- ¿Qué está pasando? ¡Qué todo lo que he alguna vez he deseado se está volviendo realidad! ¡Tengo a la escuela, a todos los maestros y al resto de estos idiotas a mi merced! ¡Y eso te incluye, Hayato! ¡Antes te has metido en mi camino y nunca me atreví a hacer algo contra ti, pero en este lugar, tengo el poder para convertirte en ascuas!
Misaki chasquea la lengua y les maldice por haberla ignorado.
Mierda... Dice aún aguantandose de pie, pero con grandes esfuerzos. Era un buen entrenamiento, pero no era el momento.
Observa como todo va a peor, y todos huyen. ¡Cobardes! Exclama.
Mira a su padre de reojo, pero no solo a su padre, si no a los demás estudiantes y personas que ahí se encontraban. No podía dejarles morir ahí. ¿Porque eso era lo que estaba pasando no?
La mejor idea era llamar su atención y sacarlos de ahí.
¡Eh, vosotros! ¡Monstruos... asquerosos! Dice con verdadero asco. ¿Por qué no atacáis a alguien que pueda defenderse? Les reta.
Misaki empezaba a ver pasar su vida por delante, si esos monstruos llevaban hasta ella, vaya si moriría. No duraría ni dos segundos. Para empezar no tenía su espada, así que debería luchar cuerpo a cuerpo y estaba segura de que antes de llegar a tocarles se chamuscaría la mano.
Sin embargo, ocurre algo raro. Empieza a sentir un calor extraño que proviene de dentro de ella. Empieza a mirarse las manos, rodeadas de unas lenguas de fuego que no le queman la piel. Finalmente se da cuenta de que no solo son sus manos, si no, todo su cuerpo el que está rodeado de fuego. Se siente muy fuerte y cómoda.
Vale... puestos a soñar.. vamos a intentar utilizar esto a mi favor.. Se dice a si misma, con una gran sonrisa. Si esperaba a que los monstruos llegasen hasta ella, acabarían matando a media sala, así que... debería acercarse un poco y ver qué llamas eran más fuertes.
¡Vamos allá! Se grita para dar ánimos. Su idea, es la de intentar lanzar a distancia ese fuego que la rodea. Así que concentra el poder que siente en las manos, y luego intenta proyectarlo hacia los demonios. Teniendo puntería para no dar a las personas.
Tirada: 1d6
Motivo: Rostizar
Resultado: 1
Pues lanza 1d6. Yo hare lo mismo. Si tu resultado es mas alto, quemas a los bichos. Si el mio es mas alto, los bichos te queman a ti o... acabas rostizando a algun inocente. xD
Edito para decirlo de nuevo. ¡ODIO A LOS DADOS DE UMBRIA!
Tirada: 1d6
Motivo: Nya...
Resultado: 5
Pues logras freir a los bichos mas cercanos. ¿Quieres describirlo o lo hago yo?
Los ojos de Misaki se abren de golpe al ver como las llamas salen disparadas en la dirección que había pensado. Pero su primer instinto es el de cerrar los ojos por la iluminación que había causado, así que no logra ver por completo como chamusca a los demonios más cercanos. Aunque al abrir los ojos, se puede hacer una idea.
¡Tú! Le grita al del pelo negro. Seguramente sabía su nombre, pero no estaba como para enrollarse. ¡¿Es que tampoco sabes correr?! Ya era bastante molesto tener que defender a las personas que no podían hacerlo por si solas, como para encima tener que ayudar al gallina este.
Segunda parte del post en la escena del mundo real.
- ¡Tsukune – kun! ¿Qué sucede, que es este lugar? ¡Tengo miedo! – grito la joven abrazándose a Tsukune.
Sin embargo, Tsukune no podía confortar o proteger a su amiga. El mismo estaba gritando como si estuviera sufriendo una dolorosa agonía, mientras se sujetaba con ambas manos el parche que mantenía oculto su ojo derecho, de donde emanaba un intenso resplandor dorado.
- ¡Mi ojo! ¡Me duele! ¡No puedo soportarlo, esta quemándome! – grito el muchacho levantándose y golpeándose con los escritorios cercanos, loco de dolor.
Me quedo pasmado después de la transición que acaba de ocurrir, veo que Tsukune esta herido o por lo menos incapacitado, por lo que trato de ponerme entre el y Iori contra las criaturas, con un pie golpeo los pupitres entre ellos y nosotros y trato de levantar uno para usar como arma.
No se si mi personaje esta consciente de sus poderes o si los ira descubriendo conforme pase el tiempo.
Ayuzawa no se había dado al principio cuenta del cambio de mundo, por lo que responde a Yamahito.
La mira de forma seria.
Nunca nadie me ha dicho lo que debo hacer o adónde ir. Dice severa. No serás tu la primera. Soy libre de hacer lo que quiera. ¿Lo entiendes tú? Dice de mala leche. ¿A qué venían esas órdenes? Se había equivocado con ella. Pensaba que sería alguien más débil de personalidad, pero se estaba pasando.
Escucha su explicación, y en ese momento se da cuenta de lo que le ha explicado.
Supongo que te referías a esto. Dice con chulería, y poniendose en guardia observando a los monstruos que se le acercan.