Partida Rol por web

Algo aburrido, Ogú opta por dar una ir a otro lado mientras ustedes observan lo que los alemanes tienen ahí. No obstante, al rato llega con un cachorro de perro en los brazos. Ajeno a las cosas importantes que están apunto de suceder, el cavernícola se acerca a ustedes y les muestra su allazgo:

- Mí enkuentra wau-wau chikito en plantas. Mí kere dar komida y agüita porke ser bunito y no pensar ke ogú ser malulo.

Marlow mira al perro y ve que se trata de uno de los que usan los alemanes como guardianes, pero que seguramente lo habían abandonado porque parece tener una pata rota. No obstante, algo más importante ocurre, pues en ese momento escuchan una jauria de perros ladrar y en esa parte de äfrica no hay perros salvajes.

Arrugué el gesto cuando dijo aquello de que habían quemado personas, aunque claro, tampoco era algo que me horrorizara pensar pues había visto unas cuantas atrocidades ya y cosas que darían bastante asco a cualquiera como para que la imagen de un cuerpo quemándose me diera nauseas.

- Es una forma de deshacerte de quien no te hace falta... - Dije de manera fría. - Aunque ya sabemos que tienen personas que pueden hacer cosas poco corrientes, por lo que tampoco sería de extrañar que fuera alguna especie de ritual...

Dejé de divagar porque aquello no ayudaba nada, sino más bien, hacía que perdiéramos un poco más la esperanza, esa que yo ya me había dejado por el camino.

Giré la vista para ver como Ogú encontraba al cachorrito y pensé irónicamente que parecíamos los encargados de recoger a los desamparados y eso, salvaría nuestras almas a los ojos de dios o algo así, pero nos hacía tremendamente vulnerables.

- Pobre bichito... - Por mucho que pensara, el animalito me daba pena, aunque no tardó mucho en cambiar la situación pues en cuanto escuché la jauría me di cuenta de que ahora sí que sabían donde estábamos.

- ¿ Esto es como la caza del zorro?

El paisaje no le importaba demasiado a chia, aunque si se fijo en todas las edificaciones y aquel barco volante lleno de armas, no le paso tampoco desapercibido el olor a quemado, no le hizo falta que frankestein dijera lo que era- seguramente quemaran a los que ya no son utiles para el trabajo.- en ese momento aparecio Ogu con un perro herido, chia nunca habia visto esa reza de perro y se acerco un poco para observar el perro y las heridas, cuando se escucharon los ladridos de los perros que se acercaba. Miro a sandokan y pregunto.- que hacemos?

El malayo aún no se había acostumbrado al bamboleo del elefante que montaba, a pesar de tantos años viviendo cerca de aquellos nobles colosos, en las selvas de Mompracém.

Si Yañez me viera se estaría riendo durante un mes... se maldecía el pirata, cuando de pronto, la columna se aró, habiendo llegado a tiro de vista de su objetivo.

Durante unos minutos, todos escrutaron la zona, las empalizadas, e incluso la fortaleza sobrevolada por el extraño barco aéreo. La verdad era que Sandokán no tenía ni idea de cómo iban a conseguir entrar allí, mucho menos de cómo abortarían la construción de lo que quiera que estuveran creando los esclavos.

Tarzán, ¿crees que los esclavos se unirían a nosotros si los liberamos? preguntaba el líder de la expedición, cuando de pronto los ladridos delos perros lo interrumpieron.

maldición... si son perros de presa alemanes, pueden haber detectado nuestros olores. anunció No podremos despistarlos facilmente. Y si nos descubren así, en campo abierto, seremos presa fácil para sus tiradores. Debemos recular a toda prisa... Tarzán, ¿hay algún río cercano? Quizá el agua desoriente a los perros...

Cuando Sandokán termina de hablar sienten con más fuerza los ladridos de los perros, pero el problema es que ahora vienen acompañados por voces humanas. No es muy difícil descubrir que idioma era el que hablaban, pues aunque no entendían ninguna palabra, el aseto gutural y lasmarcadas erres eran propias del alemán. Frankenstein, para quien esa lengua era materna, les dice:

- Al parecer es un grupo de alemanes que buscan esclavos fugitivos. Los peros han dado con nuestro rastro y vienen para acá.

Chia esperaba a que decidieran que hacer, mientras miraba en la direccion de los ladridos, dispuesta a atacar si veia a enemigos.

No iba a ponerme a correr sola por mitad de la selva sin ningún sentido así que miré a Sandokán, a quien parecía haberle tocado por mayoría absoluta lo del liderazgo ahora que Jack no estaba.

