Partida Rol por web

Te encaminas al Cuervo de Poe, para detenerte frente a dos casas antiguas, una de las cuales alberga en su piso bajo al Cuervo de Poe y la otra, una tiendecita de materiales mágicos llamada El Almacén de la Sibila.

Entras en el  local. Todas las piezas son auténticas de época, desde el piano en una esquina hasta las mesas y sillas dispares. Un piano en una esquina; varias puertas disimuladas en las paredes. Tras la barra, otra puerta señala "El Club de los Poetas Muertos."

Tres o cuatro conversadores elegantes están en apartados en una mesa, con sus tazas de té sin tocar y su conversación en susurros. Allí, a lo lejos, hay un hombre leyendo un libro, vestido con capa y bastón. 

La camarera -es una quinceañera con pinta de barriobajera. Es una muchacha bastante agradable, y  está recogiendo vasos de las mesas desocupadas. En general, el local está ocupado más o menos en su mitad, con gente inmersa en conversaciones susurrantes, parejas enamoradas que disfrutan de su amor, gente que busca tranquilidad...

En una esquina, por ser luna nueva; una mujer espera con una baraja de cartas de Tarot. Juega con ellas y habla sola a media voz. Es una mujer muy hermosa de un modo etéreo, y sorprendentemente parecida a Nefertiti, la difunta reina del Nilo.  Va vestida con ropa holgada, sedosa, muy hippie; collares y cuentas colgando de sus brazos, tobillos y cabello. Parece tan inofensiva como un yogur.

Antes de entrar, al ver el caserón, seguro que noto algo... raro.

Genial.

Pienso para mí que si esta casa no es el ejemplo perfecto de "Casa Embrujada"... sólo faltan los Cazafantasmas montados en el Ecto 1 girando tras la esquina.

A saber dónde cojones me ha metido Rayo. Me quito las gafas, claro.

Al entrar echo un vistazo por el local.

Voy a la barra. Dejo mi cartera con mis cosas sobre la barra.

-Buenas noches. Un "Martini Bianco", por favor. Solo.

Miro más detenidamente a la gente del local.

 La camarera te lo sirve, eficiente y algo malhumorada.

- Hoy es noche de futuro -señala al clon de Nefertiti con la barbilla, como repitiendo una cantinela que probablemente le haya soltado a todos los clientes-, acércate y comprueba lo que el destino te depara... 

 Tienes razón, tu tirada te permite saber eso.

Los cuatro hombres pálidos  te lanzan una mirada de absoluto deseo... y no completamente sexual. 

El caballero del libro parece admirar tu belleza, aunque desde un punto estético. No te mira con deseo, sino como si fueras una hermosa pieza de arte. 

La camarera está encabronada y pasa de tu culo, evidentemente.

Varios de los hombres del local te siguen con la mirada, en general.

Eso ya me parece más normal. Le pregunto a la camarera:

-Disculpa, ¿no sabrás si ha venido un chico así como raperillo, con pinta de ir de sobrao por la vida, con un acento muy peculiar?

 Te mira como si la estuvieses preguntando: "Disculpa, no sabrás si cuando amanece sale una cosa redonda en el cielo, así como amarilla y brillante", y responde:

- El Rayo está ahi -te señala un reservado.

Enarco una ceja. Vaya servicio. Qué maleducada es la gente...

-Gracias.

Me voy con mi copa y mis cosas al reservado.

Los tíos pálidos y abstemios... ¿no tendrán pinta de vampiros?

 Deduzca usted sola, señora :P

Entras en el reservado, donde el Rayo está con un batido de Nesquick y una pajita de esas de plástico que hacen giros y rulos y tal.

- Pibaaaa -te saluda cuando te ve entrar.

Le sonrío y tal.

Me siento y dejo mis cosas a un lado.

-Anda que no es raro este sitio, Rayo. La casa crepita por la acumulación de QE y apostaría un riñón a que el cuarteto de tipos en la mesa de la entrada son vampiros.

Tomo un sorbo de mi copa.

-Y al lado está Nefertiti echando las cartas... -suspiro-. ¿Me has traído mi tabaco?

 Te saca cuatro paquetes diferentes de distintas marcas.

- Pa que escojas. ¿Quién coño es Nefriti esa?

Cojo los cuatro, evidentemente. Abro un paquete y me enciendo un fiti.

-Joder, Rayo. Nefertiti era una reina de Egipto, famosa por su belleza.

Fumo y bebo.

-Bueno, a ver, quiero que me cuentes dónde me he metido. Y hablo de la "Luxor". Desembucha. Ya.

 - Pos no sé, aquí en el bareto no hay ninguna egipcia... - te mira encender el cigarro-. ¡Pero si ya lo sabes! The Boss es un demonio. Ahí, toa buenorra, que dices: vente pacá y dame to lo bueno...

-Sí, ya. De eso me he dado cuenta. Sin que me advirtieras antes -le miro mal-. Pero eso no me dice nada. Quier que me cuentes lo que sabes. Estoy un pelín nerviosa, por si no te has dado cuenta...

 - Joé, pero nerviosa de qué? ¡Si The boss es un cacho pan!  -te mira superasombrado de que te de miedo Megan-. En serio, es que no sé que quieres que te diga...

Me inclino hacia él, entrecerrando los ojos.

-Te voy a decir una cosa, Rayo. Yo no estoy acostumbrada a pasearme tranquilamente y tener relación con cambiaformas, vampiros y demonios, ¿pillas? De toda la vida: vampiros malo, y demonios malo. Satán y eso. Además, por si fuera poco todos los hombres andáis que perdéis los calzoncillos por ella. Que lo entiendo... pero siendo un demonio me escama. Y mucho -suspiro y aspiro el humo de mi cigarrillo-. Así que habla, y es la tercera vez que te lo pido.

 - Mira, eso es especiecismo puro y duro, ¿qué pasa, que por que sea un demonio tiene que ser una puta? ¡Es gente como tu la que inventó la Disquisición! Megan es una chorba de cojones, ¿sabes?  Se preocupa por la gente. ¡Ella no tiene la culpa de apestar a azufre, joé, es una colonia como cualquier otra! Es superbuena gente, te pongas como te pongas.

-Pues por eso quiero que me lo expliques, coño -suspiro-. Mira, ahora trabajo para ella. Así que me gustaría saber cosas de ella, del amiente en que se mueve, de la gente de su alrededor. esas cosas.