Partida Rol por web

Al ver como servian los platos en la mesa, me siento y juntando las manos como para rezar digo: Ittadakimasu!!!. Así empecé a picar trocitos de carne. La carne estaba bien sabrosa y la salsa acompañaba. Con el hambre que tenía poco más a decir, que me centre en ella.

Volver a encontrar a los granujillas de los humanos éstos no fue tarea muy difícil. Los muy sinvergüenzas se habían parado a la primera de cambio a comer... ¡Este Gatomon! Seguro que era culpa de ese rufián sarnoso el hecho de que hubieran hecho un alto en el camino tan pronto. Si fuera por mí, los hubiera estado hostigando sin parar... jummm.

Pero lo peor de todo no era el hecho de que se hubieran parado a descansar tan pronto, sino que...

—¡¿Habéi' empezao a comé' sin mí...?! — dije todo enfadaote en cuanto entré en el establecimiento y me los vi en pleno proceso digestivo —. ¡Pero qué poca vergüenza...! Uhmm, tú... Floramon, trae pa'cá otro plato de eso' pa' mí...

Sí, yo mucho quejarme de que estuvieran comiendo y no en búsqueda de resolver la misión... pero hambre también tenía. A ver, que soy un digimon, ¡no una máquina de proteger renacuajos! Además, probablemente esos humanos no esperaban verme de vuelta tan pronto... ¡pero eso no era excusa de todas formas!

Jaime también tomó asiento y escudriñó con algo de desconfianza los platos aunque tratando de no parecer maleducado. La carne tan desmenuzada en el plato le hacía pensar en estofados pero el aspecto que tenía era bastante diferente. Al ver que sus compañeros comían sin problemas decidió que también él lo intentaría.

- Buen provecho.

Se llevó un trozo a la boca y lo masticó primero con cuidado hasta que le cogió el gusto. Era absurdo haberle temido a un trozo de comida. Sí, estaba cocinado con otro tipo de condimentos, unos a los que no estaba acostumbrado, pero sabía bien y con lo olvidado que tenía ya el desayuno se hubiera comido cualquier cosa.

- Vaya, está realmente bueno -comentó tras tragar.

Fue entonces cuando llegó aquel pequeño demonio malhumorado de nuevo, con aires de creerse el rey del mundo. Se iba sin dar explicaciones, volvía cuando le daba la gana y ahora exigía a esos digimon que le dieran comida sin ninguna educación…

como con algo de desconfianza no por lo que plantas antropomorficas pudieran haberle puesto a la comida sino de que efecto podria causarme, escucho que llega el imp a la comida invitandose por si mismo

aprovecha que aun hay y come en vez de quejarte

La pelinegra miraba abstraida el sendero que caminaba, pensando seriamente sobre que hacer en un caso o otro-Una vez que me venge ¿que hare?, ¿como regresare al mundo humano?-Esta y otras ideas absurdas invadian su cabeza, no tenia la menor idea de donde estaba, que eran los espiritus digitales y si realmente valia la pena tantas molestias, estaban aqui para salvar un mundo ¿Como esperaban que ella hiciera algo así?. Miro el digivice y un escalofrio recorrio su cuerpo, tenia una sensación horrible en el estomago, producto de la sola idea de convertirse en una de esas cosas, no, se toco el vientre y rugio hambriento, solo era hambre.

Iba a ver su mochila para ver si tenia algo comestible cuando la gata parlante los llevo a una bonita aldea rural. En ella vivia esas florecillas caminantes que los recibieron amigablemente, Thea solto una sonrisa esporadica, por alguna razón le caian bien, no sabia si era por que eran muy lindas en su opinión, tenian un dulce aroma, o por que una de ellas le regalo ese lindo ramo de flores. La pelinegra se pellisco la mejilla tratando de enfocarse, no debia dejarse llevar por cosas tan femeninas.

Las florecillas caminantes entonces les invitaron de comer, esas son buenas noticias. Sin intentar llamar la atención Thea se sento en la mesa donde se les sirvio Teriyaki, lo olio incredula, no daba credito de la comida que estaba viendo, no por el plato en si sino por que tenia carne a su parecer ¿De donde la habran sacado? ¿eso significa que ellas son carnivoras? ahora le caian mejor, junto las manos a manera de dar gracias y dijo:

-Buen provecho.

El primer bocado le dio un raro sabor, pero conforme comia era mas y mas delicioso, pronto se estaba acabando su plato ¿tendria el descaro de pedir mas?, tampoco estaba a dieta, estaba en su peso, podia consertirse un poco mas. Iba a pedirlo cuando noto que el diablillo negro estaba en las mesa con los demas comiendo. -¿cuando habia regresado de donde quiera que habia ido?- Ahora tendrian otra de esas criaturas parlantes hablandoles a cada rato. -paciencia Thea, paciencia, no explotes, tu puedes mantenerte centrada, solo no prestes atención al diablillo con la adorable naricita- Entonces Thea noto que en sus pensamientos ella habia pensado que la nariz del diablillo era adorable, se pellisco otra vez la mejilla, de alguna manera estar con esas criaturas estaba bajando su guardia, no podia descuidarse mas.
 

-Ya esta aqui ese...(dice Gatomon con muchísima desgana al ver llegar a Impmon, Gatomon nunca se habia llevado especialmente con otros digimons y con Impmon la relación podía ser peor de lo normal, de todas formas era casi un sentimiento mutuo y correspondido, esta no comía nada de lo que floramons habían servido, llevaba sentada en una pequeña ventana desde el inicio de la comida, el atardecer comenzaba a hacerse notar en la frontera del mundo digital, así que seguramente esta comida sería la cena de los chicos algo adelantada).

