Partida Rol por web

En respuesta a lo que habia dicho el Kobold saque mi arco y apunte a la cuerda que sujetaba la llave, no pensaba volar para coger esa llave si una simple flecha podia bajarla de alli, sobre todo por que seguia pensando que alli abria trampas.

Tomé el Chakram en cuanto volvió, guarándolo entre mis ropas nuevamente, aunque más bien pareció consumirse en llamas.

El brillo de las armas desapareció a medida que mis llamas se iban desvaneciendo, como si yo mismo las fuese absorbiendo de a poco, momento en el cual incluso cerré los ojos, oyendo los pequeños destellos y chispas que emanaban antes de cesar completamente.

Escuché a Khivit y luego el aire partirse por un proyectil y me quedé expectante a ver si algo ocurría...

                La saeta de viento bajó la llave. Esta brilló en el piso y Tempestad la tomó, todos lo miraron como diciendo que era desprevenido pero él respondió.

                -Bah, la razón por la que no nos mataron es que logramos crear una luz del sol artificial. Nadie necesita trampas cuando tienes Necromantes… si no hubiésemos hecho aquello estaríamos todos muertos.

***

                Y aparentemente tenía razón así que salieron de ese edificio de hueso por donde habían entrado. La tierra estaba llena de lodo y se les enterraba parte del cuerpo en aquel (cortesía del Tsumani que había provocado el tigre la noche anterior). Llegaron a la caverna y se encontraron frente a la puerta con candado.

                Abrieron.

                -Tengo algo de miedo –comentó Mía.

                Pasaron despacio y se hallaron en un sitio de una enorme cantidad de túneles; la oscuridad era partida por los fuegos que alumbraban algunas paredes desde las antorchas que alguien allí había colocado. Eran en total siete entradas distintas, así que mejor saber por dónde ir o perderse en esta caverna enorme en donde vivía, supuestamente, la misma muerte.

Bueno no habia trampas y eso era una ventaja, pero era mejor prevenir en aquel lugar, eso y que gastar mana para volar tampoco me apetecia demasiado.

Cruzas despues hasta la otra torre fue sencillo, sobre todo con el monton de muertos que habia dejado tempestad, ahora solo quedaba conseguir no perdernos de ninguna de las formas y para eso existian algunos trucos si es que las paredes no eran magicas.

- Si contamos con que no haya trampas yo llevo velas y cuerda, podemos entrar a un tunel ir marcando el camino con cera en la pared y si nos perdemos usar la cuerda y la cera para regresar aqui -

-O podríamos volver y preguntarle a la esfera que camino tomar, no lo se, siempre es una opción- dije encogiéndome de hombros.

-Ninguno de ustedes va a querer separarse y no sabemos a donde lleva cada camino, así que es eso o elegir al azar-

  Bregor encendió de nuevo su antorcha y se colocó ante las siete entradas moviendo la cabeza de un lado a otro, confuso.

  "¡Que asco de sitio!" - Se digo para sí mismo.

  - Es cierto que separandonos abarcaremos más terreno, pero corremos el peligro de que algún grupo caiga en una trampa. La idea de Fafnir es buena, tal vez la esfera nos pueda responder, aunque sería más cómodo si la pudieramos traer con nosotros, quien nos dice que después de esta primera bifurcación no hay más.

- Por mi no hay problemas, podemos ir a buscar la esfera y preguntarle incluso si nos puede acompañar o alguna chorrada de esas, el caso es que algo tenemos que hacer -

       Una idea que manejaron era la posibilidad de volver sus pasos e ir por la esfera roja para preguntarle las cosas, incluso traerla allí. Estaban discutiendo sobre qué decisión era mejor cuando algo les golpeó en la cara. De pronto estaban todos caminando por el tercer túnel, desde la derecha. A la salida del mismo había una sala enorme, llena de estalactitas y estalagmitas; en medio de ella, sentada en un trono de diamante se encontraba una mujer con los labios cosidos.

       De golpe se vieron de nuevo en donde se hallaban ahora. Mia se atrevió a conjurar una hipótesis de lo que había pasado.

      -¿Recordáis aquella vez que tuvimos una visión compartida? ¿En qué vimos el pueblo ser atacado cuando todavía no había ocurrido? Creo que hemos repetido eso pero viendo dónde debíamos ir.

      -¿Y cómo? -preguntó el tigre.

     Mia no lo sabía; ninguno de ellos conocía como hacer una visión en conjunto de antemano aunque ahora lo habían conseguido... lo que habían aprendido era que el tercer túnel conducía a la mujer llamada muerte.

-En teoría cuándo finalmente todos pensamos en lo mismo, algo como lo que acabamos de pasar puede ocurrir- dije rascándome la cabeza, me costaba aún acostumbrarme a la idea de que cada tanto ocurriera eso.

- Si la llamada muerte esta en la tercer bifurcación entonces no deberíamos ir por allí verdad? O quieren ver de quien se trata realmente? Nuestra prioridad es el cetro y liberar cuanto antes a los dragones...y ya perdimos un día-

- Creo que la muerte custodia el cetro, así que deberíamos ir por el tercer camino si queremos dar con ella. Además, ya le hemos dado un sacrificio, cuatro para ser precisos, para que nos dé audiencia, no debería haber nada que temer.

