Partida Rol por web

Fael nota algo en el ambiente. Una magia feérica muy poderosa. Solo puede haber una persona con tal poder entre las hadas y no es otra que la Reina de las Hadas. Fael siente que está en el bosque... y no puede andar muy lejos. Picca también nota la presencia de la Reina pues se coloca al lado de Fael, mirando en la dirección donde se nota más fuerte su presencia.

-¿Lo has oído?

Se coloca la mano junto a la boca, como contando una confidencia, y habla en susurros, aunque seguramente no sea algo secreto para nadie. Lo que pasa es que Kiddo no suele enterarse de las cosas cuando debe.

-Se dice que hay algo en los bosques perdidos. Ronda como un alma en pena... pero no parece un stalfos. ¿Qué clase de ser será?

EL principe Dub tambien ha enfermado (Pi~) Entonces es necesario actuar de inmediato. Dejelo en mis manos, ira a hablar cuanto antes con esa Kokiri. Corro hacia la salida no sin antes tropezarme por el estado de mi pierna, me levanto lo más pronto posible y volteo a ver a Drayni.

Que el Gran Arbol Deku siempre proteja a la familia real (Pi~) "Malditos Kokiri, seguramente tienen que ver con todo este desastre. Si no fuera porque la Princesa personalmente a pedido tregua..."

A Kupi se le ha encomendado una mision, la cual como siempre sella colocandose la máscara Keaton para ocultar su cara y parecer un poco más carismatico, lo que hace al enemigo bajar ilusamente la defensa. Una máscara que le recuerda que la mision debe cumplirse a CUALQUIER COSTO

-¡JA!- solté a modo de mofa. -¡Seguro que es Remi, que está haciendo de las suyas y asustando a los deku! Ya lo conoces, es un bromista. - dice mirando a Mila. Entonces cambié de tema. - Hablando de dekus, ¿no están muy agitados últimamente? - Hasta ahora nos habían dejado tranquilos, a pesar de nuestras rencillas, pero hace poco había escuchado rumores que indicaban un incremento de actividad en sus filas. "Quién sabe... quizás estén preparando un ataque contra la aldea Kokiri para expulsarnos del bosque..." - pensaba, entre fantasías mías batallando con los seres-planta y salvando a Mila, que caería rendida a mis pies antes mis increíbles muestras de coraje y valentía...

La muchacha frunció su ceño extrañada por el consejo de la experimentada Shika. Apenas comprendía sus palabras, pues no era capaz de sentir o ver nada lejos de lo que se mostraba a sus ojos. Negó con la cabeza, inquieta por tanto misterio y decepción acumulada. Intento enfocar una vez más algo que no encajara en el paisaje que contemplaba, creando un incómodo silencio que acentuaba su derrota. Hasta que finalmente se desveló el motivo por el que Shika se había dirigido a Himiko.

Se incorporó asombrada, pues deconocía completamente para qué era requerida su presencia, algo que no esperaba y se cruzaba con su oportunidad de escuchar historias. En cualquier caso asintió decidida, sabía que era mejor no demorarse demasiado y así con suerte regresar antes de que fuera tarde. Gracias... Dijo con seriedad a modo de despedida antes de que la vergüenza volviera a hacerse presente. Avanzó veloz un par de pasos, pero de repente se detuvo con brusquedad para volver a mirar a Shika un instante. Esto… ¿me enseñaras? Preguntó con enorme timidez antes de abandonar el molino y dirigirse apresurada a ver a la gran Anciana.

El camino hasta los bosques perdidos se hace corto y por suerte para Kupi, no hay ningún kokiri al que plantar cara así que llega a la entrada en poco tiempo y sin ningún incidente. Pero eso no exime al camino de peligros, además... desde hace poco corren rumores sobre un ser que vaga por los caminos del bosque y nadie sabe las intenciones que dicho ser tiene para con todos los demás. 

¿Será un nuevo peligro? ¿Un nuevo enemigo?

Una vez dentro del bosque y tras recorrer gran parte del camino que lleva al templo del bosque, llega al olfato de Kupi un olor peculiar. Alguien o algo está haciendo fuego... cerca de la laguna de los zora.

Saco mi cantimplora y bebo un poco de hidromiel mientras camino lentamente a la laguna Zora. "Alguien externo al bosque seguramente, pero ¿quién, un Zora?" Con nuez Deku en mano exploro cada vez con mayor sigilo moviendome al ritmo de la briza, tratando de sacar el mayor provecho a mi camuflaje natural.

Los bosques estan llenos de peligros, pero eso no es lo que me preocupa pues esas amenazas se como tratarlas. Ahora me enfrentaba a algo desconocido y ESO era lo que me ponia nervioso. "¿... una criatura de fuego?"

Fael se debatia, aunque recordaba bien las palabras de la Reina, si la requisiera la volveria a llamar, sin embargo Kiddo puede ver que el aleteo del hada se torna mas rapido.