Seguía con el pequeño en brazos, aunque ahora que había conseguido tranquilizarlo, se estaba poniendo nervioso de nuevo al escuchar aquello.

- Tranquilo... - Le susurraba sabiendo que entendería el tono de mi voz que no mis palabras.

Si antes casi estaba pensando en que no saldríamos de allí, cada vez veía más negro nuestro futuro.

Mientras ustedes se encuentran ahí viendo la posibilidad de escape, por entre las plantas aparecen los perros acompañados por sus amos. Se trata de 6 soldados alemanes armados con carabinas. En un principio solo los perros se muestras hostiles, pues los soldados no entienden muy bien que hacen ustedes ahí, pero pronto, ante las dudas, les aputan con sus armas.

Ogú, quien pareceno captar a la primera, le pregunta a Mina:

- ¿Ombre kon pelo amariyo quiere peleita, Mimina?

No me gustó nada encontrarme a aquellos hombres, pero con un niño en brazos, no podía permitirme ni sacar el arma, así que esperaba que mis compañeros pudieran con ellos antes de que se liaran a tiros con nosotros.

En contra de todo lo predecible y seguro que para sorpresa de Ogú, aquella vez no le respondí lo que ya se había convertido casi en un tópico de " no les hagas nada que son amigos ", sino que asentí cuando dijo aquello.

- Sí, son alemanes. Nos capturarán si no oponemos alguna resistencia.

Eso sí, como ya había quedado claro que por mi parte, no iba a poder hacer mucho por ayudar, esperé a que fueran los demás los que hicieran algo. Sin duda aún solía pensar en qué utilidad tendría para ellos estar cargando contínuamente conmigo.

Chia estaba preparada para atacar cuando aparecienron los alemanes y sus perros, dio un gran salto para colocarse entre los alemanes, y dispuesta a dejarlos fuera de combate antes de que dispararan, comenzo a golpearlos lo mas rapido que pudo.

El ataque de Chia a uno de los alemanes es tan rápido que este ni siquiera se percata de lo que le iba a ocurrir. Pero los otros si pueden reaccionar y sueltan los perros sobre Chia.

Así, los soldados ganan un poco de tiempo, pero se encuentran de pronto con Ogú quien, feliz de encontrar alguien con quien pelear, descarga con todo su macana solbre la cabeza de uno de ellos. El problema es que otro reacciona y le dispara en el brazo al cavernícola.

Quedan 4 soldados en pie que vuelven a aúntar al resto de ustedes y les dicen algo en aleman. Frankenstein les traduce:

- Levanten las manos o los mataremos.

No entendía demasiado bien por qué lo estábamos pasando tan mal cuando ellos eran menos y ya habían disparado sobre uno de nosotros, aunque Ogú era fuerte y estaba segura de que aquello no lo mataría.

Mi vista se posó en Sandokán unos segundos, pues si ahora era el encargado de dar las órdenes, debía ser quien tomara la decisión, aunque por mí, viendo lo que había, ordenaría que todo el mundo atacara a aquellos tipos y así ahorrarnos el mal trago de que nos hicieran prisioneros.

- Desde luego que Jack podía tener lo que quisieras, pero nos organizaba en seguida.

Las dudas del malayo ya habían costado demasiado tiempo al grupo. Sandokán se encontraba lento de reflejos, casi como si algo le rondara la cabeza, sin saber qué demonios era, sobre todo desde aquel extraño sueño con Mariana.

Sin emabrgo, no podía permitirse más demoras. Las palabras del alemán resonaban aún traducidas por Frankestein, cuando el pirata alzó su cimitarra y se abalanzó sobre el soldado enemigo más cercano, gritando salvajemente al igual que lo hiera durante tantos años junto a sus antiguos compañeros.

Por Mompracem!  Por la libertad!

El ataque de Sandokan llega justo en el momento indicado, ya que mueve al resto a reaccionar. Sandokan le hace un corte en el brazo a uno de los soldados y este deja caer su rifle. Por su parte, Yañez sigue el ejemplo de su amigo y usa su pistola en contra de otro alemán, aunque el soldado logra ponerse a cubierto a tiempo.

Frankenstein tambien se avalanza sobre uno de ellos que le descafga un un tiro que simplemente traspasa la carne muerta del monstruo. Al final Frankenstein le aplasta la cabeza.

Por su parte, Tarzan se lanza en ayuda de Chia y se enfresca en una palea con cuchillo en mano con uno de esos perros.

Marlow se queda al lado de Mina y el pequeño para cuidarlos.