaron a los Colmilloretorcido a huir a las montañas. Los soldados redujeron a cenizas el asentamiento de los gigantes y volvieron, victoriosos, a la fortaleza.

Fertel deja el libro que tenía abierto y coge otro. Lo hojea hasta el final, y concluye la historia:

Hasta ahí lo que explican los libros de Amery. Pero por lo que yo conozco, la victoria fue efímera. Una semana después, los Colmilloretorcido supervivientes regresaron y atacaron la Fortaleza de Vraath en medio de una terrible tormenta. Los gigantes bombardearon la fortaleza toda una noche arrojando pedruscos y con enormes flechas envenenadas. Ninguno de los soldados de la fortaleza sobrevivió.

Y mirando el cadáver del suelo, añade:

Excepto el desdichado Amery, que parece que bajó aquí, donde murió debido a las heridas o el veneno…

Goblins:

2x +1 small studded leather armor

Koth:

Wand of magic missiles (CL 5, 15 cargas)

Bag of holding (type I)

Amery:

+1 frost bastard sword

Belt of giant strength +2

Alcoba:

Staff of life (7 cargas)

+1 mithral chain shirt

+1 spiked gauntlet HUGE