Partida Rol por web

Aún mareada por el impacto de las rocas y sangrando llegué al poblado, había camillas donde estaban curando a los heridos, yo llegué en un estado bastante mal, los curanderos no pudieron hacer muchos por las heridas abiertas, salvo vendarlas y desinfectarlas, los animistas tampoco ayudaron mucho a mi recuperación, así que me quedé allí tumbada bebiendo agua de una petaca y aguantando el dolor de los moratones.

Cada vez que una herida volvía a sangrar me volvía a aplicar los vendajes yo misma, la cantidad de heridos y el poco personal sanitario, no permitía llamarlos cada dos minutos.

Mis compañeros parecían recuperarse fácilmente, lo que me produjo una gran alegría al ver que se encontraban en buen estado.

Para mi sorpresa, Sam regresó sano y salvo, me preguntaba donde había estado, así que le llame para que se acercara a la camilla y me comentara donde le habían llevado sus pasos " SAM!!! pero donde te habías metido, nos tenías preocupados, ¿donde has estado? ¿han averiguado algo esos pies de la comarca? " 

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Unas soldados pasaban cerca de mi, les pregunté si conocían a alguien que vendiera objetos mágicos y equipo en la ciudad. 

" Soldados, ¿hay en alguien en la ciudad que practique la magia? ¿sabéis en que dirección se encuentra el mercado de la ciudad? pregunté medio tartamudeando por el dolor de las heridas.

Ergala estaba interesada en darse una vuelta por la ciudad unos hombres le comentarón que cerca del puerto cerca de la lonja de pescado había toda una avenida con tiendas.

Tras perdr la mañana y una vez despuntado el día nuestro aventureros estaban ya con sus ropas naturales que les ocultaban las curas de las heridas de la batalla de la noche pasada.

Ergala quería caminar por las tiendas y unoshombres le comunicarón que cerca de la lonja y del puerto había toda una avenida de articulos de compra.

Coreruil estaba ocupado poniendo orden ante el incendio del castillo, destrozo del templo y el ataque por parte de los orcos y sacerdotes tenia horas de juicios y de imponer ordenes y orden.

Además de buscar y capturar a los sacerdotes ocultos por la ciudad y que quemarón el castillo.

No me gusta estar paseando y pendiente de vigilar las espaldas por si me atacan. Me gustaría encontrame ya con el sicario para poder estar tranquilo la verdad.

Comenté a los demás mis temores.

Después de aquel descanso me sentía fortalecido, hacía ya algún tiempo que no desayunaba bien, ya había pasado tiempo desde que salimos en dirección a la isla del gigante.

Sabía que el bueno de Coreruil nos trataría bien, Tengo hambre por todos los valares, ¿Con quien tengo que pelear para que me den de desayunar como a un enano que lleva días sin probar un manjar?

Observe que el mediano estaba preocupado por aquel sicario que andaba tras nuestras cabezas. No te preocupes amigo Sam en cuanto halla saciado mi hambre nos iremos en busca de aquel que quiere nuestras cabezas, hahahaha.

Estábamos en las tiendas de campaña sanando nuestras heridas y Tritón y yo no teníamos demasiados problemas, pero la pobre Ergala llegaba en un estado peor al que pensaba. Cuando los animistas acabaron con su trabajo nos dispusimos a continuar la marcha y ver que se podría hacer en Ciudad Gris.

Observé como Ergala se cambiaba uno de los vendajes por otros limpios e intenté echarle una mano para ver si podía hacer algo por sus heridas.

Tras ayudar en lo posible, Sam sacó el tema de la criatura que estaba tras de nuestras cabezas. Tritón intentó tranquilizarlo y yo hice lo propio al ver que la expresión de Sam era de percibir que él sería el primero en caer - Sam, eres uno de los miembros más antiguos de La Hermandad... ¿ahora te vas a asustar por que hayan puesto precio a nuestra cabeza? hemos superado juntos infinidad de peligros y este no va a ser menos. Mientras tanto acompañemos a Ergala a dar un paseo por el mercado, lo mismo encontramos algo que nos sirva -

Ergala no ha tenido tanta suerte como sus compañeros pero con el tiempo las heridas restantes se curaran.

cuando estaban calle arriba (la x) entrarón en una plaza y una calle algo más estrecha, fue en ese lugar cuando aparecio el sacario, hombre legendarío aun que algo menos que la hermandad, este es contratado tanto por humanos como por orcos.

tenia una espada ancha y grande de dos manos pero la tienía en una mano y un escudo pequeño, (pero no había uno, había 4) solo había un sicario legendario y tres sicarios normales.