Nadfa escucha un sonido. Un roce más bien. Algo se acerca a su posición y podría ser un animal, un enemigo o las dos... quién sabe realmente lo que se esconden es esos bosques malditos. Eso sí, parece algo habituado a hacer lo que está haciendo... acercarse poco a poco a su objetivo.

¿Qué podrá ser?

Trabajar mucho y duro era una cualidad de la raza, y Wizzrobe era un buen exponente de su raza. Uno que se iba a quedar sin poder comerse una buena cena en un rato por razones de política, después de un duro día de trabajo.

"...grumf!"

-De acuerdo -dijo. Y como era el líder y no se podía decir otra cosa, agradeció- Gracias por el descanso.

Compuesto y sin cubo (y sin comida calentita) se dirigió hacia la embajada Goron donde... mmmmm... bueno, se encontraría con los goron y vería qué tenía que hacer. ¿Turismo? Quizá quisieran visitar las piscinas. Se dirigió hasta allí con toda la velocidad de sus potentes patillas pero sin correr, al trote subrosiano. 

Mientras aún hervía el agua, Nadfa se quedó mirando su reflejo en la pequeña laguna. Cada vez que veía su reflejo, veía a su hermana, lo cual era muy doloroso para ella... pero por alguna razón no podía evitarlo... tal vez en el fondo quería hurgar en la herida.

Respiró hondo y apartó la mirada, no sin esfuerzo. El agua aún no hervía.

En aquel momento escuchó un sonido por su oído bueno. Era como de suaves pisadas sobre las frescas hojas de la mañana. Alguien acercándose así... o era un cazarrecompensas o una fiera cazando. Las dos cosas eran malas, decidió descartar la segunda.

Sin girarse, desenvainó una de sus hojas y se puso en pie con calma, sacando los pies del agua y aguardando en la orilla.

-Quién esté ahí tiene dos opciones. Dejar de acercharme y salir al descubierto o morir. -dijo con una voz fría y tajante mientras ladeaba la cabeza y buscaba por el rabillo del ojo algúna pista de dónde estaba aquella persona... o animal.

Kupi escucha a alguien y parece que ese alguien le ha escuchado.

-Quién esté ahí tiene dos opciones. Dejar de acercharme y salir al descubierto o morir.

Una voz fría y tajante sale del lado de la laguna zora. Y también casi que se ha escuchado el rozar del metal contra el cuero al desenvainar unas espadas. 

- ¿Morir? OHOOHOHOO, te has dado cuenta de mi presencia hasta que estado lo suficientemente cerca y aun te atreves a amenazarme.

Una criatura envuelta en ropas hechas con el foliaje de la naturaleza sale al claro. Solo que esas "ropas" resultan ser su cuerpo, nada extraño suponiendo que la criatura sea un Deku Scrub.

Creo que estas muy lejos de casa y muy cerca de mi territorio ¿qué te trae por aqui viajero?.

Saco una cantimplora y bebo despreocupadamente de ella

Nadfa miró al deku extrañada mientras éste soltaba toda su perorata. Luego miró a su taza de metal, para ver si el agua que había puesto a hervir estaba lista. Lo estaba. Se agachó y apagó el fuego con agua del lago.

-Tengo tetas, así que viajera en todo caso. -dijo mientras sacaba unas hierbas y las envolvía en un pequeño trozo de tela que posteriormente introdujo en la taza.

Cuando acabó se volvió a encarar al deku.

-¿Qué buscas? -era la primera vez que uno de su raza, aparentemente cuerdo aunque con pocas luces, se dirigía a ella. Hasta aquel entonces se habían limitado a ignorarla, y ella a ellos, era un buen trato.

Shika no contesta, pero por la mirada Hikimo es capaz de notar que muy probablemente acabe adiestrándola en los aspectos más prácticos. Quizá dentro de poco tienen una misión rutinaria juntas en la que pueda aprender todo lo que sabe la joven, pero veterana, Shika.

La casa de la Anciana Shura no está muy lejos del viejo molino y tampoco es muy difícil acceder a ella. Es más, muchos hylians acuden a ella para pedir consejo y remedios para algunos males comunes como el resfriado o un dolor. La Anciana Shura es la más venerable de todos los Sheika y, junto a Impa, son las que toman las decisiones.

No hay nada que ella no sepa.

-Pasa, pequeña Himiko - dice desde el interior, justo antes de que Himiko pueda llamar a la puerta.

Picca revolotea nerviosa.

-¿Qué hará la Reina aquí? Creo que está junto al Gran Árbol Deku.

Parece hablar con Fael, pero también lo hace para los dos kokiri porque habla en voz alta. La pequeña hada amarilla mira hacia Fael.

-¿Vamos? Sabes que la Reina no sale de nuestro hogar si no es por un asunto importante.