  -La primera visión que tuvimos como grupo no fue un sueño, se hizo realidad. Si hemos vuelto a tener una es una seña que creo debemos seguir.- Dijo el guerrero.-Yo opto por seguir ese camino.-

Una nueva visión, seguramente sucedian por lo que decia Fafnir al pensar todos lo mismo, pero no habia nada que nos asegurase que fuera así, por ahora no podiamos detenernos a investigar, abria que confiar en esta extraña habilidad.

- Seguir el camino de nuestra visión es el que mas nos interesa, ella custidia el cetro y yo tengo interes en conocer a esa extraña mujer, todo nos conduce hasta ella así que vayamos -

            La mayoría se había decantado por seguir el camino de la muerte. Lo que sí era de saber, porque lo habían creído ver en el cuadro, era que la mujer custodiaba el cetro que necesitaban para liberar a los dragones de la Voluntad de estos seres oscuros. Así que no había mucha chance de que el mismo estuviera alejado de la señora. Mía también se apunto con la idea y Tempestad simplemente siguió a la mayoría. Comenzaron a andar por la cueva, con paso lento. El Elemental de la joven salió de su interior para alumbrar muy poco el camino: por las dudas era preferible verse ocultos que relumbrar, pero tampoco era cuestión de chocarse contra la pared.

           Todavía Fafnir podía regresar si decidía no ir con el grupo.

Seguir el camino era por ahora lo unico que podia hacer, extrañamente me sentia nervioso por encontrarme con aquella mujer que en teoria era la muerte, estaba claro por el cuadro que esa mujer no era humana, no del todo al menos ni tampoco era orca, su origen seguramente seria oscuro pero no le ataria al control de los orcos, con eso podria tratar de negociar con ella, tal vez se atuviera a razones.

A pesar del temor que despertaba en mí el inminente encuentro con La muerte, no podía sino, sentirme particularmente emocionado. Aquello era, de lejos lo más increíble que había hecho nunca, y sin duda, la muerte sería la mayor personalidad ante la cual jamás podría mostrar mi presencia. Tenía la esperanza de que, a pesar de tener la boca cosida, tuviese modo de dedicarnos unas palabras.

Me crucé de brazos y comencé a caminar siguiendo al grupo.

-Bueno, si vamos a morir que sea con estilo, pero demos todo por no morir, de todos modos primero lo mejor será hablar, si eso no funciona entonces gastense toda su magia de ser necesario, pero debemos de conseguir el cetro-

  -Bueno, parece que todos pensamos igual ¿No? Pues sigamos adelante.-

  A continuación el guerrero marchó por la tercera puerta que marcaba su sueño.

     Atravesaron el túnel en silencio, pensando en la forma de encarar a la mujer. Salieron hacia una sala oval con un trono en medio. Sentada sobre él había una mujer desnuda, solamente tenía dos calaveras cubriendo sus senos y una especie de tela oscura entre sus piernas. Su boca estaba cosida, mas no sus ojos. Los miró y habló, aunque no era con sus labios sino que las palabras parecían dirigirse telepáticamente.

    "Debéis estar muy locos, o ser muy valientes para venir hasta aquí. Pero habéis venido, así que supongo que tenéis algo que decirme".

    Los miró de hito en hito a cada uno de ellos, viendo que era un grupo variopinto y con un aura poderosa. Si les temía no lo demostraba, su mirada era serena. El recinto en el que estaba tenía antorchas que iluminaban y el techo estaba lleno de estalactitas picudas que sobresalían peligrosamente.

    No portaba armas, no tenía nada en sus manos, parecía que no las necesitaba.

La imponente presencia de la mujer hizo retroceder ligeramente al kobold, pero acto seguido, casi instintivamente, viendo el estado de semidesnudez en que se encontraba no pudo evitar poner una mueca sátira y mirar a Fafnir de reojo. Se moría de ganas de saber qué pasaría por la mente del íncubo y hasta que punto sería coherente en sus insaciables deseos carnales.¿Dónde estarían sus límites?

Khivit dio un respingo y recuperó la compostura dando un paso adelante e inclinando levemente la cabeza, más como una formalidad, un defecto profesional, que como una verdadera muestra de respeto. Se aclaró la garganta y dudando de la conveniencia de hablar en voz alta si dirigió a La muerte.

- Venimos de muy lejos, y hemos dado muerte a los necromantes en tu honor con la intención que nos concedieras audiencia. Ahora estamos ante ti para solicitarte que nos entregues el cetro que liberará a los dragones.

La presencia de la mujer era imponente, su cuerpo practicamente desnudo se mostraba ante nosotros en aquella sala, curiosamente lo primero que vino a mi mente es las similitudes y diferencias con el cuerpo de mi hada, aquella mujer era hermosa a la vez que terrorifica, pero mi hada era sencillamente perfecta, en fin suponia que era la ventaja de ser yo incluso delante de la muerte siempre recordaba a mi hada.

Khivit se me adelanto hablando con la mujer y por desgracia ahora tendria que esperar a ver su respuesta, mi idea era ofrecerle que nos acompañara ya que estabamos pero bueno eso parecia que tendria que esperar... o tal vez no.

- "En honor a la mas absoluta de las verdades tambien me gustaria pedir que vinieras con nosotros en nuestro viaje, te ofrezco la posibilidad de un sin fin de enemigos muertos en tu honor" - pense mirando a la mujer, queriendo ver de paso si como sospechaba era capaz de leer lo que pensabamos.