¿pero quien es quien?

Que lástima de brazo ofertado por unas monedas, tanto talento se podía usar para el bien, pero bueno cada uno busca su destino.(el circulo 0)

VOSOTROS....

ESTA TARDE-NOCHE ...

SOIS NUESTRA...

PRESA, SOLO QUIERO LA CABEZA...
 

Me levanté de aquella cama y gracias a los cambios de venda y a la leve ayuda de Malleus logré recuperarme en gran parte, los soldados me constestaron y me indicaron el camino a seguir para las tiendas, por lo que nos pusimos la Hermandad en marcha.

En el trayecto unos señores con cara de pocos amigos nos pararon de frente, por lo que sabíamos era un sicario respaldado de 3 como el, todo indicaba de que alguien de la ciudad los había contratado para matarnos, sabían que eramos un problema.

" ¿Quien os ha contratado? JAJAJ ¿tan peligrosos nos ven para pagar por acabar nosotros? " dije sonriente y directa. "Decidme, mercenario, ¿Quien os ha pagado?, seguro que nosotros podemos superar la cifra" mi expresión cambió a una seria y oscura, mirando fijamente al grupo.

Sacando sus armas y preparando los escudos mirando haber quien es el que lucha con quien, responden:

Es fácil, nos pago alguien que no os quiere bien, un tal Irico _ Responden los cuatro_  No dara muy buenas monedas, pero ya no es solo por las monedas, pues yo también tengo renombre, pero si os gano mi popularidad crecera como la espuma, es lo que tiene ser reconocido por estos parajes.

Vengo de muy lejos solo para enfrentarme con la hermandad, pero sois cuatro contra uno así que me he buscando una forma de luchar 4 contra cuatro, contratando yo aparte a estos mercenarios.

Responden a la vez para desconcertar más su identificación.

Pues me parece que hoy y aquí vas a terminar tus días de leyendas.

le comente sacando mi honda y una de mis mejores piedras.

Yo me ocupo del encapuchado.

Íbamos en dirección al mercado tan rica y tranquilamente cuando unos señores con expresiones de pocos amigos se interponen en nuestro camino.

Ergala comienza a charlar con ellos y cuando hizo el comentario de que les pagaríamos más que lo que le hayan pagado, eché mano a mi pequeña bolsa y - a ver Malleus.... 1, 2, 3..... 7....... 12, 13......... - Ergala, me da a mi que no vamos a llegar a poder darles ni tan siquiera una décima parte de lo que les hayan pagado....... - le susurré para que se relajara un poco, pues no creía que fuera tema de dinero.

A la respuesta del que al parecer mandaba en el grupo de extraños, se confirmó lo que le comenté a Ergala - ¿ves? estos amables señores solo van a por su renombre y a intentar acabar con nosotros para poder pedir más dinero para hacer misiones que nosotros hacemos altruistamente por el bien de la Tierra Media - Me coloqué a la altura de Ergala y desenvainé a la maravillosa espada Ahuwuen - Señores, basta de presentaciones. Ustedes saben quienes somos, nosotros no sabemos quienes sois, pero da igual, pues saber los nombres de cadáveres es tontería. Demuestren la pasta de la que están hechos y veremos a ver si son dignos de enfrentarse a "La Hermandad" - comenté en tono desafiante a la espera de su reacción...

Cuando intenté calmar al mediano sabía en mi interior que no pasaría mucho tiempo en meternos en algún tipo de problema, y tal como me vaticine a mi mismo, fue en el camino hacia el mercado cuando nos abordaron cuatro tipejos que se auto-proclamaron nuestros verdugos.

Ciertamente no sabía si al aceptar el encargo de Iroco sabían donde se estaban metiendo, pues habían dado con el grueso de la hermandad en todo su esplendor. Mis compañeros se presentaron con palabras, en esta ocasión no me apetecía hablar demasiado, mi mirada lo decía todo y si no se lo había dejado lo suficientemente claro, empuñe mi hacha con mis dos manos y la puse frente a ellos.

Cuando queráis. 

Ellos se ponen en guadia y avanzan para atacaros.

se puede tirar fuera de turno y yo los colocaré

Lanzo mi primera piedra al encapuchado, espero que se lo piense dos veces antes de meterse con la hermandad