Me acerco hacia Gatomon, al ver la cara que pone cuando ve a Impmon. Que te sucede con Impmon, Gatomon? No entiendo el por que teneis que llevaros mal?

No entendía las relaciones entre digimons, pero dudo que fueran mas diferentes que entre humanos.

—Tsh... 

Aquello fue lo único que contesté a las palabras del minino. Y es que para qué perder el tiempo con un cabeza hueca como ése... Prefería disfrutar de mi comida antes que discutir con él.

—Yo no me llevo mal con nadie, renacuajo. Pero cómo se lleven otros conmigo no e' problema mío...

Me mantengo siempre que puedo en segundo plano y en silencio hasta que llegamos a la comida, menos mal por que me muero de hambre...sin embargo me quedo mirando completamente aturdido aquel plato que traian.

---¿Que es esto?- digo hablando por primera vez mientras lo miro por un lateral con curiosidad, no  es que no tuviera ni idea de los platos típicos de Japón, pero al vivir en la zona que vivia nunca habia ido a un japones - ¿No tendreis por casualidad molokheya?

(Gatomon cogió con su manita a Keitaro y se aleja, echando una mirada a Impmon y girando la cabeza molesta de pronto. Los floramons miraban a los humanos comer como si fueran un espectaculo cirtiense)-No, la verdad es queno conozco el molokeya, ¿es un plato o una costumbre quizás?...

(Gatomon te lleva hasta detrás de una de las casas de los Floramons y miró al suelo algo nerviosa)-Porque es un patán insensible...me hizo ilusionarme y prendarme de sus palabras como una tonta, y luego...también es muy borde...para con los demás, y no se arrepiente, ni se piensa en lo que hace...¿no lo encuentras demasiado molesto?.

Cuando Gatomon me contaba esas palabras, no podía mas que asentir con la cabeza. Empecé a acariciarle la suya y le contesté: La verdad que si encuentro un poco repelente a ese digimon. Quizas el ser un demonio le haga tener ese carácter?...

Por un momento me callé, dado que empezaba a divagar otra vez con ideas absurdas. Ese Alexander tampoco me cae muy bien. No me inspira mucha confianza este grupo que nos encontramos, Quizás Ezio sea el más normal.

Continuo comiendo terminando ya el plato, el sabor era parecido al del mundo humano aunque aun tenia la duda de como todo esto nos podria afectar en algunos minutos, esperaba no vomitar pixeles o cosas parecidas

---Un plato... son....bueno, es una sopa  elaborada con diferentes hierbas a la que se le añade carne de pollo, conejo... y diversas especias.... está bastante bueno...

-Lo que sea me da exactamente igual él no me gusta...(dijo con una carita de pene notable, tu afirmación sobre Alex la hace cambiar el gesto)...si tampoco noto nada muy distinto asi que...pero no se ya veremos, según me dijeron ese crio no tiene aún en mente lo que va a ocurrir...(Gatomon se sentó en el suelo y se apoyo en el muro escuchando las conversaciones de los demás).

-Bueno, pero esto...(se juntó los tallos que podría asimilarse al gesto de juntarse los deditos en un tono de nerviosismo)...¿no te parece que esta bueno?, yo cocino muy bien todos los digimons vienen por aquí a comer y les gusta mucho no se...(la Floramon se acerca a Impmon, dejando zanjada la mini conversación sobre materia culinaria que francamente, no tenía muchas más variantes)...¿que es lo que pasa con Gatomon?, esta muy rara parece enfadada contigo.

Vuelvo a la mesa y me siento, esperando a que acabemos todos de comer. A Floramon le digo: Muy buena la comida, se os da bien la cocina japonesa. Le digo mientras juego con mis dedos entrecruzandolos encima de la mesa.

Hice un gesto con la mano con total desdén, como dándole poca importancia al asunto. Total, ya estaba acostumbrado a esa minina y su mal genio; que se marchara así de bote pronto no me extrañaba en lo más mínimo.

—No pasa ná' nuevo — dije entre bocado y bocado —. Lo de siempre, vamo'.

Y es que me daba una pereza tremenda tener que explicar que a la minina le caía mal de toda la vida. Y no era raro teniendo en cuenta su mal genio. Vamos, que lo raro era que alguien le cayera bien...

-Bien, chicos...(dijo Gatomon reapareciendo a la par que él jóven Keitaro)...vamos a descansar un rato aquí hasta proseguir el camino...bueno yo no lo necesito, pero según parece los humanos lo necesitaís como el comer...

(Tras un lapso de tiempo de un par de horas en el que los humanos y porque no decirlo Gatomon e Impmon también emprendieron el camino por un camino empedrado que abandonaba la tierra de floramons adentrandosé por zonas algo más rocosas, recordaba significativamente a más de uno de los chicos a las rocas y zonas montañosas de cierto planeta árido de cierta saga de ciencia ficción del cine...)-Alex...¿puedo hacerte una pregunta?...¿porque tu eres tan distinto al resto de los humanos?...

Yo me quedo tranquilamente callado. No tenía nada que decir por ahora. Esperar, y solo esperar hasta ponernos de nuevo en camino. Así Gatomon e Ipmon nos condujeron por un camino montañoso y zona árida. Con lo sucedido en la aldea no tenía ganas de hablar, e intentaba por alguna razon esquivar a Alexander.